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Capitulo 9

Taehyung se sintió revitalizado mientras continuaba su juego. La conexión emocional que había forjado con Jungkook estaba más fuerte que nunca, y cada palabra que pronunciaba parecía aumentar su poder sobre él.

-Necesito que estés a mi lado en esto, Jungkook -dijo Taehyung, su voz suave pero firme. -No solo para buscar venganza, sino también para sanar. Yeontan me dio tanto amor, y no quiero que su pérdida me consuma.

Jungkook asintió, sintiéndose aún más comprometido.

-Lo haré, Taehyung. No quiero que te sientas solo en esto. Prometo que haré todo lo posible para ayudarte.

Taehyung sonrió, sintiendo que sus planes se estaban desarrollando como lo había imaginado. "Sí, Jungkook. Eres perfecto para esto". La idea de que Jungkook se sintiera responsable por su bienestar solo lo empoderaba más.

-Gracias, de verdad -dijo Taehyung, acercándose un poco más-. Tu apoyo significa el mundo para mí.

Mientras se sumía en el momento, Taehyung pensó en cómo podría aprovechar esta situación a su favor. "Debo hacer que Jungkook se involucre más en mi mundo", pensó. "Él necesita ver lo que realmente está en juego."

-Quizás deberíamos investigar un poco más sobre ese hombre -sugirió Taehyung, bajando la voz como si compartiera un secreto-. Tal vez haya algo que podamos encontrar que nos ayude a entender por qué hizo esto.

Jungkook se iluminó ante la idea.

-Tienes razón. Podemos revisar las redes sociales, buscar información. Si logramos obtener alguna pista, podríamos acercarnos a él.

Taehyung asintió, sintiendo que estaba guiando a Jungkook hacia el abismo de su plan.

-Exacto. Y si encontramos a alguien que lo haya visto, podríamos tener una oportunidad de identificarlo.

Mientras hablaban, la noche avanzaba, y el ambiente en la casa se sentía cada vez más cargado de tensión y emoción. Taehyung sabía que debía mantener la fachada de dolor, pero en su interior, la euforia lo consumía. "Estás haciendo un gran trabajo",se dijo a sí mismo.

-Voy a preparar algo para nosotros -dijo Taehyung, tratando de cambiar un poco el tono de la conversación. -Necesitamos algo de energía para nuestra investigación.

Jungkook sonrió, sintiéndose un poco más aliviado al saber que podían hacer algo juntos.

-Me parece bien. Te ayudaré.

Mientras se dirigían a la cocina, Taehyung se permitió un momento de reflexión. "Todo esto está funcionando a la perfección.". Su mente giraba en torno a las posibilidades que se abrían ante él. "Jungkook se ha vuelto esencial para mis planes."

Mientras preparaban algo de comer, Taehyung se giró hacia Jungkook, que estaba buscando en su teléfono algunas pistas sobre el asesino

-¿Ya has encontrado algo? -preguntó, su voz llena de interés.

-Todavía no, pero voy a seguir buscando. No puedo creer que haya personas tan crueles en el mundo. -Jungkook frunció el ceño, y Taehyung notó cómo su compasión se convertía en estusiasmo

-Es horrible, pero juntos podemos hacer algo al respecto. No dejaremos que se salga con la suya -añadió Taehyung, sintiendo que cada palabra lo unía más a Jungkook.

Unos minutos después, mientras estaban sentados a la mesa, Taehyung notó cómo Jungkook se sumía en su papel de protector. Cada vez que Taehyung hablaba sobre su dolor, Jungkook respondía con empatía, como si cada palabra de Taehyung lo acercara más a la verdad.

-Quiero que sepas que estoy aquí para ti, siempre -dijo Jungkook, mirándolo a los ojos-. No tienes que pasar por esto solo.

"Perfecto, Jungkook, perfecto", pensó Taehyung, sintiendo que estaba logrando un dominio absoluto sobre la situación.

-Gracias, de verdad. Tu apoyo me da fuerzas.

A medida que la noche avanzaba y su conversación se volvía más intensa, Taehyung sabía que estaba construyendo un vínculo inquebrantable. "Y una vez que te tenga completamente, Jungkook, no habrá vuelta atrás."

Mientras los dos se sumergían en sus planes y promesas de venganza, Taehyung sentía que el juego se estaba volviendo cada vez más emocionante. "Esto es solo el comienzo," pensó. "Pronto, Jungkook será una pieza clave en mi tablero."

-¿Y si hacemos un plan? -propuso Taehyung, encendiendo una chispa en sus ojos. -Un plan para deshacernos de todos los que nos han hecho daño.
Jungkook inclinó un poco la cabeza, su expresión confusa. -¿Te refieres a...?

-A todo -interrumpió Taehyung, la emoción brotando en su pecho-. Contra los que nos han traicionado y que se han reído de nosotros. Esto no solo se trata de venganza; se trata de justicia.

Jungkook frunció el ceño, sopesando las palabras de su "amigo".

-No estoy seguro de que eso sea lo correcto. La justicia no siempre se consigue con más dolor.

-A veces, Jungkook, el dolor es necesario -replicó Taehyung, su voz baja y firme-. Solo a través del dolor podremos encontrar la fuerza para levantarnos.

El silencio que siguió fue denso, como si el aire mismo se hubiera congelado. Jungkook sintió una punzada de preocupación. Este no era el Taehyung que conocía.

-Taehyung, por favor, no permitas que esta situación te cambie -dijo finalmente, con un tono de súplica-. Prometamos encontrar otra forma de lidiar con esto.

Taehyung observaba a Jungkook con una mezcla de diversión y desdén. "Es increíble lo ridículo que es", pensó, mientras Jungkook hablaba con entusiasmo sobre sus ideales de justicia. Era casi patético cómo caía en su juego, sin darse cuenta de lo que en realidad estaba en juego.

-Estoy cansado, creo que voy a descansar un poco -dijo Taehyung, forzando una sonrisa que apenas ocultaba su desdén.

Jungkook asintió, su expresión reflejando preocupación genuina.

-Está bien, Taehyung. No quiero que te sientas abrumado. Tengo que volver a la estación de policía, pero te llamaré más tarde, ¿de acuerdo?

-Claro, estaré aquí -respondió Taehyung, sintiendo cómo la irritación se disipaba a medida que Jungkook se marchaba. Ya no le quedaba nada más que decirle. La puerta se cerró tras él, y en cuanto escuchó el sonido de su coche alejándose, Taehyung estalló en carcajadas.

-¡Qué estúpido! -No podía contenerse; su risa reverberaba en las paredes vacías de la habitación. -Me merezco un premio por hacer que se trague mis mentiras de esta manera.

Una sonrisa siniestra se dibujó en sus labios, una sonrisa que habló de secretos oscuros y de planes meticulosamente calculados. Estaba aburrido ya, así que decidió abandonar el hogar y dirigir su camino hacia un lugar donde realmente podía encontrar paz.

La casa de campo de su madre siempre había sido su refugio, alejada de las miradas curiosas de la ciudad. Nadie sabía de su existencia, y eso era precisamente lo que le encantaba. Al llegar, un aire de tranquilidad lo recibió; era como si el mundo exterior no hubiera colisionado con ese rincón olvidado.

Una vez dentro, se dirigió al sótano, ese lugar que había sido su secreto más preciado. En la penumbra, Taehyung se acercó a su estante, donde tenían un lugar especial los frascos que había coleccionado a lo largo de su oscuro camino.

Observó con deleite los corazones conservados en formol, los dientes alineados perfectamente, y otras partes que contaban historias que solo él conocía. Cada frasco era un recuerdo de su capacidad para manipular, para atraer a sus víctimas y luego deshacerse de ellas, como si fueran meros juguetes rotos.

-Esto es arte -murmuró para sí mismo, acariciando uno de los frascos con una devoción casi reverente-. Un arte que pocos comprenden, pero que yo controlo.

La risa burbujeante volvió a escapar de sus labios mientras se dejaba llevar por la necesidad de planear su próximo movimiento. Se sentía conectado a algo más grande que él mismo, una corriente oscura que lo impulsaba a continuar. En ese sótano, rodeado de sus "obras maestras", Taehyung entendía que estaba preparado para llevar su juego a un nuevo nivel. Después de todo, nadie podía detenerlo.

La visión de su colección lo sumergió en una profunda euforia. Las formas y colores revelaban su éxito en el arte de la manipulación, y el impulso de buscar una nueva víctima comenzó a burbujear dentro de él.

-¿Qué sería un nuevo desafío?, -se preguntó, mientras su mano se deslizaba por uno de los frascos. Decidió abrir uno de los frascos, ese que había contemplado con tanto interés antes. Llevándolo junto a su nariz, inhaló profundamente, sintiendo una oleada de placer recorrer su cuerpo.

Los minutos se desvanecieron mientras disfrutaba de esa conexión visceral, una experiencia que lo mantenía vivo y alerta. Con cada inhalación, cada fibra de su ser se llenaba de satisfacción oscura. Pero pronto, tuvo que salir de su trance.

Al dejar el sótano y regresar a la ciudad. Mientras conducía, sus pensamientos estaban absortos en la oportunidad que pronto se presentaría. Fue entonces cuando notó a una joven tambaleándose en la acera, su rostro ruborizado por el alcohol y la desinhibición. Su mente oscura se iluminó con una chispa de interés.

Se detuvo y puso su mejor cara amigable.

-¿Necesitas ayuda? -preguntó, su voz suave como un sedante.

La chica miró a su alrededor, evidentemente confundida.

-Sí... no me siento bien, pensé que iba a vomitar -respondió con un hilo de voz, y en su mente resonaba el miedo a ser atacada por el asesino que estaba suelto. Sin embargo, la necesidad de ayuda la llevó a tomar una decisión peligrosa.

-¿Te gustaría que te llevara a casa? -ofreció Taehyung, su sonrisa deslumbrante ocultando oscuras intenciones.

Una lucha interna cruzó el rostro de la chica, pero finalmente accedió, subiendo al vehículo sin saber la oscuridad que la aguardaba. Mientras el coche avanzaba, su corazón palpitaba con miedo. Cuando notó que el camino no se dirigía al lugar que había mencionado, comenzó a entrar en pánico.

-Espera, esto no va hacia donde vivo... -dijo, su voz temblando.

Taehyung la miró por el espejo retrovisor, observando cómo su rostro se tornaba pálido. Sin una palabra, apretó un botón en su tablero. De pronto, un humo denso comenzó a llenar el área del asiento del acompañante. La chica trató de abrir la ventana, pero era demasiado tarde; el mundo se tornó borroso y cayó inconsciente.

El silencio se instaló en el vehículo, y una sonrisa triunfante se dibujó en los labios de Taehyung. "Era una pieza más en su juego, y tenía que decidir qué hacer con ella." Su mente se llenó de ideas mientras avanzaba lentamente hacia la casa de campo. Las posibilidades revoloteaban como mariposas en su estómago.

Al llegar y estacionar el auto en el garaje, salió y fue a prepararse. Se cubrió con un delantal negro, asegurándose de que no hubiera una sola mancha que comprometería su "arte". Con manos firmes, levantó a la chica y la llevó al sótano, sintiendo la mezcla de emoción y poder que lo inundaba.

Dentro del sótano, la luz tenue le dio la bienvenida a su mundo. Depositó a la chica en una mesa forjada de acero, asegurándose de que estuviera bien inmovilizada. El aroma del metal y el formol rodeaban el espacio, creándole una especie de euforia.

-Bienvenida a tu nueva realidad -murmuró, sus ojos brillando con la promesa de lo que estaba por venir. Su mente empezaba a correr rápidas y oscura como un río, mientras pensaba en cada posibilidad que la situación ofrecía. Lo que estaba a punto de llevar a cabo no era solo un juego; era una declaración de su poder y control. El arte necesitaba ser perfeccionado y ella sería su próxima obra maestra.

Les traigo un nuevo capítulo
Espero les guste 🥰

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