Cada paso es una bocina y un leve sobresalto para mi mentalidad.

Un extenso pero angosto pasillo se despliega hacia ambos lados. Desde abajo, la silueta se había escapado lo que sería la izquierda, así que me dirijo lentamente hacia ese lado utilizando hasta mi última gota de valor. ¡Qué cagón! Estoy sudando como nunca en mi vida. Sigo caminando hasta que advierto que mis pasos se duplican y el miedo destruye todo valor que tengo cuando la idea se me impone en la mente: Me estan siguiendo por detrás. Me doy vuelta a toda velocidad a ver quién era... Pero no hay nadie allí.

Los rumores hablaban de fantasmas, pero yo no creo en ellos. Muy pocos realmente lo hacen. Investigando por el barrio me topé con una teoría que tenía más sentido: Refugiados. ¿Qué clase de refugiados? ¿Tal vez guerrilleros? Todo era muy rebuscado, nada terminaba de cerrar. Los rumores se intensificaron cuando algunos vecinos aseguraron escuchar gritos y disparos desde afuera. ¿Qué diablos habita este lugar?