Valeria: Ha pasado un año y medio desde tú muerte. Un año y medio desde que nuestra casa, ya no se siente igual.

¿Sabes algo? Nuestra cama se siente fría, despertar en las mañanas, sin tú cabello rubio en mi cara, carajo que duele.
La rutina a la que estaba acostumbrado ya no es igual, debí cambiarla por completo.

Deseaba tanto, tener nuestra boda soñada, verte vestida de blanco, bailar, reír, hacer el amor, y compartir el resto de mi vida contigo.

No me veras envejecer, tampoco tendremos los hijos que tanto deseamos, ni viajaremos juntos, no volverás a llamarme para quejarte de tus pacientes, ni tampoco lo haré yo para quejarme de mis clientes, no volveremos a tomar café en la cama, tampoco volveremos a vernos aunque sea cinco minutos, porque teníamos libre en el trabajo.

¿Quieres saber algo? Alejandro ha construido un hospital de salud mental en tú memoria, tiene todo lo que alguna vez has deseado, con el equipo médico que siempre decías, que eran los mejores.
Martinez se ha ido por un año, tú muerte le afectó, pero ha vuelto, por ti, y por Alejandro. Tenías razón ¿Sabes? Ellos se gustan.

El día no es igual sin ti, la vida no es igual sin tí.

Si te vuelvo a encontrar en otra vida, prometo elegirte, nuevamente.
Para así, poder estar juntos, esa vez, para siempre.

Te amo.
Descansa en paz, amor de mi vida.

Atte: La persona que te amará, hasta el día de su muerte.
Nico.