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[05] Detrás De Los Arbustos

Capítulo Cinco

El viento bailaba con las hojas de los árboles. El cielo se veía desgastado, las nubes apenas se lograban ver.

Una pareja de pájaros revolotean por los aires, mientras que una gran nube de humo cubria el desgastado y melancólico cielo celeste.

En la casa número diecisiete, calle 12, hubo un incendio en el cual, murieron tres personas. Las personas desesperadas se acercan a ver lo que sucede. El silencio fue interrumpido por gritos y el sonido del camión de bomberos acercándose. Los vecinos se apresuran con cubetas de agua, en un intento fallido por apagar el enorme incendio.

Persephone, observó nuevamente el cielo, que ahora tenia una tonalidad amarillenta y opaca.

"El ambiente debe de estar tan cansado de la contaminación que ya ni se toma la molestia de lucir radiante y nítido."

El aire empezó a sentirse pesado e imposible de respirar. Cruzó sus brazos y se apresuré a alejarse de el lugar, se detuvo en seco en medio de la calle y levantó la cabeza en dirección al cielo.

-¡Que calor!-Soltó en un suspiro.

Continuó alejándose de el lugar. Miró hacia a un lado, asegurándose de que nadie la estuviese viendo, se acercó hasta el lugar donde había dejado su bicicleta, echó una última mirada hacia atrás, soltó un leve suspiro y se fue tan rápido como pudo.

A las cuatro en punto, -Todos los días- Persephone toma su bicicleta y se dirige hacia el lugar más solitaria del pueblo La colina amiga. Todo comenzó un nueve de octubre, Persephone se mudó a La colina amiga, y desde que llegó, se llenó de grandes curiosidades por los rincones del pequeño pueblo, así que empezó una excursión por toda el área.

Durante semanas no había encontrado nada interesante, unas que otras casas abandonadas, y el pequeño y viejo edificio de electricidad del pueblo pero de ahí, nada asombroso.

Una tarde calurosa de octubre, Persephone vagaba por el lugar más solitario de el pueblo, no había más que bosque. Justo ese día iba a dar por finalizada su excursión, hasta que se topó con algo extraño.

Una mujer de contextura delgada, vestia con unos pantalones verdes, y una gran bata blanca que le caía debajo de las rodillas, la bata tenia manchas de líquidos extraños, y en sus manos traía un frasco que contenía un líquido naranja, casi rojizo. Estaba de pie, mirando fijamente hacia el suelo, llevó sus manos a los bolsillos de su bata.

-¡Qué infierno! -Exclamó la mujer con rabia.

Persephone giró su cabeza hacia la izquierda. Observó el pequeño edificio, con las paredes pintadas en color blanco, la zona rodeada de un gran campo de alambres y un rótulo que decía:

"CES (Compañía de electricidad Sao)"

Se escuchó una alarma, proveniente de las instalaciones de la CES. La mujer sacudió su cabeza y salió disparada hacia la parte trasera de el pequeño edificio. Persephone corrió a esconderse detrás de unos arbustos. Lo que observó después la dejó en total desorientación.

Dos hombres armados y vestidos como militares, estaban saliendo por la parte trasera de el lugar, detrás de ellos venían dos personas vestidas de blanco de pies a cabeza, llevaban unas máscaras de plástico sobre sus rostros, y entre medio de ellos, un niño, un niño con un físico muy extraño: Su piel pálida, su cabello blanco y muy muy delgado.

Parecía estar casi dormido, llevaba sus ojos cerrados, tropezaba en cada paso que dada. Lo tomaron con brusquedad sobre sus delgados brazos y lo obligaron a caminar más rápido.

Una camioneta color negra se detuvo frente a el edificio, justo antes de llegar hasta la camioneta él niño abrió los ojos y empujó con una fuerza sobrenatural a los militares e intentó correr hacia el bosque, pero una de las personas vestida de blanco le disparó un dardo tranquilizante.

Todo ocurrió muy rápido. Se llevaron a él niño en la camioneta, los dos militares se fueron con él y las otras dos personas volvieron a entrar al edificio.

Persephone observó todo. Solo tenía nueve años de edad, pero tenía la suficiente edad como para darse cuenta de que en realidad ese edificio no era una compañía de electricidad.

Era algo más.

Desde ese día, Persephone observa como él niño es trasladado en diferentes camionetas, con diferentes militares, una vez a la semana.

Persephone se propuso encontrar respuestas.

¿Quién es ese niño?

¿Y que hay ahí dentro?

Le pregunto a algunos vecinos sobre la CES, pero estos no sabían casi nada, no les importaba en lo más mínimo saber algo, incluso para ellos la CES era casi invisible.

Han pasado siete meses desde aquel avistamiento y aún no ha logrado averiguar nada más. Está vez, Persephone iba esperanzada. Llegó a la misma hora, al mismo lugar de siempre y detrás de los arbustos.

Ella nunca imaginó lo que ese día iba a ocurrir. Para Persephone no habia peligro alguno, de hecho lo miraba como toda una aventura entretenida, sin darse cuenta, se metió a la boca de el lobo.

Se escondió detrás de los arbustos, como lo había hecho todos estos siete meses. De su mochila sacó un par de binoculares que tomo de la habitación de su padre, y ansiosa empezó a observar cerca de las instalaciones de CES.

Le pareció muy extraño ver que no ocurría nada, todo estaba en total silencio, y eso la inquietó un poco. Se puso de pie y bufó.

-Qué extraño, ¿no?-Una voz masculina habló.

Soltó un grito y salió corriendo, pero frente a ella aparecieron tres hombres, quiso retroceder pero ya se encontraba rodeada, no había salida.

La niña empezó a temblar, su corazón martillaba contra su pecho, el pánico se apoderó de sus entrañas. Gritando a todo pulmón quizo correr pero rápidamente uno de los hombre se acercó y la agarró con fuerza, otro se acercó con un frasco en la mano y en la otra un pañuelo.

Todo se volvió borroso para Persephone, dejó de gritar, de patalear, hasta perder por completo el conocimiento.

...

Lentamente abrió sus párpados, frunció la frente al sentir un fuerte dolor de cabeza. Todo estaba oscuro, no se veía nada, no había sonido alguno, no hasta que la luz se encendió, dejando ver a tres hombres vestidos con un traje color hueso, y un hombre con una bata y una jeringa en su mano izquierda.

-¿Quién te envió?-Preguntó Adrien.-¿Quién eres?-Volvió a preguntar acercándose lentamente hacia Persephone.

-Me quiero ir, por favor déjenme ir.

-¿Quién eres?-Preguntó con un tono amenazador.

-¡Mamá! ¡Mamá!-Gritó Persephone rompiendo en llanto.

-Ay, es solo una mocosa, ¿Qué hacemos con ella? ¿La matamos o qué?

-Para nada todo esté escandalo.-Soltó Adrien con fastidio.

-Matarla, ¿Usted qué dice, señor Adrien?-Preguntó uno de los hombres, cruzando sus brazos y observando sin interés alguno a la niña.

-Tengo una idea.-Su mirada volvió a Persephone.-No podemos dejarla ir, ya sabe mucho, matarla es muy cruel...Pienso que quizás, nos serviría.-Agregó pensativo.

Todos se miraron entre sí.

-Llevala a el laboratorio.-Ordenó Adrien, saliendo de el lugar.

Uno de los hombres se acercó a Persephone, tirando de ella la obligó caminar hasta el laboratorio. Cuándo ya se encontraban en el lugar, la amarró a una camilla y apagó todas las luces, dejando el lugar en completa oscuridad.

Media hora después, Adrien entró al laboratorio.

-No debiste jugar a la detective.-Dijo Adrien, con una sonrisa y una alegría en su rostro.-Necesitaba una persona, para probar por segunda vez este magnífico proyecto, nadie quería ofrecerse, pero ya que estás aquí, vamos a darte utilidad.

Cuatro hombres entraron al laboratorio, y entre medio de ellos, se encontraba él niño, él mismo niño que Persephone ha estado observando en silencio detrás de los arbustos, estaba frente a ella, con el ceño frunció y la respiración acelerada.

-Mirá, se llama...¿Cómo te llamas?-Preguntó Adrien mirando a la niña con alegría.

-¡Mamá!-Gritó Persephone a todo pulmón.

Adrien tomó de los brazos a Persephone y la metió dentro de la incubadora, cerró con total seguridad la tapa.

Los otros cuatros hombres sacaron jeringas para sacarle muestras a 01B.

Persephone pateó, golpeo y rasguñó la incubadora, mientras que 01B la observaba con decepción en su rostro y entre un susurro 01B le dijo:

-No debiste.

Uno de los hombres salió junto con 01B del laboratorio, y los demás se quedaron cerca de Adrien, observando con total atención a Persephone. Adrien se acercó al micrófono, carraspeó su garganta y con un tono firme y alegre dijo.

-Proyecto Blanco. Primera fase...

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Nota de la autora:

Hola, muchas gracias por leer.

Rowan ya tiene un mes de ser publicada y estoy tan feliz de ver el apoyo que me han brindado, muchas gracias por regalarme un poco de su valioso tiempo.

¿Porqué militares?
¿Son realmente militares?
¿Qué mierda está pasando?

XO

Si te gustó, no olvides votar y de paso comentar tus dudas.

¡Nos leemos en el siguiente capítulo!

¡Cuídense mucho, para que me sigan leyendo! ❤ XD

KEIL PRAVIA

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