Una semana entera su doctora, y mejor amiga, le había estado enviando cientos de informes sobre donantes. Los primeros días le parecieron buenos datos, pero poco a poco comenzó a incomodarse ante las sucesivas imágenes de chicos guapos que su amiga le hacía llegar. Una mañana cayó en el hospital con todas las carpetas y solo le pidió a su doctora que la muestra fuera de un donante con buenos registros de salud; nada más.

—No es divertido... deberías preocuparte más por la apariencia de tu hijo.

—Prefiero que tenga salud —comentó dejando de lado el dolor de la aguja.

—A Lucy le importa mucho la estética.

—Kyungsoo, no intentes menospreciar eso. Sehun puede elegir los genes que considere más beneficiosos.

—¿Y cuáles serían esos genes? —La doctora lo pensó por un momento, pero no llegó a responder—. Mejor no saberlo.

—¿Qué sigue después de los análisis?

—Te recetaré unos medicamentos para preparar tu cuerpo. —Sehun vio como Kyungsoo se retiraba con una receta y, minutos después, volvía con unas cajas blancas y azules—. Debes tomarlos para que tu cuerpo se adapte al embrión. —Luego suspendió tres carpetas frente a él.

—¿Debo elegir uno?

—Ya los preseleccioné, ahora debes cerrar el ciclo. 

Sehun tendió su mano y tomó la carpeta del centro.

—Este.

—¿No vas a mirar?

—Me dijiste que pasaron la prueba...

—Sí, es mucho mejor que tu primer plan... —comentó su amigo y enfermero.

—¿Qué plan?

—Tomarse de todo y tirarse sobre cualquiera en un bar. Aunque debía ser alguien que no quisiera usar preservativos.

—Fue una... idea desesperada —se defendió—. Nada serio.

—Es preferible que la máquina haga el trabajo sucio. Tú solo prepárate para cargarlo nueve meses.

—¿Cuánto debo esperar?

—Esta tarde realizaremos la fertilización de tus muestras y el espermatozoide del donante. Cuando el embrión esté listo, y tu cuerpo también, te llamaremos para hacer la trasferencia.

—¿No tendré problemas...

—Tranquilo, Sehun, los donadores son en su mayoría anónimos y firman un acuerdo de confidencialidad cuando acceden a "donar". —Ante su aclaración, Sehun recordó que estaba pagando por un tratamiento... por lo que todos salían ganando. No estaba mal usar su dinero bien ganado para tener un hijo, pero le hacía sentir miedo el hecho de que, fuera del hospital, había alguien que genéticamente sería el padre de su hijo o hija. Si quisiera compartir la crianza con un "padre", habría buscado una pareja. No estaba preparado para afrontar a un desconocido o arrepentido que apareciera de la nada. Tenía planificada perfectamente su paternidad.

—Algunos suelen regresar, pero un trato es un trato —intentó tranquilizarlo su amigo. Kyungsoo lo había ayudado a pensar en todas las posibilidades que tenía a la mano; y las más seguras.

—Bueno.

Volvió a su casa con su amigo y un impecable análisis de salud. En circunstancias más convencionales podría tener un hijo, pero no quería pasar por un largo proceso de citas románticas. La relación más larga que estuvo dispuesto a soportar había sido su carrera de administración en la universidad, después de eso, cualquier espera le parecía insoportable. Con su trabajo tenía los medios necesarios para cumplir sus objetivos.

—Cada cuatro horas... —registró el prospecto médico.

—Debes seguirlo al pie de la letra o será complicado.

—Lo sé. —Abrió las cajas y buscó un vaso de agua—. Espero que salga todo bien.

—Lo hará. Yo soy parte de esta aventura paternal que tienes. Me siento responsable de mi futuro sobrino.

—Puede ser... Te perdono si quieres huir antes de que todo explote.

—¿Qué clase de amigo sería? —Sehun solo levantó los hombros y se quedó mirando el vaso vacío.

—Ya le he dado muchas vueltas al asunto... En verdad lo quiero.

—Espero que no cambies de opinión mañana, porque esta tarde empieza todo.

—No doy marcha atrás.

Pidieron comida y conversaron hasta que Kyungsoo se retiró.

A media noche, en su habitación, Sehun revisó su maletín y retiró una bolsa de regalos algo aplastada. Lucy le había entregado ese presente fuera del hospital: una almohadita color amarillo pastel y un babero. Los tres convivían con la llegada del bebé.

—¿Por qué pienso demasiado?

Había pensado durante meses cómo haría para quedar embarazado sin cometer una locura. Kyungsoo le había dicho que podía estar desesperado, pero ante todo consciente. ¿Se podía hacer eso? Bueno; por suerte su integridad física y el carácter de su amigo le ayudaron a mantener la compostura. Su amigo lo acompañó hasta el hospital y allí conoció a Lucy y su fascinación por los pañuelos de colores. En la primer consulta hablaron mucho e intentaron animarlo con los beneficios de la fertilización asistida. Sehun evaluó la posibilidad y se dejó guiar. Fueron muchos los estudios a los que debió someterse... Él estaba bien, pero algo siempre podía salirse de control.

—Siempre debo ser honesta, hay riesgos, pero estoy muy segura de tu caso —le había comentado Lucy. No era padre, aún, sin embargo tenía ilusiones muy fuerte y, en muchas  ocasiones, esa pasión lo había frenado cerca de una tienda para niños.

—No; es muy pronto —se decía.

¿Pensó en adoptar? Sí, lo hizo. Aunque, ningún hogar iba a aceptar a un doncel solitario; por más estable que fuera su basar económico. Era injusto.

Dejó las prendas en un cajón de su mesita de luz y apagó la lámpara.