Capitulo 3
CAPITULO 3
El día tan esperado había llegado, estaba ansiosa su familia le habría preparado su comida favorita para almorzar y no solo eso en la mañana recibió un enorme desayuno repleto de deliciosos dulces, realmente estaba feliz de la vida y de tener tan maravillosas personas a su lado, paso la tarde con su mama, su hermano y su abuelo.
Recibió sus regalos, un celular por parte de su bellísima madre, una cámara fotográfica de su hermano y varios amuletos extraños por parte de su abuelo, en fin de igual manera los recibió gustosa a todos, pero al momento de partir el pastel su madre apareció con una caja, diciéndole que era un presente de su difunto padre que debía ser entregado en su cumpleaños número 18, ella no entendía por qué, y su familia tampoco así que solo acepto gustosa el bello presente, cuando lo abrió descubrió que era un delicado traje de guerrero, lloro de felicidad al saber que ahora tenía un recuerdo de él, había fotos en su hogar pero nada se comparaba con la dicha de saber que fue elegido solo para ella, sabiendo con exactitud que era de su talla, estaba ansiosa por probárselo.
Estaba compuesto por un corsé negro con detalles en flores doradas, sujetado por una cinta del mismo color en la espalda (x), una falda azul oscuro entablada que llevaba por abajo una calza del mismo color y un par de botas o borceguís cortos de color negro y otro artefactos como un cinto, una capa y una faja porta espadas, le quedaba perfecto, además remarcaba bien sus desarrolladlas curvas.
Su familia, quedo sorprendida asta parecía una autentica guerrera, con un estilo moderno.
Ahora había salido del baño para salir a cenar con sus amigas, que por cierto estaban actuando muy extraño el día de ayer en el colegio, decían que la llevarían un lugar donde se divertirían a lo grande.
En fin eso no le preocupaba las conocía demasiado, y si ellas dijeron eso es porque así seria confiaba completamente, en sus tres locas amigas, después de todo las conocía desde la infancia, desde el primer momento en que se vieron eran inseparables, hasta el día de hoy, está muy orgullosa de ellas, eran tres maravillosas personas.
Se puso un vestido azul oscuro con detalles en blanco (el que aparece en la serie) tomo su cartera y fue a la sala donde ya sus amigas la esperaban, las tres con su notable belleza, Ayumi, tenía puesto algo sencillo un pantalón de mezclilla negro y una blusa verde, Eri opto por una falda tiro alto azul oscura y una camisa blanca y Yuka un vestido suelto en rosa pálido.
Tomaron un taxi, la miko miraba, entretenido por los cristales, la construcciones suburbanas, ya se le estaban siendo muy familiares.
"¿Tú vives por acá?"-pregunto luego de un rato, volteando hacia la nombrada ella iba en el asiento del acompañante. Quien intercambio miradas con las demás.
"Si, es que olvide algo, ¿podrían acompañarme?"-pregunto, regalándole una sonrisa a su amiga, esta acepto al igual que la demás, bajaron del taxi y sin que kagome la viera pagaron al chofer.
El interior se veía oscuro solo con la luz de la entrada de la casa, encendida, cuando abrió la puerta hicieron que la miko entrara primero:
"¡SORPRESA!"-gritaron las luces se encendieron dejando ver a sus más allegados compañeros del colegio-"¡FELICIDADES KAGOME!"
"Gracias amigos... muchas gracias"-respondía entre besos y abrazos que recibía de todos, tomando los obsequios de quienes le entregaban.
"Felicidades Higurashi"-saludo con un beso en la mejilla el guapísimo Houyo como dirían sus amigas. Entregándole un paquete rojo.
"Houjo que alegría verte"-lo saludo, a punto de colapsar con tanto paquetes encima, el nombrado la ayudo a colocarlos en una mesa-"Gracias"
"kagome te organizamos esta fiesta en tu honor, espero y te guste porque-"-interrumpió Yuka.
"Pasamos toda la semana organizándola"-completo Ayumi.
"así es todos los que te queremos estamos aquí"-agrego Eri, quien tenía una bebida en la mano.
"la verdad estoy muy agradecida con todos me alegra verlos y que me acompañen el día de hoy"-dijo y todo comenzaron a aplaudir, a la festejada.
La música comenzó a sonar, cada uno bailaba, solo o en pareja eso era lo menos importante, la cosa era divertirse y pasarla bien, la azabache bailo con el infaltable Houyo y con varios más, Heuko, Reny, Mujo y Kent quienes se destacaban por ser los más lindos, de su clase, recibió varios halagos con respecto a su belleza y piropos de lo hermosa que lucía el día de hoy.
Entrando las dos de la mañana, Ayumi dio un anuncio: ¡CARAOKE!
La multitud aplaudía y silbaba de alegría-"¡KAGOME! " "¡KAGOME!" "!SIII VAMOS!"
Obvio ella debía ser la primera era la festejada, subió al improvisado escenario que consistía en una especie de mesa redonda, tomando con fuerzas l micrófono dijo:
"Bien ahora voy a cantar LA LA LA LA HEY HEY HEY "
Para entonces ella estaba lo bastante ebria como para tener vergüenza alguna, y que se podía esperar era su cumple no todos los días uno tiene 18, y ella lo estaba disfrutando.
"QUIEN MAS APLAUDA DE LA MANDO LE MANDO LE MANDO A kAGOME"-giraba sobre la mesa moviendo las manos, a cual pájaro intentando volar.
"SA SA SA YAKUSA YAKUSA"-movía las caderas de un lado hacia otro, adelante y hacia tras, los demás estaban igual o en peor estado que ella, tan solo gritaban de lo maravillosa que cantaba- "¡UNA MANO ARRIBA!"
"!SIII HURAAAA!"
"!BRAVO!"
"¡Ahora voy YO!"-dijo Ayumi subiendo al escenario "Cantemos juntas"
"SIII"
"Esta noche bailaremos con el ritmo de la pompa quiero ver tu cinturita y meneando bien las pompas"-se abrasaban las dos mientras los demás, repetían una y otra vez dichos movimientos.
"! MUEVAN LAS POMPAS!"
Sin duda alguna este fue el mejor de los cumpleaños de la azabache, bailo, bebió y compartió durante toda la noche con sus amigos, quienes luego se encargaron de llevarla a su caza, el taxi iba repleto de regalos, sus amigas la ayudaron a subir, a su habitación para luego irse.
Se despertó al medio día, exaltada jamás había dormido asta tan tarde, y su mama no la había recordado, bueno quizás haya sido lo menos después de todo la noche fue agitada y estaba sufriendo las consecuencias de ello, la cabeza parecía estallarle y su boca estaba sedienta y amarga, el cuerpo le temblaba en otras palabras era la resaca.
Se bañó y bajo con una tableta de aspirinas, su madre la miro sonriente desde la cocina ofreciéndole un vaso con agua fresca de la heladera-"¿te divertiste kagome?"
La nombrada solo asintió mientras bebía el tan ansiado líquido, junto a dos pastillas-"espero y tengas ganas de comer hoy hice pescado"-comento mientras tomaba la fuente con la comida para llevarlo a la mesa donde los demás lo esperaban.
"Si me muero de hambre"-respondió, siguiéndola, no sin antes volver por una jarra de agua fría.
"Hermana buenos días"-saludo el pequeño muy alegre-"pero que cara traes ¿estás enferma?"
"no Souta se llama resaca"-respondió, sabiendo que él lo decía por las ojeras, y su aspecto desalineado.
"¿resaca?"
"lo sabrás cuando seas mayor"-respondió, bebiendo más agua, el niño solo bufo en disconformidad.
