25 | «La oficial, única e inigualable, Dakota Kein»
—Vendrás a visitarnos a Italia, ¿verdad? —pregunta Trevor abrazándome por las piernas.
Yo volteo a ver a Harry y él se encoge de hombros sonriendo. Me encantaría poder viajar, salir del país y visitarlos, pero no tengo pasaporte y tramitar esa documentación requeriría muchas preguntas y papeleo que Dakota no puede permitirse. Hay muchas cosas que jamás podré volver a hacer, pero mi libertad lo vale.
—Ya es hora de irte a dormir, pequeño —le dice Lucca antes de tomarlo por debajo de los brazos y alzarlo en los suyos—. Mañana nos espera un largo viaje.
—Nos vemos en las vacaciones de verano, Dak —Trevor se estira hacia mí y deja un beso suave en mi mejilla.
—¿No hay uno para mí? —pregunta Harry viéndolo con el ceño fruncido.
—Claro que sí, primo —le sonríe Trevor a la vez que se suelta de los brazos de su padre para correr a los de Harry.
—Ojalá pudiéramos quedarnos más tiempo —Sara posa su mano en mi hombro con una sonrisa cálida curvando sus labios.
—Ya les dije que no es necesario que vengan conmigo —Lucca se encoge de hombros negando con la cabeza—. La vida en Italia es muy agitada para los niños, son solo unos meses de grabación y luego volveré aquí...
—Nosotros vamos donde tú vayas —Chiara lo mira con el ceño fruncido y yo sonrío ante lo parecidos que son—. La familia siempre tiene que estar junta.
—Bueno, creo que con eso te queda más que claro por qué no nos quedamos aquí en Barstow —Sara rueda los ojos—.
—Voy a llevarlos a la cama —Lucca le extiende la mano a Chiara que se la toma y voltea a ver a Trevor—. Anda, es hora de dormir.
Él corre de regreso hacia su padre sonriendo y juntos suben las escaleras mientras Sara, Harry y yo regresamos a la sala. Ella se dirige al minibar y Harry toma mi mano tirando de mí para sentarnos uno al lado del otro en el sofá.
—¿Y entonces? —pregunta Sara sirviendo vino en cuatro copas—. ¿Nos visitarán en Italia? Trevor los estará esperando y no va a parar de preguntar por ustedes hasta no verlos entrar por la puerta de la casa.
Harry y yo compartimos miradas encogiéndonos de hombros a la vez. De mi parte tengo claro que no podré ir así que es mejor no hacerme ilusiones.
—Te visitaremos cuando estemos de gira con Moor —Harry alza las cejas y Sara sonríe.
—Algún día eso va a pasar, sabes que sí —Ella nos pasa las copas y luego se sienta en el sofá frente a nosotros—. Cuando sean estúpidamente ricos tienes que recordar quienes te regalaron tu primer batería.
—¿Ese no fue el viejo de los regalos? —Harry la mira con el ceño fruncido—. ¿Cómo que el viejo de los regalos no existe?
—Jamás creíste en Santa Claus —Sara arruga la nariz—. Ni siquiera sabes el nombre, Harry.
—¿Quién va a creer que un viejo enorme puede entrar por una chimenea del tamaño de un niño? —Él cierra los ojos negando con la cabeza—. Hacía las cartas con ilusión para que ellos creyeran que podían engañarme, pero siempre supe que era imposible, además, no hay forma física de que pueda volar un trineo por todos los continentes a la misma vez...No hay que ser muy inteligente para darse cuenta...
—Me ofendes —Sara lo mira con los ojos muy abiertos asintiendo con la cabeza—. Cuando era niña las navidades eran mi festividad favorita, luego crecí y creía no tener una época favorita del año, pero cuando me mudé con Lucca me di cuenta de que habían días en los que la magia podía palparse en el aire...
—Momento cursi —susurra Harry a mi oído y Sara le lanza un almohadón al rostro.
—Ustedes van a descubrirlo también, si es que todavía no lo han hecho —suspira sonriendo—. El amor transforma cada momento en algo especial y los recuerdos perduran para siempre.
Harry hace muecas rodando los ojos y ella vuelve a lanzarle otro almohadón.
—Di que estás de acuerdo conmigo, Dakota —me mira sonriendo—. Por favor.
—En realidad sí y no entiendo por qué Harry se burla si él es igual de cursi a veces —suelto y Harry me mira con la mandíbula rozando el suelo.
