Japón
El detective estaba ya en Japón y como lo pensó sus padres solo trataban de deshacerse de él, lo sabia y aun así cedió ir a Japón solo por sus padres, como detective pudo saber que a sus padres les daba vergüenza ver que su hijo se había quedado mudo. ¿¡Qué hizo para merecer esto!?.
Sus ojos amenazaban con llorar, más no lo hizo, como deseo no haber hecho el pacto con la shinigami, deseo haber muerto en aquel accidente. Más nada fue así, hizo el pacto con aquella shinigami, no murió en aquel accidente, nada era como el lo deseaba.
Estaba en el aeropuerto el profesor Agasa iba a pasar por él, así que espero pacientemente, sabia que la gente que lo conocía reaccionaria mal, ¿Pero que le quedaba? Escucho como Agasa le hablaba y vio una cartulina con su nombre de él, así que se dirigió al profesor con una falsa sonrisa, era más que obvio que sus padres no le habían contado aquella condición especial que ahora él tenia.
Agasa empezó a tratar de hacerle conversación a Shinichi, pero este solo asentía o se limitaba a escuchar, nunca hizo el esfuerzo de hablarle y eso lo notó el científico.
—¿Shinichi pasa algo?—. Preguntó Agasa preocupado.
El mencionado solo negó con su cabeza, se puso nervioso, no sabia como decirlo dado a que no podía hablar.
Así fue todo el camino después de aquella pregunta el profesor decidió guardar silencio, Shinichi cada vez se ponía más y más nervioso, sabia que algo no marchaba bien y lo averiguaría al llegar. Llegaron a aquella casa, la casa que sus padres en Japón, observo con suma tristeza, recordando todo lo vivido en aquella casa, Agasa abrió la puerta y en eso vio como confeti chocaba con su rostro, todos estaba allí, eso lo hizo sentir feliz y sonrió de alegría por un momento sintió como las lágrimas de sus ojos iban a salir.
—¡Kudo, ¿Cuanto tiempo?!. — hablo Hattori.
—No creía que te volviéramos a ver—. Hablo la Científica.
No hubo respuesta de Shinichi, este sin darse cuenta trato de hablar, pero de sus labios no salio algún sonido, fue entonces cuando todos miraron a Shinichi con sorpresa, el detective al darse cuenta llevó ambas manos a sus labios y sus lágrimas no quisieron detenerse y terminaron caminado por sus mejillas.
—¿Shinichi...?—. Pregunto Ran. El aludido desesperadamente se limpiaba las lágrimas.
—¿No puedes hablar?—. Kaito quien de había mantenido en silencio por fin formulo aquella pregunta.
“Yo... Yo” pensó el detective con desesperación.
—Escribe—. Hablo la científica entregándole una pequeña libreta y pluma al detective.
“Perdí la voz” Escribió.
Todos miraron con lastima a Shinichi, hasta el amor de su vida; Kaito, Kaito lo había mirado con lastima. Sintió como su corazón se partió en mil pedazos.
—Me tengo que ir—. Hablo Ran con nerviosismo. —Nos vemos—. Movió su mano de un lado para otro despidiéndose de sus amigos. Se fue. Ella fue la primera en retirarse.
—Lo siento kudo—. Hablo Hattori dándole palmadas en la espalda al detective. —, Bueno tengo que irme.
Hattori fue el segundo en irse.
—Bueno Shinichi te dejo—. Hablo Agasa.
Agasa fue el tercero en retirarse.
“Shiho, Kaito. ¿Ustedes no me dejaran? ¿Verdad?”
Pero como si los dioses lo odiaran hablo Shiho aquella palabra lo hizo sentirse fatal.
—Yo también me voy—. Hablo la científica. —Te dejo con tu novio, él tiene algo que decirte —.
“¡No por favor!”
Shiho fue la cuarta en dejarlo.
Kaito lo miro con tristeza.
—¿Sabes Shinichi...?—. Hablo el mago dudando de como decir aquello. —Quedaste en coma por 7 años, dos de ellos estuviste en Japón después tus padres te llevaron a los ángeles—. El detective asintió con la cabeza. —Pues creí que ya no ibas a despertar y...—.
“Por favor para ¡Detente!”
—Pense que era inútil esperar a que despertaras y decidí ser novio de Aoko—.
Aquella palabra le rompió el corazón y las lágrimas con mas intensidad salieron.
—Estoy casado con ella—. Al decir esto se acerco a Shinichi y coloco su mano en el hombro del detective sin embargo este la aventó.
Sintió la necesidad de gritarle muchas cosas pero no podía, su voz no salia y nunca saldría. Kaito entendió muy bien lo que el detective quería y salio de aquella casa no sin antes mirar con lástima al gran detective Shinichi Kudo.
Kaito fue el quinto en irse.
El detective cayo de rodillas al suelo llorando en silencio, se sintió fatal. ¿Solo por esto despertó? ¡Estaba solo! Solo como aquel entonces cuando estuvo en coma, había creído que nada cambiaría cuando el despertó, que tal vez Ran aun lo odiara, que Kaito aun lo amara. No, ahora todo era distinto, Ran no lo odiaba y Kaito no lo amaba, confio mucho en lo que había sucedido en el pasado, nunca creyó que cuando despertara todo estuviera tan cambiado, entendía muy bien que sus amigos no lo asimilaran, él todavía no lo asimilaba.
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¿Qué les pareció? Escribí este capitulo en la escuela justo cuando estaba lloviendo y tronando. Y se le leí a una amiga y esta bien sensible lloro. ¿No es tan triste cierto?.
¿Qué esperan que pase en el próximo capitulo?
¡Nos vemos el Miércoles!
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