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Capitulo 12

Capítulo 12

Sango permaneció en silencio aun lado de la cama, donde su amiga yacía dormida, mentiría si dijera que no estaba preocupada, porque realmente lo estaba y demasiado... tanto que se quedó vigilando por el resto del día y gran parte de la noche.

Pero Aome no despertaba... y estaba comenzando a desesperarse.

Remojo una vez más aquel paño que usaba para limpiar el sudor de la miko, haca un par de horas había levantado una fiebre horrenda, que la hacía sudar en exceso.

­-"Ese maldito..."- susurro la castaña con notable odio hacia el hanyou­-"Mira lo que te ha hecho amiga"- aparto con la palma de su mano, algunas lagrimillas que amenazaban con salir.

Aome había perdido mucha sangre y su herida no estaba cerrada por completo, pero la exterminadora se encargó con ayuda de Kikyo de vendarla y untarle un poderoso ungüento.

-"Sango"-llamo alguien a sus espaldas, la susodicha reconoció la voz de Inuyasha-"¿Aún no ha despertado?"- inquirió con preocupación.

Ella negó con suavidad, apretando los puños­-"Pronto lo ara, Aome es una mujer fuerte"- susurro convencida y se juró así misma que la próxima vez que viera al maldito de Naraku, le daría una buena golpiza, por dejar a su amiga en este estado.

Inuyasha se colocó a su lado-"Ten come algo"- le ofreció un emparedado, que guardaba entre sus ropajes-"No querrás, que se preocupe por ti, si te ve la mala cara"- agrego luego al ver como esta pensaba en negarse.

Sango suspiro pero acepto el alimento y lo comió en silencio, Inuyasha tenía razón, Aome se moriría de la angustia si supiera que estaba matándose de hambre, por culpa de los nervios y la ansiedad.

-"¿Cómo esta Kikyo?"- pregunto curiosa, el aludido bajo las orejas.

-"Esta dormida, pero está bien"- respondió. Había estado muy preocupado por la herida de su mujer, pero sabía que no era tan grave como la de Aome, sin embargo, no había reunido las fuerzas para dejar a solas a Kikyo y ver a su amiga futurista.

Así que espero a que se durmiera, de esa forma iba hacer menos incómodo para ambos.

-"Deberías descansar Sango"

-"Lo are cuando su fiebre baje"- respondió la castaña sin mirarlo.

Inuyasha entendió, que no había palabras para hacerla cambiar de parecer.

Se puso de pie y antes de marcharse revolvió la cabellera castaña, con dulzura-"Eres una buena amiga"- le aseguro sonriéndole, recibiendo una cálida mirada como respuesta­- "Si necesitas que la cuide un rato por ti, solo me lo dices"- fue lo último que escucho decir por parte del medio demonio, antes de retirarse.

...

­El lord de oeste estaba de pie frente al gran ventanal de su despacho, el panorama en sus tierras era tranquilo y sumamente bello, pero el gran Dai Youkai, no estaba interesado en el paisaje de este día, sino su mente se encontraba junto a la mujer humana, la cual era –contra su voluntad- su compañera, su reina.

Un gruñido de frustración nació desde el interior de su garganta, no había pasado ni tan solo siete lunas, desde que la trajo a su castillo, y ya estaba dando problemas.

La mujer podía ser poderosa, lo admitía, el mismo pudo percibir la fuerza de sus poderes espirituales, sin duda alguna, no se comparaban con la primera vez que la vio al lado de Inuyasha, en aquel entonces, no era fuerte pero si valiente y decidida.

Su energía espiritual, no superba su tontería.

-"Amo, Sesshōmaru"-irrumpió Jaken con su voz, antes de llamar a la puerta. El susodicho lo observo por encima de su hombro-"La elfa Soratheya está aquí, tal y como lo pidió mi amo"- se apresuró a decir el sapo.

De sus espaldas de apareció una mujer de apariencia joven, tenía una ondulada y larga cabellera negra, en su rostro descansaba una tiara élfica fabricada con diferentes alambres y un adorno de herrería sobre la frente y en el centro de este brillaba una piedra preciosa, mientras que en los laterales caían delicadas cadenas, lucía un vestido de un tono esmeralda muy pálido, mientras que una túnica negra cubría sus hombros y espaldas, la mujer hizo un leve reverencia ante el Youkai del Oeste -"Lord Sesshōmaru"-saludo y sonrió para dejar en evidencia sus brillantes ojos azules-"Eh venido a cumplir mis servicios, como medica personal de la casa de la luna"- agrego esta con tranquilidad, sin perder la sonrisa del rostro-"Lady Irazue, espera noticias vuestras... sobre todo de su compañera"-aunque el Youkai no lo demostró, sintió cierto desconcierto, por el repentino interés de su madre, sobre su vida personal.

Solo le dedico un movimiento de cabeza-"Cura a mi reina y no trates de pasarte de lista"-fue la sutil amenaza del demonio, mientras veía con seriedad y surcaba una retorcida sonrisa.

Soratheya sintió un fuerte escalofrió, recorrer toda la línea de su espina dorsal, aunque lograra herir a la humana, nadie podría salvarla, de morir en manos del Youkai.

Ella era codiciosa por el poder, pero no estúpida.

Asintió y se fue acompañada por Jaken, ingresaron sin tocar la puerta, llevándose una mirada sorprendida por parte de Sango, quien de inmediato se puso de pie contándoles el paso

-"¿Quién eres tú? ¿Qué haces aquí?"- inquirió a la defensiva, recibiendo una ladina sonrisa como repuesta, su mirada altanera, logro ponerla de los nervios.

Jaken se apresuró a ponerme entre las dos-"Tranquila humana, ella está aquí para curar a la miko"- respondió apresurado el sapo, sin embargo la castaña no se movió, permaneció observando con recelo.

-"No quiero que-"

-"Fue una orden del demonio"-la voz de la mujer la interrumpió-"¿Oh acaso pretendes dejarla en ese estado?"- la exterminadora le dedico una dura mirada-"Ava Sorya, no voy hacerle daño"- agrego finalmente. (No te preocupes)

-"¿Quién eres?"

-"Soy Soratheya"- respondió con tranquilidad.

Sango abrió los ojos con sorpresa-"Eres una bruja"- balbuceo.

Negó sonriendo-"Soy una elfa en realidad, provengo de tierras lejanas, trayendo conmigo el arte de la curación..."

-"¡Humana insoportable deja que cure a la miko!"- chillo Jaken malhumorado, dando pequeños saltos con desesperación, si algo malo pasaba con la mujer de su amo, estaría en graves problemas.

La Taijiya se permitió mirarla con prevención, luego si vista se posó sobre el pálido cuerpo de su amiga, esta seguía inconsciente, y con fiebre, al parecer estaba empeorando, porque emitía pequeños jadeos de dolor.

-"De acuerdo, pero no pienso moverme de aquí"- advirtió desconfiada, la mujer sonrió antes de responderle con un movimiento de cabeza.

Se acercó a la azabache y la examino por largos segundos, extendió sus manos a tan solo centímetros del cuerpo de la joven, echo la cabeza hacia atrás, su cabello cayó en cascada, mientras que sus pupilas se tiñeron de un completo blanco.

La exterminadora, permaneció lo suficientemente cerca para reaccionar en caso de que intentara algo.

-"Telin le thaed"- (eh venido ayudarte) susurro su lengua, la cual resultaba ajena a los oídos la castaña y el sapo -"Lasto beth nîn, tolo dan na ngalad" -(Oye mi voz, vuelve a la luz) las uñas de sus manos crecieron de golpe volviéndose garras, siendo rodeadas por una luz tan blanca y pura, encegueciendo por un instante a todos los presentes.

Sesshōmaru ingreso a la habitación en silencio, el aura de la sacerdotisa lo llamaba.

Mientras la mujer movía sus manos, sobre la herida de la sacerdotisa y gran parte de su pecho y estómago, la luz apenas si lograba rozarla, como una ligera caricia, la zona afectaba estaba de un color negro, luciendo como carne muerta-"Odulen un angin edraith"- (Estoy aquí para salvarte) poco a poco se fue absorbiendo, ahora la herida lucia limpia.

La mujer volvió en sí, podría apreciarse ya que sus ojos volvieron a la normalidad y las garras se ocultaron nuevamente.

Kagome tocio y abrió los ojos con pesadez.

-"Gwenwin in enninath..." (Han pasado muchos años), murmuro la elfa a la joven, quien al notarla se sentó sobre la cama, siendo ayudada por Sango.

-"Soratheya..."-susurro al reconocerla, tenía ciertas memorias sobre ella-"¿Qué-? ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?"- inquirió con preocupación, mientras se tocaba la herida con la mano, percatándose de que sin duda alguna había mejorado.

-"Solo un par de horas. No te preocupes"- respondió sango con tranquilidad, mientras la dedicaba una dulce sonrisa, se aventuró a poner una mano sobre la frente de la miko, suspiro con alivio al saber que la fiebre, desapareció por completo.

Sesshōmaru permaneció en silencio mientras se cercioraba con la mirada, en actual estado de la humana, la tranquilidad se reflejó en su semblante, si por alguna razón ella, hubiera muerte, estaría corriendo con la misma suerte.

Soratheya, tomo de entre sus ropas un pequeño saco-"Estas son hierbas cerraran la herida en cuestión de horas. Si tiene problemas úselas sin dudarlo"- informo mientras lo dejaba entre las manos de la miko, la siguiente acción, llamo la atención de todos cuando, la elfa poso sus manos sobre el estómago de la joven, Aome vio aquel gesto con expectación y confusión.

¿Había algo malo en ella?

Soratheya, la miro a los ojos, como si intentara estudiarla la azabache miro a la mujer asustada, y quedo extrañada, cuando la elfa movía sus labios, diciendo algo pero no estaba segura, de haber entendido correctamente.

Frunció las cejas visiblemente.

La mujer se alejó con una sonrisa en los labios, e hizo una pequeña reverencia tanto a Aome como a Sesshōmaru-"Todo está en orden"- aseguro.

Recibiendo un movimiento de cabeza por parte del demonio y se retiró sin perder más el tiempo.

""Todo está en orden"" medito esa palabras, si ese era el caso ¿Por qué ella sentía que nada estaba bien?, el semblante de la miko cambio por uno de completa ansiedad.

-"¿Qué ocurre Aome pareces preocupada?"- interrogo la exterminadora y de inmediato diviso la herida con los ojos -"¿Aun te duele? Quizás pueda volver a curarte-"

Aome sonrió.

-"No es nada"- respondió restándole importancia con un gesto de mano, la imagen del Youkai aun lado de la puerta llamo su atención-"Lo siento Sesshōmaru, sé que te he causado molestias"- murmuro la joven agobiada.

La observo, notando que aunque su rostro estaba en dirección a él, ella no lo estaba mirando a los ojos, sino que los ocultaba tras su cabello. Sin duda alguna se sentía avergonzada -"No cometas otra tontería"- Ella alzo el rostro mirándolo con cierta sorpresa, finalmente sonrió y asintió.

El demonio se retiró dejándolas a solas.

...

Yuri ingreso al salón del castillo, cargando consigo una bandeja de un exquisito te caliente, observo al grupo de hombres que esperaban con impaciencia recibir alguna noticia, sobre la salud de Aome-"Les traje algo de beber"- informo con una sonrisa la joven, mientras se ponía de rodillas frente a una pequeña mesilla y comenzaba a servir las tazas.

Tadashi sonrió, desde su lugar recostado una esquina de la habitación.

-"Que bien"- respondió Yue acercándose a ella, para seguidamente tomar una.

Los pasos apresurados, de alguien bajando las escaleras capto la atención de todos.

Era Sango y por su semblante risueño traía buenas noticias-"¡Muchachos Aome despertó y está bien!"- anuncio demostrando su alivio.

-"Es un alivio"- comento Miroku, mientras echaba un suave suspiro al aire y se acercaba a Sango, para colocarse a su lado.

-"Si, lo es"- el mitad bestia, murmuro con los ojos cerrados y los brazos cruzados sobre su pecho.

Sango asintió-"Pero por el momento les pediré que la dejen descansar"- había cierto tono de súplica en su voz, especialmente el cometario fue dicho para Inuyasha, quien seguramente sería el primero en ir a ver a la joven, pero Aome había sido muy clara, necesitaba estar un momento a solas, Sango no iba a preguntar más de la cuenta, sabía que su amiga estaba preocupada por lo sucedido-"Sus fuerzas una no están recuperadas por completo"

-"Si es así deberías llevarle algo de comer"- dijo Yuri con preocupación.

Los demás simplemente asintieron.

-"¿ya estas tranquilo?"- pregunto Tadashi colocándose a un lado su compañero.

El susodicho lo observo, con un ligera sonrisa en el rostro-"Lo estoy"- respondió, sorbiendo un poco de su te.

-"Por lo que veo tus heridas ya se han curado"- afirmo, examinándolo con la mirada, el actual estado en el que se encontraba, los raspones y moretones habían desaparecido-"Siento alivio de que ayer, no me hicieras caso"

Yue rio-"Nunca lo hago"- respondió recibiendo un ligero golpe en el hombro.

