Capítulo Diez

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Rowan había extendido ambas manos hacía el frente—Con sus párpados aún cerrados—, las cerró en un puño atrayendolas hacia su pecho, su rostro se había enrojecido, una vena en su frente empezó a resaltar como si estuviese haciendo mucha fuerza pero no cargaba nada, o al menos eso pensó él hombre que la observaba desde el escondite detenidamente con el entrecejo fruncido.

—¡Aaahh!—Se escuchó un grito masculio.

Un hombre flotaba en el aire, pataleando con el rostro tan rojo como la misma sangre, sus manos rodeaban su cuello como si lo estuviesen ahorcando. "¿realmente lo están ahorcando?"  se preguntó, poniéndose de pie y apuntando con su arma hacia él hombre que gritaba con dificultad en el aire, miró a Rowan con intriga "¿Eso lo estaba haciendo ella?"

Rowan abrió los ojos, soltó los puños y dejó caer sus manos a sus costados relajando sus hombros, al instante él hombre cayó, se quejó e intentó ponerse de pie pero Rowan caminó tan rápido hacía él que en cada paso que daba levantaba polvo, se colocó cerca de él, lo empujó con su pie y se agachó tomando del cabello la cabeza de él hombre, lo obligó a mirarla a los ojos, a esos esos ojos que a nadie le gustaba mirar, pues, les causaba miedo el extraño defecto de su mirada.

—Si, si se acercan o disparan ¡Lo mató!—Amenazó Rowan, mirando en diferentes direcciones.

—Nos pasamos por el culo las ordenes de una mujer.—Una voz provocó que todos girarán la cabeza como exorcistas hacia la dirección donde se había escuchado esa voz ¿De dónde había salido ese hombre? Nadie vio, nadie escuchó.

No iba a mentir, ella sí sentía miedo pero si no hacía lo que Adrien le ordenó hacer  matarían a Crew. Jamás en la vida lo iba a permitir.

—Yo que tú lo haría.—Aconsejó Rowan, con voz entrecortada, no podía ocultar su miedo, su voz siempre la delataba.

Una carcajada burlista salió de la garganta de él hombre, se relamio los labios y a pasos cortos empezó a acercarse hacia Rowan.

Ells no quería lastimar a nadie, realmente no lo quería. Su pulsó se aceleró y una sensación terrible en el estómago la hizo soltar un pequeño quejido. Todos los hombres de la OIP estaban apuntándole a él hombre que se acercaba a Rowan con una expresión de burla en su rostro.

Rowan soltó un leve suspiro poniéndose de pie mirando hacia el suelo. Él hombre sonrió, dejando ver una dentadura amarillenta, había una que otra arruga en su rostro, llevaba puesto un traje camuflado y una botas negras muy sucias.

Rowan cerró sus párpados"solo hay trece temperaturas"  pensó, abrió rápidamente sus párpados, sus extremidades empezaron a temblar, para su sorpresa ya estaba rodeada por catorce personas más.

—Eso no estaba en los planes.—Uno de los hombres de la OIP le susurró a su compañero la incertidumbre que empezó a sentir.

—Él señor nos dijo que acabar con esos hombres iba hacer fácil si le dejamos el trabajo a ella. Dicen que ella salió de un laboratorio, también escuche que ella fue creada por un científico.

—¿Creada?—Preguntó abriendo los ojos como botones.

—No nació de una mujer, nació de un...

Un gritó hizo que él hombre dejará la palabras en el aire, su boca se abrió en una gran "O" mirando con los ojos bien abiertos a la escena frente a él.

Rowan estaba agachada con las manos sobre la tierra, poco a poco se puso de pie, levantó la cabeza para observar a su alrededor, su pecho subía y bajaba reiteradamente, dio un paso hacia atrás parpadeando varias vaces, había perdido un poco el equilibro,—Eso siempre sucedía cuando usaba más de su capacidad mental—al ver lo que había frente a ella, caminó a pasos decididos hacia él hombre que se encontraba en el suelo torciendose de dolor, puso su pie sobre su pecho y levantó la cabeza con ayuda de sus manos, lo miró fijamente y enterró sin chistear sus dedos en los ojos de aquel hombre, miró sobre su hombro, asegurándose de que nadie estuviese detrás de ella para luego sacar los pulgares ensangrentados provocando un sonido desagradable, se giró mirando todo a su alrededor con una leve sonrisa y un sentimiento de satisfacción.

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—Señor, siete hombres fueron asfixiados, y los demás estaban en posiciones algo macabras y el último, Walter Ronda ella...le sacó los ojos.—Contestó con una expresión de asco.

Cuando vio a esa chica jamás imaginó que fuera capaz de matar así de manera sádica. Miró por unos segundos a Rowan, se encontraba sentada con las manos descansando sobre sus piernas, en su rostro no había expresión de arrepentimiento, nada por el estilo, parecía pacífica, arrugó su nariz y apartó la mirada. Todos los demás la miraban con horror. Rowan aún tenía sus dedos cubiertos de sangre, de su nariz salían dos líneas de sangre que no había tenido molestia de limpiar.

—Para eso la mandé a traer aquí.—Habló aquel imponente hombre, mirando con neutralidad a él hombre frente a él.—Esos malditos creían que iban a verme la cara de estúpido.

Mientras tanto Rowan estaba con la mirada perdida en sus botas negras. Ella creyó que iba a sentir culpa o quizá algún sentimiento que no la dejará vivir en paz pero fue todo lo contrario, desató toda su rabia en aquellos hombres, asfixió y enterró sus dedos en los ojos de una persona"¿Cómo fue que lo hice?"  no lo entendía, "¿Esta mal que yo no sienta culpa?"  Se preguntó mentalmente, frunció la frente pasando la mangas de su traje por debajo de su nariz, limpiando las dos líneas de sangre que habían escapado de sus orificios nasales.

Sintió una mirada encima de ella, levantó la cabeza y al chocar miradas con una persona de ojos negros bajo nuevamente la cabeza.

El clima se empezó a poner más tenso, su cuerpo empezó a sudar, quería quitarse ese traje y ponerse la bata, al menos sentiría un poco más de frescura. Se puso de pie y caminó hacia el lugar donde recordó haber dejado la bata, arrugó su frente al ver que no había nada, bufó y se dio la vuelta para regresar pero para su sorpresa había una persona frente a ella, con la máscara en el rostro, reconoció esa mierda, esos ojos negros, la misma persona que la había estado observando con intensidad.

Se quitó la máscara, dejando caer unos que otros mechones sobre su frente, su piel era muy blanca, su cabello oscuro al igual que sus ojos, sus labios estaban rojos al igual que sus mejillas, era un hombre y uno muy joven.

Miró a Rowan a los ojos por un par de minutos con cierta intensidad, después bajo a las manos de ella, a esas manos aún manchadas de sangre. Rowan empezó a sentirse incómoda, nunca antes nadie la había estado observando con detenimiento, soltó un suspiro y entonces decidió hablar.

—¿Qué miras?—Preguntó con curiosidad sin dejar de mirar el rostro de él hombre, es mucho más alto que ella así que estiraba un poco su cuello para mirarlo a los ojos.

Él junto sus cejas.

—I don't not speak Spa...—Fue interrumpido por dos personas, todos observaron a Rowan luego a él chico frente a ella, le restaron importancia y se acercaron a Rowan, tomándola con brusquedad de los brazos y arrastrarla hacia la camioneta donde Rowan había despertado. Sintió un pinchazo cerca de su cuello, llevó con miedo su mano derecha hacia esa parte, su vista empezó a nublarse hasta el punto de oscurecerse por completo.

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Nota de la autora:

¡Ey! Espero se encuentren bien.

No me maten por haberlos dejado con la intriga :)

No olviden al boy de los ojos negrus :3

¿Te gusto el capítulo persona hermosa de mi corazón?

Comenta tus dudas

¡Nos leemos en el próximo capítulo!

💙

Keil Pravia