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Capitulo 11

Capítulo 11

Aome suspiro, mientras que con pereza, escurría el agua de sus negros cabellos, tenía una ligera sonrisa en el rostro, y aunque se sentía quizás un poco cansada, debido al entrenamiento, tan duro que ejerció en horas de la mañana, acordó ir con las muchachas –Incluso Kikyo- de compras a la aldea más cercana, todas aceptaron el hecho de que les hacía falta algo, ya sea ropa, o elementos de higiene, o talvez solo para salir a despejarse por un par de horas.

Opto por ponerse su traje de miko, que acepción del rojo, este tenía el pantalón de un profundo azul, su cabello, estaba sujeto a una cola baja, sin embargo, un mechón azabache caía en cada costado.

Suspiro, ya estaba lista solo tenía que ir por las demás.

-"Hola Inuyasha, Miroku"- saludo la joven sonriendo, a los dos hombres, que pasaban por el pasillo, estos al escucharla se giraron hacia ella.

-"Hola Señorita"- dijo el houshi con una radiante sonrisa mientras la detallaba con la mirada.

-"Al final van a ir a ese lugar"- refiriéndose a la aldea, inquirió curiosa el mestizo cruzándose de brazos, y frunciendo solo un poco el entrecejo.

-"Aja"- atino a decir, moviendo la cabeza de arriba hacia abajo, mientras le sonreía.

-"No me parece correcto que vayan ustedes solas"- Aome suspiro, ya sabía a donde iría el tema de conversación-"Que tal si Naraku aparece o aquel sujeto nuevo"-el sonaba realmente preocupado, sin embargo se sintió molesta, por la forma en la que la subestimaba.

-"No te preocupes por eso, Inuyasha recuerdo que no soy la misma de antes, se defenderme sola"- agrego, volviendo a retomar su camina, no tenia deseos de retomar la misma conversación de siempre, principalmente el Hanyou quien parecía más sobreprotector que de costumbre, aunque en el fondo se sentía alagada, quizás él se interesaba por ella después de todo, desecho la idea de inmediato, Inuyasha solo debía sobreproteger a Kikyo, después de todo ella tenía la marca.

Tal vez su rostro, ahora ya no se veía tan animado, después de todo, seguía profundamente enamorada de que Hanyou, añorar ciertas cosas le herían.

-"Aome"- se acercó Sango a saludarla, esta se mostraba muy contenta, detrás de ella venían Yuki, Kikyo, también Shippo y Rin.

-"¿Están todas listas?"- pregunto recuperando el ánimo.

-"¡Sí!"- chillaron emocionados, los dos pequeños, logrando que las demás soltaran risas.

-"No sería mala idea acompañarlas"- murmuro cierto Hanyou a sus espaldas, recibiendo la mirada molesta de Kikyo, diciendo claramente "Ni lo intentes", pues había acordado ser solamente chicas, a excepción de Shippo, pero este no venía al caso

El mestizo tembló, Miroku noto el terror que su amigo tenia hacia su mujer, logro hacerlo reír, recibiendo un bufido indignado de parte de este.

-"Ya mi amigo perruno, vamos a caminar"- aconsejo el monje arrastrando al del traje rojo.

Inuyasha bajo las orejas resignado-"Ag, no puedo creer que se fuera sin mi"- murmuro a regañadientes.

"Ya Inuyasha, comprende que tanto tu como yo no teníamos nada que hacer en ese lugar"- refiriéndose al mercado, sin embargo el hanyou parecía no pensar lo mismo, así que intento por otros lares-"Tú me dijiste que la Señorita Kikyo, quería mejorar su relación con Aome, creo que va aprovechar la ocasión para ah hacerlo, y contigo a su lado sería muy difícil"- argumento, con el rostro pensativo, el silencio de su acompañante, le hizo entender que estaba analizando la opción.

-"Esta bien, quizás tengas razón"- se resignó finalmente-"Si hubiera ido, hubiera sido muy incómodo"- el Houshi asintió.

-"No deberías preocuparte tanto por ellas"- lo escucho decir deteniendo el paso, bajo la sombra de un árbol, el tomo asiento en las raíces, mientras que su amigo saltaba a la rama, más cercana-"Los territorios del Señor Sesshōmaru, son muy seguros"-reflexiono, siendo consiente que en los pocos días que llevan ahí, jamás tuvieron atentados, anqué la aldea estaba en los límites de esta.

-"Si"-. Fue lo único que atino decir hibrido, sabía que Miroku, tenía razón, pero eso no alejaba la preocupación de su mente. Dentro de él, presentía que algo malo iba a pasar.

....

Por otro lado en el ala sur del castillo, se podía presenciar, la imagen de dos grande Youkai, uno que se encontraba de pie sobre el camino, y el segundo llegaba volando, gracias a sus largas y resplandecientes alas.

Tadashi le arrojó una piedra, justo antes de que aterrizara, dándole en la frente, sonrió divertido, mientras su amigo le dedicaba una mirada asesina.

Gruño sobándose la herida-"Termine mi ronda de hoy, no tuve ningún inconveniente"- anuncio sonriendo satisfecho mientras colocaba las manos atrás de la cabeza y comenzaba a hacer flexiones.

Tadashi negó ante las tonterías de su amigo, echo un suspiro resignado-"Tampoco yo, todo está demasiado tranquilo"- respondió con el semblante serio, poso la vista sobre la copa de los árboles, para el guerrero, estar en paz, no significaba que todo iba a salir bien, más bien para él, la superstición que recibía era sumamente negativa.

El Youkai ángel, parpadeo sorprendido-"¿Y eso es malo?"

-"En tiempos como este, temo que sí... el enemigo no tardara en presentarse"- lo escucho decir, muy dentro de sí Yue, sospechaba que tenía razón.

Yue fue el primero en pisar las tierras del Oeste, al servicio del Gran general perro, recordaba muy bien la tarea que este le encomendó, proteger al príncipe y a la señora Irasue. Tadashi y Yuri llegaron años más tarde, y a causa de la vida dura que llevaron, contaban con mayores experiencias en batalla, debía de admitir que en un principio, no confiaba en absoluto en ellos, sin embargo el tiempo y la convivencia que pasaron juntos, lo llevo a convertirse en grandes amigos.

Después llegó Sakura, y bueno Yue tuvo muchos conflictos con Sesshomaru... solo que esa era un historia aparte.

-"Cuando eso ocurra, nos aseguraremos de estar preparado"- agrego Yue, sonriendo de lado, mientras reciba un cabeceo afirmativo como respuesta-"Hoye Tadashi ¿acaso esa no es Yuri?"- pregunto curioso, señalando con la barbilla.

El moreno comprendió lo que decía, pues la figura femenina había llamado la atención, esta se encontraba arriando cuatro de los mejores caballos- "¿Qué está haciendo?"- murmuro pensativo.

-"Averigüémoslo"- respondió Yue, con cierto brillo de malicia y picardía en el orbe de sus ojos, salió corriendo a toda prisa, pero se encargó de bajar su energía demoniaca. Tadashi tardo en darse cuenta de las intenciones del peli blanco, aun así lejos de molestarlo, se unió-"Pero si son my lady y las demás..."- susurro, escondido desde un gran arbusto.

-"Probablemente tienen pensado salir"- respondió poniendo cierto interés en la dama de cabellera castaña, y brillante sonrisa.

Estrecho los ojos sobre la dama del Oeste, quien se montaba a un caballo,-"¿A dónde crees que irán?"

-"No lo sé, no estoy seguro..."-susurro, seguidamente se giró para ver cierto brillo de interés en su amigo, suspiro mentalmente-"Te sugiero que no intervengas seguramente son cosas de mujeres"- este al igual que Yue se encontraba agachado.

-"Quien te crees que soy"- dijo ofendido el ángel, arrugando el entrecejo.

-"Jha"-se mofo, recobrando la postura mientras se cruzaba de brazos-"Estoy seguro de que iras a espiarlas"- replico convencido.

Yue no dijo nada, en cierto modo tenía razón, sin embargo le dedico una dura mirada

-"Ninguna de ellas necesita un niñero"- se burló, mientras comenzaba alejarse, en dirección al castillo.

-"No digas tonterías"- se puso de pie irritado, tomando el sentido contrario.

-"Son mujeres Yue, ya son temibles por naturaleza, no hagas tonterías"- le aconsejo, aunque era consciente de que este jamás escucharía, no era partidario de seguir consejos, sino más bien siempre lo dominaban sus impulsos, lo llevaban hacer tanto cosas valerosas como tonterías.

Más tonterías que otra cosa.

...

Mientras tanto, a varios kilómetros del castillo del Oeste.

-"¡Aome esto es bellísimo!"- chillo sango riendo entusiasmada, ella estaba montada sobre un caballo, en compañía de la pequeña Lin.

La aludida levanto la vista al frente-"Si no lo recordaba de esta manera"- admitió asombra, esta viajaba con Shippo en otro animal.

Delante de sus ojos se extendía un gran sendero de flores, que variaban en tonos y aromas, todo un deleite para las féminas.

-"Varias de estas plantas son medicinales..."- se escuchó la voz tranquila de Kikyo, notando ciertas cualidades curativas en ellas.

-"Tienes razón... no me había dado cuenta"- admitió la miko avergonzada, quien solo había puesto si interés en el paisaje, pero también estaba impresionada, de todo los remedios que podía preparar con dichas flores- "Tal vez luego podamos tomar algunas"

-"Si, nunca está de más"- agrego Sango.

-"Nos sería útil ahora, no sabemos cuándo tendremos que acudir a ellas"- agrego una Yuri pensativa, haciendo mención a las terribles desgracias, que padecerían a futuro.

-"Yo puedo ayudarte Aome"- ofreció Shippo sonriendo. La aludida asintió enternecida.

-"Yo también Mamá"- exclamo una pequeña niña entusiasmada.

Aome no pudo ocultar la sorpresa, sentía que el corazón se llenaba de una nueva sensación de felicidad y calidez.

-"¿Yo ta-mbien pue-do llamarte así?"- pregunto un muy sonrojado demonio zorro.

La azabache asintió sonriendo-"Estaré complacida de ser tu madre, la madre de los dos mis pequeños"- esto último lo dijo posando la mirada en cada uno.

-"Por cierto Aome ¿Cómo lograste conseguir dinero?"- la castaña dijo atrayendo la atención de todas, e instintivamente miraron la bolsa de oro, que esta tenia sujeta en sus caderas.

Aome se movió incomoda sobre la silla de montar-"Se lo pedí a Sesshomaru"- trato de decir lo más indiferente que pudo, pero en el fondo se sentía sumamente avergonzada.

-"Oh"- fue lo único que pudo decir Sango.

Kikyo sonrió abiertamente-"Fue muy amable de su parte"- murmuro. Yuri asintió de acuerdo con la miko mayor.

-"¿Te costó trabajo convencerlo? Quiero decir no me imagino al Señor Sesshomaru regalando su dinero"- inquiero esta vez la castaña saliendo de su estupor, se acercó hasta quedar a su costado.

Aome suspiro realmente no tenía ganas de hablar al respecto, Yuri percibió la incomodidad de su ama.

-"Yo no le veo nada de malo"- se aventuró a decir, llamando la atención de las demás-"Después de todo tiene la obligación de hacerlo"- en cierta forma era verdad, estaba casados y él debía velar por Aome, aunque no quisiera-"Se vería muy mal si la dejara descuidada, frente a los demás Lores de la región"- argumento mostrando la mirada más segura que poseía, quería convencer a toda costa la curiosidad de las demás.

-"Yuri tiene razón muchachas"-Aome finalmente dijo-"Sesshomaru solo dijo que tomara lo que necesitara y lo dejara en paz"- en cierta forma era verdad, pero en realidad fue más complejo y extraño.

Muy extraño.

Las demás parecían aceptar su explicación, no volvieron a tocar el tema.

Sin embargo Sango no estaba convencida.

....

Luego de estar cerca de dos horas montando a caballo, finalmente habían, llegado a la dichosa aldea, claro que esta no tenía nada en particular, era como cualquier otra aldea, con un pequeño templo, establos y cosechas de arroz, además de que sus habitantes, era sumamente amables, e incluso el mercado, no era nada excepcional.

Pero para Aome, despertaba cierta añoranza, tenía vagos recuerdos de sí misma, recorriendo estas mismas calles cubiertas de tierra y pequeñas piedras, recordó el olor de humedad que dejaba la lluvia...

Suspiro, cada vez que algo nuevo, pero conocido se presentaba en su vida, la llenaba de una gran frustración, instintivamente presiono el colgante que adornaba su cuello.

-"Aome ¿crees que me veo bien con este?"- la voz de Sango la saco de su ensoñación, esta se encontraba de pie a un lado, con un pálido sonrojo en las mejillas, mientras lucía un hermoso kimono lila, que resaltaba de una sensual manera, sus curvas.

-"Sango, estas hermosa"- jadeo sorprendida, para finalmente sonreír-"Conquistaras el corazón de cualquier hombre asi"- agrego finalmente.

Esta se avergonzó aún más-"Creo que es demasiado"- suspiro

Aome frunció el ceño ligeramente-"Tonterías, estar hermosa y te prohíbo que lo dejes"- aunque la voz de la azabache sonaba autoritaria, la exterminadora no pudo evitar sonreír y asentir luego-"Llévate varios, quiero verte hermosa todos los días, y ustedes también muchachas"- agregó con entusiasmo, a las demás que tan solo sonrieron abiertamente.

Kikyo se acercó a su ex encarnación, una vez que nuevamente se hallaba sola-"Aome"- llamo la anunciada, la observo curiosa -"Ten quiero darte esto"-le entrego un pergamino, ganándose una mirada extrañada-"Son conjuros que te ayudaran con tu memoria"- explico apresurada-"Los que pude recordar"- aclaro.

-"Kikyo..."-fue una sorpresa inevitable recibir la ayuda de quien consideraba su rival en el amor-"Yo gracias"- sonrió amablemente mientras leía dicho papel.

Asintió con serenidad-"No es nada"- y se alejó dejándola sola, no había sido un gran avance en la relación que compartían, pero sin duda se sentía bien.

Dejo a una azabache sumida en sus pensamientos, le agradaba esta Kikyo, menos fría y más amable, pero aun así no dejaba de sentir dolor cada vez que la veía, con Inuyasha... suspiro deseando que pronto todo su tristeza terminara.

-"¿Mamá puedo llevarme estos?"- inquirió Shippo, enseñando algunos lápices y crayones.

-"Si, y dile a Lin que también puede llevarlos"- respondió, ganándose una sonrisa encantadora del pequeño.

El resto de las horas pasaron tranquilas, ya todas tenían lo que necesitaba, no solamente ropa sino ciertas cosas de higiene como perfumes y artículos personales como peinetas.

Aome sonrió satisfecha al ver la gran bolsa que cada una cargaba, por el momento el problema de la vestimenta se había solucionado.

-"Es hora de regresar"- anuncio luego de asegurar el equipaje en la montura trasera del caballo.

-"Si, será mejor viajar antes de que caiga la noche"-Agrego una pensativa Sango que ayudaba a Lin a montar-"No sabemos qué cosas podremos encontrar en el camino"- esto último lo dijo de una forma más seria.