"¿y bien hija recibiste muchos regalos?"-pregunto su abuelo mientas tomaba un trozo de pescado.
"si fueron demasiados"-contesto, pensativa.
"eso quiere decir que tienes muchas personas que te quieren"-comento su madre, probando la ensalada, cerrando los ojos para disfrutar el sabor.
"¡muéstramelos!"-exclamo el pequeño casi saltando de la mesa.
"Después de comer, ya que a un no los he abierto"-tomo un trozo de pescado y luego algo de ensalada-"esta delicioso mamá"
"Gracias hija"
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Se sentada al borde de un rio con sus pies remojándose en este, vía los peces, pasar ante ella,
¿Otra vez estaba soñando? Pero como si ella o estaba en su habitación, recordaba compartir el almuerzo con su familia.
Se levantó, mirando a su alrededor, otra vez ese bosque que le resultaba tan familiar, con las blancas nubes surcando el cielo, y las avecillas volando de un lado a otro, y ese olor a flores
¿Flores? Que por cierto no veía por ningún lado, olfateo su ropa, no recordaba ponerse algún perfume o champú con esa fragancia, siguió su camino cruzando barios matorrales, este que el destello de los rayos del sol la enceguecieron por segundos, cubrió sus ojos y ahí estaba un campo repleto de flores blancas y amarillas.
Una silueta parada a lo lejos, intento ver con más claridad pero le era imposible, los rayos lastimaban sus ojos, se esforzó un poco, y pudo reconocer que era un hombre.
"¿Disculpe?"-llamo, pero la figura seguía con la mirada perdida en el horizonte, intento acercarse para ver quién era pero no pudo sus pies estaban clavados al suelo-"Oiga"
"kagome"
"¿He?"-escucho su nombre y vio al hombre girarse para ella.
"!KAGOME!"
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"he mama ¿Qué paso?"-pregunto volviendo en sí, sintiendo un dolor agudo en la sien, se lamentó internamente no poder ver el rostro de aquel ser.
"hija me preocupaste te habías desmayado"-respondió, mientras la tomaba de los brazos para levantarla, ella ni si quiera se había dado cuenta de que estaba en el suelo. "¿Te encuentras bien?"
"he si, solo estoy algo cansada"-respondió, sobándose la cabeza, estas ves las punzadas eran más leves-"Iré a recostarme"
"De acuerdo yo llamare al médico"-dijo preocupada acompañándola hasta las escaleras.
"no es necesario mama estoy bien"-convenció mostrando la mejor de sus sonrisas.
"de acuerdo solo ve a descansar"-la acompaño hasta su recamara- "¿Kagome estás segura de que estas bien?"
"si, mamá no me pasa nada puedes estar tranquila"-respondió sentada al borde de la cama, y luego agrego- "estoy segura de que es por lo de anoche no he dormido bien"-finalizo sonriendo.
"quizás... pero si necesitas algo no dudes en llamarme"
"si, lo haré"- y vio salir tras la puerta, ella se recostó en la cama boca abajo.
"quizás estos sueños sean más graves de lo que pienso... si tan solo no me hubiera despertado habría sabido quien era ese hombre... ¿Por qué me resulta tan familiar aquel bosque? –dio un suspiro resignada, el dolor aún seguía latente-No entiendo ¿acaso alguien está tratando de decirme algo?... "
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El medio día era caluroso, las personas que pasaban frente a su ventana, se cubrían con sombrillas, gorras, varios niños disfrutaban un helado, un par de señoritas pasaron corriendo al otro lado de la calle, todo estaba normal, excepto por un grupo de personas, que hablaban entre sí.
"pero que dices Yuri no podemos hacer tal cosa la señora Sakura jamás lo permitiría..."-respondió, un joven de cabellos negros como la noche y profundos ojos azules.
"pero es la única manera"-insistió la joven de pelo rojizo, y ojos negros.
"no, no podemos le juramos aquel día, que no las involucraríamos en esta guerra"
"si que eres terco Tadashi... es la única manera de que esto termine sin derramar sangre inocente"
"termínenla los dos, Yuri descarta de esa idea no lo aremos...- ella abrió la boca para protestar- es mi última palabra..."
"yo solamente no quiero que ella vuelva a morir"- dijo con tristeza el día en que ella murió fue la más terrible de las noticias que pudieron haberle dado.
"ninguno de nosotros queremos eso, pero es su batalla y sabes bien que siempre fue una mujer fuerte, -busco en sus mente aquellos encuentros donde vio a su señora luchar como la gran guerrera que era-ella siempre se enfrentó a sus enemigos, es por ella que seguimos con vida"
"lo sé dime ¿cuándo iras a verla?"-pregunto Tadashi, quien estaba recostado contra la pared, a su lado estaba Yuri.
"mañana será el día, su arma ha sido entregada, he estado pensando en darle un último mensaje"
"de acuerdo tu hazlo, nosotros prepararemos lo demás"-con un asentimiento las dos presencias frente a él desaparecieron convertidas en esferas blancas de luz.
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La tarde caía lentamente, tiñendo el cielo de naranja, Kagome se había levantado de su pequeña siesta desde hace ya más de una hora, dispuesta quien sabe porque a practicar su puntería, graciosamente cada día mejoraba un poco, quizás dentro de poco ya no necesitaría que sus amigos la cuidasen.
"muy bien solo una vez más"-se repitió apuntando a un improvisado blanco, pintado al centro de un árbol, pequeñas gotas de sudor corrían por su rostro-"¡ve!"
La flecha envuelta, con destellos rosados, dio perfectamente en el blanco-"baya, sí que es mejorado bastante"- se dijo así misma yendo por sus flechas, había tirado más de una docena de las cuales, nueve habían dado al blanco, era para ella un milagro.
"¡kagome tu baño ya está listo!"-grito Souta desde la casa, ella termino de recoger su desorden y fue tras el."Hermana yo guardo tus cosas tu ve a bañarte"-dijo tomando el arco y las flecas.
"gracias Souta eres muy amable"-respondió dedicándole una hermosa sonrisa, y fue corriendo a bañarse, estaba muy cansada, entrenar era bueno pero terminada agotada por el gasto de energía espiritual. "sí, estoy segura de que cada día me vuelvo más fuerte"
Se despojó de sus prendas e ingreso a la bañera que su madre había preparado especialmente para ella, el aroma a sales y aceites aromáticos inundaron sus fosas nasales "Deliciosa"
Recostó su cabeza al borde y se dejó llevar por las sensaciones.
"llegara el día...-esa voz familiar resonó en sus oídos- tu destino se forjara"
"¿Qué mi destino?"
"debes acabar con lo que empezaste o lo perderás todo"
"yo- yo no sé de qué me está hablando"-miraba a su alrededor, pero no había nada "¿Dónde estás?"
"no hay tiempo que perder, el momento se ha cerca y debes estar lista"
"lista pero para que ni siquiera se dé que se trata todo esto"-se dejo caer de rodillas- "dime que es lo que quieres de mi"
"volverán a renacer de las cenizas como el fénix... la humanidad padecerá... busca al guerrero blanco, solo con él lo podrás matar"- esas palabras sonaban tan familiar, pero no estaba segura, conversar con alguien a quien no veía no era normal.
"basta acaso no entiendes... no sé quién eres ni siquiera se queme está pasando y ahora me dices eso"-respondió abrazándose a sí misma.
"debes confiar, se que tienes dudas yo me encargare de aclararlas pero ahora solo te pido que confíes en mi"-sin saber por qué se sintió tranquila con aquellas palabras.
"de acuerdo" –respondió y volvió a la realidad
"Quizás esto sea más difícil de lo que pensé"-murmuro un joven de ojos azules, perdiéndose en la negrura del pozo conector de ambos mundo-"ella ha cambiado demasiado lo suficiente como para no querer recordar"
Llego a un claro en el bosque, y sus dos amigos los esperaban ahí.
"y ¿Cómo te ha ido?"- pregunto la joven pelirroja, acercándose muy animada al recién llegado, ese solo se quedó mirando a la joven y luego a su otro compañero-"¿Qué sucede?"
"nada..."-respondió caminando hacia un árbol dejo caer su peso en él, la joven frunció las cejas y se acercó a él muy decidida a obtener su respuesta.
"¡no mientas te conozco y sé que lo estás haciendo!"- se puso de rodillas frente a él.
"ya Yuri déjalo en paz tendrá sus razones para no confiar en nosotros"- hablo alguien a sus espaldas.
"pero Tadashi... "-suspiro y se alejo del joven, que seguía muy despreocupado mirando a un punto muerto en el horizonte.
"no es-comenzó sin voltear a verlos-que no confíe en ustedes muchachos es solo que..."
"no es necesario ya sabemos los motivos"-respondió Tadashi, quien se encontraba de pie recostado junto a otro árbol.-"pero déjame decirte querido hermano que eso no es exactamente lo que te preocupa..."
"yo aun no estoy seguro"- fue lo único que dijo, tadashi pensó que él era a un mas difícil de entender que cualquier otro ser sobre la tierra, siglos habían pasado y el aun seguía...
"¿de qué?"-esta vez fue Yuri, quien hablo, se imaginaba la repuesta pero no quería creerla.
"quizás ella no quiera volver"-prosigo, bueno eso no era exactamente lo que ellos estaban pensando sin duda era algo peor-"hable con ella y actuó de una manera muy extraña... como si en realidad no quisiera volver..."
"pero que cosas dices, mi señor dijo aquel día en que ella se fue, que regresaría.... Que esa fue la última petición de la señora Sakura..."-Tadashi miraba la escena ante sus ojos, y pensó solo por un momento si ella, ocultaba más de lo que decía en aquel entonces él estaba en la parte sur del Japón no presencio la muerte de su Señora, como ellos dos.
Fue Yuri quien se encargó de su funeral y de los preparativos para que ella, volviera en este tiempo.
"bueno pero existe esa posibilidad, que ella aun este perdida y no nos recuerde ni a ustedes ni a él ni a mi... la hubieran visto, Estaba tan asustada, que por momentos pensé que era la persona equivocada"
"ella ha estado ausente por mucho tiempo.... Es solo eso"-recalco Tadashi-"andando debemos ir al mausoleo"
"si"-respondieron ambos.
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"Inuyasha"-escucho y sus orejitas se movieron en dirección a su vos, la castaña se acerco él a paso lento acomodándose junto a él, en la hierba.
"¿Qué quieres Sango? Vienes a insultarme"- agacho la mirada, estaban sentados al borde de una colina, que o estaba muy lejos de la aldea, el horizonte se perdía tan lentamente ante ellos.
"no..."-susurro.
"¿entonces?"-esta vez la miraba de costado, ella sonrió antes de continuar y eso lo desconcertó.
"hemos compartido tantas cosas juntos... que me es imposible permanecer enojada contigo por mucho tiempo-el Hanyou sonrió ante eso -me has salvado en varias ocasiones, y a Kohaku también, nos has cuidado siempre... pero no te voy a negar que me duele el que aún sigas ciego, y no sepas a quien de las dos quieres, lastimas a Kagome de esa forma inuyasha..."
"... eso no es cierto Sango yo si se lo que siento"-se quedo unos minutos mirándola para volver a su postura inicial.
"¿lo sabes? Entonces porque no se lo has dicho ella está sufriendo..."
"¿alguna vez as sentido de que si dejas algo por otra cosa, una parte de ti se pierde con ella?, bueno eso es lo que yo siento, si dejo a Kikyo gano a Kagome pero... ella fue mi primer amor no puedo dejarla ir no ahora que está de regreso... pero tampoco quiero una vida sin Kagome a mi lado... "
"¡no puedes tener a las dos!"-se puso de pie, y estaba a punto de abofetearlo pero él se lo impidió.
"Sango tampoco puedo estar sin ellas, acaso no lo entiendes para mi esta es la decisión más difícil que tendré que tomar...-soltó con lentitud su mano sin quitar sus dorados de los marrones de ella- y no quiero..."
"¡te advierto Inuyasha hazla sufrir otra vez y te quiebro las piernas"-con cada palabra impactaba su dedo contar el pecho de el- "Ho, y no solo eso además le buscare algún pretendiente!"
"no-"
"Cállate porque si no puedes hacerla feliz por lo menos que lo sea con algún otro"-finalizo sin darle tiempo de responder al semi-demonio que al parecer de un momento a otro se quedó perplejo.
"no lo harás yo no lo permitiré, Sango"
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Día Lunes, la joven azabache se levantó muy temprano para ir al colegio, desayuno junto a su familia y partió con Souta a la escuela, por el camino se encontró con sus amigas y con Houyo, siguieron su camino charlando sobre la fiesta y de lo bien que la paso cada uno.
"¿viste mi regalo?"
"¿y el mío Higurashi?"
"pues verán eh estado muy ocupado y no he tenido tiempo de ver ninguno"-comento sonrojada, no quería que pensaran que era mal agradecida o algo.
"no te preocupes Higurashi, ya tendrás tiempo para eso"
"Gracias Houyo"
Para fortuna de Kagome varios de los profesores no habían asistido a clases, salió temprano del colegio fue a comer con sus amigas, le resultó extraño encontrarse y ver esa misma persona a cada lugar al que va, en una esquina o por ejemplo el local donde en estos momento se encontraban, el estaba ahí mirándola, todo el tiempo, y no sabía porque pero no le incomodaba y tampoco sentía temor es más una sensación de afianzamiento la invadió, podría jurara que ella conocía a ese joven.
Sus amigas lo habían notado desde hace varios minutos:
"parece que tienes un admirador"-dijo Ayumi, guiñándole un ojo, ella se sonrojo igual que un tomate.
"¡que un pretendiente!"-grito Eri, varios presentes se voltearon haber.
"¡Eri!"-dijeron las tres.
"lo siento"
"porque no vas a presentarte, anda"-animo Ayumi, empujándola para sacarla de los asientos dobles, el joven estaba frente a ellas en la última mesa.
"no, lo haré"
"pero que chico tan guapo, si fuera tu no lo dejaría ir"
"es cierto anda ve"-dio un suspiro resignada, sus amigas eran muy pesadas cuando se lo proponían.
"de acuerdo"-respondió y su puso de pie, dudo un momento pero fue hacia él.
"disculpe-llamo al joven aparentaba leer un libro que dejo al oírla- hola soy Kagome"-saludo ella extendiéndole la mano.
"un gusto Kagome quieres acompañarme"-respondió el, con una sonrisa haciendo un ademan con la mano para que tomara el lugar frente a él, ella lo acepto.
Silencio.
El joven seguía mirándola de aquella forma tan extraña, sus penetrantes ojos fijos en ella, como si pudiera ver más allá, en su interior.
Tan hermosos, ella conocía a ese joven pero...
"nos conocemos"-soltó de repente, él sonrió aún más, dejando ver gran parte de su brillante y blanca dentadura.
"pensé que no me lo preguntarías Sakura, mi nombre es Yue- ella abrió los ojos como platos, ese nombre él-"y respondiendo a tu pregunta si nos conocemos... mejor de lo que puedes recordar"
"necesitamos hablar"
"sí, estoy dispuesto a aclarar tus dudas"
Continuara........
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