I
Una vez se instaló en el hotel de Transilvania, Hansol fue a visitar una exposición de fotografías cerca del edificio. Fue una agradable experiencia, ya que le porposiono nuevas ideas de creatividad. Por alguna razón, todo allí tenia un toque de misterio y horror, hasta los edificio parecían haber sido extraídos de alguna película de terror. Fue bueno dar con esas nuevas ideas. Pero sinceramente, él se encontraba más entusiasmado por la exploración del día siguiente.
Irían a un popular bosque llamado Hoia baciu, que se utilizaba mayormente para temas sobrenaturales y misteriosos (lo que supo era habitual allí), pero todo el mundo parecía temeroso al escuchar el nombre de aquel bosque en particular. Ya que, muchas historias tenebrosas giraban en tornó a él; desde un pastor desaparecido con sus 200 ovejas, a fantasmas apareciendo en la niebla y personas pérdidas. ¡Por favor! Nada de eso debía ser cierto, esta bien, el era escéptico, pero ninguna de aquellas historias daban miedo o tenían sentido alguno.
En fin, en la mañana siguiente; después del desayuno. El guía los apresuró a prepararse para su camino al bosque. Saldrían temprano porque el guía quería asegurarse de poder traerlos a "salvo" antes de la puesta del sol. Los demás turistas parecían aliviados de no tener que estar de noche en aquel bosque... Sin embargo, él se decepciono bastante. Le hubiera gustado poder fotografiar la caída de la noche sobre aquel magnífico bosque.
Pero de igual manera, trato de animarse, la experiencia sería igual de divertida. Todos los demás turistas llevaban grandes mochilas donde esta seguro llevaban hasta animales, pero él no era tan precavido como ellos; con un botiquín de primeros auxilios, agua, comida y las herramientas de su cámara profesional, ya era feliz. ¡Ah! Y no nos olvidemos de su celular y el cargador de este.
La idea del guía, era llevarlos a una divertida y tenebrosa caminata por el misterioso Hoia baciu, Hansol no podía evitar reír ante la publicidad que este le hacia a aquel bosque. Los demás turistas parecían estar ansiosos por llegar al sitió lo antes posible, una vez que su transporte se puso en marcha. Hansol, observó el paisaje que le brindaba el automotor en movimiento, y pudo ser consciente de que una larga carretera, fue quien los dejo en la entrada del bosque. Allí, el guía le dio sus instrucciones para mantenerlos a todos seguros y a salvo. Dejando explícitamente dicho, que por nada en el mundo se apartaran del grupo.
Hansol pensó en esto y esta completamente seguro, de que su situación no hubiera sido tan critica si solo hubiera hecho caso al guía. Aunque, también lo atribuye a su absurda mala orientación. Siendo más exactos, se había distraído demasiado con una toma bastante particular.
Se trataba de un extraño árbol, casi carente de hojas y de vida, pero que cuyas raíces formaban un gran bulto en la tierra a su lado, y de aquel bulto, sobresalía una singular rama. Le fue inevitable no pensar en una persona intentar salir de la tierra con desesperación. Encantado, Hansol había apuntado su cámara hacia allí, y sin reparar en los demás, que no se detuvieron a esperarlo. Fue fascinante, pero no le gusto descubrir que se encontraba rotundamente solo después.
Miro a su alrededor intentado hallar a su grupo, pero no encontró rastro de ellos. Hansol no cabía en lo que sucedía, ¿era posible qué no hubieran notado su ausencia?. No, no era posible, al menos no allí, donde los árboles abundaban, pero mantenían bastante distancia uno de los otros. Era literalmente, una zona abierta.
No se alarmó, decidió ser racional, y tomo su celular para avisarle al guía que se había quedado atrás, pero de alguna extraña manera su señal era nula allí. Miro nuevamente a su alrededor y tomando una gran bocanada de aire se hecho a andar hacia la derecha. Si era sinceró, se sentía muy confiado y avanzó con seguridad por el camino que le pareció correcto y por donde esta seguro, escuchó murmullos. Pero cuando fue consciente de que su caminata se volvió más y más extensa sin hallar a un alma en el camino, un miedo profundo lo envolvió y, conforme el tiempo pasaba, su seguridad disminuía.
El sol que tan alegre le había enseñado el camino al inició, comenzó a apagarse en el horizonte, y Hansol fue consiente de como las aterradoras nubes de lluvia y el frío viento, comenzaban a aparecer sin que lo advirtiera el meteorólogo de esta mañana. Si así hubiera sido, él se hubiera preparado para la lluvia. En cambio, no llevaba nada en su mochila para protegerse de ella. Pero el paisaje nublado y más aterrador que antes, lo animo a tomar más fotografías con su cámara.
De aquella manera, distrajo sus nervios ante la situación crítica en la que se encontraba. Reviso su móvil varias veces más, pero no pillo señal en ningún momento. Pero para su alegría, después descubrió un camino con huellas frescas de una carreta (ignoraba el hecho de que ese lugar no podía ser transitada así como así). Pero su mente solo pensó en la posibilidad de encontrar, al menos, una cueva donde poder ocultarse de la lluvia.
Lamentablemente, no llego a ningún sitio parecido, pero las primeras gotas de lluvia cayeron lentamente, otorgandole el momento perfecto para tomar magnificas fotografías. También comenzó a levantarse una densa niebla que ¡Dios! amo fotografiar consumiendo a los tenebrosos árboles.
Su cámara tenia un protector para el agua por lo que no se preocupaba por ella, pero el fue empapándose completamente conforme los segundos pasaban. Hansol tembló por el frío y fue consiente de que la oscuridad ya lo envolvía. Se tranquilizó a si mismo, porque no llegaría a ningún lado alterándose y con la ayuda de su linterna de mano, caminó por el (ahora) sendero oscuro, sintiendo que hasta el crujir de sus pisadas lo sobresaltaban.
En un momento de la noche, comenzó a sentirse observado y su cuerpo parecía anticipar el peligro. Era consiente de que el centro del bosque era terreno de lobos, pero él no había caminado tan lejos ¿verdad?. Era imposible que caminara tanto y hacia el centro. El explorador les había dicho que eso no podía suceder porque cualquier camino los llevaría hacia la carretera si caminaban hacia la derecha... Entonces, los aullido que retumbaban en el bosque debió haber sido efectuado lejos de él ¿cierto?, Pero, sí ese era el caso, ¿por qué los aullidos se escuchaban tan cerca qué parecía estar rodeado?.
Su sangre se heló dejándolo petrificado, era escéptico, pero en aquel bosque seguramente moriría aterrorizado por los lobos. La luz de la linterna temblaba ante los nervios que lo invadían (su mano no podía mantenerse firme). Y descubrió con temor, que no podía manipular debidamente la única luz que guiaba su camino.
Hansol se estremeció violentamente, cuando una fuerte ventisca lo azotó, seguida de fuertes relámpagos que iluminaron todo el lugar dejándolo ver unos brillantes ojos rojos frente a él, ¡Por la Jodida!. Tenia a un gran lobo frente a él, ocultándose sigiloso detrás de un árbol. La linterna cayó de su mano ante el susto. «¡Maldición!». Hansol sabía que había mas como aquel lobo a su alrededor. Escuchaba sus gruñidos y los crujidos que hacían sus patas al andar.
No había forma de que se librara de ellos y tampoco no podía agacharse a recoger la linterna porque estaría dándoles a los lobos un momento de debilidad para atacar. Esta noche, seguramente, sería su fin. Hansol repaso rápidamente lo poco que había hecho en su vida y una desolación abrumadora lo envolvió, ¿así terminaría todo? ¿deborados por lobos salvajes en una fría noche de tormenta?.
Más relámpagos iluminaron el bosque y Hansol fue consciente de que estaba, literalmente, rodeado por los hambrientos lobos. Estaban tan cerca que, como si fuera a propósito, comenzaron a aullar uno detrás del otro poniendo su piel en punta.
El miedo lo dominó, temblaba mientras miraba fijamente a aquél lobo frente a él. No podía correr hacia ningún lado sin darles la señal de ataque. Trago saliva y miro al oscuro cielo cerrando los ojos al sentir la fuerte lluvia azotar su rostro. Al menos, debía luchar por su vida, no les daría una cena fácil a esos lobos. Con determinación abrió sus ojos y al mismo tiempo, se echó a correr hacia el frente.
Luego, todo fue confuso: El viento fuerte, los aullidos escalofriantes, la llovía fría y los estruendosos relámpagos confundían su cabeza cuando despertó en una cómoda cama, frente a una acogedora chimenea encendida. Hansol negó con su cabeza y un dolor agudo se produjo en su hombro derecho. Se sentó en la cama y miro el sitió, ¡Dios! Un gran vendaje rodeaba su hombro derecho pasando por debajo de su brazo.
— Buenas noches, Joven excursionista.
La suave voz sorpresivamente se escuchó en su idioma. Giró hacia ella y se encontró con un elegante chico, sentado de piernas cruzadas en un sillón, mientras observaba el exterior por una gran ventanas. Su vestimenta se basaba más en la elegancia, que en la comodidad. No podía verlo mejor debido a la oscuridad.
— ¿Dónde estoy?.— Preguntó, observando la habitación. Tenia un pequeño estante de libros, un escritorio, un gran mueble de ropas, y se encontraba a oscuras. Solo era iluminada por la elegante luz del fuego de la chimenea.
Luego, miro nuevamente su hombro lesionado. Levanto su brazo probando la gravedad y rápidamente sufrió la dolorosa consecuencias. La herida pareció tirar su piel e hizo una mueca de dolor. Bien, por lo visto, un lobo logro morderlo a su gustó.
— Noto, que vuestra educación no fue una de las mejores, Joven excursionista. — Hansol sonrió leve. Sí, se lo merecía.— Y respondido a su pregunta, se encuentra en mi humilde morada en Hoia baciu.
Hansol abrió sus ojos sorprendido.
— ¿Seguimos en el bosque?.— Cuestionó escéptico.— No había registro de una casa en Hoia baciu, en el mapa que nos enseñaron en el hotel.
El joven de tez pálida sonrió de medio lado.
— Nunca quise que fuera registrada en el.— Susurro suave, por lo que a Hansol le fue imposible escucharlo.
Después de ello, los invadió el silencio. Hansol no era tímido en absoluto, por lo que, sintiéndose cómodo, trató de averiguar si sufría más lesiones en su cuerpo. Vago con su mirada sobre él y hallo que su torso estaba desnudó, pero después, sintiendo el rose de la seda sobre su piel, supo, que no solo su torso se hallaba así, sino que todo su cuerpo estaba totalmente al descubierto si abría las sabana.
Quedaba claro que había perdido en conocimiento en algún momento del ataque, pero, ¿por cuánto tiempo estuvo inconsciente?. Tocó sus cabellos y miro sus manos, no había rastro de suciedad en ambos, ni siquiera bajo sus uñas.
— No fuerce sus pensamientos, Joven excursionista. Supongo que usted, debe tener hambre y sed. Si me permite, quisiera invitarlo a cenar.
Hansol salio de sus pensamientos, y miro nuevamente al sujetó. Sus ojos chocaron por primera vez en aquella oscuridad y aunque no veía bien su rostro en aquel lugar, algo dentro de él se estremeció. Confundido, simplemente asintió a la invitación.
Aquél chico, se levanto se la comodidad del sillón, y dio varios pasos hacia la cama. En cuanto la luz del fuego llego a su rostro. Hansol lo estudio, sus características eran interesantes.
El sujeto, poseía una piel tan pálida como la misma nieve; sus cabellos eran cortos y oscuros como la noche. Poseía una contextura física delgada y de altura media. Su rostro poseía rasgos finos, con una pizca de dureza; su nariz era pequeña, sus labios curiosamente rojos y poseía una mirada oscura, una mirada que parecía querer su alma (le pareció ligeramente familiar). Y sintió, que le hubiera gustado tener su cámara encima, para volver aquella imagen eterna.
Hansol se deslizó sobre la cama para intentar bajar de ella, pero jamas imaginó que aquel chico se apresurara para ofrecerle su silenciosa ayuda. Le tendió su mano de forma cortés y Hansol la tomo sorprendido ante lo fría y lo fuerte que era. Podía sentir simplemente con el tirón que dio para ayudarlo a bajar, que, si el azabache hubiera querido, le hubiera roto los huesos de su mano. También noto que su anfitrión tuvo muy buen cuidado de no forzar su hombro lesionado al ayudarlo.
— Por favor, espere un segundo aquí.— Dijo el azabache, caminando hacia el gran mueble de roble. De allí, tomo una pila de ropa limpia y bien doblada. Hansol descubrió rápidamente que era su ropa.— Lamentó haberlo despojado de sus ropas, pero se encontraban empapadas y sucias.— Se disculpo caminando hacia él y tendiéndole las mismas.
Los colores subieron al rostro de Hansol, al tomar las prendas. También pensó en su cuerpo limpio, pero no se atrevió a preguntar sobre ello.
— Gracias.
— Por cierto, y me disculpo por no haberme presentado antes. Soy Lee Jihoon, un placer conocerle.— Se presentó el de tez pálida, y de forma muy amable.
Hansol se apresuró a estrechar su mano.
— Choi Hansol, el placer en mío.— Dijo rápidamente.— No se preocupé. Gracias por su hospitalidad. Aun no puedo recordar muy bien lo que sucedió, pero esta claro que me has ayudado bastante.— Alegó sinceramente agradecido, pero algo confundido por la manera en que debía tratar al chico. Este no parecía ser más mayor que él, pero su manera de hablar le recordaba a un hombre del siglo diecinueve.
El pálido pareció reflexionar sobre algo antes de mirarlo nuevamente a los ojos.
— Es un placer, poder ayudarlo, Joven Choi.— Dijo.— Aunque, me atrevería a decir que fue bastante afortunado. La noche en que lo halle, había salido en busca de uno de mis perros que escapó por los fuertes relámpagos.
— ¿Salio en aquella tormenta?. — Preguntó sorprendido.
Jihoon negó suavemente.
— La lluvia había cesado, pero difícilmente se podía ver por la niebla.— Hizo una breve pausa. — Confieso, que lo e pisado mientras caminaba sobre el barro.
Hansol fruncio el entrecejo, ¿el barro?, entonces, él se hallaba inconsciente sobre el barro. Su cuerpo seguramente habrá estado aun más sucio de lo que imaginó. Pero alejando un poco ese bochornoso detalle, él recordó que había estado rodeado de lobos..., ¿la casa estaba en el centro del bosque?, ¿allí dónde abundan los lobos?.
Una mano fría lo trajo nuevamente a tierra, cuando toco su hombro sano. Hansol miro al más pálido a los ojos y le pareció ver algo oscuro y maligno en ellos. Fue algo que lo dejo pasmado y su cuerpo se lleno de un miedo injustificado. Pero el rostro del chico se hallaba igual de impasible.
— No debe pensar demasiado, Joven Choi.— Dijo Jihoon suavemente y la mano que había dejado sobre su hombro, se deslizó hacia su pecho.— Esta vivo y su cuerpo pronto sanará completamente, es en lo único en lo que debe pensar ahora.— Alegó, dejando caer su mano hacia su cadera.
Su cuerpo parecía arder bajo aquella mano helada. No, él no tenia fiebre, su cuerpo tenia la temperatura corporal de una persona sana. En cambio, la mano del azabache no parecía ser la de una persona que goza de buena salud (o de vida). ¿Acaso Jihoon estaba enfermo?. No era posible, ya que a pesar de su extraña palidez, este se veía en lo alto de su salud y su fuerza física era difícil de ignorar.
De repente, Hansol fue consiente de su desnudes y de donde tocaba aquella fría mano, pero se vio a si mismo incapaz de apartarse. Era como si una fuerza invisible lo mantuviera paralizado.
— Oye...— Logró articular con voz grave ante los nervios.— ¿Dónde crees que estas tocando?.
Hansol apretó sus labios, cuando un fuerte dolor llegó desde su cadera. La fría mano de Lee, le había hecho ser consiente de que allí tenia un enorme hematoma que no había sentido antes.
— Lamentó decirle esto, joven Choi, pero me temo que deberá quedarse aquí por lo menos dos días más.— Dijo Jihoon analizando el hematoma seriamente.
Hansol fruncio el entrecejo.
( 'ᴗ'o♡o( 'ᴗ'o♡o( 'ᴗ'o♡o
✧⁺⸜(♡˙▾˙♡)⸝⁺✧ Japi tuiu, GabyKpop espero de todo kokoro que hayas disfrutado el primer capitulo de tu regaló. Pronto subire los demás, así que espeta por ellos.
Gracias a todos los que le dieron una oportunidad y pasaron a leer, espero tambien lo hayan disfrutado.
Me hacen muy feliz sus votos y visitas.
Y perdón por las faltas ortográficas que hayan encontrado. Son mi maldición
( ˘ ³˘)♥ Saluditos y besos.
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