Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

capítulo 5

Sarah

Me encerré en la habitación que huéspedes que tienen Pedro y Juana en su casa. En este momento no quería ver a nadie.

¿Quién iba a pensar que mi fantasía se volvería realidad? Y con semejante bombón

Esto debe ser una locura, una maldita broma ¿O no?

¿Será que lo que estoy deseando se está haciendo realidad?

Cierro los ojos.

Deseo Un millón de dólares. Abro los ojos y no encuentro nada de dinero. Resoplo y escucho unos toques en la puerta.

—Pase— Susurro y veo una mujer que acompañaba al bombón hace un momento.

—Hola ¿Puedo pasar?— Asiento con mi cabeza y ella entra sonriendo.

Es una hermosa mujer, se ve que tiene dinero pero en su mirada puedo detallar que es buena persona.

—¿Puedo hacerte una pregunta?— Asiento en silencio y ella se sienta a mi lado en mi cama —¿Alguna vez has escuchado sobre La mía Metá?—

—Sí, pero tengo entendido que es una simple leyenda— La señora me sonríe.

—Pues yo no diría una simple leyenda— Dice —La Mía Meta es real y lo puedo decir por experiencia propia— Abro los ojos y me levanto nerviosa de la cama.

—Eso no puede ser cierto— La miro — Esas cosas no pasan— La señora se levanta y se acerca hasta donde estoy acaricia mi mejilla.

—Créelo cariño que hay cosas que podemos creer que no son verdad pero lo son—

—¿Los hombres lobos existen?— Pregunto y ella suelta una carcajada.

—No para nada.

—¿Vampiros, hadas?— Niega.

—Digamos que esas cosas de fantasía no existe pero sí que todos tenemos un alma gemela en algún lado lo hay— Dice y saca una tarjeta y me la entrega — Quiero que te calmes y empieces asimilar lo que está pasando y cuando quieras saber las repuestas ven a mí y yo calmare tus dudas— Asiento y miro su tarjeta.

—Gracias— Susurro y la veo caminar hacia la puerta. En ese momento se detiene y me mira sobre su hombro.

—Solo te puedo asegurar una cosa— Dice —La mujer que este al lado de mis hijos van a ser realmente felices— Susurra con orgullo — He criado grandes hombres para que estén con grandes mujeres— Guiñe su ojo —No temas en ser feliz— Dice esto último y sale de la habitación.

Me quedo pensando un rato. La verdad es que tengo mucho miedo y no sé cómo manejar esta situación.

No sé cuánto tiempo pasa para que logre salir, todo se escucha en silencio y asumo que se han marchado. Suspiro sintiendo un alivio y voy a la cocina donde están Pedro y Juana.

—Hola— Digo y entro a la cocina. Pedro está sentado en un asiento del pequeño comedor que hay en la cocina y me sonríe.

—Hola pequeña ¿Cómo estás?— Pregunta.

—No lo sé— Encojo mis hombros —Me parece absurdo todo esto— Suspiro — Pero no puedo evitar en sentir emoción— Pedro palmea al lado de su asiento, me acerco y me siento. Juana se acerca con mis galletas favoritas, besa mi frente y sale dejándome sola con Pedro.

—Sabes que no debes temer— Dice y toma mi manos sobre la mesa — Conozco a esa familia desde que llegue a este país y puedo decirte que son buenas personas—

—Se ven que lo son— Digo — O eso creo— Meto una galleta a mi boca y la saboreo —Por cierto ¿Dónde está mi hermana?— Hablo con la boca llena y Pedro sonríe negando con la cabeza.

—Ella también desapareció cuando tú lo hiciste— Dice y se levanta —Me iré a descansar un rato, hemos tenido suficientes emociones por un día— Besa mi frente y sale de la cocina dejándome sola.

Me como un par de galletas más y salgo de la casa de Pedro. Debo meditar con mi almohada en saber qué decisión tomar, lo que sí puedo asegurar es a la que no le va a gustar nada de esto va a ser a Laura que seguro pegara el grito al cielo.

Me detengo en el andén y empiezo a buscar mi motocicleta. LA ansiedad empieza a crecer cuando no la veo por ningún lado.

—¡Ey!— Le grito al vecino chismoso que está al frente de la casa de Pedro. Si hay algo que deseas saber pregúntaselo a el —¿Sabes que paso con mi moto?— El viejo me mira mal y se da la vuelta, ruedo los ojos y busco con mi mirada alguna persona que me pueda dar información.

¿Se habrán robado a mi bebe?

Mis ojos se humedecen, no puede ser posible. Mi pequeño es una pequeña chatarra y nadie más que yo se atrevería manejarla.

—Toma— EL viejo metiche me pasa una tarjeta — Un hombre que estaba en esa casa se la llevo— Dice de mala gana y yo abro mis ojos.

¡Maldito! Ojala no sea quien creo que es.

Observo la tarjeta y esta su número de celular y el de su empresa. También el logo de ella y dirección. Decido que es hora en hacerle una visita a ese cretino y dejarle los puntos claro de quien manda en esta relación.

¿Dije relación? ¡Mierda! Debo dejar de leer novelas en Wattpad.

Hace mucho que no acostumbro abordar el autobús y cuando llego a mi destino suspiro de alivio. Como extraño a mi bebe, siempre refresca mi rostro aunque me haga comer algunos insectos.

Uau. Miro el gigante edifico que está delante de mí, es grande y lleno de espejos. Observo las personas entrar y salir y definitivamente me siento como un bicho. Acomodo mi ropa y entro al enorme edificio.

—Disculpe señorita, necesito ver al señor Marcelo— La chica de recepción me mira sorprendida y yo le paso la tarjeta que me ha dejado con el viejo chismoso.

—Sube al piso 50 —Me dice señalando el ascensor.

—¿Cuántos pisos ahí en este edificio?— Pregunto curiosa y la veo rodar los ojos.

—50— Dice y toma el teléfono que suena.

Susurro un pequeño 'Gracias' y camino al elevador.

Observo el tablero y por cada piso que marca mi ansiedad crece. Tomo mi bolso y lo empiezo aprieto en mi pecho.

Cuantas veces uno no termina fantaseando con estos momentos. Suspiro y mi mente me empieza a jugar imágenes. Yo siendo azotada por él. Yo firmando un contrato de confidelidad. Rio como estúpida y las personas que me acompaña me observa como bicho raro.

¿Tendrá un cuarto rojo? ¿Tendrá una casa de intercambio de parejas?

¡Mierda y más mierda! Mi cabeza va estallar de todas las hipótesis.

¿Me follara en su escritorio? ¿Gritara que soy suya y morderá mi cuello para dejar su marca?

Puta madre. Como dice Juana cuando se enoja.

¡Mierda! No me acuerdo si hoy me puse unas bragas bonitas o feas... Piensa, piensa.

Doy unos pasos hacia atrás y miro mi cintura bajando un poco y poder ver cuales llevo puesto hoy.

Me vale madre. Hoy me puse una que no es tan bonitas. Suspiro soplando el mechón de pelo que cae en mi rostro y dejo de respirar al ver mi piso. Cuando volteo a ver soy la única que está en el elevador ¿En qué momento me quede sola?

Doy unos pequeños pasos y un amplio vestíbulo me recibe. Busco con mi mirada y a unos metros encuentro a una mujer un poco mayor, me sonríe y yo saco la tarjeta y se la entrego.

—Disculpe, necesito ver a... Al señor Marcelo— Digo nerviosa.

—Un momento por favor ¿Cuál es su nombre?—

—Sarah... Sarah Grathn — La mujer me sonríe y llama.

Miro hacia todo lados, mis manos las siento traspirar y me las limpio con disimulo con mi pantalón. La puerta se abre y un hermoso bombón me mira de arriba abajo y saborea sus labios. Mierda... Este hombre va acabar conmigo.

No puedo evitar bajar mi mirada por su estupendo traje a la medida y mis ojos se quedan ahí... ¡Ahí! En ese lugar prohibido.

—Pasa— Su voz suena ronca haciendo que mi piel se erice por completo.

¡Virgen santísima!

Camino a paso lento y cuando paso por su lado una corriente se extiende por mi cuerpo haciéndome gemir. El bombón parece sentir lo mismo porque toma mi mano y me empuja para que entre y cierra la puerta de un portazo dejándome pegada a ella.

—No sabes las veces que fantasee en verte en mi oficina— Cierro los ojos y siento como su nariz pasa por mi cabello y mi cuello.

¡Joder!

Espero no oler feo ¿Cuándo fue la última vez que lave mi cabello?
Sacudo mi cabeza y trato de respirar y es peor. Toda su aroma me embriaga haciéndome sentir un poco mareada y siento mis piernas fallar. Antes que me desmaye, saco las fuerzas que no tengo y lo empujo pero el muy maldito, musculoso y sexy hombre no sé mueve.  Aprovecho que soy pequeña y me escabullo por debajo de sus brazos y doy un salto alejándome de su cuerpo.

—Detente por favor— Susurro con mi respiración agitada —Ne... Necesito hablar contigo— Marcelo me sonríe y cruza sus brazos sobre su pecho pareciendo... Umm Súper Man. Mostrando su musculatura.

—Dime mi princesa ¿Qué deseas?— Respiro profundo y cuento 3. 2. 1....

—¡Dónde está mi bebe!— Grito a todo pulmón y Marcelo tapa sus oídos con sus manos.

Sus comentarios y votos son importantes para mi... Ahora subire otro no se preocupen. 

Xoxo









Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro