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09: Disfrutando la mesa

El timbre sonó, ya era hora del almuerzo. El corazón de Yoongi se agitó. ¡Por fin comería en una mesa como una persona decente y con su menor!

Sin dejar que su amigo siquiera guardara sus libretas, lo tomó de la mano y lo arrastró con él a los pasillos hacia la cafetería. El pobre castaño apenas y pudiendo seguirle el paso sin caerse.

—¡Aguanta, estúpido! ¡Me caigo! —se quejó Jimin. Yoongi paró bruscamente, ocasionando que el moreno chocara contra su espalda—. ¡Auch! Oye- ¡ah!

Yoongi se giró rápidamente hacia Jimin, abrazando su cintura para alzarlo sobre su hombro y empezar a correr de vuelta hacia su próximo destino.

El pobre Jimin viajando como saco de papas.

—¡Que buen culo, Park! —gritó un vato que iba a morir.

Yoongi detuvo su carrera, volteando su cara hacia Minho. Sus ojos amenazantes y sus labios en línea disgustados.

—¿Qué dijiste, estúpido ser que no aprecia su vida? —Min celoso on. Nadie debía mirar tremendas nalgas que se cargaba el castaño—. ¿Quiere pelea, perro?

—Éntrele perro. —Se pusieron en posición, Yoongi bajando al confundido castaño de su hombro—. ¡Ahora!

Minho se aproximó a Yoongi, alzando su puño amenazador. A unos cuantos pasos de Min, una silla golpeó su espalda, haciéndole caer adolorido. ¿De dónde salió esa silla? Mira, no sé. A lo mejor se le cayó a Diosito o algo.

Decidiendo procesar todo eso para luego, Yoongi volvió a cargar como saco de papas a Jimin y por fin llegó a la cafetería, junto a una mesa. Bajó a Jimin.

—Mírala. —Acarició la mesa—. Es bellísima. —Se limpió una lágrima, recostándose un poco en la mesa.

—Parece que amas más a esa mesa que a mí. —Rodó los ojos, irónico.

—Ven, siéntate. —Lo jaló, haciéndolo caer a su lado.

—Oye, pero ¿qué vamos a comer? —preguntó el menor. Ya que se fueron directamente a sentar pasaron de alto la fila para comprar la comida.

Ahora ésta era muy larga. Hueva.

—Si serás pendejo, Min... —Tapó sus manos con frustración.

—Oppas —llamó Yeri—, veo que tienen hambre, les daré comida. —Les mostró un bento que se veía muy delicioso. A Yoongi se le hizo agua la boca, como cuando veía a Jimin con pantalones pegados que marcaban su hermosa cinturita—. PERO sólo si me dejan grabarlos mientras se besan apasionadamente. —Sonrió pervertida.

—¿Qu-

—¡Hecho! —aceptó Min, eso no era ningún castigo, era un regalo de Satán bien ardiente.

Yoongi tomó a Jimin de las mejillas, Yeri sacó su teléfono y abrió la cámara. A pocos centímetros de que sus bocas se juntaron, los detuvo.

—¡Esperen! —Min hizo mala cara—. Jimin, siéntate a horcajadas sobre tu novio. —Fiesta, fiesta, pluma, pluma gay.

Maldiciendo internamente, el castaño se subió sobre el azabache.

—Yoongi, tus manos en la cintura de Jimin. Jimin, tus manos en el cuello de Yoongi —hablaba la castaña mientras enfocaba su cámara.

—¿Tenemos que hacer eso? —preguntó un incómodo castaño.

—Simón, si no, no tragan. —Se acercó unos pasos—. Ahora, ¡bésense! ¡Bésense como si hubieran estado en abstinencia por tres meses!

Jimin suspiró cansado antes de que su amigo comenzara a comerle la boca como una bestia hambrienta. Se estaba tomando muy en serio las órdenes de Yeri. Trató de seguir el salvaje ritmo de Yoongi, después de unos segundos logrando besarlo con su misma intensidad.

Sintiendo por segunda vez esas mariposas que agitaban su cuerpo.

A lo mejor era el hambre, pensó todo meco el Jimin.

Asombrosamente, la intensidad de su beso aumentó, su cuerpo reaccionando ante aquello con leves espasmos de excitación que atendieron frotando sus cuerpos. Yoongi alzó su pelvis, embistiendo el trasero cubierto de Jimin, sacándole un gemido.

Ahí fue cuando pararon.

¿Qué demonios le había pasado?

—A-ah... —balbuceó, no sabiendo que decir en esa situación—. ¿Ya nos das el bento...? ¿Yeri?

La castaña de cabellos cortos estaba tirada en el suelo, con sangre en su nariz y una sonrisa satisfecha. A su alrededor había más chicas. Ahora Seulgi tenía la cámara.

—Yeri dijo que cuando terminaran de besarse tomaran el Bento. —Finalizó el vídeo—. Los veo en el infierno, sucios pecadores. —Y se desmayó también.

—Bueno, ¿quién tiene hambre? —Y el Yoongi empezó a comer, ignorando su dolorosa erección.

Hagan como que no pasó nada, aquí sólo hubo un tierno y tímido beso.

—Le falta algo a este bento —comentó nuevamente el azabache.

—¡Yo sé que le falta! —dijo Jin, Máster Chef, modelo, Worldwide Handsome, casamentero, alpakapaka y padrino del Yoonmin—. Cada desayuno, almuerzo, comida y cena necesita una ¡leshe shabo, leshe shabo, leshe shabo, SHABO! —cantó el Seokjin.

—Yo tomo leshe shabo... Light —dijo Taehyung-shii, por las k-tablas mamonas que le dijeron gordo. No a la violencia, amicos, pero sí suéltenle un putazo de mi parte si ven una.

—Obviamente yo tomó leshe shabo shulo —dijo la Jin, de fondo Namjoon le grito "¡Ay, que shulo!". No homo, bro.

—¡Yo tengo mi propia leshe shabo! —anunció Hoseok—. ¡Leshe shabo, shabo esperanza! La leshe, de los shabos, que son J-hope biased, los shabos, y se iluminan con mi sonrisa, los shabos, y tienen esperanza... los shabos.

—No tenemos leshe shabo... —dijo el Yoonmin. Jin sacó una leche para los dos.

—¡Tengan: leshe shabo amor! La leshe de los shabos coshones. ¡Muuaaac!

—What the fuck, Jin... —Watafak, esta es mi cara cuando watafak. El Yoongi ya se estaba chingando la leche.

—No sé por qué Minie... —comenzó a decir Yoongi, Jimin le quitó la leche y empezó a beber—, pero esta leche hace que me den ganas de cosharte. —Le escupió toda la leche en la cara.

—¡Aléjate puto! —Que buen primer estreno de mesa.

Si algo se aprendió hoy es que debes comprar leshe shabo, así es.

Ah, y que el Yoonmin es real, ahuevo. 

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