Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cap. 20.- Canciones 1/2

La castaña de cabello ondulado me observaba con furor, solo le sonreí creyendo que eso la calmaría. Ella, como respuesta, acarició el puente de su nariz, suspiró y dio otra vuelta dejando que su cabello corto se moviera con el aire. El cabello de mamá lucía hermoso cuando se molestaba, ¿sería buen momento para decírselo o mejor me callaba?

- Sigo esperando una explicación, Simón -me recuerda mientras enfoca su mirada en mí. Sí, mal momento para mencionar su cabello.

- ¿Qué esperas que te diga? -Respondo y el manotazo que le da al respaldar del sofá me resulta suficiente argumento a su favor-. Mamá. Es Amanda, la quiero y no dejará de ser así sin importar lo que haya pasado entre nosotros -admito.

- Te rompió el corazón, alguien que te ama no hace eso.

- Mamá -me quejo-. Todos cometemos errores, no puedes tachar a las personas por algo que hicieron mal antes. Yo también me equivoqué, podrías tratar de ver eso -argumento a la vez que me encojo de hombros.

Trato de restarle importancia a algo que para ella significa todo, mi futuro sentimental depende de esa charla. Al parecer.

- Pero tú eres mi hijo, no quiero que te dañe y porque le hiciste daño es que no deberías volver. No es sano para ninguno de los dos.

- Las relaciones no son perfectas -menciono.

- Y tienes la edad adecuada para conocer más personas, tener más relaciones, comprobar esa hipótesis que tienes. ¿Por qué volver con ella? -Rasco mi nuca al sentirme algo incómodo.

- Porque la amo, porque el universo no te pone a las personas enfrente si no es por algo, ¿no? Me la puse en el camino otra vez y por algo debe ser. Hay muchos lugares en la ciudad donde pueden ir a pasear ella y su novio ¡Y terminamos en el mismo lugar! ¿Crees que no es una señal?

- Creo que unes puntos donde no hay solo porque quieres ver figuras.

- ¿No dijo papá que así funciona con las estrellas?

- Williams -reprocha al saber que estoy a punto de usar esa carta. Sí, a papá.

- Mamá -me pongo de pie y avanzo hacia ella-. Amanda una vez dijo que todos somos estrellas, ¿crees que es malo que yo desee unir dos estrellas, como me enseñó mi padre? -Sujeto su mano una vez que nos encontramos frente al otro.

- ¡Williams! -Se queja a la vez que aparta la mano de forma brusca.

- Mamá. Deja que me rompan el corazón, déjame aprender. Si ella no es para mí, a lo mejor solo así logro entender, pero... ¿y si sí?

Gira sobre su eje y me da la espalda, puedo ver que se cruza de brazos y sonrío. Es exactamente eso lo que hacemos mis hermanos y yo cuando nos encontramos a nada de hacer un berrinche hasta que se nos complazca.

- Te prometo que no dejaré que ya nadie rompa mi corazón -le aseguro aunque en realidad estoy tan dudoso como ella.

- Más te vale -contesta aún si verme-. No soporté nueve meses y más de once horas de contracciones para que mi esfuerzo sea arrojado a la basura solo porque dejas que rompan tu corazón. Demoraste mucho tiempo en crecer sano y fuerte como para que dejes que alguien ajeno a ti te dañe.

- Mamá... -finalmente, ella voltea y me abraza.

- No te he cuidado los últimos dieciocho años de tu vida para que venga alguien y te haga sufrir. Tu padre hasta pensaba en guardarte dentro de una cajita para cuidarte -sonrío.

- Ya es momento de que alguien me saque de esa cajita, ¿sabes? Estoy muy grande -pienso un poco en lo que diré, un fallo en mí es que a veces suelo meditar muy bien lo que quiero decir para poder dejar huellas así sea con mis palabras-. Has hecho un trabajo increíble cuidando de mí y de mi corazón, pero es momento de que te demuestre cuánto aprendí de todos esos cuidados. Debes confiar en mí, mamá, como yo confiaba en ti de pequeño.

- Yo confío en ti, mi estrellita -su abrazo se vuelve un poco más fuerte y protector, como solo puede ser el abrazo de una madre.

Cierro los ojos y nos sumimos en un silencio acogedor, tan cogedor que durante un instante siento que mi padre está ahí, sonriendo y divisando la escena desde el umbral.

- Te quiero -le digo y sé que sonríe.

- Ya no crezcas.

- Lo tomaré como un: yo más mi hijo hermoso y favorito -menciono y la escucho reír.

- No le digas a tu hermano.

- Lo sabía.

Nos separamos del abrazo entre risas. Son risas pequeñas y afables, como solo lo son las cosas que tienen gran significado. La observo un segundo y me permito sonreír. Durante un instante imagino a mi padre en esa misma escena, quizá más joven y totalmente enamorado de la mujer que tengo enfrente. Pocas veces me permito eso, pensar en todo lo que alguna vez pudo haber vivido papá y entenderlo.

A veces me enojo porque sé que no pensábamos igual, porque yo no hubiera corrido a salvar a los demás. Yo hubiera esperado al equipo de emergencia aunque el avión haya explotado con la mitad de pasajeros dentro. Pero quizá eso es lo que nos vuelve iguales y diferentes, que él esperó al equipo de rescate tras anteponer la salud de los demás. Y yo, a veces, suelo anteponer a los demás. Todo sucede por algo, incluso lo malo, sobre todo lo malo.

- ¿De verdad quieres que venga a la cena? -Pregunto y ella asiente.

- Es navidad, no podemos negarle una cena.

Sonrío y remuevo su cabello. Mamá me da un golpe en el hombro y se sienta en el sofá que minutos antes recibió un golpe por mi causa. Siento el celular vibrarme en el bolsillo y lo saco para revisar el mensaje. Es... ¿Darla?

¿Recuerdas que me dijiste que podía organizar una fiesta? Está lista, la tenemos para el 23, ¿aún vas?

Me detengo un segundo y examino el mensaje. ¿Una fiesta? Mmm. La verdad, no deseo asistir a una, pero sería bueno para despejarme. O debería ser para despejarme porque mi primer pensamiento lo escribo y lo envío.

Me encanta la idea, ¿puedo invitar a la chica del café del otro día?

Mi mirada recae en mamá la cual parece tratar de descifrar mi pensamiento con la mirada. Le compraré un tarot.

A quien gustes. Mientras más, mejor.

Mientras más, mejor. Vaya mentira que se creen las personas.

- ¿Todo en orden? -Cuestiona mamá y asiento.

- Habrá una fiesta. Martes entre el personal de Amy.

- Y planeas llevar a Amanda -asegura y suelto una pequeña carcajada.

- No me juzgues -respondo de forma suave.

- Solo comento.

Le doy un beso en la cabeza y me retiro. Salgo de casa y veo el coche con Augusto dentro, me espera junto a Charles, pero niego y me dirijo hacia el auto que está justo delante del de ellos. El que ahora conduzco. Oh, voy a contarle a Reyes de que tenemos planes. De paso veo a su hermano y al idiota de su novio. Acabo de verlo, pero no me importa. Debo recordarle que existo.

Una vez que subo al automóvil logro divisar a Amy y Max los cuales vuelven con unas bolsas, quiero suponer que dentro se encuentra el helado que salieron a comprar con la excusa de dejarnos a mamá y a mí para que podamos tener una charla. Enciendo el vehículo y en cuestión de minutos me encuentro avanzando por las calles de la ciudad. Enciendo el sistema de audio del coche y automáticamente comienza a reproducirse las canciones de un álbum que ya tenía seleccionado con anterioridad.

¿Has escuchado a Morat? ¿No? ¿Sí? ¿Quizá? Deberías. Aunque Oasis, Bruno Mars, Adele, Pink Floyd y 5 Seconds of Summer, también. Deberías escuchar muchas canciones y a muchos artistas. En internet hay todo depende tu estado de ánimo. Solo pon un mix en aleatorio y podrías descubrir un nuevo y emocionante artista. Yo hace poco conocí a uno llamada Andrés Obregón. Con él le lloré a Amanda durante casi todo el año que no la tuve (menos de diez meses, te lo aseguro).

Pasado unos minutos, mientras coreo Causa Perdida con todo el despecho que la canción amerita, me encuentro frente a la casa de ella. Antes de que preguntes, sí, guardé la dirección de aquel día en que apareció en el coche y Charles tuvo que guiar a Augusto. Esperaba darle una sorpresa y al final reír al ver su expresión cuando note que no me perdí. Pero si hay algo por lo que la vida se puede definir es por su forma de ser impredecible al extremo.

Cuando freno en la acera que da a su casa la veo salir de forma rápida. Cubre su rostro y hala las mangas de un suéter que no llevaba hace unas horas. Veo que limpia sus mejillas con algo de rabia y cuando alza la mirada, aún con la considerable distancia que nos separa, logro divisar las lágrimas que emergen sin control de sus ojos. Bajo del carro a toda velocidad, por alguna razón comienzo a actuar en automático y no logro reaccionar hasta que me encuentro abrazando su cuerpo contra el mío con fuerza justo mamá hacía hace poco conmigo.

- Mi amor -susurro contra su cabello mientras dejo un beso allí.

Al inicio parece no poder reaccionar, pero la impresión pasa de forma rápida y rodea mi cuerpo con sus brazos. Siento que se esconde en mi pecho y algo en mí se remueve con irritación. Lo único en lo que puedo pensar es en qué le pasó y quién la puso así, a mi cabeza llega una lista sinfín de personas la cual es encabezada por Nicholas. Se me forma un nudo en la garganta cuando ella emite el primer sollozo y siento su peso ceder al mío. Sus piernas parecen gelatina y temo que en cualquier momento caiga, por lo cual la sujeto con fuerza y me aferro a ella como debí hacerlo antaño.

- Vámonos -trato de ordenar, pero suena más a ruego. Ella solo asiente.

Con cuidado avanzamos hasta el automóvil gris que sigue aparcado ahí, con la puerta que da al asiento del conductor abierta y una suave música sonando de fondo. Abro la puerta del copiloto y la dejo entrar.

Sé que en otro momento ella estaría argumentando que no desea molestar y que está bien, pero como no dice nada termino de convencerme sobre lo grave que está. Amanda se cree muy independiente emocionalmente, pero cuando está realmente afectada deja de luchar y se permite mostrarse débil, quizá es algo que tenemos en común. Subo y enciendo el motor, no sé a dónde la llevo, pero comienzo a conducir dejando que el universo y la calle me guíen.

Comienza a sonar Ghost of You y aunque una parte de mí quiere cambiarle, la otra comienza a dar pequeños golpecitos contra el volante al ritmo de la canción. Creo que She Looks so Perfect quedaba mejor, pero las cosas pasan por algo, ¿no?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro