Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO V

Nuestros labios se encuentran apegados uno al otro, sus manos sostienen mis caderas con fuerza y puedo sentir como mis mejillas se ruborizan levemente. Quiero continuar así unos segundos más, pero David se aleja de mí con tanta prisa, que me hace sentir como si se arrepintiera de haberme besado, puedo verlo en sus ojos, sus manos están inquietas a pesar de haber comenzado con el coqueteo, es probable que algo además de mí le esté molestando, pero ¿Qué es?

—Esto no está bien —le oigo decir mientras se acomoda la corbata —esto...no debe ser, eres una estudiante y yo un profesor.

Con el término de sus palabras, toma su celular del escritorio y sale rápidamente, negándome siquiera poderle contestar. «¿Qué carajos?», pienso sorprendida, después de todo en más de una ocasión se me ha insinuado, pero ahora que decido tomar las riendas del asunto termina huyendo como un adolescente inexperto, ¿Será que a pesar de su edad es virgen y solo aparentaba ser más experimentando? No, no lo creo, debe ser más que eso.

Me siento molesta, deseaba poder continuar besándolo unos minutos más, pero ya que. Al detenerme en la puerta acomodo mi falda percatándome de la presencia de Bastian, quien desde el fondo del pasillo me mira enojado como si supiera todo lo que acaba de pasar. Esta es mi oportunidad para molestarlo, así que asegurándome de que me esté mirando, limpio mi labio con el dedo medio de mi mano derecha, sin poder evitar darle una sonrisa tan fastidiosa que hasta a mí me asquearía. Segura de que ya lo alteré lo suficiente, me retiro hasta mi habitación.

Ya es hora, la pijamada está a punto de dar inicio y a pesar de que nadie ha llegado a la habitación, me coloco el pijama con tal de poder sentarme a fumar. Desde el ventanal puedo ver la oscuridad de la noche y las relucientes estrellas sobre mi cabeza, cuanto desearía poder continuar contemplándolas con mayor concentración, pero la verdad es que tan solo puedo pensar en David y su repentina huida. ¿Será que en realidad no le gusto? El espejo está frente a mí, puedo ver mi pálido rostro sin maquillaje y mi voluptuoso cuerpo tapado por tan solo un vestido de color negro, el que resalta por su decorado escote del que no me aburro de enseñar.

Entre pensamientos, puedo sentir como alguien ingresa a la habitación, es Félix. Exaltada, tiro el cigarro para afuera y me pongo de pie rápidamente, fingiendo agradecimiento por su llegada. Sonriente, observo el short corto y camisa de pijama que utiliza, está más que claro que es gay, pero la verdad es que no creí llegar a verlo con algo que lo dejara aún más a relucir.

—Es broma que estabas fumando —me dice cerrando la puerta con rapidez —no es correcto que hagas eso.

—¿Eh? —exclamo sorprendida —no, solo...

—Porque no puedes fumar sin mí, además—saca de entre sus bolsas una más pequeña con marihuana— traje algo mucho mejor —susurra acercándose.

¡¿Es una broma?! Jamás creí que diría esto, pero este chico podría llegar a ser mi mejor amigo, claramente es lo que necesito en mi vida, aún más cuando es capaz de pasear por toda la escuela con droga sin que nadie se entere. Mi sonrisa torna a ser verdadera y sin poder decir ni una sola palabra recibo el cogollo que prepara para mí.

Sin haberlo premeditado ambos hemos comenzado a fumar, provocando que las sonrisas no falten y más de una anécdota de nuestro pasado salga dentro de la conversación, ciertamente jamás creí que podría confiar en alguien que no sea Jenny, pero la verdad es que no me molesta en lo absoluto, después de todo quizás esta pijamada si fue una buena idea.

Ambos ya estamos lo suficientemente drogados como para hablar incoherencias, mi cuerpo se siente calmado y es como si todo sucediera con lentitud. Puedo ver como el resto de las chicas ingresan con bolsas de supermercado, de seguro pidieron algún delivery y por eso demoraban, pero no me quejo, después de todo puedo percatarme de como sacan de entre sus pijamas botellas de vodka y cervezas, esto sí que es la gloria.

Me siento como si estuviese en las nubes y no puedo parar de sonreír, todas fumamos y bebemos como si nos conociéramos de hace años, mientras contamos historias lo suficientemente interesantes como para permitir comentar sobre ellas durante horas, es así como sin pensarlo hablo sobre el beso que me di con David sin dar su nombre, esperando a que me aconsejen sobre lo que puede ser el motivo de su escape.

—De seguro se excitó tanto que no lo soportó —oigo burlarse a Félix mientras que Lili le pinta las uñas de sus manos.

—¡Claro que no! —interrumpe Jazmín tan ebria como para no poder su cuerpo —de seguro no le gustas lo suficiente y ya, hay más hombres en el mundo, no te calientes solo por uno.

—O tal vez vio algo en tus intenciones que no le agradó —dice Jenny mientras me mira con molestia.

Es más que claro que Jenny sabe de quién hablo, pero ¿A qué se debe esta extraña aura? ¿Será que le molesta no haberse enterado antes? Sus ojos están más abiertos de lo normal, sus manos están rígidas al igual que su cuerpo y a pesar de que se encuentra haciéndome una trenza, puedo ver su molestia a través de uno de los espejos, agregando además que me jala el pelo más que al comienzo de la conversación.

Ya cansados de hablar, todos terminan quedándose dormidos, excepto yo, que siento como si me faltara el aire. Caminando por los pasillos de forma silenciosa, me preocupo de no ser captada por los guardias nocturnos ni por las cámaras de seguridad, aunque en realidad el mareo me dificulta poder caminar de forma recta, lo que me obliga a tener que detenerme junto a una puerta en donde me apoyo, la que por algún motivo que desconozco se abre haciéndome caer hasta su interior. «Son las tres de la mañana ¿Quién podría estar despierto además de mí? ¡Mierda! La caída sí que dolió, pero ¿Qué es este pectoral tan tonificado?», pienso con mis ojos entre abiertos.

—¿Jessica? —oigo decir a una voz masculina.

Mi cuerpo pesa y el sueño me está haciendo querer dormir, pero no permito que el cansancio me venza, es por eso que, sin poderme del todo el cuerpo, me levanto del piso y comienzo a desnudar luego de ver una cama en frente de mí, quedando tan solo con la ropa interior dispuesta a recostarme. ¿Quién es el que me habla? No lo sé en realidad, pero no importa, quizás en la mañana pueda saberlo con mayor claridad, por ahora solo quiero dormir.

..................................

Los rayos del sol apuntan directo a mi cara, la jaqueca está peor de lo que esperaba, mis ojos pesan tanto que no puedo ni siquiera pensar y la voz masculina junto a mí me hace terminar por abrir mis ojos tan rápido como puedo. El azul de sus luceros está sobre mí ¿Qué es lo que hace aquí? Tranquilo, me mira como si no supiera qué hacer más que reír, mientras me entrega café caliente.

—Veo que ya has despertado —le oigo decir a David, quien se encuentra recién bañado y con tan solo una toalla cubriendo la zona inferior de su cuerpo.

—¿Qué haces aquí? —pregunto mientras bebo de la taza.

—Es mi habitación, la verdadera pregunta debería ser porque te desnudaste y dormiste aquí —se mofa como si le diera gracia, mi actitud de adolescente, ¿Es qué olvida que es mi maestro?

No puedo recordar que fue lo que sucedió anoche, pero no desaprovecharé ni una oportunidad junto a él, es por eso que dejo a un lado el café y me pongo de pie hasta quedar de frente, ignorando por completo mi notable falta de ropa, la que le produce una incomodidad evidente. Sus ojos no dejan de mirar mis pechos, es como si me comiera con la mirada, pero algo le hace detenerse, ¿es porque es mi profesor? Solo faltan días para ser mayor de edad, ¿es que esto sería ilegal entonces?

—Creo que deberías ir a tu habitación, más tarde te daré tu castigo —dice intentando desviar su mirada de mí.

Su entrepierna lo delata, está excitado, así que no dejaré pasar más tiempo, sin pensarlo cojo su mano y la coloco sobre uno de mis senos, esperando a ver su reacción, la que para mi sorpresa no es la que esperaba.

—Ya basta Jessica —se aleja molesto —soy tu profesor, ya olvida los coqueteos de antes, no fueron en serio y si no quieres que te reporte, dejarás de tratarme como uno de tus compañeros de clase.

Me siento furiosa, la vergüenza recae sobre mí nuevamente, no puedo siquiera mirarlo a la cara, pues mi corazón late con tanta fuerza que no me deja siquiera pensar, es por eso que cojo mi pijama del suelo y me lo coloco sin chistar, para luego intentar abrir la puerta principal con intenciones de salir, pero soy interceptada por mi profesor. ¿Qué es lo que sucede ahora? ¿Acaso no fue demasiada humillación?

—Espera —me dice como si algo le molestara.

—Lo siento profesor David, fui una tonta —finjo una sonrisa —creí por sus coqueteos que sentía algo especial por mí, olvidando por completo la diferencia de posiciones en las que nos encontramos, desearé continuar ayudándolo en el futuro con sus relatos y espero que pueda olvidar lo sucedido en su oficina y aquí —me acerco a él —quizás más adelante olvide el quererle agradar.

—Jessica — me sujeta de los hombros con fuerza —lo haces, me agradas, es solo que hay alguien en tu alrededor que no le gusta que así sea.

—¿A qué se refiere? —interrogo con curiosidad, sin evitar gustarme que me tome con sus sensuales manos.

—Alguien habló con la directora de nuestra cercanía y estoy con una amonestación, ya a la tercera seré transferido y tu expulsada.

A penas sus palabras resuenan junto a mí, un nombre se viene a mi mente irritando cada parte de mi cuerpo, siento como se me calientan las mejillas dando la impresión de que están por hervir y mis manos se aprietan por sí solas, deseando golpearlo hasta desfallecer. ¡Maldito seas Bastian! No tengo pruebas de su culpabilidad, pero tampoco dudas, claramente es él y esta vez sí que no lo dejaré salirse con la suya, esta ocasión sabrá lo que es meterse con Jessica Reynolds. «Será mejor que te prepares, porque aquí comienza nuestra guerra»

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro