14: CONFESIÓN
El sonido molesto del reloj haciendo tic-tac, mirando casi hipnotizado como se meneaban las ramas del árbol por el aire. Un estúpido sonrojo que persistía en sus mejillas al pensar en Jungkook.
¿Cómo sabía si de verdad le gustaba él?
—¿Debería buscar en Google...? — se preguntó a sí mismo, buscando su teléfono entre las sábanas.
De un golpe su puerta se abrió, haciéndolo gritar y caer de la cama. Su mamá entró a su habitación de lo más tranquila.
—¡Ma! ¿¡Por qué entras así!? — se quejó, volviendo a subir a su cama.
—Al menos no estabas bailando esta vez — dijo, recordando la tarde que lo encontró en pleno perreo hasta el suelo con las canciones de HyunA.
—Yah... ¿Qué haces aquí? — preguntó con bochorno.
—Hah... ¡Sí es mi casa, cabrón! — trató de darle un chanclazo en la maceta —. Pero, sí. Vine porque mi instinto maternal me lo dicta.
—¿Instinto maternal? — salió de debajo de las sábanas que lo protegían de seres demoníacos y chanclas asesinas — ¿Qué?
—Mi niño... — acarició su cabello —. Ayer cuando te despertaste no miraste tus mugrosos tenis como si quisieras morir, en cambio suspiraste feliz y te arreglaste rápido para irte. También, cuando regresaste de la uni, estuviste jugando con la comida por un buen rato, cuando tu comes en chinga como maldito puerco enjaulado.
—¡No soy un puerco! Yo soy un cerdo decente... — murmuró en un puchero —. Igual, ¿¡qué tiene que ver todo eso!?
—Qué estás enamorado, pendejo — soltó sin más, haciendo a su hijo sonrojar.
—N-no es cierto... — zape por pendejo—. ¡Auch!
—Taehyung, no tienes que ocultarme nada. Excepto a Matthew. Él sí querrá matar a Jungkook por tocar a su hermanito.
—BM ni siquiera está aquí, se fue a México y... ¿C-cómo sabes que es Jungkook? No, digo, ¡No es Jungkook! Es... Es... ¡Alguien que no es Jungkook! — su cara se coloreó completamente de rojo acuarela — ¡Me gusta Jungkook! Digo... ¡No me gusta Jungkook!
—Taehyung... — su hijo se calmó, guardando silencio—. Es bien pinche obvio, no jodas. Me sorprende que ni tú mismo te des cuenta.
—Está bien... Sí, me gusta... Pero, ¿y sí el no me quiere a mí? — preguntó con desilusión en sus ojos.
Un buen putazo con la chancla le llegó en la mera jeta.
—¿¡Cómo chingados no te va a querer!? — otro chanclazo — ¡Si siempre está babeando por tí! Es más, ¡La otra vez se le paró cuando le tocaste la pierna!
—¿Q-qué... ? — peló los ojos.
—Pendejo y más aparte ciego — negó con decepción —. Taehyung, ya, hijo, dile al pendejo de Kook que lo amas y quieres ser su novio de verdad.
—N-no...
—¡O te confiesas, o te quedas castigado! — advirtió.
[✧]
—Charlie, Charlie... ¿Estás ahí? — preguntó el azabache, agitando sus manos en las cuales tenía dos monedas. Separó sus manos, dejando caer las monedas, que aterrizaron ambas con el águila a la vista, lo cual significaba 'sí'.
Jungkook decidió preguntarle a los seres todos poderosos y demoníacos (ya que no hizo su catecismo) si debía de confesarle sus verdaderos sentimientos a Tae.
—Okey... — suspiró —. Charlie, Charlie... ¿Debería decirle a Taehyung que en verdad lo quiero? — dejó caer las monedas, cuales cayeron con caras desiguales — ¡No mames! — enfureció.
Siguió haciendo la misma pregunta, pero seguía cayendo una moneda en águila y otra en sello, lo cual podría considerarse como un 'tal vez' o un 'no sé'.
—Charlie, Charlie... ¿¡Eres puto!? — preguntó ya harto. Para su burla, las monedas dijeron que sí — ¡Ja!
—¿Qué se supone que haces? — preguntó Jieun, quien desde hace minutos estaba escuchando los gruñidos molestos de su hermano.
—No sé, ¿sabías que Charlie Charlie es puto? — dijo, sin dejar de agitar las monedas en sus manos.
—¡Dame eso! — se colocó a su lado y le quitó las monedas — ¿Estás preguntando si deberías poner la letra C en las preguntas de examen que no sepas? ¿O qué verga?
—La de Taehyung, ahora, dame mis monedas — trató de quitárselas, más no lo logró.
—Jungkook... — suspiró, con la decepción en todo su ser ya que estaba a punto de romper el juramento de hermanos, que era odiarse sobre todo — ¿necesitas un consejo?
—Eh... — exhaló — ¿Sí?
—Sobre Taehyung, ¿no? — el azabache asintió — ¿No sabes como cogértelo? Mira, todo está en tocar su próstata, no es difícil. Está a cinco centímetros dentro del ano, no ocupas tenerla grande. Pero igual dilátalo bien porque sí no-
—¡Sobre eso no! — detuvo.
—¿Ah? ¿Entonces sobre qué?
—Es que... Él me gusta... Me gusta mucho — confesó, con sus mejillas rojas —. Pero no sé si él me quiera.
—¿Cómo no te va a querer si son novios? — dijo con ironía.
—Es a lo que voy... No somos novios de verdad — con pesar expresó —. Fingimos serlo para tener una mesa en donde comer en la Uni...— IU pareció comprender.
—¿¡Entonces por qué estaban a punto de desvirgarse en el sillón!? — acusó.
—¡Se nos descontrolaron las cosas! — trató y falló de no recordar el niño del meme — ¡Sólo íbamos a hacernos chupetones en el cuello para que creyeran que follamos!
Normal. Lo de todos los días.
—Jungkook, si estaba dispuesto a que le destrozaras el ano, está dispuesto a ser tu novio — lo miró con obviedad, duh.
—Ehm... No lo sé... — cruzó sus brazos, indeciso, inseguro.
—Hagamos esto... — inició con un trato — si te le confiesas, te compro unas Takis fuego grandes y una Coca-Cola de dos litros — Jungkook posó su atención en ella —, si no lo haces, tendrás que comprarme a mí una caja de Ferrero Rosher. ¿Hecho?
— Unas Timberlands — dijo, tomando la delgada mano de Jieun.
—Una camisa — cambió, por obviedad de que era más barato.
—Un pantalón.
—Calcetas de Iron Man.
—Bóxers de Iron Man.
—Jabón para que te bañes, otaku mugroso — Jungkook la fulminó con la mirada.
—Quiero mis Timberlands.
—Taehyung en tanga.
—Trato hecho — agitó sus manos unidas.
—¡Ve por todo, campeón! — lo empujó fuera de su cuarto, tomando su mochila y lanzándosela a la cara después de sacarlo de la casa — ¡Tú puedes! ¿¡Eres...!?
—¡La verga! — completó, con el autoestima en las nubes, corriendo a la Universidad, porque ya se le había hecho tarde.
[✧]
Para su mala suerte, no alcanzó a llegar a tiempo, las clases ya habían iniciado. Para más mala suerte, su primera clase no era con el castaño.
Decepcionado y con el corazón latiendo fuerte dentro de su pecho, se dirigió al baño. Quería mojarse la cara para aclarar sus pensamientos, y un poco de privacidad para darse ánimos.
Pero el destino, alías Garuming, hizo que se encontrara con Taehyung.
—J-jungkook... Hola... — saludó con nerviosismo. Jungkook tomó aire, mucho aire antes de hablar.
—HolaTaehyungestásmuylindo miramehedadocuentadequeyoenverdadteamocomonuncalohehechoyquieroquetutambiénmeamesalv— soltó más rápido que Eminem.
—¿Qué? — frunció sus cejas y boca —. Jungkook, no te entendí ni merga. Hablaste más rápido que el Suga rapeando.
—Y-yo había dicho... — suspiró. Genial, tendría que comprarle los estúpidamente caros, pero estúpidamente ricos chocolates a su hermana por su estúpida inseguridad. La palabra estúpido es genial. Y él era un estúpido, ¿también era genial, entoces?
Fuera crisis existenciales.
—Nada, olvídalo — movió su mano, restando importancia.
—Bueno... Yo si quería decirte que... — los nervios volvieron a invadirlo — que... — tragó duro, cerrando sus ojos y apretando sus puños.
No podía acobardarse ahora, pero tampoco podía decir las cosas así de directo. ¿Qué otra cosa podía decir para indirectamente pedir ser su novio de verdad?
—Que...— la ilusión construyéndose en los ojos de Jungkook — ¡Eres un tarado!
—¿Eh? — confusión en todo su ser.
—Pendejo, imbécil, estúpido, marica, joto, pelotudo, culicagado, primo vete a la chingada y ¡todos los insultos de Dross! — gritó, con sus mejillas rojas esperando a que el pelinegro reaccionara.
Jungkook seguía pasmado, procesando todas las palabrotas que soltó el castaño hacia él. De pronto...
—Espera, ¿estás diciendo groserías para que te bese? — preguntó.
El alivió cayendo sobre él como una burbuja de risa nerviosa al ver que el otro entendió su indirecta.
—Claro que no, pendejo. ¿Qué chingados te hace pensar eso? Estás bien imbécil — respondió entre risas. Jungkook arqueó una ceja, divertido —. Bésame, idiota.
—Con gusto — y sin decir más, lo tomó de la nuca, para acercarlo a su rostro y empezar a besarse con pasión.
Luego de minutos de besarse y besarse, Taehyung se separó suavemente, observando el rostro con un ligero sonrojo.
—Entoces, ¿qué somos? — preguntó, sus brazos aún sobre los hombros del azabache.
—Seres humanos — respondió, ganándose un golpe en el abdomen.
—¡No seas pendejo! — trató de golpearlo, aunque segundos después sus manos fueron atrapadas, al igual que sus labios.
¿Hacía falta decir que eran novios?
Exacto, no. Porque ya eran novios incluso antes de nacer, está comprobado por la ciencia.
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