¿Tú crees que tu hijo no se percata de tus desaires hacia él?

"Los hijos son los peores jueces de los padres" decía una mujer, mientras esperaba el metro, se percibía desamparada. El metro estaba descompuesto, todos esperaban que lo arreglaran pronto, para poder llegar a sus destinos, otros simplemente se retiraban para tomar un bus, se quedaban los que preferían esperar, se veían sin apuro, la verdad todos eran ya mayores, con ansias de platicar.

_¿Porqué dice que los hijos son los peores jueces?_ le preguntó un hombre alzando la voz.

_¡Me siento abandonada, mis hijos ni me llaman, mis hijas me ignoran, aunque tuve cinco, pareciera que nunca Parí!_ Lo dijo estirando su boca desanimada.

_¿Usted los castigó mucho?_ la interroga otra mujer que se encontraba a su lado derecho.

_¡Ahora eh analizado de cómo los crié y me doy cuenta que siempre prefería entregarle atención a mis sobrinas, ya que ellas eran muy amables y cariñosas con migo, las llevaba a la playa, les enseñaba a patinar, les entregaba regalos, ya que su madre que era mi cuñada trabajaba y cuando llegaba al lado de mis hijos ya estaba cansada, sin ánimo ni plata, eso pasó hasta que crecieron, todos se independizaron, quedando yo sola, hoy mis sobrinas ya ni se acuerdan de mí y tampoco mis hijos!_

"Nunca es tarde" le dice un joven "ahora recupere ese tiempo perdido para que sus hijos olviden esos desaires" "acérquese a sus nietos" le mencionó otra.

_¡Ya no tengo ganas de acercarme a ellos, solo me reprochan y gritonean!_

_¡Considero que sus nietos merecen su atención, de lo contrario no tendrán recuerdos suyo, debe ir a verlos, ellos se cansarán y olvidarán sus faltas!_ le aconsejó una joven. Mientras ésta señora se inclina frunciendo su frente.

Un Señor muy distinguido de buen pronunciar, confidensio _¡Yo tengo el mismo drama, solo entregué afectos a mi hija desde que nació y mis hijos se sentían desplazados, me lo han dicho muchas veces. Apenas mi hija Angélica se casó se fue a vivir a Australia, desde allá solo me manda cartas, un día le dije que iría a visitarla, me respondió que su tiempo era limitado y no tenía tiempo ni espacio para recibir visitas.

Un muchachito que se veía desorientado, se sincero _¡Me imagino que sus hijos vivieron sintiéndose desplazados, ya que yo fuí lo más importante para mí madre, hasta que conoció un hombre y se casó, quedando embarazada muy luego nació su hijo, desde ahí que no merecía un beso, un abrazo, menos un poco de atención, me sentía un estorbo, para mí era mejor no hablar, ya más grande conocí un amigo que trabajaba y me preguntó si quería trabajar, me gustó la idea y me puse a trabajar como reponedor, fuera de las horas de mis estudios, el primer año dejé la casa y me fuí a arrendar una pieza, entre el trabajo y el estudio transcurrió un año, hasta que un día me encontró mi madre, lloró al verme y me pidió que volviera a la casa, me prometió que todo sería distinto, volví, ahora veo que se esfuerza para entregarme aprecio, ya que ahora no soy lo más importante en su vida y eso lo veo día a día!_ todos prestaban atención a éste joven, que hablaba con sentimentalismo puro.

Una joven, que ya no tenía otra posibilidad, de esperar que la llevara el metro, hasta su hogar, con sus brazos cruzados los calentaba, para disipar el frío que comenzaba hacerse notorio, una señora le pasó un chaleco, diciéndole que estaba limpio, que trabajaba en una casa y le regalaron ese paquete de ropa que ya no se usaba, tocando el bolso lo mostró, el frío que estaba sintiendo ésta chiquilla no la dejó negarse, se lo puso apresurada, la señora le comentó que parecía que fuera de ella, luego sacó un puñado de dulces y le entregó unos cuantos, la muchachita solo supo sonreírle y agradecerle su benévolo gesto. Se acomodó en el asiento y alzó la voz para contar su vivencia. Todos esperaban su vivencia prestando atención.

_¡Yo me siento un bicho raro en mi propio hogar, todo lo que digo mi madre lo encuentra loco y lo primero que hace es reír, la miro con indignación para que entienda que su actitud me molesta, aún así lo hace igual, me quita que me relacione con mi tía por parte de mi padre, diciendo que ella empeorará mi locura, ya que todo lo que le cuento a mi tía lo interpreta en el buen sentido, en cambio mi madre, que es mi madre, nunca entiende mis dichos y comentarios. En una oportunidad la miré con tanta indignación que no le dí su cachetada solo por que es mi madre, le dije que cada vez que llegaba mi periodo me dolía mi vientre y sentía frío, de inmediato lo interpretó cómo flojera, que solo era flojera mía, en otra oportunidad, corrí a su avitación, ya que ví una sombra que pasó por mi pieza estando yo acostada, me mandó a cambiar diciendo que cada día estaba más loca, mi padre es más solidario y se fue con migo a mi pieza, estuvo con migo hasta que me quedé dormida, lo peor que en la mañana mi madre dijo "ahí viene la loca que anda viendo sombras" y riendo me dijo que sólo daba jugo, fingí ignorar sus palabras y le pregunté que iba a llevar de colación, me respondió que yo solo pensaba en comida, que si seguía así sería una cerda, cómo voy a estar sin comer desde la mañana hasta las cuatro de la tarde, la miré ensimismada, con lágrima en mis ojos, se puso a reír y me abrazó, me contuve para no decirle nada, me safe de sus brazos, tomé un pan y lo metí a mi mochila, otro día le pedí plata para un material de estudio, hasta me dijo que ella me tuvo solo para arreglar su matrimonio, esos dichos no los puedo olvidar, en una oportunidad le pedí dinero para comprar toallas higiénicas, me respondió que no tenía, que llevara papel higiénico, tuve que llamar a mi tía y decirle mi necesidad no pasó ni media hora y llegó con paquetes de distintas marcas y un chocolate, diciéndome que a ella le gusta comer chocolate cuando le llegaba su periodo, ella es tan distinta!_ Otra jovencita dió gracias porque su madre es comprensiva solo que es muy gritona ya que le gusta que la casa siempre esté cómo casa piloto.