—Solo es de vez en cuando —se defiende él—. Y es culpa de ti y de Lucca, me criaron viendo lo lindo que es el amor y aspiro a algo igual, tenemos algo igual.
Entrelaza mis dedos con los suyos y luego lleva mi mano hasta su boca para dejar un beso delicado en el dorso de esta.
—Así que es la oficial —Sara sube y baja las cejas—. ¿Estoy ante la novia de mi sobrino?
Yo sonrío bajando mi cabeza para ocultar mis mejillas que comienzan a sonrojarse. Se lo hemos confirmado a los chicos de la banda, a Giulia y a sus madres, a los padres de Harry, a mis compañeros de trabajo e incluso hasta a un señor random que nos cruzamos la primer noche que fue a esperarme fuera del bar y como la nieve no era molesta, regresamos caminando tomados de la mano, pero no sé como se sienta él con respecto a Lucca y Sara. Tengo claro que ellos son de las personas que más ama en el mundo y quizá no sienta que es el momento de presentarme como su novia.
—La oficial, única e inigualable, Dakota Kein —me mira sonriendo—. Mi novia.
—No tenías que confirmar lo que para toda la familia ya es obvio —Lucca toma su copa y se deja caer en el sofá junto a Sara—. Klara y Pablo apostaron a que se lo dirás a ellos por último, Klara dice que no y Pablo asegura que sí, así que déjalos para últimos.
Sara se muerde los labios negando con la cabeza y le pega suavemente en el hombro a lo que él sonríe ampliamente.
—Pobre Klara —suelta ella en un quejido—. Desde que Harry aprendió a hablar le han declarado la guerra.
—Ella sabe que la amamos —dice Lucca viendo a Harry con una sonrisa en sus labios—. Es divertido ver como se enoja cada vez que no tiene la razón.
—Serán los últimos —Harry asiente antes de beberse su vino de un solo sorbo y luego se pone de pie—. Deberíamos irnos, ya es tarde y Dak trabaja mañana.
—¿Vendrás con nosotros al aeropuerto? —pregunta Sara y Harry vuelve a asentir—. Saldremos a las diez y media más o menos...
—Estaré aquí a las diez —Él se acerca para abrazarla y los ojos de Sara se cristalizan.
—Nos vemos pronto, Dakota —Sara me rodea con sus brazos mientras Lucca hace lo mismo con Harry—. Cuídate, cariño.
Lucca me abraza dándome unas palmaditas en la espalda y al apartarnos regresa junto a Sara que para esta altura está secando las lágrimas que dejó caer mientras volvía a abrazar a Harry.
—La última película en al que actué se estrena en tres meses, tienen que venir al evento previo, yo les regalo los boletos de avión —Lucca nos sentencia con el dedo y ambos asentimos.
—Al parecer Trevor no es el único que está ansioso por tenerlos en Italia... —dice Sara y Lucca le sonríe.
Llegado el momento me inventaré alguna excusa que me impida acompañar a Harry, pero por ahora lo único que haré será asentir y sonreír ampliamente como si en mi cabeza ya estuviera planificando el viaje con toda la ilusión del mundo.
—Nos vemos mañana —Harry le guiña un ojo a Sara y ella le sonríe con ternura.
Con nuestros dedos entrelazados salimos de la casa y no nos separamos sino hasta que cada uno debe rodear el auto para subirse del lado correspondiente. Todo el camino a casa nos lo pasamos cantando las canciones que pasan en la radio e incluso cuando llegamos nos quedamos unos minutos más en el camino de la entrada disfrutando de la canción hasta que finalmente acaba.
—Que raro que Box no haya aparecido —dice Harry mientras nos quitamos las chaquetas junto a la puerta—. Iré a ver dónde está.
Yo continúo quitándome las botas y la bufanda a la vez que él desaparece camino a la sala y regresa al segundo siguiente sonriendo.
—Está durmiendo en el sofá —Se quita las botas y las lanza sin cuidado junto a las mías—. ¿Te espero para ir a la cama?
Niego con la cabeza—. Iré al baño primero, adelántate.
Él se encoge de hombros y comienza a subir las escaleras mientras yo tomo mi camino hacia el baño. Quince minutos después estoy entrando en la habitación intentando hacer el menor ruido posible para no despertarlo; después de lo que pasó en la casa del lago hemos estado durmiendo juntos todas las noches y ahora no puedo imaginarme haciéndolo sin él.
Me quito el jean y alzo apenas la mata para meterme en la cama, pero apenas pongo una pierna dentro, sin importar todo el cuidado que haya tenido para no despertarlo, abre los ojos y me sonríe.
—No sé por qué te empeñas en no hacer ruido —niega con la cabeza—. Tengo sueño ligero, cualquier cosa me despierta, no te preocupes.
Me meto en la cama de una vez acurrucándome contra su cuerpo mientras sus brazos me rodean. Deja besos suaves en mi cabello y luego mete su mano debajo de mi remera haciendo que se me erice la piel por lo fría que está.
—¿Dónde está Booboo? —pregunto y él voltea a ver a sus espaldas.
—Detrás de mí, ¿la quieres? —Yo niego con la cabeza y él remueve su mano debajo de mi remera fijándola en mi cintura.
Mientras el silencio se apodera de la habitación en mi mente abundan los sonidos, las preguntas y el miedo. Miedo por todo lo que me hace sentir y nunca había sentido antes, me hace dudar si lo que tenía con Robin de verdad era amor o si solo era un juego de niños pretendiendo saber cual es el significado de amar, de confiar en la otra persona y dejarte llevar.
—¿Todavía estás despierto? —pregunto tras unos minutos de completo silencio.
—¿Qué pasa, monstruito? —vuelve a besar mi cabello.
—¿Nunca te has puesto a pensar en lo mucho que puedes llegar a sentir por una persona en tan poco tiempo? —apoyo mi frente en su pecho pudiendo sentir a la perfección los latidos de su corazón—. Nos conocemos hace dos meses y siento que te he querido durante toda mi vida.
Él se voltea recostándose sobre su espalda y suspira viendo al techo. La tenue luz nocturna que entra por la ventana contornea su rostro permitiéndome apreciar la perfección de sus facciones, todo en él es perfecto y nuevamente me hace preguntarme si merezco tener a alguien así a mi lado.
—Sí y a veces me sorprende un poco —gira su rostro hacia mí—. Yo no pensaba volver a enamorarme, no al menos hasta tener algo sólido con la música, pero luego apareció una chica totalmente de la nada diciendo que sabía tocar el piano justo cuando necesitábamos una pianista y había algo en ti, no sé, tu forma de brillar encima del escenario, o quizá fue algo más, pero hizo que una canción empezara a sonar en mi cabeza y eso no pasa con cualquiera.
—¿Una canción? —sonrío—. Una vez escuché a alguien decir que cuando estaba con la persona que amaba podía escuchar una melodía dulce en su cabeza. Yo la escucho desde el día en que te conocí y ya no quiero seguir ignorándola.
Vuelve a voltearse de lado y su mano regresa a mi cintura mientras deja un beso en mi frente—. ¿A qué te refieres?
—A que te amo.
Sus labios encuentran los míos y noto la sonrisa en ellos mientras me besa. Nunca antes le he dicho «Te amo» a alguien que no sea de mi familia, el amor es un sentimiento demasiado grande y hasta ahora no la había sentido realmente.
—Te amo, Dak —sonríe ampliamente y vuelve a besarme—. Te amo, te amo, te amo.
Besa cada parte de mi rostro y luego regresa a mis labios para susurrar nuevamente un «Te amo».
—Creo que ya me quedó claro que me amas, pero si quieres decirlo una vez más...
—Te amo, Dakota Kein —pega su frente a la mí—. Te amo ahora, lo haré mañana, dentro de un año e incluso en diez más... Te amo.
Yo cierro mis ojos acurrucándome aún más contra él y dejo que el calor que emana de su cuerpo me envuelva hasta quedarme profundamente dormida.
Mi alarma suena a las seis y media de la mañana y como todos los días, recibo un beso de su parte antes de voltearse y seguir durmiendo. Me levanto y tomo la ropa de mi uniforme encaminándome hacia la puerta, pero antes de salir de la habitación lo contemplo por encima de mi hombro y sonrío; papá no se equivocó con lo de la melodía, Harry es la persona con quien quiero pasar el resto de mi vida.
Holaaaaaa, ¿cómo andan?
Esta es la última notita al final de un capítulo que voy a dejarles porqueeeee, de acá hasta el final se viene la maratón y no voy a meter divagaciones de mi persona interrumpiendo al pedo ah. Por regla, la próxima actualización debería ser el domingo 22, pero voy a correrlo para el 18 porque es una fecha que me marcó bastante y que gracias a eso fue que decidí comenzar a publicar lo que escribía.
Nada, eso, tkm, beso en la kola, espero que anden lindo, nos vemos en mi nota al final final final♥
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro