Capitulo 4
CAPITULO 4
Salieron bajo la picara mirada de varias personas entre ellas sus insufribles amigas,-"Kagome"- dijeron las tres señoritas al mismo tiempo, para llamar su atención y que de esa forma explicara las razones que tenía para irse con aquel joven tan extraño y apuesto.
-"chicas nos vemos luego"- fueron sus palabras para salir de aquel familiar local de comidas
-"esperan-"- pero la azabache ya no se encontraba al alcance de ellas -"se fue, ¿Quién era ese joven?"
-"quizás es su novio"-dijo Ayumi, mientras llevaba una papa a la boca.
-"no sería emocionante que tuviera novio y se olvidara del chico rebelde"- comento Eri, las demás asintieron conformes.- "Yuka ¿Qué sucede?"- pregunto al ver a su amiga tan metida en sus pensamientos- "¿ocurre algo?"
-"hee! no estoy bien no se preocupen"- sonrió para conversarlas- "será mejor comer que se nos hace tarde"
-"Tiene razón"
-"¿por qué me resulta familiar aquel joven?, sé que lo he visto pero no recuerdo donde ¿Por qué de repente tengo un mal presentimiento? Kagome solo espero que estés bien"- pensaba Yuka, con la mirada pérdida atreves del cristal, el sol estaba en su punto más alto, una calurosa media siesta.
Había estado caminando a la par del joven durante todo el trayecto sin decir una palabra, es más que podría preguntarle si ni ella misma entendía que es lo que estaba sucediendo, la había llamado Sakura, el mismo nombre que aparecía en sus sueños,- "entonces él podría ser aquel joven en la colina".
Lo observo más detenidamente, tenía el cabello corto y de color marrón al igual que sus brillantes ojos, la piel pálida aunque no tanto, el mentón fino y pómulos perfectamente delineados -"ahora que lo pienso bien es muy apuesto"-, pensó escondiendo sus ojos tras un mechón de su frente avergonzada.
Yue la miro de reojo en verdad estaba distinta, tenía una imagen diferente de ella en el pasado, su cabello era más largo, y sus grandes ojos color chocolate siempre están brillando de alegría con su inigualable sonrisa en los labios y su carácter eran muy distinto aún seguía siendo dulce y tierna pero llegaba a ser verdaderamente aterradora cuando se enfadaba, o habían cosas que no le agradaban.
Su cuerpo también estaba distinto, ella era hermosa en todas sus aspecto, pero verla así tan cambiada a lo que la recordaba era algo nuevo y a la vez maravillosos, sin duda seguía siendo aquella mujer de corazón noble y puro que se preocupaba por los demás antes de que en ella misma, y eso era lo único malo y bueno que tenía, fue por esa causa, que la antigua mujer llamada Sakura, había muerto al intentar proteger lo que amaba, a él a ellos y a todos los demás seres que la rodeaban.
-"disculpa... Yue"- esas palabras lo sacaron de su ensañamiento "¿A dónde vamos?"- le pregunto Kagome con una sonrisa.
-"ya lo veras, estamos cerca"- respondió el devolviéndole la sonrisa- "¿recuerdas algo sobre mí?"- pregunto el joven algo inseguro, la sonrisa de kagome se opacó.
-"Yo- yo la verdad no recuerdo nada...-ella respondió con la mirada clavada en el suelo- suelo tener sueños extraños, en lugar que creo jamás a ver estado, pero es muy difícil porque a la vez me es tan familiar"
-"bueno quizás te tome algo de tiempo pasaron varios años"- intento de animarla
-"¿qué tanto paso?"
-"unos 2000 años"- respondió y sonrió al ver la cara de asombro de la azabache.
-"¡¿pero cómo?! ¿Es eso posible?"-el asintió- "quieres decir que viví desde mucho antes de conocer a Inuyasha"
-"digamos que el recién estaba madurando"
-"me podrías decir algo sobre mí, sobre quien soy o porque tengo esas imágenes en mi cabeza... por favor"-como decirle que no a aquella linda mirada acompañado de su angelical rostro, Yue suspiro mentalmente -"su habilidad para conversarme no ha cambiado"
-"bueno son recuerdos de tu vida anterior, los lugares, objetos y las personas, todos fueron parte de ti"- doblaron en un callejón, Kagome lo miro extrañada el no noto y se apresuró a explicarle -"no te preocupes no te are daño, pero necesito que confíes en mi ¿lo harás?"
Ella dudo unos segundos antes de asentir, lo tomo con delicadeza de la cintura logrando que ella se sonrojara y se pusiera nerviosa al mismo tiempo -"lo lamento pero es necesario así, de lo contrario no funcionara"- le explico, Yue no la miraba pues también estaba algo apenado por la situación -"por favor cierra los ojos Kagome y piensa en cosas lindas"- le dijo con vos suave, ella así lo hizo y el la sujeto más contra sí.
Pasaron segundos en los que la joven miko sintió una extraña calidez invadiendo su cuerpo, no sintió miedo ya que de alguna forma sabía que no le haría daño, sus poderes de sacerdotisa se sincronizaban con la nueva energía, en perfecta armonía, su cuerpo comenzó a temblar al reconocer esa sensación.
................................flash back................................
Estaba en un jardín, reconocía todas la flores y árboles que le gustaba, era tan real que podía percibir el aroma que desprendían estas, cerró los ojos un momento para apreciarlo más, pero el sonido de unos pasos acercándose con rapidez y el mudillo césped crujía cada vez que era pisoteado.
-"mi señora"- escucho, y se giró para encontrarse con un hombre, de larga cabellera blanca, un poco más oscura que el cabello de Inuyasha.
-"Yue ¿Qué sucede?"- pregunto ella con vos preocupada, a ver lo nervioso y pálido que estaba.
-"Mi Señor se ha ido, se llevó a varios hombres consigo"- le informo, mientras reponía el aliento, avía corrido hacia ella, para darle la noticia -"no pude detenerlo".
-"alista mis cosas no pienso dejarlo solo"- respondió ella con firmeza, mientras abandonaba aquel bello lugar, las puertas dobles del castillo se abrieron mucho antes de que ella pisase el primer escalón, recibiendo alabanzas de todos dentro de este.
Ella no prestaba atención a esos detalles, su mente estaba en otro lugar, con otra persona, alguien que no permitiría que muriera no sabiendo que podía detenerlo.
-"retírense"- ordeno a sus doncellas, quienes se encontraban arreglando la enorme habitación, fue directamente a un armario y saco una caja de color rojo aterciopelado.
-"No lo hagas por favor no vayas"- se escuchó la vos suplicante de Yue en la puerta.
-"Tengo que hacerlo de lo contrario nunca acabara, pero sobre todo lo único que quiero es estar a su lado"
-"Aun está muy débil Mi señora, no resistirá"- se excusó este, ella le dirigió una dura mirada, para luego volver su atención a lo que contenía el baúl.
-"Yue, he tomado una decisión y no vas a lograr cambiarla"- dio por finalizada aquella discusión y se adentró al baño con sus ropajes de lucha.
................................fin del flash back....................
-"Kagome"-sentía como su cuerpo era sacudido- "¡Kagome!"
-"¿qu- que sucedió?"- pregunto ella, al verse entre los brazo de Yue, y este recostado en el piso -"¿he dónde estamos?"- poco a poco su vista se fue adaptando al entorno, y reconoció que era un templo- "¿Yue que le paso a tu cabello?"- pregunto al ver que este ya no era de color marrón sino blanco, y que sus ojos cambiaron a celestes, tan celestes como el mismo cielo.
-"te lo explicare luego, pero primero debes descansar, el viaje a este mundo te ha dejado sin energías"- respondió, se puso de pie y luego la ayudo a ella, la condujo hasta una segunda habitación donde la deposito en un cómodo futon -"ahora descansa"- vio que ella iba a protestar y la corto -"no te diré nada hasta que descanses"- sonrió ante el puchero resignado que se formó en sus labios.
Se quedó unos minutos a su lado, hasta que ella se durmió plácidamente, lentamente se acercó hasta su rostro y aparo algunos escurridizos cabello, para acto seguido depositarle un beso en la frente.
-"Regresaste a mi"- susurro, mientras le acariciaba el rostro.
-"Yue"- la voz de un hombre a su espalda lo asusto, se giró con rapidez encontrándose con Tadashi, de pie junto a la puerta, llevaba entre sus manos una muda de ropa, especialmente para la joven que yacía en esa habitación -"¿Qué estás haciendo?"- pregunto con voz dura, mientras ingresaba y dejaba las cosas a un lado de la cama, el nombrado no había respondió en todo el transcurso pero se puso de pie y salió del lugar. -"¡responde!"- ya estaba lo suficiente lejos de la habitación como para poder gritarle.
-"nada, no estaba haciendo nada"- este se detuvo y lo enfrento.
-"aún no lo entiendes verdad, cuando recupera la memoria ¿por quién crees que ira?"-Yue, cerro las manos en puño, evitando ver a su amigo y si fuera posible no escuchar aquellas palabras-"¿Por ti? sabes muy bien que no será así Yue.
-"no es necesario que me lo repitas todo el tiempo"- corto este le dio la espalda dispuesto a irse lo más alejado de ese lugar.
-"¡entonces acéptalo de una maldita vez!"- le grito aun que no era necesario, aquel joven era dueño de un perfecto sistema auditivo- "no insistas en lo que te hace daño".
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Siguió caminando enfadado consigo mismo, sabiendo que todo lo que le dijo Tadashi era verdad, no existía un tal vez para él y para Kagome, si antes no lo hubo menos lo habría en este tiempo.
Se tiro sobre el tronco de un árbol a descansar y aclarar su mente, necesitaba poner las cosas en orden, debía sacarla de su cabeza y arrancar aquel sentimiento de su corazón.
-"Tadashi no entiende, no puedo dejar de amarte ¡no puedo!"- golpeo con sus manos el duro suelo, para ver como después gotas de sangre caían, hasta ser absorbidas por la tierra.
-"¡por kami ¿Qué te hiciste?!"- Yuri se encontraba por los alrededores, recolectando hierbas, vio al joven recostado en el árbol y se acercó para saludarlo, pero al ver la herida en su mano se preocupó, tiro el canasto a un costado y se colocó a su altura para socorrerlo -"te has lastimado"
-"No es nada"- dijo el apartando sus manos con brusquedad de las de Yuri -"podrías irte necesito estar solo"
-"pero"
-"¡Vete!"- fue el grito que se escuchó por los alrededores, Yue cerró la boca de golpe, al darse cuenta de su error y los ojos de Yuri se pusieron llorosos.
El intento disculparse pero las un nudo en su garganta no lo dejaba habla, la joven tomo el canasto y le dijo-"está bien, me iré"- se alejó lentamente de aquel lugar.
-"Yuri"- llamo pero la joven muchacha se alejaba cada vez más, dándose cuenta de que la había tratado mal cuando ella solo quería ayudarlo -"lo siento"
Mientras tanto dentro del templo Tadashi, se encontraba levitando en el cuarto principal de aquel viejo templo, el lugar está limpio y muy bien amueblado, tenía tres cuartos como dormitorio y uno que se usaba para rezos y comedor, contaba con un gran patio trasero bastante extenso ideal para que se ejercitaran ahí, y la entrada estaba adornado por un jardín de flores y varios árboles, en el medio de esta cruzaba un pequeño arroyo surcado por un puente de madera, pero no se podía ver que había más allá del puente porque, todo el templo y su alrededor está protegido por una especie de una barrera muy poderosa y jamás vista.
Yuri ingreso con rapidez a su cuarto, lo último que oyó Tadashi fue el fuerte desplazamiento de la puerta al cerrarse, abrió los ojos y se fue a investigar.
No tardo en darse cuenta del aroma salino que salía de la habitación, golpeo antes de entrar- "¿Qué sucedió?"
-"na-nada"- respondió ella, secándose las lagrimas, estaba dándole la espalda, aparento estar tranquila mientras sacaba las hierbas del canasto y las depositaba sobre una tela.
-"estas llorando ¿y aun piensas que no es nada?"- el se acerco lentamente hasta la joven de rodillas, Yuri al verlo cerca evitaba a toda costa verlo a los ojos, pero él fue muy listo y la obligo a mirarlo tomándola del mentón -"Hermanita ¿Qué sucede?"
-"no te preocupes"- respondió ella entrelazando sus manos -"ya se me pasara"- Tadashi se deshizo del agarre para secar las escurridizas lagrimas que bajaban por sus mejillas.
-"fue el, no es cierto"- era más una afirmación que una pregunta conocía a su hermana más que a nadie en el mundo, la quería y se preocupaba por sobre todo por ella, sabía que el único capaz de hacerla llorar era Yue, era un buen muchacho y su mejor amigo pero cuando se trataba de su hermana las relaciones no importaban, su prioridad era ella, estuvo a punto de perderla una vez, y se prometió a si mismo que la cuidaría, protegería y adoraría más que a su propia vida.
Sus padres fueron asesinados cuando apenas eran solo unos niños, Vivian en una aldea en las montañas desde entonces alejados de todo contacto con los demás seres, pero un día un poderoso rey Youkai, fue a buscarlos, los cuido y protegió durante varios siglos, con el único motivo de que ellos cuidaran al heredero de sus tierras.
Fue en aquel palacio donde conocieron a Yue, amigo y mano derecha del príncipe, con el tiempo los tres se hicieron grandes amigos y se cuidaban mutuamente, pero ella no pensaba igual, no sentía el mismo cariño que Yue le profesaba, no tardó en darse cuenta que se había enamorado del Youkai ángel.
-"En verdad estoy bien, por favor no te molestes con él fue mi culpa... yo- yo fui quien fue a molestarlo"- le explico a su hermano, mostrando una sonrisa.
-"está bien pero de todas formas iré a hablar con él"- le comento, mientras se ponía de pie.
- "espera" ella lo detuvo al sujetarse de una de sus mangas.-"¿no vas o golpearlo cierto?"
-"no te preocupes- sonrió y revolvió sus cabellos con dulzura-no seré rudo con él"- rio ante la expresión en blanco por el pánico que repentinamente sufría su bella hermana -"es una broma"- le dijo antes de salir y dejarla sola, Yuri lo vio desaparecer, solo en ese instante pudo suspirar, tristemente.
Se dispuso a terminar sus quehaceres, prepararía pociones, y luego alistaría el baño para que la joven azabache, observo a su alrededor y vio un canasto con frutas- "será mejor dejarle algo de comer, de seguro se despertara y estará muy hambrienta"- pensó en vos alta se levantó y tomo unas cuantas manzanas las puso en un recipiente más chicho y se dirigió a la habitación contigua.- "aun está dormida"- susurro se acercó sigilosamente hacia ella -" sí que es ella, un poco diferente físicamente, pero su aura sigue siendo la misma, es algo que nadie ni en un millón de años podría cambiarle"- pensaba la joven mientras observaba detenidamente cada rastro de Kagome, estaba a punto de irse cuando vio que habría los ojos.
La miko pestañeo un par de veces antes de abrirlos por completo, viéndose junto a ella, una joven mujer de cabellos rubios, que le miraba tierna,
-"¡Mi Señora que alegría verla de nuevo!"- kagome solo sonrió y se sentó en el futon "tome debe tener hambre"- le acerco los frutos, siempre sonriendo.
-"disculpa ¿Quién eres tú?"- podía reconocer el aura yuikai que salía de ella, pero esta no era demoniaca, sino todo lo contraria. La señorita llevaba puesto un kimono color morado desde la cintura hasta los hombros, la parte de abajo en cambio era blanca.
-"que cabeza la mía, perdone mi nombre es Yuri, y estoy aquí para servirle en lo que necesite"- respondió la joven, un tanto apenada.
-"es un placer conocerte Yuri,"-le dio la mano acompañada de la más bella de sus sonrisas- "yo me llamo-"
-"¿Kagome?"- la interrumpió ella.
-"¡así es!"- probo la manzana- "esta deliciosa"
-"me alegra que le guste Mi señora"- la forma en que la rubia la trataba la hacía sentir incomoda ella, no estaba acostumbrada a las formalidades.
Kagome se puso de pie -"Yuri solo llámame por mi nombre"
-"como usted ordene mí Se- digo Kagome"- se corrigió con rapidez haciendo que la morena riera por un momento.
-"vea que ya estas mejor"- la vos de un hombre interrumpió el momento.
-"¡Yue! si, gracias ya me encuentro bien"– recorrió al recién llegado con la mirada llevaba puesto un kimono de color blanco por competo, algo muy extraño ya que por momentos pareciera cambiar a un pálido color celeste, sus ojos brillaban de alergia y una sonrisa esta adornando su cara. La insistente mirada de kagome lo hizo sonrojarse y desviar el rostro-"¿pero dónde estamos?"- pregunto la azabache, ella también se había puesto algo incomoda.
-"en un templo aquí es donde vivimos todo este tiempo hasta que te encontramos"- respondió le extendió su mano y ella la acepto, Yuri solo miraba a la joven pareja alejarse- "este lugar fue creado por ti en otros tiempo"- le confeso, ingresaron a una especie de sótano, más bien una recamara subterránea- "tú lo anticipaste antes que todo, dijiste que nos sería útil en el futuro claro que jamás nos imaginamos el motivo"
-"¿Cómo es que olvide todo eso? Desearía volver a recordar"
-"no te preocupes pronto lo recordaras"- le respondió otro hombre que salió de entre las sombras- "mi Señora mi nombre es Tadashi"- hizo una pequeña reverencia, Kogome lo imito- "sería tan amable de seguirme"- pidió la hizo sentarse sobre el símbolo de su estrella justo en el medio, mientras que ambos hombres se colocaba en una de las puntas, minutos después bajo Yuri e hizo lo mismo.
-"¿Qué va a hacer?"- pregunto preocupaba, mientras miraba a cada uno de ellos.
-"como dije te devolveremos tus recuerdos"- respondió una vez mas Tadashi, tenia puesto un kimono azul oscuro con detalles en las mangas de color negro, su cabeza está cubierta por un pañuelo pero dejaba a la vista como unos escurridizos cabellos negros caían de él, no podía saber con exactitud de qué color eran sus ojos, debido a la poca luz que había en ese lugar- "¿quieres hacer esto o no?"- su tono fue frio y cortante.
-"¡sí!"- su voz sonó sin ninguna pizca de temor o duda, era firme y clara.
-"pero antes déjame advertirte que quizás no te guste lo que veas"- le dijo Yue, con vos seria.
-"está bien solo quiero saber quién soy en realidad"
-"entonces, kagome necesito que concentres tu energía en los tres, intenta sincronizarte con nuestro Yuki"
-"lo intentare"- respondió ella, cerró los ojos para poder hacerlo mejor.
-"no lo intentes debes hacerlo" –le volvió a advertir y de cabellos negro y ropas azules- "de lo contrario no funcionara y no sabemos qué consecuencias traerá"
-"Si, lo haré"- volvió e responder con firmeza, serró los ojos, mientras que los demás se tomaban de las manos serrándola así en un círculo, Tadashi murmuro una oración en Japón aún más antiguo, y los demás hicieron los mismo, era muy difícil de entender para la miko ya que no lo conocía, pasaron alrededor de 20 minutos repitiendo una y otra vez aquel conjuro, hasta que el cuerpo de Kagome comenzó a emitir energía azulina, que se elevaba en el aire rodeando a los presentes, ingresaba al cuerpo de cada uno y salía expulsada en dirección a ella, pero esta vez era azul oscuro.
El cuerpo de la azabache colaciono en el suelo cuando la extraña fuerza ingreso en ella, dejándola inconsciente por varios minutos, cuando despertó se encontró una vez más en aquella habitación, Yuri, Tadashi e inclusive Yue esperaban con ansias que les dijera algo.
La morena había cambia, no solo en su aspecto físico ahora se veía más madura, sus ojos habían tomado un extraño color chocolate intenso y pequeños destellos dorados, su cabello había crecido y sus caderas eran anchas acompañada por un par de largas y contorneadas piernas.
Su poder espiritual también había aumentado, se podía sentir la cálida aura que emanaba de ella, era simplemente placentero estar a su lado, aunque que también estaba unida a una extraña fuerza demoniaca, ambos poderes se acoplaban en perfecta armonía, lo que la hacía más poderosa, y ágil.
Por momentos su rostro mostraba una seriedad desconocida, para volver a ser la dulce y sonriente Kagome/ Sakura que ellos conocían.
-"ya los recuerdo"- les dijo sonriendo ampliamente la azabache, se puso de pie- "Yuri, mi hermosa aprendiz ¿Cuánto has avanzado en estos años?"
-"¡Mi señora qué alegría que sea usted nuevamente!"- dio un pequeño salto y sin esperar a que la morena dijera algo la abraza- "¡venga se lo mostrare!"
-"Yuri, déjala descansar"- le ordeno su hermano- "no hemos arreglo aquel asunto aun".
-"Es verdad, disculpe"- se mostró arrepentida, la joven- "supongo que me emocione demasiado"- rio apenada.
-"no has cambiado en nada, sigues igual de despistada"- bromeo la azabache, dejando escapar un risa- "¿Dónde está Yue?"- pregunto al no ver al peli blanco ahí junto a ellos.
-"salió, dijo que tenía algo que hacer"- respondió Tadashi- "mi señora ahí mucho de qué hablar"
-"Sí, estoy ansiosa de que me cuenten que ha pasado en todo este tiempo con ustedes"- la ahora nueva Kagome miro por el gran ventanal frente a ellos y reconoció el jardín, con sus flores favoritas y sobre todo el templo, adornado como aquel entonces ella, lo dejo, no había cambiado mucho se notaba que sus sirvientes lo habían mantenido limpio.
-"las he cuidado tal como me lo enseño"- dijo Yuri, mirando los enormes rosales que cubrían gran parte del patio-"estas son mis favoritas"- le dijo señalándole una especie desconocida, pues estas eran Rosas doradas, con un exquisito olor a lavanda y durazno (dato ficticio :x).
-"lo, se siempre te las rebuscabas para llevarte alguna a tu habitación"- la azabache sonrió al ver a la joven apenada por ser descubierta.
-"lo siento"- se disculpó, pero fue cortada por la risa de la morena.
-"no hay problema después de todo yo también lo hacía"- respondió- "será mejor entrar, o Tadashi se molestara"- conociendo el sináptico amigo que tenía, dueño de una inexistente paciencia.
-"¿y bien como están las cosas?"- pregunto con la mirada seria, mientras que Yuri les serbia un poco de té, Tadashi se encontraba frente a ella, observándola aun más serio.
-"hace menos de un año nos encontrábamos vigilando sus tierras, especialmente aquel lugar, los días pasaron tranquilos nada fuera de la normalidad... pero una mañana me di cuenta que la tumba había sido profanada, alguien había tomado restos... pero no fue esta el día siguiente que vimos al causante de eso, era una vieja anciana, una bruja... minutos antes de que Yue la destruyera ella nos dijo"
-""Inútiles, ya no pueden hacer nada –reía a carcajadas- todos morirán yo misma me encargue de que así sea"- su cabeza rodo por el suelo, por la espada del youkai ángel."
-"después aquello no supimos más nada, yo estaba enfadado con Yue"
-"es verdad, estuve todo el tiempo evitando que no se mataran"- resoplo enfadada la joven Youkai
-"... y al mismo tiempo todas las regiones de Japón eran atacadas por demonios"- prosiguió su hermano.
-"¿crees que tenga algo que ver?"- pregunto yuri.
-"es lo más probable ya que las personas, después de recibir los ataques actuaban como muertos vivientes"
-"¡Que como zombis!"- exclamo la morena sorprendida.
-"pues si"- en ese mismo momento Yue ingresaba por la puerta principal, cargando la mochila amarilla de kagome
-"¿Qué es eso?"- pregunto curiosa la rubia registrando sin pudor la bolsa, que obviamente no era para ella- "que cosas tan extrañas"- murmuro sacando un artefacto cuadrado.
-"! Es mi hipad¡"- le dijo Kagome tomándole y mostrándole cómo funcionaba, aquel aparato comenzó a emitir bellas melodías de la nada –"Yue ¿Cómo es que?"
-"fui a tu época y tu madre amablemente me las dio"-la azabache lo iba a interrumpir así que él se le adelanto-"no te preocupes no sabe más de lo necesario"- le dijo sonriendo- "¿y bien que aremos ahora?"- pregunto muy sonriente.
-"me gustaría entrenar un poco, y mañana saldremos para ver a los demás"- respondió la morena poniéndose de pie "¿me pregunto que estarán haciendo los muchachos e Inuyasha?"- pensaba para sí la joven.
-"¿estás segura, me he vuelto muy fuerte en todo este tiempo?"- sonrió al ver la expresión de enfado de la joven miko, si había algo que odiaba era que la trataran de debilucha.
-"supongo que será más divertido- sonrió burlona- de esa forma no perderás tan rápido"- esta vez fue ella quien no pudo evitar reírse al verle la cara al youkai ángel -"no perdamos más el tiempo ¡Yuri me haces el favor!"- pidió por la rubia, esta salió de la sala para luego volver con una espada, de empuñadura negra con incrustaciones de rubíes formando un circulo en ambos lados y dentro de este la insignia de Kagome, le estrella de ocho puntas, la hoja era curva favoreciéndole así que no se quedara atascada en ningún oponente, estaba hecha de un material especial lo que le daba fuerza y sobre todo era liviana para las peleas, se podían ver inscripciones en Japón antiguo del lado derecho, "Kurayami no tenshi" (sacado del traductor con posibles errores) que significa "Ángel de la oscuridad".
La funda era de color negro, adornado con flores de cerezos en color rojo y la entrada está envuelta por un fino metal plateado con las iniciales de su dueña.
-"comencemos niñita"- provoco Yue, encaminándose al exterior- "seré bueno contigo ¡comienza demuéstrame que sigues siendo igual de poderosa!".
-"¡No te arrepientas luego!"- grito la miko, dando ágil alto hasta quedar casi sobre pero el ataque de su poderosa espada fue evadida con facilidad.
-"Jajaja eso es todo lo que tienes"- se burló Yue, dándole un puñetazo en la cara, Kagome retrocedió visiblemente, estrellándose contra un árbol, pero se puso de pie al instante.
-"me las pagares"- susurro molesta limpiándose un rastro de sangre que corría por su boca, camino a paso lento y elegante hasta el- "pretendía ser gentil contigo"- le dijo mientras lo apuntaba con el filo de su katana- "pero veo que quieres jugar rudo".
-"ja- se mofo- no esperes asustarme con eso"- mientras tanto Tadashi y Yuri estaban de espectadores desde las escaleras del templo-
-"¿Quién crees que gane?"- le pregunto a su hermano mayor.-"la ultima vez ella le dio una golpiza"
-"si, pero esta vez es diferente estuvo alejada de las luchas por varios años"- le respondió sereno-"puede que pierda"
-"no creas que por ser Tu, no peleare en serio"- le advirtió sonriendo de lado.
La miko frunció levemente el ceño, y guardo el arma- "bien"- dijo ella, Yue lo miraba inquieto sabía que algo tramaba- "te enseñare lo que Esta puede hacer"- le recalco molesta, inclino levemente las rodillas para luego dar un rápido salto, Yue se apartó para evitarlo pero ella fue mas rápida y cambio su ataque en pleno aire, apoyando apenas la punta del pie derecho y golpearlo con el izquierdo, su oponente cayo varios metros alejo-"Eres tan predecible"- le dijo al verlo semi inconsciente.
Al cabo de un minuto él se puso de pie- "Vaya eso si que no me lo esperaba"-dejo salir sus enormes alas blancas-"eres rápida, ¡pero no lo suficiente!"- Kagome apenas si tuvo tiempo de protegerse con un campo de energía, espiritual, la espada de Yue atacaba con fuerzas, pero era inútil esta no cedía, así que dio un salto hacia atrás.
-"!eres un tramposo¡"- le reprocho enfada- "¡me pillaste distraída!"
-"deberías de evitar ser tan confiada"- le advirtió mientras guardaba su espada- "es suficiente por hoy"
-"bueno yo creo que fue un empate"- comento yuri.
-"si"- apoyo su hermano.
-"Yuri acompáñame quiero que me enseñes lo que has aprendido"- pidió amablemente la miko, guardo su espada, y se adentró al pequeño bosque que había en la parte trasera.
-"disculpe Mi señora digo Kagome ¿no desea saber algo?"- pregunto un poco insegura y nerviosa la rubia, recibiendo una mirada extrañad de a azabache.
-"saber algo"- repitió-"¿Cómo qué?"- le pregunto sin entender a que se refería.
-"bu-bueno sobre... pues sobre su vida"- prosiguió ella intentando que la miko captara el mensaje, pero la mirada de Kagome le daba a entender que no sabía a qué se refería "sobre el amor"- le aclaro.
-"¿te refieres a Inuyasha?"- pregunto sonrojada la miko, se recostó sobre el tronco de un árbol, mientras posaba su vista en el horizonte-"Inuyasha y yo nos hemos distanciado bastante"- comento-"y creo que hago mal en seguir a su lado"- Yuri escuchaba entre asombrada y pasmada las palabras de su ama-"pero lo amo y por eso no puedo dejarlo"- finalizo, con una triste sonrisa en los labios.
-"¿Kagome solo te acuerdas de Inuyasha?"- pregunto temerosa, pues algo en su interior le decía que no le gustaría la respuesta.
La miko la miro molesta, ¿de quién más tendría que acordarse? era Inuyasha el amor de su vida, en verdad no entendía por qué le preguntaba esas cosas, si ella estaba segura que era al único a quien amaba y amaría por el resto de su vida- "Si,"- respondió muy segura de sus palabras, Yuri sintió que la sangre dejo de correr por todo su cuerpo, no necesitaba mitrarse a un espejo, aquella respuesta la había dejado pálida-"¿Qué sucede? ¿Por qué la pregunta tan extraña? ¿Acaso hubo alguien más en mi pasado?"
-"No, solo preguntaba por curiosidad"- respondió anonada, moviendo frenéticamente las manos en negación, la azabache la miro con duda y ella se dio cuenta-"verá usted siempre fue muy discreta así que poco sabemos de su vida privada"- intento excusarse.
Y aunque Kagome no le creía, lo dejo pasar de alguna manera sabía que no recibiría más información que esa- "será mejor empezar ya hemos perdido mucho tiempo"- dio por finalizada la cacharla, para dedicarse a entrenar con la joven discípula.
"¡Maldición esto no puede estar pasado! ¿Por qué sucede esto? O lo entiendo se supone que al realizar ese conjuro ella recordaría todo... ¡y lo peor es que casi meto la pata! ¿Qué se supone que debo decirle si ni siquiera sé cómo se conocieron o enamoraran? ¡Esto es un desastre debo decírselo a los demás cuanto antes!"
-"Yuri"- llamo kagome a la joven distraída
-"¿he? "- fue su reacción.
-"¿Qué ocurre?"- dijo con la mirada preocupada.
-"no es nada, empecemos con el entrenamiento"- respondió mostrándole una sonrisa, para no preocuparla más de lo que ya estaba- "¡se sorprenderá lo mucho que he mejorado!"- le dijo orgullosa, comenzó cerrando los ojos y concentrando todo su energía en la palma de las manos, formándose así en una pequeña bola, la lanzo hacia los arboles derribando a mas de una docena de ellos.
-"¡vaya! Eres sorprendente se nota que has practicado... ¡Te felicito!"
-"muchas gracias" -dijo abochornada-"aunque no soy lo suficiente poderosa como usted mi señora"
-"sigue practicando y lo serás"- respondió kagome ante su comentario halagado.
La tarde paso así entreno con cada uno de ellos Tadashi era bueno con la espada, en realidad era el mejor, que haya conocido y Yue era extraordinariamente bueno para las batallas cuerpo a cuerpo, y con Yuri entrenaba su parte espiritual, durante la noche la miko le preparo sopas instantáneas especialmente mandadas por su madre, cenaron entre charlas y anécdotas pasadas, teniendo una sola victima Yue, era quien más había cometido tonterías durante aquel tiempo.
-"¡para su información ya no les temo a las arañas!"- exclamo entre enfadado y avergonzado el Youkai ángel, los demás se rieron ante la evidente mentira- "tontos"- murmuro.
-"¡vamos Yue no tienes de que avergonzarte!"- le dijo Tadashi, palmado le el hombro a su amigo, este solo lo ignoro-"no te pongas sentimental"
-"jajajajajaja es verdad Yue, siempre haces lo mismo"-reía Kagome sujetándose el estómago y evitando las ganas de llorar que tenía- "Pobrecito"
-"¡no me molesten par de tontos!"- les respondió, pera esta vez estaba sonriendo.
-"bueno, será mejor ir a dormir mañana será un largo día"- dijo Yuri mientras bosteaba-"la cena estuvo deliciosa kagome".
-"gracias, yo creo que también iré a descansar"- se despidió, de Tadashi y Yue para luego ir a la habitación que compartía con la Youkai rubia.
-"es muy extraño que no haya preguntado por él"- dijo el demonio Ángel pensativo, observando la puerta de la habitación donde yacía la azabache.
-"veo que lo has notado",- respondió serio el demonio de cabellera negra- "si es muy extraño, aunque también lo es el hecho que no lo haya nombrado en ningún momento"- Yue se quedó pensando en sus palabras Tadashi tenía razón, ella jamás lo nombre en todo el día y eso realmente era algo raro y preocupante-"Yuri está actuando igual de rara"
-"si, la vi muy distraída"
-"sea lo que sea que oculte no los dirá mañana"
Continuara....
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