Tadashi negro lentamente con la cabeza, dando un suspiro mientras sonreía con diversión-"Eres tonto"-bromeo-"Pero... si ni tu o el señor Sesshomaru hubieran estado ahí... mi lady pudo haber muerto"

El ángel no respondió, simplemente permaneció mirando a los demás en completo silencio, y aunque tratara de alejar esa mala sensación que corría atreves de su cuerpo, sabía que Tadashi tenía toda la razón...

Un segundo más tarde...

La hubiera perdido.

-"Jóvenes"-Llamo Muko ingresando al salón con una gran bandeja entre las manos-"Aquí les traje un pequeño aperitivo"- dio una ligera mirada a los rostros cansados de los presentes, sin duda alguna habían estado, lo que resta del día, sin descansar, y sobre todo muy preocupados por su reina-"Señorita Sango, este es para mí lady"- le entrego un platillo, de Domburi que consistía en ser arroz con una guarnición de carne o pollo.

-"Gracias se lo llevare de inmediato"

El anciano asintió.

...

(...)

La escucho jadear adolorida, mientras trataba de caminar inútilmente -"Te he causado muchas molestias el día de hoy"- ella dijo volteando el rostro para verlo.

No sabía exactamente el motivo, pero le desagradaba verla en tal estado, casi delirando por la falta de energía y gran parte de su sangre esparcida por el suelo.

Sintió que al verla así, su estómago se revolvía ¿Qué significaba eso? Frunció el entrecejo y ella sonrió débilmente.

""Esta mujer es demasiado extraña""

-"Eh perdido mucha sangre, seguramente tú también lo sientes"-

Y si lo sentía, una punzante sensación de dolor y pesadez atravesaba su cuerpo, no era grave para él, ya que su anatomía, estaba hecha para soportar grandes niveles de dolor... pero para ella debía ser insoportable.

La sensación en su estómago aumento.

La vio intentar curarse en vano, ya que solo logró detener la hemorragia y el dolor, lucia cansada, demasiado pálida, y también sucia, a causa de la sangre cubriendo sus ropajes.

Entonces noto, como el frágil cuerpo de la humana perdía fuerzas, cayendo sobre sus rodillas.

Sin pensarlo se acercó hacia ella, para sujetarla de su brazo sano, de esta forma ella recobro su postura, algo encorvada, echo la cabeza hacia adelante, su cabellera azabache cayo a los costados-"¿Qué te ocurre?"- murmuro ocultando muy bien su preocupación, la escucho respirara agitada, mientras temblaba posiblemente hacia su máximo esfuerzo por mantenerse en pie.

-"N-no pue-do"- su voz fue apenas un murmullo entrecortado, que de no ser por sus desarrollados oídos, no la había escuchado.

Y algo se paralizo en su interior, una sensación de frialdad, corrió atreves de su espina.

¿La mujer iba a morir? ¿Tan fácil iba a dejarse vencer?

-"No digas estupideces"-gruño con molestia.

Supo que la mujer había periodo la conciencia, cuando su cuerpo paso a ser tan solo un peso ligero sobre sus brazos.

Gruño mientras cargaba con ella, atravesando el aire con suma velocidad.

No iba a permitir que muriera

(...)

En ese momento no pensó en las consecuencias que traería, la posible muerte de la humana, no estaba preocupado por su propio destino, aunque este dependiera de ella.

El solo... por ese momento, sintió deseos de ayudarla.

Su letargo se vio interrumpido por la llamada, de alguien en la puerta

-"Adelante"

-"Disculpe la interrupción amo Sesshōmaru"- el nombrado hizo un ligero asentamiento de cabeza-"Yue está aquí"

Sesshomaru lo observo desde su posición, con cierto aire de frialdad, quizás mas de la acostumbrada.

""No tengo el derecho de meterme en sus asuntos,

Solo le digo que vigile a Yue""

Yue se removió incomodo-"Señor"-pronuncio y al mismo tiempo, en que hacia una pequeña reverencia.

-"Retírate Tadashi"-sugirió con real calma.

El guardián le dedico una ansiosa mirada a su amigo, temiendo de que el Lord le hiciera daño.

Yue lo observo de igual forma, pero aun así se animó a sonreír.

-"Como usted ordene"- murmuro el moreno, con cierto tono de preocupación, el cual no fue pasado por alto, por el Inu.

Cuando Tadashi los dejo a solas, tanto el Youkai como el ángel, pasaron segundos en silencio sin formular palabra alguna.

""Porque tiene que ver con mi Lady""

Uno parecía ansioso, y otro todo lo contrario.

Sesshōmaru rio, Yue se sobresaltó.