...

-"Amo Sesshomaru ¿me mando usted a llamar amo?"- inquirió Jaken, con su peculiar tono de voz, algo chillona e irritante, para cierto demonio malhumorado.

El demonio le dedico una mirada de reojo-"¿La miko ha regresado'"- inquiero sin rodeos, mirando atravesó del gran ventanal de su despacho.

Aunque Jaken se sintió intrigado por el repentino interés de su amo, solo se limitó a decir-"Aun no amo, no he visto los caballos de regreso al establo"- respondió este de forma inmediata, ya que hace tan solo minutos regresaba de dar una vuelta por dicho lugar-"No creo que esa humana demore, sabe que la noche es peligrosa"-agregó después de un breve silencio.

-"Mhn"- se limitó a decir el demonio-"Retírate"- ordeno seco.

El pakka cabeceo y salió a toda prisa.

Era consciente de que en sus tierras nadie se atrevía a poner un pie, pero siempre había alguna que otra excepción, por parte de algún Youkai de gran rango, con la única idea de tratar de asesinarlo, para apoderarse de su territorio, eso jamás significo una verdadera amenaza para Sesshomaru, pero ahora las cosas eran diferente, si la humana salía herida, también se vería en apuros.

Tal vez debió mandar a Tadashi, para que la vigilara.

Por el momento sabía que la mujer estaba bien, porque él no estaba sufriendo ningún contratiempo, y no es que realmente le interesaba, sino que no necesitaba dolores de cabeza en estos momentos.

Pero para su desgracia, la humana siempre le provocaba jaquecas, como la de esta mañana.

(...)

Supo de su presencia mucho antes de que pusiere un pie delante de su despacho, no solo por la conexión de aquella indeseable marca que los unía, sino porque sentía su propio aroma intensificarse, en ella, algo que no era extraño, si se tenía en cuenta la unión.

La cuestión debía ser irrelevante para él, pero no fue así, le disgustaba saber, que no le molestaba como debería, pero tampoco le agradaba, era más bien algo nuestro.

Pero siendo el un demonio, y ella una humana debía despreciar todo lo que eso conllevaba.

No lo hacía.

El sonido de la mujer llamando a la puerta lo distrajo-"¿Sesshomaru estás aquí?"- esta no espero a ser atendida, sin más ingreso

Alzo una ceja antes el atrevimiento de la muchacha-"¿Qué quieres?"- pregunto tan amable como siempre.

Ella parecía incomoda y quizás también un poco asustada, lo cual lo sorprendió aunque no fue capaz de demostrarlo-"Veras yo... necesito pedirte un favor"- bueno si antes estaba sorprendido ahora estaba intrigado.

Simplemente la miro, sin quitar su semblante impávido.

Ella tomo su mutismo como un sí, ya que volvió hablar-"Me preguntaba si tu... bueno la cuestión es que necesito ropa, bueno no solamente yo..."-incluso tratando de explicar su nerviosismo aumentaba-"Pero no tengo como comprarla"-el había entendido de inmediato sin embargo, no sentía deseo de cortar su letargo, esta nueva actitud de la humana, llamaba su atención profundamente-"Yo no tengo dinero, además el que uso, no sirve en este tiempo"-¿Qué estaba diciendo exactamente ahora?-"¿Sesshomaru podrías-?"

-"No, tus asuntos no son de interés"-sin duda alguna el verse interrumpida, la había tomado por sorpresa, más aun el demonio, olio cierto aire de decepción en ella.

No le importo.

La escucho suspirar, mientras asentía con desanimo-"¿Qué are ahora?"- oyó su voz apenas en murmullo, seguidamente se giró para dejarlo a solas-"Tal vez pueda pedirle a Inuyasha o ha Yue"- la mujer parecía hablar, consigo misma, por la forma tan bajo en que lo hacía, sin embargo logro despertar cierto mal humor dentro de él.

Frunció el entre cejo, mirando la espalda azabache con insistencia-"Aguarda"-ella se giró para verlo expectante, quizás su tono de voz había salido más gélida que de costumbre.-"Toma lo que necesites y déjame en paz"- vaya ahora ella lucia sorprendida, no tuvo reparos en tratar de ocultar su desconcierto, pero poco a poco toda su incomodidad, se fue trasformando el felicidad.

La vio sonreír con genuina felicidad-"¡Gracias!"

Ignoro por completo las emociones que la humana transmitía, cuando volvió a fijar su vista al frente, está ya se había ido.

(...)

Después de eso, no quiso pensar más al respecto, sobre los motivos que lo llevaron a acceder su petición.

Por una fracción de segundo, una mueca de dolor apareció en su rostro.

Sin perder más tiempo salió volando del castillo.

...

-"¡Aome cuidado!"

-"¡Mi señora!"- yuri trato de interponerse en el ataque pero fue demasiado tarde, el tentáculo de Naraku logro atravesarle en el hombro.

-"¡Maldito, Hiraikotsu!"-exclamo la exterminadora arremetiendo contra el villano, este logro repelar su ataque gracias a su barrera protectora.

-"¡Shippo, llévate a Lin regresen al castillo!"- pidió esta mientras dejaba al pequeño en el suelo, luego de haberlo protegido con su propio cuerpo.

-"Pero no quiero dejarte sola"-sollozo este reteniendo las lágrimas.

Una punzada de dolor la recorrió por completo-"¡Obedece!"- gruño está apretando la herida del hombro, era solamente un corte, pero comenzaba a sangrar mucho.

El pequeño asintió, aun en contra de su voluntad, pero sabía que si permanecía ahí, sería un blanco fácil y podían herir a su mamá nuevamente.-"¡Vamos Lin corre!"- grito, tomándole la mano, hizo uso de su magia para convertirse en una gigantesca bola de color rosa, y huir volando de aquel lugar.

-"Mocoso no lograras escapar"- rugió Naraku, liberando de su espalda, cientos de monstruos y espíritus.

-"Yuri"-la aludida entendió de inmediato, se fue tras los pequeños, mientras Aome dio un salto atravesando el aire-"No te atrevas a hacerles daño"- advirtió mientras que con ayuda de su Kurayami trataba de destruir la barrera, Kikyo aprovechaba esos momentos de debilidad o de distracción del hanyou para arrojar sus flechas.

-"¡Perra!"- rugió este cuando casi se vio en apuros por culpa de su antiguo amor, de un solo movimientos envió varias cuchillas con intenciones de matarla.

Pero alguien se interpuso eludiendo el ataque.

-¡Es Yue!- exclamo sorprendida la castaña, mientras corría a auxiliar a kikyo.

-"¿Se encuentra bien?"- inquirió preocupado, la sacerdotisa asintió con firmeza. Y Sango se tranquilizó al ver que era verdad.

-"Oh, a ti quien te ha invitado a la fiesta"- Naraku miro con recelo al recién llegado., mientras este en cambio solo de daba una mirada de total desprecio.

-"Estúpido, no te distraigas"- mascullo furiosa la azabache, enviando un nuevo ataque, pero este materializo a varios monstruos para protegerse.-"Eres un cobarde"

Al moreno sonrió de lado-"Aun piensas que soy real, solo quise cerciorarme de algo"- reconoció divertido detallando la figura la morena-"Veo que no tuviste reparos en revolcarte con ese Youkai"- mirando de manera despectiva al ángel, con claras intenciones de provocar.

-"¡Cómo te atreves!"- este se lanzó sin miramientos, soltando un ataque tras otro, debido a esto a Naraku le resultaba muy fácil esquivarlos, le propino un buen golpe de puño sobre el rostro, Yue caso atravesando algunos árboles en el trayecto.

-"¡Yue!"- sango acudió al joven encontrándolo inconsciente.

