Extra.
Ashley Pov's.
Ya me había casado, y mi bebé ya había nacido.
Es una preciosa niña, la cuál decidimos llamar Aurora.
Hoy Auro cumple tres meses de nacida, mi bebé está creciendo muy rápido.
Cami y yo salimos al parque a pasear y pasar el día en dicho lugar.
Estábamos sentadas en una banca, mirando a los niños del parque correr y jugar.
Me dió nostalgia, no podía esperar a ver a mi hija jugar ya.
Un rato después, sentía una mirada intensa en nosotras, por mucho rato.
Hasta que me cansé y comencé a buscar de dónde venía esa mirada.
De pronto, me topé con esa mirada café que hace años no veía.
Me miraba con tristeza y lágrimas en sus ojos, no sé que pasa por su mente pero, no me gustaba ver a nadie llorar, y menos si fue tan importante para mí.
Mi sonrisa poco a poco se desvaneció, Rivers al ver que la estaba mirando apartó su mirada rápidamente y limpió las lágrimas que habían logrado salir.
— ¿Qué pasó, amor? — Preguntó Camila.
— Nada importante, mi vida.
— ¿Segura? — Asentí con una sonrisa, ella se acercó a mí y me besó.
Rivers Pov's.
Estaba sentada en el parque, viendo a los niños jugar.
Ésta se había vuelto mi rutina de hace más o menos un año.
Amaba ver a los niños pequeños jugar, con esa energía que irradiaban, sus caritas de total felicidad y ninguna sonrisa fingida.
Hasta que de pronto, ví a alguien que se me hizo conocida.
Ashley.
Estaba hermosa, con una chica que parecía ser su pareja, y un bebé muy hermoso, supongo que su hijo.
Al pasar ésto por mi mente, no pude evitar sentir tristeza y ganas de llorar, algunas lágrimas salieron y no lo evité.
De un momento a otro, su mirada chocó con la mía, su sonrisas se fue desvaneciendo e inmediatamente aparté mi mirada de ella, aún la veía de reojo.
La chica a su lado le habló y ella le contestó, gracias a la lejanía no pude escuchar que le dijo.
Ví como se dieron un beso y sentí mi mundo desmoronarse.
Sí tan solo me hubiese dejado explicarle lo que pasó.
Nada fue como ella lo piensa.
Amairani me obligaba a estar con ella, me tenía bajo amenazas, abusaba de mí sin razón alguna.
Decía que si le decía algo a alguna de sus hermanas, no volvería a ver la luz del sol.
Estaba juntando pruebas para poder decirle a Ashley y que me creyera, pero lastimosamente, sólo vió algunos mensajes.
Estuve distante de ella por mucho tiempo porque me sentía asquerosa.
Me sentía súper mal conmigo misma, intenté hablar con Ash pero no me salían las palabras para decirlo.
Además, es su hermana, no me creería.
Flashbacks
Estaba en casa de Ama, me sentía muy mal, yo no quería estar acá, pero básicamente me tenía encerrada.
Todo estaba bajo llave y hasta dónde sé, las tiene ella.
Escuché sus pasos por las escaleras y el miedo entró a mí cuerpo inmediatamente.
— Ahora sí, bebé, ya te puedo volver a hacer mía cuántas veces quiera. — Empecé a negar frenéticamente, no quería pasar por esto de nuevo, lágrimas llenaron mis ojos.
— No, no, no, ¡Ama, no! ¡Por favor, te lo suplico! — Gritaba mientras ella me besaba e iba quitando mi ropa, al igual que se quitaba la suya.
Lloraba a mares, sin saber que hacer, gritaba pidiéndole que pare, pero eso no funcionaba.
Me movía mucho, pero al parecer tampoco la detenía, Filis no estaba, siempre hacía ésto casa que él no estaba en casa.
Me hizo lo que quiso, mientras yo me sentía horrible.
Conmigo misma, y por hacerle ésto a Ashley.
Ash es la mujer que amo, de verdad la amo con mi alma.
— Llegas a decir algo de ésto y te juro que no amaneces viva. — Dijo apretando muy fuerte mi mandíbula para al final darme una cachetada.
Me queje y solo asentí.
Ella subió y yo fuí directamente al baño a vomitar, vomité muchísimo.
Sentía asco de mi misma, no me sentía para nada bien.
Fin del Flashback.
Cerré mis ojos tratando de eliminar eso de mi mente.
Fuí a terapia por casi cuatro años seguidos, aún así, ésto era algo difícil de olvidar.
Nunca pude hablar con Ashley y eso era lo que me jodía, yo sabía que no me dejaría.
De echo, el día que Ash se dió cuenta, esa tipa volvió a aprovecharse de mi.
Hasta que no aguanté y le puse orden de alejamiento y una demanda con la policía.
Así fue como pude liberarme de ella.
Años yendo a terapia, intentando olvidar y perdonarme.
Apesar de todo, me sentía culpable, capaz le fuese dicho antes a Ashley ella me ayudaría, pero mi cobardía era mucho más grande, mi miedo a que no me creyese era inmenso.
Preferí quedarme callada hasta tener pruebas suficientes, pero lastimosamente, vió algo antes, algo que no fué así.
De tanto pensar, no me dí cuenta que estaba llorando muchísimo.
Una niña muy linda se acercó a mí y me abrazó, acepté su abrazo llorando más.
— Mi mami dice que cuando alguien llora es porque necesita un abrazo, te ví llorando y creo que lo necesitas, toma, para tí. — Habló dándome un peluchito de monito.
— Gracias, pequeña, y sí, lo necesitaba, pero ¿Y ésto qué es? — Pregunté con el peluche en mano y secando mis lágrimas.
— Él es Dumbo, me ayuda cuando estoy triste, entonces a tí también te ayudará. — Me dió una sonrisa, y puedo jurar que me sentí viva de nuevo luego de siente años.
— Pero, es tuyo, no me lo puedo quedar yo.
— Sí puedes, es un regalo, señorita. — Le sonreí y asentí.
— Está bien, te lo acepto, ¿Y puedo preguntar dónde está tu mamá? — La niña alzó su manito y señaló al otro lado del parque, dónde estaba una chica que se veía jóven viéndonos con una gran sonrisa.
— Ven, vamos con tu mamá. — Me levanté y extendí mi mano hacía la niña, ella la tomó y comenzamos a caminar a dónde ella. — Hola. — Saludé.
— Hola, ¿Cómo estás? Perdón pero ella quería darte el abrazo.
— No te preocupes, realmente lo necesitaba, y estoy bien, solo recordaba cosas del pasado que me ponen muy triste.
— ¿Quieres hablarlo? Digo, soy una extraña para tí, pero puedo escucharte sin problemas. — La niña vió a otro niño correr y ella salió corriendo también. — ¡Cuidado, hija!
La niña volteó y sonrió asintiendo.
— Bueno, hace siete años... — Empecé con toda la historia, no pude evitar soltar algunas lágrimas, muestras que la chica solo escuchaba atentamente.
— Bueno, sé que es algo difícil de olvidar y más cuándo esa chica era el amor de tu vida, pero no puedes reprimirte por eso, intenta salir o hacer otras cosas. — Asentí y le agradecí. — Por cierto, ¿Cuál es tu nombre?
— Mi nombre es Samantha, Samantha Rivera, ¿Y el tuyo?
— Sabrina Morales, un gusto, madre soltera de mi pequeña Andrea.
Nos dimos la mano presentadonos, pues no lo habíamos echo.
— Bueno, yo ya me tengo que ir, ¿Me das tu número y así nos mantenemos en contacto?
— Claro, anota...
Anoté su número y me despedí, fuí a dónde estaba la pequeña Andrea y me despedí de ella, antes de irme le dí el peluchito a Sabrina, obvio no me lo quedaría.
Me fuí a mi casa con una sonrisa, ésta es la primera en siete años que me siento bien, viva y alegre.
Bueeenasss, ¿Qué esperaban? Obvio Samy nunca fue la mala, solo Ama.
Su error fue no decirlo antes, pero estaba con miedo.
¿Qué les parece si hago ff con Sabrina y Samy? Estaría cool, obvio se evita todo ésto, no tendría nada que ver con éste fic, solo sería Sab siendo mamá soltera.
En fin.
Gracias por leer, voten, comenten y lavense el tulín. 💚
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro