21: Embarazo
-Eso sería todo Hokage-sama. —Hablaron los del consejo, para así terminar la junta.
Obito suspiro con cansancio y salió de la sala de reuniones junto a su escolta.
Camino hacia la oficina del Hokage y al entrar una bola de humo lo cubrió, dejando ver a un peliplata molesto.
Sai no hizo más que reír, porque era el único que sabía su artimaña y él suspiro frustrado.
Sabía que Óbito había encontrado a su destinado, estaba feliz por él, al menos al principio, cuando no tenía que cubrirlo en sus escapadas..
Unos días atrás el azabache le había rogado que lo cubriera, llenándolo de halagos y prometiendo hacer lo que quisiera.
Aceptó, pero de eso ya había pasado casi una maldita semana..
Estaba fastidiado de esto, además de un poco preocupado por el azabache ya que no quería decirle nada acerca de donde iba.
Obito era alguien ingenuo y no muy listo, tal ves alguien podría estarse aprovechando de él y aunque no quería meterse, su misión era cuidar a su hokage.
Así que para la próxima ves, lo seguiría..
Aunque ahora lo único que podía hacer era preguntarse ¿Donde diablos estaba?.
Deidara despertó algo confundido, lo último que recuerda es que su celo comenzó durante una de las tantas cenas con Obito y..
Noto que no estaba solo en su cama, unos brazos lo retenian y le daban un calor agradable.
Se alejo un poco y noto que estaba con Obito, quien dormía plácidamente.
Se sonrojo al verlo, y el color en sus mejillas incremento al ver que ninguno traía puesto ropa.
Sintio un pequeño ardor en su cuello y llevó su mano hacia ese lugar.
Ahí estaba, la marca que había deseado desde que era pequeño pero que nunca admitirá en voz alta..
Sonrió al recordar esos días de celo, el mayor había estado cuidando de él.
Sabía que ese día se iría a Konoha y no regresaría hasta pasado tres meses así que aprovecharía ese tiempo.
Y por aprovechar se refería a volver a acurrucarse con el azabache y dormir más tiempo.
Tener a un omega embarazado era todo un reto.
Eso ya lo tenían bien en claro los miembros de Akatsuki.
Desde que Naruto les contó sobre su embarazo se fueron agregando reglas al grupo las cuales no se podían romper porque habría consecuencias graves.
Primera regla: No hablar sobre Ramen, y ni siquiera se te ocurra prepararlo.
Esta era una regla esencial.
Todos sabían que Naruto amaba el ramen, así que un día se le ocurrió a Konan prepararlo.
Quería consentir al omega, ademas de que hace mucho que no lo comían.
Yahiko la ayudó y después de una hora ya tenían los nueve platos de ramen servidos.
Llamaron a todos a comer siendo el último en llegar Naruto.
Ni siquiera pudo ingresar al comedor por el "horrible aroma".
Y no era porque la comida estuviera mal, ya que para todos estuvo deliciosa, más bien era que a su cachorro no le gustaba.
Y eso hacía que las náuseas se activaran.
-Mejor para mi, doble ración.–Dijo con una sonrisa Hidan, mientras tomaba el platillo del rubio siendo mirado por los demás.–¿Que? Él no lo va a comer..
Desde ahí la sola palabra está prohibida porque el omega no podía comerlo y hacía que se pusiera triste y hubiera un mar de lágrimas en sus ojos.
Segunda regla: Si comes sopa de miso con berenjena, trae dos platos.
Esto lo aprendió Kakuzu y juro siempre traer doble porción de aquel platillo si volvía a comprar.
Todos sabían lo receloso que solía ser el mayo con lo suyo.
En específico el dinero, por ello era el tesorero del grupo.
Un día que había salido a hacer una misión con Sasori decidieron pasar a un restaurante.
El pelirrojo solo ordenó unas bolas de arroz con algas, mientras que Kakuzu se decidió por un plato de miso con berenjena.
Se tardaron tanto en hacer la comida en el restaurante que decidieron pedirla para llevar.
Una ves llegaron a la guarida de Akatsuki dejaron su comida en el comedor y fueron a darle el reporte a Nagato.
Nagato los felicito y acompañaron al comedor, ya que para esa hora ya debería de estar lista la comida preparada por Konan y Yahiko.
Grande fue la sorpresa de todos que al llegar el pequeño omega embarazado hubiera asaltado el platillo de Kakuzu
Todos miraron al mayor esperando un gran bullicio, como el que había hecho cuando Yahiko se comió sus dangos, pero esto no pasó..
-¿Está bueno?.–Le pregunto el alfa soltando un suspiro y sentándose a lado del rubio.
-Si.–Le dijo Naruto con una sonrisa llena de dicha al probar un bocado.–¿Quien lo trajo?
-Té lo traje a ti.–Mintió, haciendo a Deidara casi desmayarse y Hidan si había caído al piso...
-Gracias.–Le dijo con una sonrisa el rubio dejando un beso en la mejilla del mayor..
Kakuzu suspiro y se levantó de la mesa para avisar a Konan que también le diera un plato de comida a él.
Sasori lo siguió con curiosidad.
-¿Porque le dejaste tu comida?.–Le pregunto el pelirrojo, haciendo que el mayor alzara una ceja.
-Es bastante obvio.–Le dijo soltando un suspiro.–Solo puede haber de dos, o llora o se enoja.. Si se lo quitó y llora, Kisame y Nagato me matarían, y si se enoja, la verdad un omega embarazado y enojado me da mas miedo que ellos dos..
-Te daré una solo porque siento pena por ti.–Le dijo el pelirrojo entregándole una bola de arroz, dándole por completo la razón.
El alfa la tomó y la comió, no era su miso pero estaba bien..
Regla número tres, y la más importante: Nunca, jamás, en la vida entres al cuarto de Naruto.
Los omegas durante su embarazo suelen hacer nidos.
Esta es su zona segura, su lugar especial donde puede estar cómodos.
Solo tenía permitido entrar Nagato, ya que este era el líder de la pequeña manada de nueve personas y Naruto lo reconocía como tal.
Además el pequeño rubio no podía tener el aroma de su alfa cerca, así que le pedía al mayor llenar su nido con su aroma para sentirse seguro.
Solo podía tener una prenda de su alfa cada ves que Obito los visitaba, la verdad es que no sabía cómo hacía este para traerle la camisa de Kakashi pero tampoco es como que quisiera preguntar.
Es por ello que está se volvía su prenda más preciada, y la solía guardar en su nido.
Una ves había entrado Hidan a su cuarto.
Vio el nido y le pareció adorable, por lo regular los omegas no solían ser tan ordenados con estos, pero Naruto si.
Nunca había visto nada igual, peluches y colchas limpias y bien ordenadas haciendo un circulo.
Solo había una cosa que no encajaba, una camisa ninja azul que estaba en medio de todo.
Fue y la tomó entre sus manos revisándola, imagino que era del alfa del rubio ya que tenía un aroma que no era de ninguno de sus compañeros.
Pero algo llamó su atención, esta era demasiado grande para la edad de alguien como Naruto..
Antes de que su cerebro carburara que el alfa del rubio tenía que ser mayor que él o demasiado alto, este entró al cuarto..
Oh ese día Hidan agradeció ser inmortal..
Por ello ahora todos estaban preocupados de que alguien más estuviera embarazado, sabían que esto traería más reglas..
Al menos Naruto estaba alegre, su hijo tendría alguien con quien jugar, ademas..
-Seré tío.–Grito con alegria abrazando a Deidara, quien estaba muerto del miedo.
-¿Que pasa si Óbito no quiere al bebé? Y si me abandona, ¿Que haré?.–Murmuró el rubio mayor con preocupación, estando a punto de llorar.
Pero como si lo hubiera pedido, una cachetada lo sacó de su mundo..
-Cálmate.–Le dijo al ver al mayor tan alterado.–Sabes que Obito nunca haría eso.–Le consoló Naruto con una sonrisa.
-Si tienes razon, gracias lo necesitaba..–Le dijo soltando un suspiro mientras se tranquilizaba.
-Yo también quiero pegarle.–Dijo Sasori con una sonrisa alzando su mano, pero Deidara le gruñó.
-Óbito siempre ha querido formar una familia.–Le dijo con una sonrisa sincera Naruto.–Estoy seguro que amara la noticia..
Deidara no hizo más que abrazarlo, solo rezaba porque tuviera razón.
Óbito había recibido una carta de Deidara, según esto era para hablar de un asunto delicado.
Sabía que no podía huir de su cargo como Hokage, pero tampoco podía fallarle a su omega.
Además tenía una idea que esperaba el rubio aceptara.
Sin más salió del barrio uchiha dejando una nota en su casa.
Pero nunca espero que alguien lo siguiera..
Al llegar al país de la lluvia fue directo a la guarida Akatsuki.
Le sorprendió un poco que ya lo estuviera esperando afuera Naruto junto a Deidara.
-¿Dei qué pasa?.–Le pregunto con una sonrisa, podía sentir al omega temeroso desde antes de que le llegara la carta.
-P-Pues veras..–Murmuró inseguro, vio a Naruto y este le sonrió dándole fuerzas.–Seremos padres..
Óbito se quedó un minuto procesando lo que acababa de decir.
Deidara juraba que si no era por qué eran destinados y podía sentir la felicidad del azabache hubiera pensado que no lo quería ya que el mayor tenía una mirada seria.
-Tienes que venir conmigo.–Le dijo Óbito con decisión.–Así podré cuidar de ti y el cachorro
-P-Pero aquí está mi manada, m-mis amigos y-y..–Murmuró con nervios , él deseaba ir con Óbito.
-Tranquilo Deidara.–Habló Nagato haciendo que este saltara del susto al escucharlo.–Nosotros siempre estaremos aquí, ademas puedes volver cuando quieras y no te librarás de nosotros ya que te iremos a visitar a Konoha..
Deidara saltó feliz a los brazos del alfa, Nagato sonrió y correspondió el abrazo.
Óbito sonrió al ver la escena, aún recuerda cuando le pidió permiso a Nagato para poder cortejar a Deidara, no sabía el miedo que podía llegar a dar el líder de Akatsuki.
Todo sería felicidad si no fuera porque alguien apareció detrás de él.
-¿Naruto?.–Habló el peliplata haciendo que el hokage se tensara.
-Kakashi..
El rubio ni siquiera tuvo tiempo de pensar, su omega estaba más que feliz al ver a su alfa y simplemente fue hasta él y lo abrazó.
Kakashi no se negó al abrazó y sostuvo a su omega, quien se restregaba en sus brazos feliz.
Ni siquiera pudo ver el estado en el que se encontraba Naruto ya que fue jalado dentro de la guarida de Akatsuki por este.
Las tres personas fuera quedaron más que confundidas.
-¿Ese no era su anbu Hokage-Sama?.–Le pregunto Nagato más que confundido.
-Si..
-¿Y que hace con Naruto?.–Óbito pudo notar el tono molesto en el pelirrojo..
Pobre Kakashi..
-Es su alfa...
-Oh..
Kakashi no sabía que sucedió, pero agradecía ver a su omega feliz y a salvo.
Naruto lo llevó a su recámara y al entrar pudo notar el lindo nido de este.
Vio una de sus camisas en el centro de este, ahora sabía quien esta robándole, agradecía no estar loco..
Ni siquiera tuvo tiempo para pensar cuando fue llevado al nido y acostado ahí.
-¿Te gusta alfa?.–Le pregunto el rubio con una sonrisa y un brillo que iluminaba sus ojos–Hice este nido para ambos..
-Claro que si me gusta.–Kakashi bajo la parte de su camisa que cubría su boca y Naruto pudo notar su sonrisa.–Pero creo qué hay algo más que debes explicarme amor...
Naruto lo miro con confusión hasta que el peliplata toco su ya abultado vientre.
-E-Eso es que yo.. T-Tu, es tu cachorro.–Murmuró apenado con las mejillas sonrojadas, su omega estaba tan feliz por tenerlo ahí y mostrarle su nido que olvidó ese pequeño detalle.
-Si eso lo se.–Le dijo con una sonrisa acercándose a él para robarle un beso.–Hueles delicioso..
-Alfa..–Naruto simplemente se acurruco con el peliplata disfrutando los besos y mimos, ya más tarde lo echaría y le diría porque no puede quedarse con él.
Lamentó la tardanza..
Pero como disculpa hay un one shot kakanaru en mi cuenta y pronto habrá una historia, ya se que no es obligatorio pero si quieren que les crezcan las nalgas el siguiente año síganme ❤️
Por cierto espero que se la estén pasando bien esta Navidad y Año Nuevo..
No como yo, prácticamente esta fue mi cara en la cena navideña JAJAJA
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