Un adolescente que se veía nervioso, era un nerviosismo por querer confidenciar su secreta desgracia. Una señora que estaba a su lado le notó su anormal estado, pasándole un jugo en cajita, lo hinsito a que mencionara su dolencia, mientras todos hablaban unos unos con otros, la señora levantó la voz para invitarlos a escuchar a éste aujerozo niño, él que tomó su cara arrastrando su mano por el pelo.

_¡Mi madre tuvo una hija soltera, la que se crió con su abuela, que al morir por ancianidad, mi hermana se vino a vivir con nosotros, lo malo que no trajo su cama y mi madre no encontró nada mejor que hacerla dormir con migo!_  El joven hace un paréntesis y da una mirada a la audiencia, tomando un bocaron de aire continúa
_¡Lo malo que ella abusa de mi por las noches, al acusarla a mi madre no me cree y para remate me da una palmada, tratándome de calumniador y para colmo sigo durmiendo con la hermana abusadora, un día me puse a gritar, cuando llegó mi madre a mi avitación, la perversa le dijo que yo estaba soñando!_   Un hombre que le prestaba atención, ya que había sufrido ese mismo déjamen con su tía, le preguntó si su padre estába al tanto de lo que le afectaba, el muchachito acongojado le responde que se lo dijo y se quedó sin creerle, ya que su madre le dió a entender que él estába muy mentiroso. El señor le preguntó su nombre.

_¡Carlitos, dame tu dirección para llevarte una cama propia y no tengas que dormir con la depravada de tu hermana y si se llega a meter a tu cama, tu te pones furioso y gritas que no quieres dormir con ella!_

Una muchachita que llevaba puesto el uniforme de su colegio, dijo tener hambre, la señora que le había cedido el chaleco a la otra joven sacó un trozo de su dulce y se lo entregó, la jovencita lo recibió, dejando entre ver su agradecimiento, le mostró una amplia sonrisa, sin que alcanzara a agradecer su madre le dirigió la mirada y le agradeció el gesto, para que su hija saciara en parte su apetito y tuvo la osadía de confidensiar su falta cómo madre, alzó la voz, mirando a los presentes.

_¡Escuchando las versiones, me e dado cuenta que yo cómo madre cometo una falta con mis hijos, que quizás los estoy perjudicando. Resulta que muy a menudo los dejo solos en casa, por semanas y cuando estoy con ellos, me dan a conocer sus inquietudes, muchas veces no les presto la atención que merecen y en muchas ocasiones hasta me río, pensando que solo es tonteras de adolescentes!_ la misma señora que le entrega el trozo de dulce a su hija le pregunta la cantidad de hijos que tiene, al decirle que tres, otro señor que se interesa de la acotación de ésta señora, le pregunta por los comentarios que le hacen sus hijos, el hombre que sostenía un bolso en sus piernas, le dejó caer la mano abierta, otro le mencionó que tenía pinta de sicólogo, éste señor no le respondió y solo le entregó una leve mirada adjuntándole una sonrisa aún más leve y la confidente continuó con su versión.

_¡Mi hijo menor en una conversación me confidencio que él se a tratado de suicidar en tres ocasiones, le respondí que si no lo hizo en tres ocasiones ya no se mata y me largué a reír, me voy a matar de verdad me habló golpeado, ese día caminábamos cerca del río y le dije que se fuera a tirar al río y se solucionaban sus problemas. Luego reaccioné cuando me dijo que no lo quería, lo abracé y le dije que estaba bromeando!_ Todos murmuraban, fue cuando le habló el hombre del maletín y le sugirió que lo llevara a un especialista.

_¡Mi hijo mayor tenía una obsesión por la música, yo solo quería que estudiara, experimentó con el violín, no le resultó, el teclado, no le gustó, con la guitarra le dolían los dedos, con la batería era un ruido infernal, quedando todo harrumbado en la casa, sin saber que se le había ocurrido formar un grupo con sus amigos de su curso, un día vinieron tocaron y dejaron todo desordenado, pasaron unos días y los publiqué a la venta, sin preguntarle a él, hasta que terminaron sus certámenes y fueron a tocar, se enojó al saber que le había vendido todo, ese verano hasta lo ví llegar ebrio a la casa, desde ese día sentí que lo perdí cómo hijo, se fue a la universidad de otra ciudad, si no lo llamo por teléfono, no me habla, solo tiene comunicación con su padre!_ Los hijos son los peores jueces de sus padres, volvió a reiterar la primera señora.

_¡Mi hija aquí presente quería ser monja, no le permiti que siguiera con esa absurda idea, le compré patines y contraté un instructor para que le enseñara, hoy ya la veo con otras ideas!_ La jovencita bajó su mirada, hasta que el hombre del maletín le entregó una tarjeta para que fuera a su consulta, al ver el otro hombre le justificó que él instruyó que era siquiatra.

Hasta que una señora que se había mantenido en silencio obaciona que viene el metro, la joven que tenía puesto el chaleco se lo entrega a la señora, ella muy amable le dice que si le gusta se lo deje. Con las puertas abiertas subían apresurados y continuaban con sus alborotadas  conversaciones, haciéndose amigos, oh íntimos conocidos.