La alarma lo despertó diez minutos antes de la hora marcada. Diez minutos que hubieran sido preciados para su salud. Se levantó y fue a buscar el desayuno que preparó durante la noche.

Para estar al nivel de Kim Junmyeon tenía que estar despierto y atento. El desgraciado podía pedirle cualquier cosa. Maldita vida de secretario personal...

—Una semana, solo una semana... —Le dio un mordisco al sandwich húmedo y tragó con expresión dramática. Los demás habitantes del departamento seguían durmiendo. Le contó a Kyungsoo su nuevo problema, pero omitió la posibilidad de despido.

En su portafolios todo estaba preparado, no había margen de error. Extrañaba a su antiguo jefe Onew y las ocurrencias de cada mañana en la oficina. El hombre era tan bueno y cariñoso, pero necesitaba trasladarse por trabajo y, entonces, vendió la empresa.

—No me agradas, Kim. No voy a perder mi trabajo. —Tomó la llave de su auto, recién reparado, y salió. Un hombre salió de la habitación horrible y Sehun se preparó mentalmente para el choque; ya no podía evitar a Park Chanyeol, una orden judicial se lo impedía.

—Buenos días, Sehun.

—Buenos días —respondió con la atención en el tablero del ascensor. Era el primer encuentro que empezaba de forma neutral.

—¿Temprano al trabajo? —Señaló su reloj y Sehun solo miró las manecillas doradas.

—Sí. ¿Y usted? —Chanyeol notó su formalidad y, aunque quería echarla abajo, optó por seguirle la corriente.

—También, los cambios repentinos hacen que uno se despierte de malas y muy temprano. Me alegro de todas formas, pude verlo.

—¿Qué cambios? —preguntó con curiosidad personal.

—Solo un negocio que no salió del todo. Aún hay tiempo para remediarlo, pero hay que actuar rápido. —Bajó junto a Sehun del ascensor y le dejó pasar primero al garaje.

El auto de Park estaba justo detrás del suyo, por lo que el ser menos deseado lo vio llenarse de ira cuando el Jeep no se movió. El Mercedez se puso a su lado y Sehun hizo un esfuerzo para no cruzar miradas.

—Dios... haz que se vaya... —La bocina del Mercedez impidió que sus suplicas llegaran al cielo.

Si subía a ese auto, estaría a merced de Park Chanyeol; y si no lo hacía terminaría sin trabajo. Escondió su vergüenza y bajó del auto como si nada hubiera sucedido.

—La dirección, —le indicó con un gesto el gps— necesito saber a dónde va.

—Listo. —El Mercedez salió del garaje y Sehun insultó a su auto desde la distancia.

—¿Cómo está nuestro hijo?

—Está bien. —No quería discutir, solo quería llegar a su trabajo.

—Ya tiene un año y no lo he conocido.

—No, no lo ha visto, aún... —Dejó abierta esa puerta para que dejara de preguntar. No quería llegar acalorado por una discusión y gritarle a su jefe ante cualquier pedido.

—Llegamos.

—Puede dejarme aquí. —Park ingresó al estacionamiento del edificio de una sola vez y Sehun se aferró al cinturón de seguridad.

—¡Estás loco! —Se separó del asiento y se inclinó para golpearlo, Chanyeol lo tomó del brazo, desabrochó los cinturones y la "discusión" (gritos de Sehun) siguió fuera del vehículo.

Desde otro auto, un audi blanco, ambos eran observados. A Kim no le agradaban las peleas estúpidas en el trabajo, encendió y apagó las luces varias veces, pero ninguno de los sujetos reaccionó. Uno de ellos gesticaba sin control y el otro solo oía. Bajó de su auto dispuesto a detener y poner en su lugar a ese par...

—¿Oh Sehun? —Chanyeol solo lo ignoró, pero su compañero se quedó en silencio—. ¿Qué es esto?

—Me presento, soy Park Chanyeol...

—Un viejo amigo —respondió Sehun.

—Soy el padre de su hijo. —Estiró su brazo y tomó la cintura de un Sehun que no reaccionó a tiempo. El pobre secretario solo sonrió y asintió hacia su jefe. Iba a perder su trabajo.

—Oh, lo espero en mi oficina. —Su cabeza no lo procesó como un despido.

—Sí, señor Kim. —Se inclinó un poco y cuando su jefe se retiró le dio un golpe en el hombro a Chanyeol—. ¿Quién te dijo que podías tocarme?

—Solo quiero establecer una relación amistosa con el padre de mi hijo.

—Tengo que irme. Gracias por traerme. —Park lo sujetó del brazo y lo acercó.

—Esta noche quiero conocer a mi hijo.

—No creo que sea el momento.

—Ya lo sé, por eso tuve que utilizar a un juez. Siempre me obligas a reaccionar. No quiero ser una mala persona, Sehun.

—Yo no lo considero. No tiene nada que ver conmigo. No hice nada malo. Si usted se siente "estafado", quiero que sepa que yo me siento aún peor. —Un papel lo estaba obligando a relacionarse con un extraño; a compartir su hijo con un hombre que parecía fingir todo el tiempo.

—Eso ya no es tema de conversación. —Soltó al secretario y volvió a su auto. Espera que Kai tuviera más suerte domesticando al enfermero. Después de todo, si no se puede de frente...

El edificio estaba vacío y él no entendía por qué Kim le había citado con tanta urgencia.

—¿Qué hacia Park Chanyeol aquí? —Escuchó apenas salió del ascensor.

—¿Disculpe?

—Me escuchaste. —¿Su jefe también se había levantado con un problema de negocios?

—Es mi vecino y me trajo hasta el trabajo.

—¡No me mientas! Park Chanyeol no puede vivir en el mismo edificio que tú.

—Sí, vive a dos puertas de mi departamento. Es mi vecino.

—¡Dijo que era el padre de tú hijo, pero el padre de ese niño soy yo!