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Guarda tu Última Carta, Nunca Sabes Cuando la Necesitaras

Capítulo 53: Guarda tu Última Carta, Nunca Sabes Cuando la Necesitaras

~Narra Narradora~

Dramática revolución, una tan inesperada como vertiginosa, el rumbo del destino había cambiado tan radicalmente que la interrupción al gozo acabo ocurriendo. En una ambulancia se vio la retirada de un muy afectado Liam, quien sufría un constante efecto adverso a la peligrosa sobredosis otorgada por Gael.

Por más increíble y poco creíble, el doloroso nudo que hostigaba la garganta del pequeño Lucero se incrementaba desmesuradamente desde que vio como su mejor amigo de toda la vida, se retiraba en una camilla hospitalaria, por su propia mano.

Una combinación de una traumada expresión de la mano a una desequilibrada mirada, nada más se limitaba a sentir sus corazón latir con incertidumbre.

Contrario a Aarón, quien únicamente experimentaba una extraña sensación de paz. Podía presentir que todo estaba extrañamente tranquilo, demasiado para toda la tensión que aún se percibía como pequeñas partículas. No importaba dónde voltear a mirar, todo era…

Extraño.

¿Era acaso un deja vu? El paralelismo a un evento tan importante en su vida era increíble, calcado en cada detalle. Parado en la vereda de su escuela, sintiendo la fría brisa chocar contra su cuerpo. Frente a su posición se hallaba estacionado el auto de su padre, mientras que esté escoltaba imponente a Gael al interior del coche.

Desde el interior del mismo, la apagada pero sombría mirada del menor era un cruel espejismo del pasado, más aún cuando esté elevó su mirada a su posición y le dedicó esa misma sonrisa que recibió a la tierna edad de sus 10 años.

No lo saludo, solo asintió con su cabeza mientras apretaba firmemente sus labios.

Pudo observar como el auto se retiró, quedando a merced del viento.

¿Acaso todo terminaría como empezó?, ¿Con un accidente automovilístico?, ¿Con una muerte más?

¿Por qué todo era tan cruelmente familiar?

Todo se vio interrumpido cuando sintió su celular sonar, estaba recibiendo una llamada. Por lógicas razones, llamó su atención el hecho de que el número fuera desconocido, pero una fuerza más poderosa a la de su entendimiento lo obligó a contestar. Y menos mal atendió…

- ¿Hola?, ¿Quien habla?- Preguntó.

- ¿Aarón?- Esa voz era conocida.

- ¿Valen?, ¿Qué sucede?, ¿Dónde estás?- El particular tono de voz de su novio logró preocuparlo, nunca lo había oído asustado.

- Estoy en la comisaría de General Pueyrredon… Estoy detenido… Tienes que venir…

No lo podía creer, el impacto de tales palabras acabó por dejarlo estático, incapaz de analizar lo que estaba ocurriendo en paralelo a su situación. Todo se había tornado aún más peligroso de lo que estaba, la legalidad ante la ley era lo último que le faltaba en su sin fin de desgracias. Ya con su corazón acelerado y un importante nerviosismo al cercano destino, fijó su siguiente meta a lograr.

- Voy para allá.

~~~

La llegada de Valentín a la comisaría de Pueyrredón fue dura de asimilar, haber sido escoltado entre cuatro policías a su considerable negación de libertad lo llenaba de impotencia y dolor. Parecía que los planetas se habían alineado para hacer de su día una verdadera miseria, siendo víctima del mismo demonio que fingía ser silencioso.

Nadie lo oía, nadie le creía, era su palabra contra lo que los guardias vieron. Incontables veces había dado su versión de los hechos en forma de declaración, recibiendo la misma incrédula pregunta por parte de los policías.

Entonces… ¿Qué ocurrió verdaderamente?

No paraba de oír que su versión discernia a la de los guardias del evento, por lo cual, en su disposición de cartas al juego, la paz y un buen aliado que podría defenderlo eran, aparentemente, la jugada perfecta.

Luego de una considerable espera, la puerta del cuarto se abrió, mostrando la figura de Aarón con una notoria expresión de preocupación. Nada más una mesa y dos sillas, una otorgada para el recién llegado. A su lado se encontraba con gran angustia Valentín y frente a ambos un oficial imparcial al caso.

- Lamento la demora, vine caminando- Se disculpó.

- No hay problema joven Lucero, tenemos todo el día para disponernos a hablar el caso- Sonó serio y autoritario, dejando en claro la gravedad e importancia del asunto- ¿Está enterado de lo que ocurrió?

- Francamente no… Hoy era el día de la audición a Full Dance en la escuela y yo era un participante. Prácticamente, desde que empezó he estado tras bambalinas- Explicó sereno pero con cierta angustia.

- Tras bambalinas. Si estuviste en esa zona, puedo deducir que presenciaste el suceso.

- ¿Suceso?- No entendía a lo que quería dirigirse- ¿Ocurrió algo? Cómo le dije, todo el tiempo estuve con los participantes tras bambalinas. Era el sector que el staff nos designó. El escenario es bastante grande y no querían que nos alejaramos, por lo cual nos restringieron el paso a la zona de constrapesos y el foro- Observo como el adulto a cargo anotaba todo lo que él explicaba.

- Contrapesos… ¿Qué tan lejos está de bambalinas?- Dedicó una mirada penetrante al castaño menor.

- Hay un pasillo que conecta el foso y la parrilla, a partir de ahí es contrapesos…- No comprendía porque debía dar tantas explicaciones, la incertidumbre lo vencía conforme hablaba- Oficial, disculpeme pero, necesito saber que paso. ¿Por qué estoy aquí?

- Viendo que de verdad desconoce lo que ocurrió, le explicaré. El muchacho en cuestión, Valentín Cipriano Acosta, de 18 años, se lo encontró en la zona de contrapesos portando un hacha, habiendo herido y agredido al joven Gael Lucero, de 14 años. Aparentemente ambos tuvieron un conflicto personal que desembarcó en una pelea. Los guardias Juan Pablo Albarracín y Agustín Alvarado fueron quienes los encontraron, luego de que el joven Lucero recibiera un ataque en su brazo mientras el sospechoso sostenía el arma.

Conforme el oficial explicaba el asunto, la gravedad del caso se incrementaba palabra a palabra, impactando aún más a su sufrido corazón.

- Ya tenemos un móvil que está localizando al joven Lucero para que de su testimonio. ¿Usted es pariente directo?

- Soy su hermano…- Respondió helado, experimentando un frío jamás sentido- Oficial, todo esto debe ser un terrible malentendido- Sonaba impotente, siendo su voz la que luchaba por no resquebrajarse.

- Y para eso estamos joven Aarón, somos imparciales y objetivos. Vamos a analizar todo lo sucedido y luego se dictará una sentencia, porque estoy puede calificar perfectamente como un intento de homicidio- Un escalofrío recorrió las espaldas de ambos jóvenes, uno tan macabro como el acto mismo.

- Lo se, se que van a querer solucionar todo de la manera objetiva y es perfecto, pero no lo van a solucionar si no saben la verdad de todo- Intento sonar convincente, ganando la atención del policía- No sé si Valentín le haya explicado pero mi hermano no está bien. No necesito haber visto lo ocurrido para saber que Gael fue quien atacó a Valentín.

- ¿Acaso insinuas que el muchacho se lastimó a sí mismo?- Alzó una de sus cejas.

- No sería la primera vez que lo hace- Objeto.

- Ya no sé cuántas veces se lo explique. Gael estaba en la zona de contrapesos para soltar una de las cuerdas de escenografía cuando tú hicieras tu performance- Explico con notoria indignación e impotencia.

- Lo que no entiendo es, ¿Qué hacías tú en contrapesos?- Señaló a Acosta con su lapicera.

- Yo estaba en el público. Cuando Liam se presentó, Gael se puso de pie e ingresó por las bambalinas oeste. Lo seguí porque supuse que algo se traía entre manos.

- ¿Y cuál sería su explicación al motivo por el cual este niño, porque es lo que es, quiso atentar contra su integridad física?

- Porque el nunca me quiso…- Remontar a los recuerdos donde el odio de su hermano eran el motivo de su sufrimiento era algo crudo- El siempre me odio… Él siempre me saboteo, física y psicológicamente. Fue por envidia, por celos, porque no puede tolerar no ser el centro de atención… Y si eso implicaba hacerme sufrir, lo haría… Él no iba a permitir que yo participará de mí audición. Siempre creí que era un niño mal portado, pero es mucho peor… Es macabro, sádico y… Un enfermo…

Gael: A mí hermano siempre lo amé, he sido incondicional aún en sus peores momentos. Desde que nuestra madre murió todo fue diferente, pero nunca nos separamos. No obstante, aún había algo que no era lindo y era su doble moral hacia mí. Estuve paralítico por un tiempo, soy sordo-mudo desde que sobreviví al accidente que se llevó a mí madre. Todo eso fue suficiente para ser menospreciado y maltratado por mí hermano… Pues claro, todos nuestros familiares pegaron un ojo a mí y nadie le prestaba atención a él, fue la excusa perfecta para hacerme daño. De a ratos me quería, de a ratos dejaba de quererme, era extraño conmigo. He llegado a enterarme que en varias ocasiones ha hablado calumnias de mí, todas crueles e insensibles. Aarón pasó a convertirse en un ente invisible para todos, menos para mí. Cómo nuestro padre no estaba a favor de sus maltratos, comenzó a ser un poco más firme con el. Aún así, Aarón no tenía límites. Cómo nadie le prestaba atención, comenzó a comportarse de manera inapropiada, me atrevo a decir que de manera rebelde. A escondidas comenzó a ingerir mis medicamentos, llegando a desmayarse por sus grandes dosis. Se ha prostituido en nuestra escuela, ofreciéndose a escondidas de los directivos. Tuvo un trabajo como mesero, pero lo despidieron por haber incumplido con su labor. Aunque ahora está de novio con un chico de la escuela, logro convencerlo de que soy una mala persona, cuando todos en la escuela saben que no es verdad. Creí conocer a Valentín, hasta hoy, jamás me pude imaginar que me emboscaria en zona de contrapesos, donde no había nadie. Quise saludar a mí hermano y a mí mejor amigo ingresando por la bambalina este, cruzar por contrapesos y llegar a bambalina oeste. Pero nunca me imaginé cruzarme con Valentín y que me atacará de esa manera, todo a causa de las mentiras de mí hermano… Y lo que más me duele, es que aún lo quiero…

Gael entregó en manos del oficial el papel que se le fue otorgado, siendo la prueba física de su testimonio. Podía sentir como pequeñas lágrimas caían de su mirada, limitándose a tocar la punta de sus dedos como simbolismo a su creciente incertidumbre.

- Es difícil de asimilar lo que dice joven Aarón, pero aquí todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario. Sea cual sea el motivo, hay un factor común y el problema legal que esto implica puede ser penalizado gravemente. Ambos ya son grandecitos y hay un menor de edad involucrado.

La charla entre la pareja y la autoridad a cargo se vio interrumpida por la llegada de un oficial, quien entregó el testimonio físico de Gael. Aarón no pudo evitar desviar la mirada hacia la puerta, pudiendo reconocer la figura de su hermano tomando la mano del policía recién llegado. Su corazón hervía endiabladamente, podía percibir de nueva cuenta el comienzo de la tan dichosa farsa que odio desde su revelación, tanto que acabó tomando la mano de su novio con la idea de poder regularse y controlarse.

- Lamento la interrupción pero le hago entrega del testimonio de Gael Lucero. Llegó hace unos minutos en el móvil y ya dio su declaración. Le aviso que es sordo-mudo, por lo cual todo lo que le brinde de información será por escrito- Acto seguido, el oficial a cargo comenzó a leer la declaración del menor, manteniendo un serio semblante a ojos de los muchachos.

Ambos pudieron oír cómo chasquido con sus labios, siendo el único sonido emitido. Fue el suficiente ruido entre tanto silencio para desatar un importante nerviosismo en la pareja, pues no dejaban de preguntarse cuántas falsedades podían estar plasmadas en aquella hoja.

- ¿Saben que veo aquí? Y la verdad que me es bastante impactante, no obstante, puede impactar, pero esto es más normal de lo que parece- Ambos lo observaron silenciosos- Veo entrar aquí parejas, de cualquier índole, parejas confabuladas entre sí para perjudicar a un tercero. Pero esto es decepcionante… Dos muchachitos que recién están saliendo a la vida, uno con una peligrosa adicción a las drogas que ofrece sus servicios sexuales y el otro, un posible homicida. Ya con antecedentes bastantes serios se puede ir deduciendo el caso.

- Usted lo dijo, deducir, está deduciendo el caso en base a un testimonio no confirmado- Se atrevió a interrumpir el más grande rápidamente, aparentemente todo apuntaba en sus contras- Nos está juzgando solo porque Gael es un discapacitado.

- Nunca dije que las cosas no se pueden investigar. Todo lleva tiempo, pero mientras las investigaciones se hacen, los principales sospechosos, osea ustedes, estarán temporalmente detenidos- Sentenció.

- ¡Espere!, ¡¿Por qué Aarón tiene que estar detenido?!, ¡Él no hizo nada!, ¡Ni siquiera yo!- Comenzaba a indignarse.

- ¿Tengo que decírselo nuevamente? Una pareja confabulada para calumniar contra otra persona, más aún tratándose de un drogadicto y un posible homicida. En el caso de que no sea así, lo sabremos luego de hacer los peritajes, pero por el momento, todo indica ser de esa manera- No dejaba de ojear el testimonio, observando de a ratos a la pareja.

- ¿Y cuánto tiempo tomará la investigación?- Aarón parecía aceptar las condiciones a los peritajes, pues era la única manera de probar la inocencia de ambos, no obstante la inquietud y poca paciencia de su voz reflejaba la sufrida tensión que experimentaba.

- De cuatro a ocho semanas- Respondió sin más.

- ¡¡Pero esto es inaudito!!- Golpeó Lucero horrorizado e indignado el escritorio- ¡¿No pueden hacer su trabajo bien una vez?!, ¡Es increíble que estamos en un país en el que el victimario tiene más derechos que la víctima en sí!

- Pues te recomiendo que controles bien tu tono aquí. O mejor te haces ayudar con un especialista o te controlas- Amenazó autoritario ante el descontento del castaño, siendo la única manera de mantenerlo controlado.

- La botella…- Acotó repentinamente Valen, logrando desviar la atención del policía- La botella de Liam…- Había recordado un importante detalle que presenció desde su anonimato- ¿Usted piensa que Aarón es un drogadicto? Solo es una falacia más de todas las que está creyendo- Su mirada estaba pérdida en la nada misma, siendo su serena voz un reflejo de su quietud- Gael ingreso por la bambalina oeste y colocó un polvo extraño en tu botella de agua, pero como tus cosas estaban junto a las de Liam…

- El… Se equivoco de botella… - Completo la oración con impacto- Por eso Liam se descompuso. Ese polvo habrá sido alguna de las tantas pastillas que siempre me colocaba a escondidas… Ahora Liam se que está en el Interzonal de urgencia, dijeron que su presión había bajado considerablemente.

- ¿No puede corroborar quienes ingresaron en la última hora en el Interzonal de Agudos?- Ambos observaron al de boina azul, siendo su pregunta la que lo movilizó a realizar algunas llamadas.

Todo era tensión tras tensión, una agobiante presión los acorralaba peligrosamente. Muy en el fondo ambos temían de lo que podría llegar a ocurrir, pues desde la perspectiva de Aarón todo era cruelmente sucio por parte de Gael. No paraba de cuestionarse cómo aún, en su más pura derrota, él aún continuaba mintiendo gloriosamente. Tal vez lo hacía ante la ignorancia de los policías, tal vez era su último desesperado intento por sabotear su felicidad o tal vez solo buscaba quedar mano a mano, siendo el precio que Aarón debía pagar en el hipotético caso de ser aceptado en la academia.

- Tengo miedo…- Susurró Aarón- No puedo creer que vuelvo a tener miedo… Todo estaba saliendo demasiado bien, demasiado perfecto para ser verdad… Y aunque todo el mundo ya sabe la verdad, está pesadilla aún no termina…

- ¿Todos lo saben…?- Ladeó su mirada, tratando de buscar el brillo que temía que Aarón perdiera.

- Todos en la escuela lo saben… Hasta mí padre… Aún así, es como si nada de eso hubiera ocurrido…- Limpio su lagrimeante mirada, limitándose a observar el suelo- Seguramente van a querer mandar a Gael a protección de testigos, sería el colmo…

- ¿No conviene esperar el peritaje?

- Si, claro, el mismo peritaje que defiende a los culpables y culpa a los inocentes. ¿Cuántas veces viste noticias donde los que terminan pagando son los inocentes? Y resulta que después, muchos años después, resulta que eran inocentes. No quiero que termines preso porque Gael tiene algo contra mí…

- Pero tampoco te voy a dejar solo en esto. Cuando nos reconciliamos, tú me dijiste que está vez sería mucho más difícil que antes, pues acepte, acepte cada desafío que implicaría y aquí estoy. Tu eres inocente, yo soy inocente, en eso estamos de acuerdo. Vamos a salir adelante juntos… Y nada ni nadie lo va a impedir.

La espera se vio reducida en el instante en que la puerta se abrió nuevamente, el mismo uniformado que acompaño a Gael desde su última aparición ingreso con una comprensiva sonrisa, siendo esa misma una misteriosa luz de esperanza para ambos muchachos.

- Aarón, Valentín, pueden retirarse- Expresó amable y sereno, transmitiendo un aura esperanzadora que a la vez era difícil de entender.

Ninguno entendía el porqué, ¿Que había sucedido? Lo último que recordaban era al oficial retirándose por breves instantes a realizar unas llamadas, quedando aislados del afuera en aquel cuarto. El tiempo parecía pasar más lento de lo normal, pero al obtener de nueva cuenta la noción horaria, descubrieron que lo que ellos creían eran minutos, resultaron en una importante cantidad de horas disfrazadas en tortuosos minutos.

Ambos caminaron hacia las afueras de la oficina, tomados de la mano como simbolismo a su fortalecida unión. Unidos, eran una hermosa combinación inquebrantable y fortalecida.

Al llegar a la recepción de la comisaría, la verdad se reveló en un formato inesperado, pues la presencia del mismísimo Alessandro Lucero fue el indicador a todo lo ocurrido.

Alessandro era la última carta, la carta que los ayudaría a ganar el partido cuando lo creían totalmente perdido. Cuando el móvil policial dio con el paradero de Lucero menor, fue el padre de ambos quien dio su consentimiento a que los oficiales llevarán a la comisaría al menor. Fueron unos cuantos minutos en los cuales Alessandro se debatió en lo que en verdad era lo correcto, largos minutos en la soledad de su auto donde los recuerdos y el dolor eran su peor enemigo.

- Padre…- No pudo decir nada más, más solo observarlo con impacto y lágrimas.

El rostro de Gael era un verdadero arte, un retrato que guardaría en su memoria por siempre. Hasta el último momento mantuvo en pie su farsa, pues de no haber sido por la llegada de su padre, pudo haber logrado con éxito su cometido final.

- Me traicionaste… - Observó con impotencia y dolor a su padre- Testificaste en mí contra…- Aún se percibía el carraspeo de su voz, combinada con el dolor de la supuesta traición.

- No. Hice lo correcto- Se acercó a la posición de quién antes era su pequeña adoración- Y de ti me voy a encargar yo. Ya hiciste suficiente daño a personas ajenas a la familia, hospitalizaron a un compañero tuyo, casi logras que encarcelen a un inocente y por poco consigues que lleven a tu hermano a rehabilitación. ¿Y aún así tienes el descaro de decir que fui yo quien te traicionó?- Acto seguido, retiró de su vestimenta una constancia ya autorizada por su firma- Tu ya no eres mí problema.

Siendo su firma la que autorizaba su internación ese mismo día a un hospital psiquiátrico.

- Desgraciado… ¡Eres un desgraciado!, ¡¡Te deshaces de tu propio hijo!!- Grito desesperado, horrorizado del destino que él mismo ganó.

- Yo no tengo hijo… Tengo un monstruo que dice ser mí hijo- Aclaró aún más serio.

- ¡¡¡Te vas a arrepentir Alessandro!!!, ¡¿Un hospital psiquiátrico?!, ¡¡Yo no merezco eso!!, ¡¡Jamás te he fallado, no como esa maldita escoria que piensa que sus atrocidades serán perdonadas!!- Entre dos uniformados comenzaron a escoltarlo por los brazos al interior de la comisaría, siendo sus potentes forcejeos los que los obligaban a tomar ciertas medidas aún más duras- ¡¡Nada borrará mí legado, nada borrará todo lo que he hecho!!, ¡Y por más que quieran fingir que nunca he existido…!, ¡¡¡Yo la mate!!!, ¡Fui yo la razón de que todo fuera por un rumbo diferente!, ¡Por más que me hagan desaparecer, yo siempre estaré presente!, ¡No se hagan los valientes, porque aquí todos han caído!, ¡Todos fueron unos pobres ingenuos e infelices, y eso, me dará gracia de aquí al futuro!, ¡¡¡Me río de lo estúpidos que fueron todos los días de sus vidas!!!, ¡¡Y aún en mí ausencia, siempre estaré aquí, porque siempre existirá una mancha que jamás podrán borrar!!, ¡¡¡Yo soy como el Venus, donde mires, ahí estaré!!!

Sus corazones sufrieron acelerados hasta el último grito de Gael, siendo su psicópata mirada el último rastro de su presencia.

Todo había terminado.

Cuando la paz logró reinar nuevamente, tanto Aarón como Valentín fueron confrontados por la sufrida presencia de Alessandro, quien no hacía más que observarlos con una melancólica ternura.

- Cuídalo mucho Valentín… Lamento no haberte podido conocer bien, pero se que Aarón y tu van a ser felices juntos- Y esas palabras fueron la caricia que los envolvió de manera protectora y sublime.

- Gracias… - Aarón  pudo sonreír de manera sincera, siendo un hermoso reflejo al eterno agradecimiento que sintió.

Era un comienzo, un verdadero comienzo entre padre e hijo, donde por primera vez Alessandro respondía a favor y con amor hacia su primogénito.

Nuevamente podían observar la luz del sol en su más hermoso esplendor, era un hermoso atardecer decorado en la imponente avenida, realzado con la belleza del mar al final de la misma. Ambos observaban al unísono el precioso paisaje, siendo abrazados por la cotidianidad del día a día. Los autos avanzaban en su marcha, los transeúntes caminaban y ellos, desde su individualidad como en su unión, se disponían a iniciar su caminata juntos, tomados de la mano.

~~~

Yo, Aarón Lucero, había clasificado a Full Dance.

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- Aarón.

- Despierta.

- Abre los ojos.

- Ya es tu turno, ya sales.

Continuará...


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❤️❤️❤️

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