II
¿Qué darse?. No, él no podía quedarse tanto tiempo. Hansol miro a Jihoon algo ansioso, de alguna manera. Algo, algo allí lo ponía ansioso. Tomo a Jihoon por la muñeca, y aparto su mano de su cuerpo.
— ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?. Tengo un boleto de ida a mi país, que no quisiera perder. — Dijo, con un rostro neutro.
Los ojos de Jihoon brillaron nuevamente con una frialdad abrumadora, pero ante todo pronóstico, no demostró estar disgustado o algo, al hablar.
— ¿Y en cuánto debe partir, Joven Choi?.— Preguntó airadamente. — Usted a estado inconsciente en mi lecho desde la pasada noche del jueves 7. Y, ahora nos encontramos en la noche del sábado 10.
La sangre de Hansol se heló.
— ¡¿Tanto e dormido?!.— Chilló horrorizado.— ¡Mañana en la mañana debo estar tomando un avión!.— Alegó alterado. Miro a su alrededor y comenzó a vestirse rápidamente con sus ropas.
Una sutil sonrisa apareció en los labios de Jihoon.
— Yo no lo llamaría dormir.— Murmulló. Hansol nuevamente no lo escuchó. — ¡Oh! No se altere, Joven Choi. — Dijo, en un tono más fuerte.— Realmente es una pena que vaya a perder su vuelo, pero debe calmarse.— Inquirió, apartándose de él con un gesto jovial. Hansol se sintió irremediablemente ofendido, cosa que el azabache noto de inmediato y lo miró a los ojos. — Siento si lo e ofendido, mi querido amigo, pero temo decirle que no estoy en condiciones de dejarlo ir. Mire usted mismo.— Alegó deteniéndose frente a la ventana y Hansol se sorprendió ante la fuerte lluvia que se veía fuera.— ¿Aun tiene deseos de irse?.— Preguntó Jihoon con la frialdad rojiza brillando en sus ojos.
Era innegable, que había cierto sarcasmo en todas las palabras que salían de los labios de Jihoon. El chico parecía estar jugando con él de alguna manera o simplemente tratando de molestarlo. Hansol comenzaba a hartarse de aquella actitud del azabache.
— ¿Sabes?, Me e estado preguntado esto desde el principio. — Dijo Hansol con real curiosidad y enojo.— ¿Cuántos años tienes?. Tú manera de hablar no es común hoy en día. Estoy seguro de que e hablado con ancianos de ochenta años que no usan esa respetuosa manera de hablar.
Hansol sonrió por dentro, cuando vio una reacción en Jihoon, quien desvío su mirada hacia la fuerte tormenta por un largo momento antes de volver a hablar.
— ¿Cuántos cree, usted, Joven Choi?.— Preguntó sin rastro de aquella maldad que comenzaba a caracterizarle.
— No te ves más mayor que yo, tengo veintiún años.— Respondió haciendo una mueca de dolor al pasar su brazo derecho por la manga de su camisa.
Lee bajo su mirada y observo sus blanquecinas manos por un buen rato. Hasta que una leve sonrisa apareció en sus labios, dejando entre ver sus blanquecinos y agudos colmillos.
— Lo dejare a su criterio, Joven Choi.— Dijo volviendo a obtener aquel tono arrogante. — Lo esperare en el comedor.— Alegó saliendo de la habitación, por una de las dos puertas que había allí.
Hansol bufo, si fuera por él le daría dos siglos de vida por su forma de hablar y expresarse. Decidió no darle muchas vueltas al asunto, tal vez Jihoon solo era un aficionado por la literatura antigua o algo así. Por lo que decidió preocuparse más por el como llegaría nuevamente al hotel, que en la personalidad de su anfitrión.
Bien, si Jihoon conocía la zona, él podría darle un aventó hasta la carretera, en donde el haría autostop para poder volver al hotel.
Genial, con eso en mente; termino de vestirse y salio por la puerta donde vio al azabache irse. Cuando entro a la habitación, descubrió que era un gran comedor, mayormente oscuro, con una gran ventana que iluminaba parte de ella. La mesa en el centro tenia tres candelabro y sus velas encendidas iluminaban la cena servida para una sola persona.
No había rastro de Jihoon, y Hansol se extraño un poco, este no parecía del tipo que rompían su palabra, pero tampoco era como si lo quisiera allí.
— ¿Tiene pensado probar bocado, Joven Choi?.— Hansol se sobresalto ante la voz que apareció repentinamente a su lado, ¡¿cuándo Demonios Jihoon llego hasta allí?!.— ¿O es qué no tiene apetito?.
De alguna manera ese sujeto, lo ponía de los nervios.
— No es eso.— Dijo Hansol caminando para tomar asiento frente a la comida.— ¿Tú has cocinado?.— Preguntó observando a su alrededor, sin ver o escuchar a nadie más en la casa.
Jihoon lo observó por unos segundos, antes de contestar de manera simple.
— Así es.
— ¿Vives tú solo?.— Preguntó Hansol mirándolo bastante intrigado y llevando el primer bocado de pasta a su boca.
— La mayor parte del tiempo.
Pfff, la señal era clara. Joder, cualquiera se daría cuenta que Lee Jihoon estaba siendo reacio a contestar preguntas, ¡Pero claro! Eso solo alimentaba la curiosidad de Hansol.
— ¿Cómo es posible?, ¿tus padres trabajan fuera del país?, ¿cómo es qué puedes mantenerte vivo aquí?.— Inquirió asombrado por ello.
El entrecejo de Jihoon se unió con desagradó.
— No seguiré respondiendo al interrogatorio, Joven Choi. Veo que alimentarse, es más importante que imponerme a preguntas que no veo la necesidad de responder.— Inquirió en tono frío.
Hansol no pudo evitar resoplar. Le estaba disgustando los cambios de humor de Jihoon. Él simplemente quería entrar en una conversación cómoda, pero el azabache no parecía querer llevarse bien con él.
— Si te molesta lo que digo o pregunto, solo dilo. Y llámame por mi nombré. Me haces sentir extraño llamándome "Joven Choi". ¿Acaso yo te hablo de esa manera?. — Se quejó irremediablemente cansado de ser tratado con tanto respetó.
Jihoon parpadeó ligeramente y dijo.
— No, pero no esta en mi lengua ser irrespetuoso.— Dijo, con una mirada audaz.— Sin ofender, Joven Choi.
Claramente, eso fue con toda la intención de ofender. Hansol suspiró cansado y corto un trozo de carne con algo de dificultad debido a su hombro herido. Rápidamente, Jihoon se acerco a él y corto por él el resto de la carne. Luego, su oscura mirada se fijó en sus ojos. Había duda en ella, fue clara sus intenciones, por lo que Hansol rápidamente negó con su cabeza.
— Ni siquiera lo pienses, puedo comer por mi mismo.— Le dijo con toda seguridad.
Jihoon sonrió suave, se apartó un poco y lo observo desde una distancia bastante estrecha. En sus ojos había algo de escrutinio, como si le estuviera retando a comer por si solo. Eso, molesto a Hansol de muchas maneras; tomo el trozo de carne y lo llevó a su boca con naturalidad. Claro, su hombro le dolió como el infierno pero él no iba a ceder.
Jihoon dejo escapar un suave suspiro y caminando de manera relajada, tomo asiento frente a él.
— Veo que usted.., es bastante obstinado.— Inquirió con una suave sonrisa en los labios, como si al decir aquello divagará en sus pensamientos.
— Un hombre debe saber alimentarse por si mismo.— Se jactó Hansol solemnemente.
— Estoy completamente de acuerdo, Joven Choi, pero aveces es necesario dejar el orgullo de lado y aceptar la amabilidad de las otras personas.— Replicó Jihoon cruzando sus piernas de manera elegante, para luego simplemente observarlo comer. Hansol fruncio el entrecejo incómodo.— Oh, no se preocupe por mi. Por favor, disfrute de su comida. — Alegó con un amable gesto de su mano.
¿Por qué diablos le parecía qué Jihoon estaba siendo constantemente sarcástico?. Hansol debía empezar a acostumbrarse a aquella antigua manera de hablar. Ya que, no podía sentirse comodo alrededor del azabache.
— Por cierto, ¿dónde estamos exactamente?.— Preguntó volviendo a llevar mas bocado a su boca.
Jihoon lo pensó un poco.
— No estamos en el centro, pero mucho menos cerca de la carretera, Joven Choi.— Respondió de forma tranquila.
— ¿Hay alguna manera de salir hacia la carretera?. Me gustaría salir esta noche si es posible, quiero poder llegar a horario para mi vuelo.— Dijo de manera obstinada.
La mirada de Jihoon no se aparto de la suya al hablar y lo puso irremediablemente inquietó. Más, cuando los relámpagos comenzaron a chillar en el cielo, haciendo vibrar los vidrios de las ventanas, junto a un poderoso viento. Luego, y como si lo hicieran a propósito, los lobos volvieron a aullar recordándole que lo esperaban allí fuera.
Hansol bebió del vaso con agua y trato de no crear ideas ilógicas en su cabeza. Jihoon lo había rescatado en una noche lluviosa, y atestada de lobos (hasta lo que recuerda). Seguramente él también podía sacarlo de allí. Pero, la sonrisa en el rostro del pálido, le resultó realmente ofensiva.
— Siendo honestos, Joven Choi.— Dijo Jihoon sin borrar aquella maliciosa sonrisa. Los relámpagos tronaron haciéndole compañía. — ¿Cree usted, poder salir del bosque esta misma noche?.— Preguntó, ladeando ligeramente su cabeza en un inocente gesto.
Hansol apretó sus labios cabreado.
— Me has encontrado en una noche similar. — Inquirió controlando su temperamento. — ¿Cómo es qué no puedes llevarme nuevamente con este clima?.
Jihoon lo miro a los ojos airadamente.
— Cuando lo encontré, la lluvia había cesado y los lobos se habían marchado.— Dijo, y Miró hacia la ventana.— Se que esta apresurado, pero no veo el motivo para volver a poner su vida en peligro. Un boleto de avión se puede volver a obtener, pero ¿su salud?, ¿esta seguro de querer salir, Joven Choi?.
Las palabras de Jihoon parecían estar acompañadas por el mal tiempo. Hansol observó hacia la ventana y se vio derrotado al ver la manera en que los árboles eran azotados por fuertes vientos y la lluvia parecía golpearlos con furia. De repente sintió náuseas y apartó el plato con rapidez.
— ¿El baño?.— Preguntó levantándose de la mesa.
— Si sales por esa puerta, encontrarás un pasillo, es la puerta de la izquierda.— Dijo Jihoon señalando una puerta frente por la que había entrado.
Hansol salió corriendo de allí sintiéndose enfermó, y maldijo, porque antes de dar con el baño tuvo que correr por el largo pasillo. Su cabeza comenzó a dolerle luego de desechar todo lo que había comido. Lavo su cara con agua fría y se mantuvo un momento allí, mirando su aspecto en un pequeño espejo, sintiendo que no podía respirar, y que su cabeza le daba vueltas. Ni siquiera podía pensar con claridad en ese momento, ¿qué era eso?...
Hansol tomo una fuerte bocanada de aire sintiéndose asfixiado. Quería abrir sus párpados pero le era imposible. Escuchaba como las fuertes gotas de lluvia golpeaban contra el cristal y como el viento silbaba a través de los árboles. Su mente parecía estar despierta, pero sus párpados no querían abrirse. Jadeo debido a la falta de aire. Luego, su cuerpo se puso rígido y se estremeció. Unos dedos fríos parecían acariciar su cuello.
¿Qué se supone que es eso?, ¿se había desmayado?.
Hansol realmente no podía abrir sus ojos, pero sentía nítidamente como aquellos dedos ascendían hacía sus labios. ¡¿Qué Demonios?!... De repente, chilló en sueños y su cuerpo de estremeció, cuando algo esponjoso y frío toco sus labios.
¡¿Lo habían besado?! Pero ¿quién?, ¿por qué?, ¿Jihoon?. No, no, eso no podía ser posible, ¿verdad?. Seguramente se encontraba soñando algo raro. No seria la primera vez que soñaba algo similar, pero, definitivamente, si era la primera vez que lo sentía tan malditamente real. Tan nítido.
Su respiración pareció cortarse, en los segundos en los que sentía como si el peso que antes se hallaba junto a él en la cama, se movía colocándose sigilosamente (como si fuera un felino) sobre él, a horcajadas. Los nervios lo invadieron como un torbellino e intento con todas sus fuerzas despertar de aquel sueño tan extrañó, pero no lo lograba, su voz no llegaba a su cuerpo. Pero, nada lo preparo para lo siguiente.
Completamente perplejo, Hansol se sentó en la cama y sus brazos rodearon la cintura de quien no podía ver. Luego, sus labios besaron al chico de piel fría como si ya lo hubiera hecho antes. Fue como besar a una corriente eléctrica. Cada vello de su cuerpo se erizo y una ola de calor lo baño completamente. Pero había algo más escalofriante que eso ¡Él no estaba manipulando su cuerpo! ¡Por un Demonio! ¡Ni siquiera sabia si era su cuerpo o no!.
Se sentía y oía tan estúpidamente real, que esta seguro su piel estaría en punta y su corazón latiendo tan alborotado, en su estado de descanso.
Real o no, se sentía conmovido de que aquella lengua fría dentro de su boca, intentará explotar cada centímetro de ella; como sí quisiera recordarla por siempre, y aquel cuerpo que se presionaba al suyo, estaba despertando un deseó que jamás imaginó que sentiría a causa de otro hombre.
Hansol se sintió abrumado con aquellas sensaciones. Además, su mente comenzó a ponerse en blanco; disfrutando de aquel beso, y poco a poco, también fue perdiendo la capacidad de respirar. Recuerda lo agitado que estaba antes de caer en la inconsciencia nuevamente.
La cegadora luz del sol golpeaba sin piedad en sus ojos. Hansol gruñó molesto y giro para colocarse del lado opuesto a la luz, pero lamentablemente, eligió hacerlo del lado derecho y su hombro dolió como el infierno.
Gimió de manera dolorosa y abrió sus ojos vidriosos ante el incidente. Se sentó en la cama y observó como pudo su hombro. Habían nuevas vendas en él, Jihoon nuevamente se había encargado de ello. Apretó sus labios. Si solo pudiera volver al hotel podría llamar a un médico para que la atendiera.
Se levanto de la cama y caminó hacia la ventana; donde pudo observar el desastre que había dejado la tormenta en la noche anterior. El suelo parecía arena movediza; con tan solo verlo podías notar lo blando y acuoso que se hallaba. Caminar por allí seria un reto y él no tenia botas de lluvia.
Suspiró pesadamente y recorrió la habitación. Ahora con la hermosa luz solar parecía más amplia y acogedora, la chimenea tenia rastro de un débil humo en su última fase de que se había extinguido su fuego a falta de leña. Había un escritorio a su izquierda, el mueble de roble a su derecha y una pequeña mesa de noche junto a su cama. Era algo vacía, pero con un toque elegante que definía a Jihoon.
Abrió el mueble y allí encontró su mochila aun sucia de barró. Su rostro se iluminó al recordar su celular y buscó en ella. Lo encontró pero apagado, Hansol sonrió victorioso porque había recordado empacar el cargador. Lo tomó y buscó el interruptor, pero se sorprendió de no encontrar ninguno.
Ahora que lo pensaba, no había visto lamparas o algún elemento electrónico en la casa. En cambio, si noto velas en la mesa y lámparas de aceité a los lados de las puertas y en el pasillo.
No le había dado tanto rollo a la falta de luz en la noche anterior porque lo asoció con la tormenta y la posibilidad de que se haya quedado sin luz la casa. Pero ahora, al no haber interruptores por ninguna parte, la perspectiva cambiaba. ¿Realmente no habia electricidad en la casa o simplemente se corto la luz?.
Hansol salió de la habitación con su celular y el cargador en la mano, pero no salio por la puerta que daba hacia el comedor. Esta vez, decidió ir por la otra que estaba en la habitación, esta lo llevó hacia una habitación que se encontraba completamente vacía, a excepción de unos viejos cuadros colgados y otros esparcidos por el suelo. Un escritorio lleno de polvo y telarañas. Parecía que nadie había usado esa habitación en años.
Entro en ella y la examinó por si hallaba algún interruptor de luz, pero no encontró ninguno. Decepcionado, volvió a la habitación donde dormía y salio hacia el comedor. Esta se encontraba totalmente a oscuras con sus ventanas cerradas y las cortinas negras sobre ellas. No había rastro de Jihoon por ningún lado, por lo que decidió abrir las ventanas para que la luz solar bañara el gran comedor.
Hansol asintió satisfecho de ver lo hermoso que se veía el lugar con la alegre luz del sol y decidió recorrer un poco la casa. Se encontró con la cocina saliendo por una pequeña puerta que había en la sala. Allí encontró un frío desayuno echó y una nota a su lado.
Jihoon lo había preparado para él antes de irse a atender unos asuntos. Sin pensar mucho, comió cómodamente y luego decidió seguir conociendo la casa. Era grande y con una clara antigüedad, sus paredes se hallaban tapizadas y se encontró con alrededor de tres puertas cerradas caminado por un largo pasillo. No había escaleras, pero esta seguro que las puertas se conectaban mayormente entre sí.
Después de un rato, se aburrió y volvió a la habitación donde dormía. Se sentó en la cama y reflexiono sobre su situación. Bien, había perdido el vuelo, pero como Jihoon lo había mencionado, él podía sacar otro boleto, aunque seria una pérdida de dinero.
Su situación no era tan critica, por lo que solo esperaría a Jihoon para comenzar su plan de regreso al hotel. Mientras tanto, tomo su cámara y se dirigió hacia la cocina, en donde una puerta lo llevo hacia lo que creyó era el patio trasero. Aunque no podía estar completamente seguro de ello debido a que la casa estaba rodeada de arboles.
( 'ᴗ'o♡o( 'ᴗ'o♡o( 'ᴗ'o♡o
\( ˆ ˆ )/ Perdón por las faltas, sister, pero espero lo hayas disfrutado. Mañana regreso ;v
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