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✺ Capítulo 6 ✺

"La sexta maravilla"

Chloe- Emblem3

Mallory:

Nunca creí que tener una plática con cinco chicos después de una ruptura podía ser tan gratificante y estresante a la vez.

Se suponía que era yo la que tenía que estar dolida y enojada, pero al parecer tomaron muy en serio su papel de reyes del drama, porque estaban actuando como si a ellos les hubieran puesto los cuernos.

—Que bueno que Jasper tiene un tono personalizado para ti Rockstar, yo siempre tengo el móvil en silencio, si me llegaran a necesitar en la madrugada, que se lo pidan a Dios —dijo Ander mientras se acomodaba en el sofá individual.

—Muchas gracias por el... ¿Consejo?

—Cuando quieras.

—Yo no tengo un tono personalizado —aclaró Jasper frunciendo el ceño—, es el mismo para todos mis contactos.

—Comencé a creer que era especial —Pestañeé rápidamente haciéndolo rodar los ojos.

—Lo eres, pero no me van esas cursiladas.

—¿Y si te lo pido por favor?

—Te mando a la mierda educadamente.

—Grosero.

—Malcriada.

—¡Oye! —Estaba a punto de golpearle el hombro cuando alguien carraspeó detrás.

—Ese tema lo pueden discutir después —comentó Griffin mirándonos con cara de asco—, estábamos hablando de otra cosa, pueden dejar su... lo que sea que tengan de lado por unos minutos.

—Es tú culpa Mallory, completa y enteramente tu culpa —Harvey decidió hablar negando con la cabeza—. ¿Cómo se te ocurre salir con un Mark? Tan solo escuchando el nombre sabes que es un idiota.

—Una cosa es que sea idiota, y otra muy distinta que me imaginara que sería infiel.

—¡Tres dólares de inteligencia! —gritó Ander alzando las manos al aire con exageración—, los Mark deben encabezar la lista de nombres gilipollas del mundo, deberías estar al tanto.

—No existe tal cosa —Aseguré rodando los ojos por enésima vez—, no podía sacar conclusiones de todas formas, llevábamos dos años de relación, y en todo ese tiempo jamás dio señales de ser un promiscuo.

—¡Por favor! Todos a esta edad somos promiscuos —susurró Ander.

—Definitivamente existe una lista —respondió Izan frunciendo el ceño—, estoy seguro que en ella también entran los Luis y Joses.

—Héctores, Felipes y Raúles igual —dijo Griffin dejando caer su enorme y largo cuerpo en el respaldo del sofá.

—Carlos, Daniel y ni hablemos de los Roger —contestó Jasper uniéndose a la conversación.

—Felipe, Diego y ¡Cristo! Los Mauricio y Angelo son definitivamente los peores —Harvey aumenta la lista con cuatro nombres más, y cuando creí que ya habían mencionando a todos, saltó de la silla y gritó—. ¡Los malditos Pedro y Juan! ¡La madre que me parió! Todos repugnantes, lo puedo jurar.

—Y me imagino que lo dicen por su vasta experiencia en hombres, seguro —Crucé los brazos y rodeé los ojos reprimiendo una sonrisa—, añadamos a los Griffin, Harvey, Ander, Izan y Jasper ¿Quieren?

—No seas grosera —Pidió Ander ofendidisimo—, nunca estaríamos al nivel de los nombres que ya mencionamos, juegan en una liga profesional de gilipollez. Imposible de alcanzar solo follando.

—No estoy al tanto, Mark fue mi primer novio, no es que tuviera práctica en esto de descartar tontos.

—¿Ni siquiera por los ex de tus amigas? —preguntó Griffin con sorpresa—. ¡Vamos Moll-Moll! Estas cosas son de las que claramente hablan las chicas en sus pijamadas.

Cómo te explico...

—Nunca he estado en una pijamada de chicas porque jamás he tenido amigas —añadí alzando los hombros con desinterés—, no importa supongo, lo hecho, hecho está.

Un silencio se creó en el salón, mientras todos me analizaban detenidamente.

No era extraño, estaba acostumbrada.

Ser una persona lejana a la comunicación con los demás es un problema gigante para una generación que necesita tanta atención. Pero yo no sabía cómo hacerlo. Tuve un pequeño grupo en la secundaria, pero no es que fuera la gran cosa, almorzábamos juntos, nos íbamos juntos, y listo.

Al entrar a la preparatoria me di cuenta que no era lo mismo, que necesitaba poner de mi parte para poder tener relaciones, pero decidí no hacerlo.

Y con mis decisiones, viene la aceptación de estas. Era mi culpa no tener a nadie con quien ir a beber un café o salir a charlar después del colegio. Estaba tan enfocada en las notas y los entrenamientos que convivir de vez en cuando con la escuadra me bastaba.

Cuando Mark llegó a mi vida, y se hizo un camino hasta alcanzarme, me sentí realizada. Se convirtió en mi mejor amigo, y después, una cosa llegó a la otra y nos hicimos pareja. Salma, America y Laura siempre estaban alrededor también, así que se supone que pertenecía a un grupo.

Pero después de lo de hoy... bueno, dudaba mucho que las cosas fueran a ser como antes.

Moví la cabeza un poco a la izquierda, encontrándome con los ojos de Jasper, quien me analizaba en silencio, nos miramos con complicidad. Sabía perfectamente en lo que estaba pensando.

El idiota, me leía a la perfección y lo detestaba por eso.

Ni siquiera podía explicar cómo es que logró hacerse un espacio en mi agenda apretada y consiguió que por primera vez en mi vida, supiera lo que era responder mensajes y llamadas.

Era genial honestamente.

Estar con él, hablar con él. Ni siquiera conocíamos nuestra historia más allá de gustos o en donde nos habíamos criado. Supongo que también ayudó mi negación a saber su nombre o cualquier cosa importante que pudiera darme pistas sobre su identidad.

Me regaló una sonrisa comprensiva y el momento entre los dos se esfumó cuando la voz de Harvey entro en acción.

—Pues yo si hablo desde la experiencia —aseguró ganándose el silencio de todos de nuevo—. ¿Qué?

—¿Eres gay? —pregunté confundida.

—¿Esa es la mejor pregunta que se te ocurrió? Soy bisexual cariño, también existimos ¿Sabes?

—¿Desde cuándo? —cuestionó Jasper con los ojos muy abiertos—, tienes que estar bromeando.

—No voy por los vestuarios contando a quien le meto o a quien dejo que me meta algo, no soy ustedes —Harvey alzó los hombros con desinterés para después mirarse las uñas de las manos como si ya lo hubiéramos aburrido—, tengo mi vida fuera del gimnasio.

—Esto es alucinante —susurró Ander a mi lado.

—¿Haz salido con chicos del Sur? —preguntó Izan impactado.

Vale, yo estaba igual, de los cuatro meses que llevaba conociéndolos, Harvey era el único, que en efecto, nunca había compartido ningún cotilleo de rollo con nadie.

Ahora entendía por qué.

—Tengo mejores estándares, si me gusta y yo le gusto, bien, no importa el género, no me complico tanto.

—¡Wow! —dijo Griffin sonriente—, decidiste aplicar el perreo pa' los nenes y el perreo pa' las nenas como tu mantra.

—Mi madre me enseñó a comer de todo, y yo no soy quien para desobedecerla.

Carcajeamos entonces, mientras Harvey disfrutaba de la atención recibida.

No es que tampoco sea algo que debe decirse al iniciar una amistad, las preferencias sexuales de alguien no deberían ser lo más importante en una conversación. Las personas deberían saberlo y no hacerles explicar sobre el tema, ni mucho menos obligarlos a admitir algo que quizá en ese momento no están listos para decir.

Aún así, la declaración de Harvey fue digna de sorpresa y preguntas.

—Volviendo al tema principal, y dejando atrás los perreos y eso, me parece una falta de respeto que quieras añadir nuestros sagrados y preciosos nombres en el ranking de imbéciles —Izan se cruzó de brazos enfurruñado—, jamás me habían insultado de esa manera. O sea, si me han insultado, pero nunca así.

—Son estúpidos, algún lugar en la tabla deben tener.

—¿Nos está diciendo que nos quiere? —preguntó Ander lanzándome un beso.

—Todos son iguales.

—Te aseguro Rockstar —susurró Jasper a mi lado—, que si yo fuera tu novio, sabrías lo que es que alguien sea capaz hasta de quemar toda una escuela por ti.

Rodeé los ojos alejando su rostro de mi oreja con la mano, comenzó a reír llamando la atención de los chicos.

—No los despertamos a las tres de la mañana para esto —Me llevé la pequeña taza roja con café que Harvey me había dado a la boca para darle un trago, y después hablé—, tengo un plan de venganza en el que necesitan ayudarme.

—¿Quieres vengarte? —preguntaron a unísono.

—Por supuesto que si.

—Me gusta el rumbo de esta conversación, ¿Quién necesita dormir cuando hay un plan macabro de por medio? —cuestionó Ander sonriendo como crío a punto de hacer una travesura.

—Exactamente.

Rockstar me ha dado información valiosa —confesó Jasper—, sabemos que el Ken de imitación ama ser el rey de la preparatoria.

—De su sector —aclaró Griffin.

—Pero con la division olvidada, la sed que tiene por subirse al trono de popularidad es su siguiente paso.

—Tenía un plan, no lo sé completo, pero conozco a alguien que probablemente sepa los detalles que me faltan —Subí las piernas al sofá para doblarlas en forma de mariposa y acomodarme—, le pidió permiso a Mauro para utilizar el gimnasio para una "reunión" el Sábado dentro de dos semanas.

—¿Una reunión? —preguntó Harvey con el ceño fruncido—. ¿De qué?

—No es una reunión obviamente —aclaró Jasper—, es una fiesta privada para el equipo y la escuadra de Mallory. Rose y las del sur también estaban invitadas, así como los jefes del periódico de ambos sectores y los miembros de ambas sociedades de alumnos.

—La pirámide de la popularidad escolar —repitió Ander—. ¿Y cómo para que invitar a los del sur?

—¿A eso se refería la semana pasada con borrar nuestro estatus del mapa? —preguntó Izan apretándose el puente de la nariz—, convencería a todos los de nuestro lado de su carisma y los haría sus malditos seguidores.

—Esto suena a un plan que haría alguien en una película de bajo presupuesto —dijo Harvey ahogando una carcajada—. ¿En serio creía que le funcionaría?

—El grupo de Mark tiene dinero suficiente para donar a los periódicos y a la sociedad de alumnos, con las barreras alzadas, no podían existir dos partes, así que dos se tendrían que disolver —expliqué—, los convencería de unirse al Norte y por lo tanto, borrar cualquier cosa con poder en el Sur.

—¿Nosotros en donde entramos aquí?

—Excelente pregunta Griffin —contestó Jasper sonriendo—, Rockstar tiene la hora exacta de la fiesta, nosotros por nuestra parte, haremos una para todo el público.

—¿En donde? —preguntó Izan espantado—, no se te vaya a ocurrir que aquí, mis hermanas me matarían.

—¿Y tus padres? ¿No ellos deberían preocuparte?

—No conoces a mis hermanas Rockstar, dan demasiado miedo cuando se juntan, es tenebroso, son como Bellatrix Lestrange multiplicada por tres, y ya ni hablemos de ellas porque es invocarlas.

—Un amigo de mi padre tiene una casa grande vacía a unas cuadras de la escuela, solo me faltaría hablar con él, pero estoy seguro que me la prestará sin problema —añadí—, debemos correr la voz sin llamar la atención, es importante que hasta la persona mas callada del lugar sepa que está invitada, y sobre todo, sabotear su velada de poder en el proceso.

—Ahí es donde entras tú Andercito —canturreó Jasper—, tú sabiduría en computación nos ayudará a enviarles mensajes a los invitados, tendrás que hackear las cuentas del equipo de americano para cambiar el sitio y la hora antes de la fiesta, y que no sospechen nada ni puedan preguntar tampoco.

—Debe ser dos horas antes de la hora que ya han establecido. Convivo un poco con la presidenta del periódico y algunos miembros de la sociedad de alumnos, yo me encargaré de esa parte —dije sonriente.

—Yo estoy en la sociedad del sur, ahora entiendo porque han estado tan callados últimamente cuando aparezco en las reuniones —confesó Griffin—, puedo esparcir rumores sobre el equipo de Mark para alterarlos.

—Están olvidando algo —dijo Harvey obteniendo toda la atención de nuevo—. ¿Que haremos con las porristas de Rose?

Rockstar tiene un plan para eso, nosotros nos encargaremos de correr la voz, hacerle saber al equipo y sabotear la fiesta —indicó Jasper.

—Y yo de mover a las escuadras y soltar el elemento sorpresa.

—¿Qué es cuál? —preguntaron a unísono.

Jasper y yo nos miramos para después sonreír.

Mark Birk no tenía ni puta idea de lo que se le avecinaba. No hay nada más divertido que ver a una persona alzarse y después presenciar su estrepitosa caída.

El juego estaba en marcha y nosotros ganaríamos.

—¿Ya te has dormido? —La voz de Jasper en el suelo irrumpió en mi mente revuelta—. ¿Mallory?

—Sigo despierta —Ni siquiera terminé de responder cuando lo vi de pie, tomó asiento en la orilla de la cama justo en donde estaban mis pies, me removí entre las sábanas azules claro para poder recargar la cabeza en el respaldo de la cama—. ¿Qué pasa?

—Se que quizá no es el mejor momento para decirte esto, pero no podré dormir si no lo hago.

—¿Decirme que? Por favor no vayas a salir con que Mark tiene un hijo con Rita, no creo poder soportar a un bebé en medio de esto.

—¡No! Al menos que yo sepa —Sonrió de lado tratando de disipar la tensión—, Izan, ¿Recuerdas la reunión en la oficina de Mauro?

—¿En la que me prohibió hablar con Mark hasta el convivio de Febrero? Cómo olvidarla.

—Izan mencionó, bueno, sabes que es paranoico.

—Ajá.

—Pero, cuando Mark te agarró de la cintura, me dijo que le daba miedo que estuvieras en una relación abusiva —Casi me ahogo con mi propia lengua—, dime por favor que no es el caso, dime que se lo imaginó.

—Izan es un dramático, tú mismo lo has dicho, ya no tienes por qué sobrepensar al respecto, se ha terminado.

—No si era abusivo.

—Pues no lo era.

—¿Estás segura? —Fruncí el ceño y al mismo tiempo el abrió los ojos con incredulidad—. ¡Ese hijo de puta!

—Para tu carrito de pensamientos locos, por favor, no era abusivo, tóxico quizá, celoso ni se diga, malcriado y caprichoso también, pero jamás me puso una mano encima.

—Hasta ahora.

—Jasper, cuidado con lo que dices.

—¿Lo vas a defender? —preguntó frunciendo el ceño.

—No es defenderlo, acabo de terminar con el tipo, no puedes esperar que hable pestes tan pronto, si, no vivía en una relación de cuento de hadas, pero funcionaba.

—¿Para quién?

—Jasper...

—¿Funcionaba para quien Mallory? ¿Para él o para ti?

—No lo entiendes —Me puse de pie de un salto y el hizo lo mismo, me tomó de los hombros y me volvió a sentar en la cama, se quedó de pie frente a mi—, déjame dormir ya.

—No, no hasta que me asegures que jamás te puso una mano encima.

—¿Para qué quieres saber eso? ¿Para ir a golpearlo? No necesito tu protección Jasper, puedo defenderme sola.

—Eso lo se de sobra, jamás dudaría de tus capacidades, lo que me preocupa es que se haya metido en tu mente y pueda manipularte después para que regresen.

Jasper era esta clase de persona en extremo protectora con los que le importaban, no solo conmigo, con los chicos también. Se preocupaba de más, siempre intentaba estar alerta, listo para cualquier situación que implicara defender a alguien.

Y me agradaba por eso. Y quizá también me molestaba por la misma razón.

—Eso es una tontería —murmuré aguantándome las ganas de poner los ojos en blanco.

—No lo es Rockstar, cuando estás en una relación abusiva, aunque esta no implique golpes, la persona con mas fuerza mental utiliza la manipulación para joderte la mente y hacerte sentir culpable por dejarlo, y así comienza un círculo vicioso de toxicidad y dependencia.

—Hablas como si lo hubieses vivido.

—Yo no, pero alguien muy cercano a mi si —La preocupación en su voz me alarmó, pero decidí que preguntarle al respecto sería cruzar una línea que no estaba segura poder tolerar en ese momento—, solo, quiero que estés consciente que tienes personas que te respaldarán.

—Hasta que regrese con él ¿Cierto?

—Si tú decidieras volver, yo no me opondría, es tu decisión, y como tú amigo lo aceptaría.

—¿Y cómo persona?

La pregunta quedó en el aire, después de unos cortos minutos de silencio, el habló.

—No importa, en ese caso lo único que interesaría serias tú y tu felicidad, pero se de sobra que no lo harás, solo quería asegurarme que no estuvieras presentando dependencia.

—Mi relación con Mark no era como la pintábamos en el colegio Jasper, era una maldita fachada, supongo que los primeros meses de encanto solo sirvieron para atontarme —dije revolviéndome el cabello—, después supongo que perdió el interés romántico y nos quedamos juntos para aparentar.

—¿Por qué no saliste de ahí? —preguntó poniéndose en cuclillas—, por qué si sabías que no lo querías lo soportaste tanto tiempo.

—Porque lo conozco Jasper. Al igual que yo, Mark tenía problemas, y después de ayudarnos mutuamente, dejarlo solo me parecía traición. No te alejas de la persona que dices querer cuando las cosas se ponen difíciles, es ahí cuando se supone que el verdadero amor perdura.

—Pero tú no lo querías.

Exactamente.

No lo llegué a querer, yo lo sabía, Mark lo sabía, Jasper lo sabía. Lo único que realmente desconocía, era por qué me alegraba que Jasper estuviera al tanto.

Pues mira... si nos ponemos a explicar...

—Pero si le tenía mucho cariño —mencioné—, ahora nada de eso interesa, lo que vió Izan en la oficina de Mauro, fue el miedo de Mark. Es todo.

—El miedo.

—El miedo, Mark tenía la mala manía de agarrarme por la cintura cuando creía que me alejarían de él, era como su especie de marca de poseso, supongo.

—Está bien —Se alejó para volver a recostarse en el tendido que colocó en el suelo para dormir—, mañana será un día largo, trata de descansar.

—Una pregunta, eh... en este sitio ¿Hay ventanas? —Alzó la cabeza por la orilla de la cama—, solo, es que no veo ninguna por aquí.

—Si hay —Se puso de pie de nuevo, caminando al otro lado de la habitación, corrió unas largas cortinas negras que por la oscuridad ni había notado y la ventana apareció, corrió el vidrio hacia arriba y después me miró—. ¿Así? ¿O la cier...

—¡No! —Quizá respondí demasiado rápido, porque su cara parecía un examen de las miles de preguntas que le aparecieron en la mente—, así déjala, por favor.

—Cúbrete bien, está parte de la casa es fría como el polo norte en las mañanas.

Y no mintió. Eran las jodidas seis y media  y estaba dentro de la guarida del hombre de las nieves. El cielo todavía no tan claro apareció en mi periferia. Decidí ponerme de pie y cerrar la ventana con cuidado.

Jasper dormía boca abajo en su cúmulo de sábanas, tenía una pierna doblada y los brazos estirados, parecía una estrella de mar deforme. El cabello castaño le caía por la frente cubriéndole los ojos, pero parecía de las personas que con el menor ruido ya estaba despierto.

Y sabiendo que apenas llevaba dos horas y media de sueño, despertarlo me parecía abusivo.

No podría ir a la escuela hoy, tenía que ir a desalojar el apartamento, avisarle a la madre de Mark que me saldría de allí y cancelar el contrato que gracias al cielo aún no había renovado.

Me tocaría llamar a mi madre y contarle lo ocurrido, buscar un nuevo sitio en donde vivir y convencer a los chicos de darme alojamiento en lo que encontraba algo decente para mudarme los últimos cuatro meses que me quedaban en Weston.

La habitación de Jasper era oscura, de un azul marino quizá, y era amplia. La cama matrimonial en la esquina izquierda pegada a la pared. Una pequeña mesa de noche en el costado, con una linterna y una pequeña pelota de Basketball que era sostenida por una tabla de madera con el nombre de Jasper grabado.

El armario también era grande, abarcaba casi toda una pared, justo la que estaba pegada a la puerta blanca de la entrada, pero no tenía puertas, era abierto. No tenía ningún tipo de orden por color, solo ropa colgada despreocupadamente. Y a un costado un montón de ropa en pila que me suponía era la sucia.

Decidí no acercarme por amor a mis fosas nasales.

Había un pequeño baño también, el escritorio pegado a las cortinas gigantes que cubrían la ventana, de un color blanco desgastado tapizado de pegatinas de deportes. Una tele colgada en la pared y debajo una cajonera que arriba estaba llena de estuches de películas y uno que otro videojuego. La consola a un lado, con dos pequeños controles color negro.

La alfombra de un beige oscuro cubría toda la habitación, permitiéndome estar descalza a gusto.

—Dime que no eres de las extrañas que ven dormir a las personas, porque te juro que te pateare en cuanto me digas que si —Jasper estaba sentado, con el ceño fruncido y la sábana delgadas cubriendo sus piernas—, llevas cotilleando mucho tiempo.

—¿Hace cuanto despertaste?

—Mucho tiempo —Rodeé los ojos para dejarme caer en la cama mirando al techo—, deberías estar durmiendo.

—Necesito ir por mis cosas.

—Lo haremos más tarde.

—Tienen que ir a la escuela.

—No habrá clases.

—¿Cómo sabes? —El silencio se hizo presente y decidí alzar la cabeza para encontrarlo con una sonrisa fingida—. ¿Qué coño hicieron?

—¿Nosotros? Nada, estábamos aquí.

—¡Jasper!

—Ya te dije que nada, estuvimos a tu ladito todo el tiempo ¿No te acuerdas?

—Jasper Henderson, no lo vuelvo a repetir.

—¡Bien bien! Conocemos a unas personas que les gusta mucho dejar sin luz a cuadras enteras, solo bastó hacer una llamada —Abrí los ojos con sorpresa para que él negara con la cabeza—, tienes que aprender demasiado del Sur, Rockstar.

¿Dejaste a toda la escuela sin luz?

—Yo no, ellos.

—¡Jasper!

—Deja de gritar loca, que me acabo de despertar y me dolerá la cabeza.

—No puedo creer que hayas hecho algo así ¿En qué cabeza cabe?

—En la de nosotros daa —Le lancé una almohada haciéndolo reír—, necesitabas un día libre, y nosotros también.

—¡No toda la jodida escuela!

—Porque a las personas les molesta mucho un día libre ¿Cierto?

—Eres insoportable —Recosté de nuevo la cabeza en la cama, tratando de tragarme la sonrisa que amenazaba con aparecer en mi rostro.

Ingenioso, me gusta.

—De nada.

—No voy a agradecerte por cortar la luz en la escuela, Jasper, estás jodido de la cabeza —rodeé los ojos aunque sabía que no podía verme.

—Lo sé, y así te encanto.

—Y ahora la cordura se te ha ido por el desagüe.

—Eso también lo sé —La diversión en su voz me causaban ganas de estrangularlo con la sabana—. ¿Qué tanto ves? El techo no va a teletransportarte o algo parecido.

Tan elocuente como siempre.

—Ven aquí y te muestro —Sentí como su cuerpo se recostaba con cuidado a mi lado, sonreí—, mira —señalé—, hay telarañas.

—Pero que...

—Deberías limpiar más seguido las paredes, puede caerte suciedad en la cara cuando duermas y eso sería terrible.

—¿Te crees muy graciosa?

—Soy comiquísima ¿De qué hablas?

Comencé a reír como una loca cuando sus manos llegaron a mi cintura y empezó a hacerme cosquillas, inmovilizándome, empezamos a forcejear después. Recurrí a mi flexibilidad alzando las piernas dispuesta a apretarle el cuello para dejarlo sin aire y que tomara la sabia decisión de soltarme, lo hizo, pero solo para sumergir después sus manos debajo de mi espalda y alzarme en el aire.

El agarre de mis piernas no fue lo suficientemente fuerte, porque se liberó y ahora estaba encima de mi, apresándome las manos con las suyas, de modo que todo mi cuerpo quedó recto atrapado en el medio de sus rodillas plantadas a cada lado del colchón. Intenté zafarme, pero fue imposible.

El tipo era gigante.

Quizá llegaba al metro noventa y cinco, con más músculos en los brazos de los que yo alguna vez hubiera creído ser capaz de contar, unas manos gigantes y dedos largos. Su sonrisa de satisfacción me cabreó, así que hice lo único que mi padre me entrenó para hacer en estas circunstancias.

Cedí.

Relajé el cuerpo que aún estaba atrapado bajo el suyo, mi mirada pegada a sus ojos color océano, él me analizó detenidamente. Cada parte de mi rostro y cabello fue escaneado con lentitud, el oxígeno comenzó a evaporarse, o quizá era mi imaginación.

—¿Te rindes?

—¿Acaso has escuchados suplicas capitán? Esta chica jamás se rinde —Apretó mas sus rodillas logrando que mis piernas se volvieran claustrofóbicas. Todo su cuerpo ardía contagiando a mi temperatura corporal que hasta ese momento se encontraba normal.

—Ríndete.

—Primero muerta —Su mano derecha se disparó a mi cintura, estiró los dedos en señal de querer volverme a hacer cosquillas—, un milímetro más cerca Henderson, y te quedas sin mano, las cosquillas están fuera del juego.

—¿Quién lo dice? —preguntó arqueando una ceja.

—A menos que quieras que me orine y tengas que lavar el colchón después, hazlo —Se lo pensó detenidamente y después sonrió acercando más su torso a mi, su pecho rozó mi abdomen.

—Ríndete.

—No.

Contuve la respiración cuando su peso comenzó a sentirse en todo mi cuerpo, ejerciendo presión. La playera holgada que me había prestado la noche anterior ahora no parecía tan cubierta, y gracias a mi buen juicio que decidí dormir con sujetador, porque de no ser así, notaría que mis pezones se habían puesto duros como una piedra.

¡Cristo!

Necesitaba agua fría. Una cachetada. Quizá también una patada. Lo que fuera para dejar de pensar en el gigante que tenía encima y vencerlo en su propio juego sin hacer una tontería.

—Ríndete Rockstar —La frase fue casi como un ronroneo y la piel se me erizó en automático. Sentí un hormigueo creciente en la parte baja del abdomen y eso solo podía significar una cosa.

Problemas.

Ave María purísima...

Tenía que liberarme antes de que esto se volviera incómodo, o peor.

Sonreí, y cuando sentí que su agarre se aflojaba y vi como su rostro se acercaba, alcé las rodillas a la altura de mi pecho, liberé mis manos tomando sus muñecas y lo patee mandándolo al suelo. La estrepitosa caída se escuchó hasta en la cuadra contigua y mi risa que probablemente no pasaría desapercibida por los demás miembros de la casa, no se detenía.

Ya sentía toda la cara adormecida por la carcajada cuando la puerta se abrió de golpe y cuatro cabezas aparecieron con el ceño fruncido. Cuando sus ojos escanearon el lugar y se dieron cuenta que yo reía como una maldita loca, el cuerpo en el suelo comenzó a gruñir y no bastó contar la historia para que los chicos se me unieran y comenzaran a partirse de la risa.

Jasper quería matarme. Izan aplaudía como una foca. Griffin soltaba hipidos. Ander se limpiaba las lágrimas, y Harvey, bueno, el ya estaba tirado en el suelo golpeándolo sin parar de reír.

—¡Coño que nos lo hemos perdido! —gritó Ander—. Esta mujer es feroz.

—Te rompió el culo hermano, te mandó al suelo ¡Cristo! ¿En dónde estuviste toda nuestra vida Rockstar? —preguntó Izan dejándome ver sus brillantes y blancos dientes con una sonrisa de oreja a oreja.

—Hubieran visto su cara cuando se dió cuenta que lo vencí —Negué con la cabeza poniéndome de pie, pasé a lado de Jasper quien de inmediato posó su vista en mi trasero cubierto con unos pequeños shorts de licra—, por distraerte así te vencí, mantén tu mente libre de guarradas presuntuoso, he visto a grandes soldados caer por un par de piernas.

—Te voy a acabar.

—Eso quiero verlo.

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