-"Eres un maldito"- escupió la azabache con desprecio-"Y una asquerosa marioneta"

La risa burlona de Naraku logro desconcertarla-"Pero también solo soy una distracción"- susurro con frialdad.

Aome abrió los ojos con sorpresa-"¡Niños!"- grito aterrada la joven.

Naraku sabía que el punto débil tanto de la sacerdotisa como de Sesshomaru era, esos engendros, si lograba exterminarlos, lograría enfurecer a ambos, sabía que una mente gobernada por el odio, y la sed de venganza, tarde o temprano cometía una tontería.

-"Estas muy equivocada, si piensas que te dejare ir"- lanzo un ataque que iba directo a la distraída sacerdotisa

...

-"¡Shippo nos alcanzan!"-la pequeña sonaba angustiada.

-"No te preocupes Lin, sujétate bien tratare de perderlos"- respondió queriendo sonar seguro para no asustarla aún más, pero por dentro esta aterrado.

Tras decir esto reunió todas las fuerzas que le quedaban y salió disparado, logro obtener una gran distancia entre los seres que los asechaban, pero la felicidad fue breve, en tan solo pocos minutos, se vieron rodeados por varios de estos, Shippo comenzaba a perder fuerzas y su truco de magia estaba a punto de agotarse.

-"¡Cuidado!"- chillo Lin, en el momento exacto en que su hermano era ferozmente golpeado por uno de los demonios, provocando que la magia se rompiera, y volviera a su estado normal.

-"Lin, No"-vio caer a la niña, desde una altura considerable, a él solo lo lastimaría, pero a ella probablemente la mataría, soltó un grito desesperado, y en pleno aire le agarro la mano, colocándose de bajo para recibir todo el impacto.

Cerró los ojos temiendo lo peor.

Pero en cambio sintió como era sujetado, de la cola, el golpe jamás llego, no se atrevió a soltar a Lin y tampoco a ver lo que pasaba.

-"Señor Sesshomaru"- jadeo la pequeña asustada, el susodicho tan solo le dedico una mirada, para cerciorarse de que se encontrara bien, finalmente hizo uso de su espada para acabar con las alimañas.

En ese mismo instante llego Yuri -"Se encuentran bien"- inquirió preocupaba mientras, veía como su señor los dejaba en el suelo.

-"¡Si ¿pero dónde está mi mamá y las demás?!"- se apresuró a decir una angustiada Lin.

Sesshomaru noto el calificativo hacia la miko, sin embargo no dijo nada, en cambio le dio una profunda mirada a la rubia-"¿Qué ocurrió?"-

-"Ese mestizo llamado Naraku apareció de repente y nos atacó, dejo a mi Señora herida..."- vio cómo su señor pasaba a un lado, como ignorando el resto de su explicación-"No pude quedarme con ella, me ordeno que siguiera a los niños"- fue lo último que dijo apagando la voz, ya que su señor se encontraba lejos de su vista

-"Hasta que al fin apareces Naraku"- pronuncio para sí mismo, sonriendo de lado.

....

Logro crear una barrera espiritual segundos antes, no la hirió pero el impacto la obligo a retroceder, y al estar en al aire comenzó a caer.

Yue estaba consciente pero muy herido, no tenía las fuerzas para volar en su rescate, y kikyo estaba en la misma situación, tenía un corte en la pierna que le impedía realizar grandes movimientos

-"¡Aome!"- Sango corrió dispuesta a ponerse debajo, para que el golpe no dejara a su amiga indefensa.

Se vio obstruida, por la figura de Sesshomaru, quien de un rápido movimiento tomo a la miko en brazos, esta no estaba inconsciente aun sino más bien lucia cansada, lo que lo llevo a pensar, que había dejado todo en batalla, sin embargo, eso no impedía que se sintiera molesto, al ver tal descuido por su parte, ahora estaba herida y sangrando.

Le dedico una mirada desaprovatoria, la mujer lo noto sonrió apenas. 

Naraku rio abiertamente, en cuanto vio lo sucedido-"No me esperaba tan muestra de afecto por su parte Sesñor Sesshomaru"- siseo con burla, mirando como la miko era dejada en brazos de la exterminadora.

El aludido le envió una profunda mirada de total desprecio-"Deja de decir estupideces"- gruño las palabras al mismo tiempo en que sacaba a Tokijin, dispuesto a darle el golpe final.

El primer golpe fue retenido, pero al segundo logro atravesar por completo, su escudo y cortarlo a la mitad.

Aome logro arrojar con las últimas de sus fuerzas, una lanza de energía espiritual.

Naraku grito y se desintegro-"Sera en otra ocasión"- susurro al aire, en algún lugar lejano del sengoku, una marioneta cayó al suelo hecha pedazos.

-"¿Te encuentras bien Aome?"- la castaña pregunto con evidente preocupación, mientras trataba de mantener en pie a su amiga.

Esta le dedico una sonrisa para luego asentir-"No te preocupes"- respondió sujetando la herida, para ella no significaba un gran problema sabía que con su poder curativo podía cerrarla, pero estaba demasiado cansada, por alguna extraña razón, la fuerza se le acababa rápidamente, en un principio, no hizo caso a esto, llego a pensar que tal vez el motivo era, porque estuvo mucho tiempo dormida, y su cuerpo no estaba acostumbrado al cambio, ahora sin embargo, esa suposición comenzaba hacerla dudar. -"En un par de horas estaré como nueva"- agrego convencida, para calmar la angustia de su amiga, esta sintió sin estar segura.

-"Sera mejor regresar"- propuso, la sacerdotisa tan solo asintió.

-"¿Se encuentra bien my lady?"- inquirió Yue llagando hasta ella, esta le dedico una sonrisa y un asentamiento de cabeza.

-"Mejor ayuda a Kikyo"- sugirió está en un susurro, ganándose una mirada dudosa de su compañera-"Yo puedo caminar no te preocupes"-Sango no tuvo más remedio que aceptar, ayudo a kikyo a subir a uno de los caballos, que aún se encontraba por ahí.

-"Déjeme ayudarla"-Yue hizo amague de sujetarla, pero sin embargo, la azabache lo alejo con un gesto de mano.

-"Mejor vete y asegúrate de que los niños estén bien"- pidió ella, desconcertando al Yiukai angel, por instinto busco con la mirada a su amo, este no se encontraba muy lejos de ahí, mirando la escena.

Sabia que por ley, no podía tocarla, pero no estaba seguro de que su señora supiera algo al respecto.

Solo asintió de muy mala gana, y se fue siendo seguido por la exterminadora y la otra sacerdotisa.

El bosque se llenó de un incómodo silencio.

Aome jadeo mientras daba los primeros pasos-"Te he causado muchas molestias el día de hoy"- comento con pesadez, giro su rostro a un lado para ver al demonio, aquel familiar entrecejo fruncido la hizo sonreír, luego su vista se posó sobre la herida-"Eh perdido mucha sangre, seguramente tú también lo sientes"- refiriéndose al dolor punzante que atravesaba su brazo una y otra vez, de sus manos emitió una pequeña cantidad de energía, que logró detener la hemorragia y el dolor, pero no cerro la herida por completo, para eso necesitaba descansar.

Vio como el delicado cuerpo de la mujer perdía fuerzas-"¿Qué te ocurre?"- su respiración era agitada, y estaba seguro de que esta luchaba para mantener los ojos abiertos.

-"N-no pue-do"-susurro con dificultad.

-"No digas estupideces"- fue lo último que la azabache escucho, por parte del Youkai antes de verse arrastrada al mundo de la inconciencia.

Gruño con la mujer en brazos, mientras retomaba velozmente el camino a su castillo.


Continuara...


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