-"¿Acaso me tienes miedo?"- se mofo mientras una sonrisa burlona surcaba la palidez de su rostro.

El ángel palideció, mientras pasaba saliva atreves de su estrecha garganta-"Sí señor, soy consciente de que podría matarme, si así usted lo deseara"- respondió con sinceridad pero también nerviosismo-"¿El señor desea matarme?"- inquirió con desosiego, sin embargo a pesar del miedo, supo ocultar muy bien su expresión, y en su voz no se notó la desesperación.

"Déjeme ayudarla"

El demonio no rompió su sonrisa, pero sin embargo estrecho la mirada, con aire de superioridad.

-"No voy hacer tal cosa"- Yue lo miro con ojos esperanzados-"Sin embargo te sugiero que te alejes de la miko o de lo contario me veré obligado a tomar ciertas medidas"- le fue muy difícil ocultar la sorpresa ¿Por qué le pedía eso? ¿Acaso él estaba sintiendo interés por su compañera? ¿O tal vez la había recordado?

¿Qué está sucediendo aquí?

-"Pe-pero es mi deber protegerla"- se aventuró a reclamar con asombro y también pavor, el solo hecho de pensar en no ver a Aome, le disgustaba.

Si antes la mirada del demonio era fría y calculadora, ahora Yue no sabía cómo describirla, no había nombre para catalogarla-"¿No fui demasiado claro?"

Yue palideció, para segundos después, sentir como todo su cuerpo se estremecía de terror. El ángel apretó los puños y su mandíbula se tensó.-"... Si señor"- respondió sin quitar los ojos del contrario.

Sesshōmaru, noto en sus palabras la mentira, los sentidos subdesarrollados del Youkai, podían detectar la farsa, aunque el implicado, tratara de disfrazarla-"No tienes a tu suerte"- le advirtió, dando un paso hacia él, sin embargo Yue no retrocedió-"Que por el simple hecho de ayudarla, no significa que te quiera cerca de ella"- tras estas últimas palabras ambos se miraron en silencio, una batalla invisible se desato en el aire, ninguno de los dos quería dar su brazo a torcer.

Ninguno de los dos quería dejarla.

Y cuando la presión del ambiente se hizo casi insostenible, el demonio ángel salió en silencio-"Ah ganado esta batalla..."- susurro con cierto enfado, mientras sus pasos eran guiados hacia el exterior del castillo.

....

Aome suspiro mientras saboreaba con aire desanimado, el platillo que Sango había traído, con el único fin de que no durmiera con el estómago vacío.

Y aunque tenía hambre, por alguna razón, el platillo no le era apetecible, es más se le antojaba un filete con puré, como los que preparaba su madre.

Su estómago rugió con tan solo imaginarse aquello.

-"Quizás podría ir unos días..."- se dijo a si misma pensativa-"Después de todo han pasado varios días desde la última vez que vi a mi familia"- suspiro y aunque los extrañaba sabía que no era el momento para irse, antes que nada debía volverse más fuerte y averiguar porque sus poderes parecían drenarse con facilidad.

Inevitablemente las palabras de aquella elfa llegaron a su mente, estaba segura que desde su posición, había sigo la única capaz de leer sus labios.

""Muilelya yéva muina""

Realmente había logrado leerle los labios a esa mujer, o quizás solo se estaba imaginando cosas, y de ser así, ¿Por qué le habría dicho eso? ¿A qué se refería?

""Tu secreto está a salvo""

-"¿Qué secreto?"-murmuro pensativa.

Tal vez se refería a sus poderes, si quizás algo estaba mal con su energía espiritual, tal vez otro tipo de sello, uno que explicaría el motivo de su cansancio frecuente.

O quizás...

Jadeo alarmada.

-"¿Voy a morir?"- se dijo a si misma con angustia. ¿Quizás a eso se refería?

-"Miko"

La azabache se sobresaltó, pues no se esperaba tal visita.

-"Sesshōmaru"- llamo sorprendida la joven miko-"¿Qué estás haciendo aquí?"

Ella realmente parecía asustada

-"¿Por qué vas a morir?"- el demonio se acercó y coloco una mano sobre la frente de la sacerdotisa. Relajo el semblante al ver que no tenía fiebre.

Pero Aome en cambio, ahora estaba completamente avergonzada.

-"Estoy bien"- murmuro-"Solo era un decir, una expresión"- aclaro sonrojada.

Entonces el pareció darse cuenta de sus actos, la miro con enfado.

Aome se permitió sonreír

Continuara...

dad.<>

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