Narra Evie.

Al otro día con mi hermano Jonathan y mi hija Cleo, decidimos ir a la prisión del Cairo dónde según el estaba el hombre que le había sacado prestado su cajita, un hombre robusto nos recibió.

—Bienvenidos a mi humilde hogar.—Dijo mostrándonos hombres por todos lados y en celdas.

—¿Tío que es este lugar?.—Escuche a mi hija preguntarle sonreí.

—Mi querida sobrina, este lugar es la cárcel.—Le dijo el.

—Pero tu dijiste que habías encontrado ese artefacto en una escabacion en Tebas, ¿O lo olvidas?.—Le preguntó sonriente, esta niña que voy hacer contigo hija.—Dije ya que mi hermano la abrazo susurrandole.

—Se lo tome prestado eso es todo, cállate.—Le dijo.

—Dijiste que lo conseguiste en una excavación en Tebas.—Le reproche yo mientras el hombre nos dirijia a las celdas.

—Lo sabia no saliste a ningún lado.—Exclamo ella.

—Si, pues me equivoqué.—Exclamo el.

—Nos mentiste.—Le reprochó mi hija.

—Le miento a todo el mundo, por qué se creen especiales.—Nos dijo el.

—Soy tu sobrina y ella es tu hermana.—Le dijo mi hija enojada.

—Eso las hace más vulnerables.—Comento.

—Jonathan, se lo robaste a un ebrio.—Lo reté.

—Querido tío, caiste tan bajo.—Se burló mi hija.

—Se lo saqué del bolsillo por eso no creo que sea buena idea...—Dijo algo nervioso, e intento sacarnos de ahí pero dimos la vuelta de nuevo hacia las celdas.

—Jonathan, Cuando dejaras de ser tan ridículo, ¿Quiero saber por qué ese hombre está en prisión?.—Pregunte a mi hermano y al hombre robusto.

—Pues la verdad no sé, les hable de que venían se lo pregunté yo mismo.—Grito y saco al hombre sostenido de otros dos ya que ejercía fuerza.

—¿Y que fue lo que dijo?.—Le pregunte.

—Dijo que solo quería diversión.—Comento el hombre, al sacarlo, lo empujaron contra las rejas, mi hija quedó al lado de mi hermano mientras yo me aserque a las rejas.

—¿Es al hombre que le robaste.?.—Pregunte a mi hermano viendolo.

—Si esacto, a si que mejor vámonos antes de que haya una discusión.—Dijo mi hermano nervioso.

—¿Quien eres tu?, ¿Y quiénes son las tipas?.—Pregunto el hombre en un tono grosero, me sorprendio su lenguaje.

—¿Tipas?.—Escuche esclamar a mi hija molesta.

—¿Quien se cree?.—Dije yo hacia mi hermano.

—Eh bueno yo soy una especie de misionero que esparce la palabras, y ellas son mi hermana Evelin y mi sobrina Cleopatra.—Nos presento Jonathan.

—¿Cómo les va?.—Nos preguntó el hombre.

—¿Enserio mamá?.—Senti el agarre de mi hija ya que me hiba asercar, la mire.

—Creo que no es tan tonta.—Dijo el hombre.

—Preguntale de la cajita.—Me dijo mi hermano.

—Con permiso.—Dijo el hombre robusto y se fue.

—He, nosotros encontramos, Ho—Hola.—Dije intentando tener la atención del hombre.—Nosotros encontramos su pequeña cajita y vinimos a preguntarle sobre ella.—Dije curiosa.

—No.—Dijo el.

—¿No?.—Pregunte confundida.

—No, ustedes vinieron a preguntarme sobre Hamunaptra.—Dijo y lo mire sorprendida.

—Pero, ¿Como sabe qué la caja pertenece a Hamunaptra?.—Le preguntó mi hija ahora.

—Por que ahí fue donde la encontré, ahí estuve.—Nos dijo el hombre.

—¿Y como sabemos que no se trata de un engaño?.—Le preguntó mi hija, Jonathan se asercó queriendo imponerse.

—Oiga, ¿Lo conosco?.—Pregunto el hombre hacia mi hermano.

—No, no, no, tengo un rostro muy común y corriente fue...—No dejo de hablar ya que recibió un golpe fuerte en la cara del hombre dejándolo en el piso mi hija lo fue ayudar.

—Eso te lo mereces.—Decia mi hija, Mientras yo pasaba encima de el asercandome al hombre, me arrodille colocando mi sombrero para que nadie sepa de lo que hablamos.

—¿Pero en realidad estuvo en Hamunaptra?.—Pregunte curiosa.

—Si allí estuve.—Dijo el.

—Lo jura.—Comente dudosa de su palabra.

—Cada maldito día.—Dijo el.

—No, no hablo de eso, hablo...—No pude terminar de hablar el me cortó.

—Si, se de lo que habla, la casa de Seti, la ciudad de los muertos.

—¿podría decirme cómo se llega hasta allí?...la dirección esacta.—Le pregunte.

—¿Esacta?.—Pregunto el hombre.

—Si.—Dije.

—¿De verdad quiere saberlo?.—Dijo el hombre.

—Si.—Le dije, este me hizo señas de que me asercara me agarró de mis megillas y me dió un beso, exclamé sorprendida por su acción.

—Pues saqueme de este lugar.—Dijo el hombre mientras era forcejeado para que no lo lleven.

—Hagalo linda.—Dijo, sentí la presencia de mi hija a mi lado.

—Vaya, no conseguimos nada pero tú si, ¿Eh?.—Me dijo y la empuje leve, llendo hacia el hombre robusto.

—¿A dónde lo llevan?.—Le preguntó mi hija.

—A la horca, por lo que veo la paso muy bien.—Se dirijio a mi, lo mire con asco, mire a mi hermano.

—¿Estas bien?, ¿Te dolió?.—Le pregunte.

—Pues si un poco.—Dijo el.

—Pues bien merecido lo tienes.—Le dijo mi hija.

—Y a ti te gustó el beso, ¿No?.—Me pregunto.

—Oh cállate, oh quieres otro golpe más.—Le dije toda nerviosa, hace mucho que no recibía contacto con un hombre de esa clase.

—De acuerdo, de acuerdo me rindo.—Dijo y fuimos a ver dónde sería ejecutado el hombre.

Nos encontrabamos en un tribunal lleno de gente yo estaba al lado del hombre.

—Le dare 100 libras, por salvarle la vida.—Negocie con el hombre.

—Madame, yo pagaría 100 libras solo por verlo colgar.—Dijo el hombre.

—Dos... Doscientas libras.—Le dije viendo cómo le colocaban el nudo en su cuello.

—Procedan.—Dijo el hombre.

—Trecientas libras.—Dije nerviosa.

Narra Rick.

—¿Tu último deseo puerco?.—Me dijo el hombre a mi lado mientras ajusto el nudo.

—Si, quita el nudo y dejame ir.—Le dije.

—Quiere que lo deje ir.—Dijo el hombre hacia el gordo, el tipo exclamó loco.

—"Dejemar".—Exclamo en su lengua haciendo seña de que está loco. —No lo dejaremos ir.—Le dijo.

—"YAPALA".—Dijo a los gritos dando la orden, justo donde tenía el nudo me dieron un golpe.

Narra Evie.

—Mama.—Senti el apreton de mi hija en el hombro estaba nerviosa como yo, mire al hombre.—Quinientas libras.—Le dije.

—"YACABANDA".—Grito el hombre dando la orden de esperar mirándome.

—¿Y que más?.—Pregunto en un tono asqueroso.—Soy un hombre muy solo.—Dijo llevando su mano a mi muslo, le peque con mi libro, el hombre observó la gente en la celda y los hombres reían entonces dió la orden "YABALACK". Grito y el hombre tiro del palo haciendo que Rick cayera tratando de ahorcarlo, mi hija y yo gritamos de nervios y de la locura del hombre.

—Su cuello no se rompió.—Festejo el hombre.

—Oh lo lamento, ahora veremos cómo se extrangula.—Me dijo el hombre me senté viendo la escena, mi hija se asrco al hombre lo tomo de su camisa asercandolo a ella amenazadoramente y le susurro molesta.

—El sabe donde esta Hamunaptra.—Le dijo y la tomé de su brazo.

—No es cierto.—Le dijo el hombre.

—No es cierto, nunca miento.—Le dijo ella, el hombre me miró.

—Es verdad nunca miente.—Le dije mi hija se enderezo y pude observar como el muchacho de antes nos observaba, ya que estaba esposado y mirando a su padre.

—Me están diciendo que este desgastado hijo de puerca sabe dónde está la ciudad de los muertos.—Dijo incrédulo señalandolo.

—Si.—Exclamo mi hija.

—¿Enserio?.—Seguia sin creer.

—Y si lo suelta le daremos el...—Mire la situación un momento y luego conteste.—10%.—Dije.

—50%.—Dijo el hombre.

—20.

—30.—Dijo mi hija.

—25.—Dijo el hombre.

—Ja, echo.—Exclamo feliz mi hija, el hombre al darse cuenta protesto, y dió la orden de que le cortaran la soga lo hicieron.

PD: (1.359 PALABRAS WUAU!!! ESPERO Y LES GUSTE!!!)