Puerto Guiza, el Cairo "inesperado viaje a Hamunaptra"
Narra Cleo.
Nos encontrabamos en el puerto esperando al hombre que salvó mamá, mi madre vestía elegante con su vestido y yo bueno con ropa cómoda unos pantalones y una blusa hacia mucho calor.
—Mama, yo creo que fracasaste en esa apuesta, ¿Estas segura de que vendrá?.—Le pregunte mientras acomoda mi bolso.
—Sin duda, con la suerte que tengo.—Exclamo Jonathan. —Puede ser un vaquero sin clase, pero conosco su palabra lo vale.—Nos explico mi tío.
—Pues yo creo que es algo sucio, grosero y totalmente ignorante.—Dijo mi madre dejando sus valijas en el piso.—La verdad no me simpatiza.—Dijo ella.
—Alguien, ¿Que conosco?.—Llego el hombre, mi madre lo miro sorprendída ya que habia cambiado muchísimo.
—Hola.—Dijo ella sorprendida.
—Buen día, para empezar una aventura.—Le dijo mi tío nervioso, dándole un golpe amistozo en su pecho, este lo miro.
—A si, tenías razón, sucio, grosero, desalineado, y como olvidar además de atrevido nada que nos guste de el...—Me comento mi hermano sarcástico.
—Oh Jonathan cállate.—Le reprocho mi madre.
—Bella mañana, señoritas.—Llego el hombre de la cárcel, con mamá exclamamos.
—Oh no, ¿qué hace usted aquí?.—Pregunto mamá.
—Vine a proteger mis inversiones, gracias.—Dijo el hombre subiendo la barandilla del barco.
—¿Y si, lo amarramos y lo dejamos inconsciente?.—Pregunte viendo al hombre subir.
—Tentador sobrina, muy tentador.—Dijo mi hermano, negué ¿Que haría con estos dos?. Los tres suspiramos rendidos y los seguimos. Será un lasaaaaargo y extraño viaje.
Narra Evie.
Era de noche y con mi hija nos encontrabamos sentanda en una banca con una mesa de por medio, yo leyendo un libro y ella mirando la noche.
—Mama.—Le hice sonido de que prosiguiera mi lectura estaba muy buena.—¿Te gustó el beso?.—Me pregunto y esa pregunta me sorprendió llevando mis ojos sobre mis lentes viéndola.—¿Que?.—Pregunto está inocente.
—Pues... Pues claro que no, me tomo desprevenida.—Le dije algo nerviosa, volviendo mi vista a mi libro.
—Ah... Solo preguntaba.—Me dijo y la mire estaba rara.
—Hija, ven.—Golpee mi lado de la banca y ella se levantó y se aserco, la abrace.—Siempre, escucha bien, siempre seremos tu y yo.—Le dije y está me sonrió.
—¿Siempre?.—Me pregunto.
—Siempre.—Le dije segura de mis palabras y la abrace, luego de eso escuchamos un golpe fuerte ya que alguien dejo su bolso en la mesa nos separamos asustadas.
—¡Ups!.—Dijo el hombre viéndonos.—Lo siento no quise asustarlas. —Se disculpo.
—Lo único que me asusta Señor O'connel son sus costumbres.—Dije algo histérica.
—¿Que el beso no le gustó?.—Me preguntó el hombre, lo mire impactada.
—Jum, si a usted le llama a eso un beso.—Dije obviamente ofendida.
—¿Hay, hay algo que no sepamos?.—Pregunto mi hija viendo sus armas, viéndolas muy gustosa.
—Aaammm, ¿Iremos a la guerra?.—Pregunte yo.
—Señoritas, allá ahí algo, debajo de la arena.—Nos dijo el viéndonos.
—Madre si me permites me iré a dormír.—Dijo mi hija, beso mi megilla y se fue, vos hombres la obsrvaron irse.
Narra Rick.
Al ver a la hija irse me gire a ver a la mujer frente de mi.—La muchacha, ¿Quien es?.—Pregunte algo desinteresado, pero a la vez no, acomodando mis armas.
—Mi mayor tesoro, mi hija.—Me dijo ella orgullosa, la mire, está levantó su ceja esperando respuesta.
—Es que una mujer tan joven como usted, no me mal interprete pero ¿Cómo la ah criado?.—Pregunte curioso.
—Bueno, con mucho esfuerzo y mucha dedicación y con mi hermano por supuesto.—Me dijo sacándose las gafas.
Narra Cleo
Al entrar me cambié, me puse mi camisón y me sente en el sofá leyendo un libro, a los pocos segundos entro mi mamá se la veía nerviosa.
—¿Que paso?.—Pregunte.
—Hombres.—Dijo ella, y se metió al baño a cambiarse, luego cuando salió se peinada en el espejo estaba distraída.—¿No descansarás?.—Le pregunte a mi madre sostenía un libro y se peinaba.
—George Breimght en el 1960.—Dijo leyendo, ni me escucho.—Mmmm... 1865.—La escuchaba susurrar.
—Mama me hire a dormir.—Le dije me aserque y bese su megilla está me beso.—Descansa cielo.—Me dijo ella, me retire a mi habitación.
Narra Evie.
Me adentre al baño.—El beso no fue nada del otro mundo.—Exclame viéndome al espejo.—Dejando el peine pero este se me cayó, me mire al espejo cansada y me agache a juntarlo cuando me levanté un hombre me acorraló contra la pared amenazándome con su navaja en mi megilla.
—Un paso más y será tu último día.—Me dijo el hombre, escuchamos la puerta de la habitación abrirse ambos salimos pero el hombre me tenía agarrada del de los pelos, era mi hija.
—Mama, me olvidé....—No termino de hablar al verme, el hombre le apuntaba, ella levantó las manos.
—Arrodillate.—Le dijo este, ella lo hizo, me miró asustada, en eso un hombre entro encendido y nos separamos corrí a mi hija y la abrace, O'Connel entro en la habitación viéndonos a las dos.
—¿Están bien?.—Nos dijo preocupado.—Si.—Dijo mi madre ambos salimos corriendo.
—El mapa, el mapa.—Dijo mi hija pero al verla entrar me puse como loca, los brazos de Rick la tomaron y empezamos a correr.
—Tranquila lo recuerdo muy bien.—Le dijo el, y los tred salimos corriendo atrás de O'connel, nos escondimos en una pared ya que otra hombres nos disparaban, casi le dan pero lo corrí algo impactado cargo sus armas y empezó a disparar para que nosotras podamos pasar detrás de ellos, llegando al borde del barco.
—Cargue esto.—Me dijo dándome su maleta llena de armas.
—¿Que me cree?.—Le pregunte furiosa.
—¿Saben nadar bien?.—Nos preguntó.
—Claro, cuando la situación se amerita.—Dije, observé a mi hija.
—Creanme la situación amerita.—Nos dijo, me cargo y me tiró al agua.
—Piensalo dos veces hombre.—Me señaló la chica, la cargue y la arroje al agua.
Narra O'Connel.
—O'connel, ¿Que vamos hacer?.—Me Pregunto el hombre de la cárcel.
—Espera aquí, iremos por ayuda.—Le dije.
—Bien.—Dijo el hombre, y con mi hijo saltamos al agua antes de que el barco fuera consumido por el fuego, luego bajaron la mayoría de la gente, el sueño de la cárcel, el tal Benny, el hermano de Evelin, mientras que las damas se quejaban de las pérdidas de sus cosas y el mapa mientras salíamos del agua.
—¡O'CONNEL, O'CONNEL!.—Escuchaba gritar gire y era Benny.—¡A MI ME PARECE QUE TENGO A TODOS LOS CABALLOS!.—Exclamo del otro lado con su gente.
—Beni, ¡A mí me parece que ustedes están del lado equivocado del río!.—Le grite victorioso, lo ví gritar y zapatear frustrado, causando una gran carcajada en mi .
PD: (1137 PALABRAS WUAW, ESPERO Y LES GUSTE)
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