Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

14 | «Misma sintonía»

Son las ocho de la noche cuando abandono el bar. Para no perder el dinero del día le pedí a uno de los chicos que trabaja en el turno de la tarde intercambiar horarios y aceptó así que aquí estoy.

Me meto en mi camioneta una cuadra más abajo y saco mi celular de mi bolso. Hoy al mediodía recibí una llamada de mi padrino, pero me negué a atenderlo; lo último que necesitaba era ponerme a llorar a mitad de horario y llevar una bola de angustia atascada en el pecho por el resto del día. Sin embargo, ahora no hay nada que me impida desmoronarme a pedazos.

—Feliz cumpleaños, patito —dice mi padrino en su mensaje de voz—. Te amo y te extraño mucho. Sam todavía no me ha dicho nada sobre ti, por lo que supongo que todavía no has hablado con ella; hazlo pronto, patito. Espero que tengas un lindo día, te amo.

Sonrío con los ojos cristalizados y tiro el celular al asiento del copiloto. En algún momento del día decidí que voy a llamar a mamá después de las fiestas, no voy a decirle donde estoy, pero sí quiero explicarle por qué hui y hacerle saber que es la mejor madre del mundo y que ella no tiene la culpa de nada; porque sé que va a culparse, creerá que no me dio el amor suficiente, que falló y no es así.

El problema soy yo.

Al llegar a casa noto que el auto de Harry no está en la entrada, pero no se me hace extraño porque seguramente esté con los chicos. Los últimos dos días nos la hemos pasado metidos en el garaje de Emily ensayando; mañana comienza el festival y la banda entera acordó que hoy era día de descanso tanto para Abraham como para mí para así cuidar la voz, lo que me vino perfecto para el intercambio de turnos.

Meto un tupper con ravioles de anoche al microondas y mientras mi comida se calienta me dispongo a quitarme la ropa de invierno. Mis ojos viajan a la piscina fuera y el deseo de que sea verano y poder usarla de una vez por todas me consume. Aún no ha empezado a nevar, por lo que supongo que el clima ha de estar guardando lo peor para enero y eso me causa un poco de nostalgia; ¿Quién va a sacar mi auto si se atasca en la nieve? ¿Quién va a prepararme chocolate caliente en la noche o abrazarme hasta que me quede dormida? ¿Quién si no es Robin?

—¿Dak? —Siento la voz de Harry llamándome desde lejos—. ¿Ya estás en casa?

—¡En la cocina! —grito a la vez que detengo el microondas.

Saco el tupper para dejarlo encima de la mesada y salgo en su búsqueda.

—¿Harry? —pregunto asomándome en el pasillo.

—Mierda, no —Antes de que siga caminando me cubre los ojos y hace que retroceda a la cocina.

—¿Qué pasa? —pregunto cuando quita la mano de mis ojos.

—Feliz cumpleaños, Dak —sonríe y luego me abraza—. Quédate aquí, por favor.

—¿Qué vas a hacer? —El miedo es claro en mi tono.

—Solo quédate aquí y perdón —alza sus manos mostrándome las palmas—. Se suponía que iba a estar aquí antes de que llegaras, pero se atrasó el papeleo y no llegué...

—Está bien, pero, ¿qué pasa?

—Quédate aquí —Me sonríe y se da media vuelta saliendo de la cocina.

Escucho la puerta de la entrada cerrarse y frunzo el ceño. Miro mi tupper con ravioles y regreso la vista al frente cuando escucho que la puerta vuelve a abrirse.

—¿Tienes una campera para el agua? —pregunta asomándose en la cocina con el cabello totalmente empapado—. ¿Un paraguas o algo? Está lloviendo demasiado.

—Creo que tengo una campera —digo asintiendo—. ¿Para qué?

—Tráela, por favor —señala con la cabeza hacia las escaleras.

Cruzo junto a él frunciendo el ceño mientras de su parte solo recibo sonrisas. Subo hasta mi habitación y saco la campera de nylon oversize color rosa flúor y vuelvo a bajar para dársela a Harry que espera al pie de las escaleras.

—¿Para qué la quieres? —De verdad tengo miedo.

—En unos segundos voy a golpear la puerta y tú vas a abrirme —dice—. ¿De acuerdo?

Me cruzo de brazos mirándolo seria y él vuelve a sonreír.

—Te prometo que no es nada malo —aprieta suavemente mis brazos—. Confía en mí, Dak.

Me quedo de brazos cruzados viéndolo desaparecer por la puerta. Al cabo de unos minutos golpea la madera varias veces seguidas y con toda la pereza del mundo camino a abrirle.

—Feliz cumpleaños, Dak —dice él y baja la mirada al piso.

Ni bien mis ojos dan con el bulto peludo debajo de mi campera me cubro la boca con ambas manos y regreso la vista a él.

—Harry —lo rodeo con mis brazos—. Gracias, en serio, gracias.

Me agacho hasta llegar al hocico escondido debajo de todo el pelo blanco y gris que cubre su cara y le sobo la cabeza viendo como cierra sus ojitos. Harry se mete en la casa cruzando a mi lado y el cachorro lo sigue como si fuera un patito y Harry su mamá.

—¿Cómo sabías... —cierro la puerta detrás de mí—. Nick te lo dijo.

Con razón estaba tan preguntón el otro día. 

—Tengo mis fuentes —se encoge de hombros.

Vuelvo a agacharme y el cachorro se acerca a mí. Mi mano va otra vez a su cabeza y sonrío viendo como disfruta de mi tacto.

—¿Tiene nombre? —pregunto sentándome al lado del cachorro.

—Sí, se llama Box —Harry camina hasta nosotros e imita mi pose sentándose al otro lado para sobarle el cuerpo—. Es un pastor inglés y tiene dos años. Su antiguo dueño lo dejó en el refugio para que ellos se encargaran de darle un nuevo hogar porque no confiaba en sus hijos para eso.

—Nosotros vamos a amarte mucho, Box —tomo sus cachetes entre mis manos y le dejo un beso en la frente.

—Hay que bañarlo primero —Harry abre los ojos como platos frunciendo el ceño mientras niega con la cabeza—. Ha estado con otros perros y no es muy higiénico hacer eso.

—Mi día estaba siendo fatal hasta que apareciste por esa puerta —sonrío viéndolo a los ojos—. Gracias por esto.

—Aún hay más —sonríe hacia abajo mientras se pone de pie y extiende su mano a mí para ayudarme a hacer lo mismo—. Si no te gusta festejar tu cumpleaños porque no te recuerda a nada bueno hagamos que eso cambie.

Tira de mí hacia la sala y me deja justo al lado del sofá para abandonarme ahí junto a Box que se echa sobre este.

—¿Ahora qué vas a hacer? 

No responde, pero regresa al cabo de unos segundos cantando el «Feliz cumpleaños» entre risas mientras carga un pastel en sus manos y muchas velas encendidas que podrían incendiar la casa en cualquier momento. Mis ojos solo pueden fijarse en los suyos y en la forma en que sonríe hacia abajo, esa sonrisa, su sonrisa.

—Mamá me ayudó a hacerla y tuve que decirle que era tu cumpleaños —la acerca a mí y yo soplo suavemente las velas para apagarlas—. Supuse que no iba a molestarte que ella lo supiera.

—Claro que no —niego con la cabeza—. No puedo creer que lo hayas hecho tú. Gracias.

—Te dije que la cocina se me da bastante bien —Hace algunos movimientos raros con las manos que me llevan a fruncir el ceño intentando comprenderlo—. Bueno, tengo tenedores en mis manos, pero si intento agarrar el pastel con una sola mano va a terminar en el piso.

Yo sonrío tomando los tenedores. Clavo uno en el pastel para cortar un poco de este y me lo llevo a la boca para luego hacer lo mismo con su tenedor.

—Deja la banda y conviértete en chef —exclamo cerrando los ojos—. Está deliciosa.

Box ladra desde el sofá y yo vuelvo a cargar el tenedor dispuesta a darle un poco de pastel, pero antes de que llegue a hacerlo Harry me detiene.

—No le des eso —niega con la cabeza—. Ahora entiendo por qué no tuviste mascotas, había riesgo de intoxicación.

Busco el pastel con mis ojos hasta encontrarlo encima de uno de los sofás de tela. No sé en qué momento lo ha dejado ahí, pero ha sido bastante rápido.

Me siento en el sofá mientras Harry trae un plato con croquetas que deja frente a Box y luego arrima el otro sofá libre hacia nosotros. Empezamos a comer el pastel cada uno con su tenedor y de un momento a otro, sin saber dónde he metido tanta comida, lo terminamos acabando.

—Después de esto no comeré por tres días —digo tirando la cabeza hacia atrás.

—Mi estómago va a reventar en cualquier momento —se queja él frotándose el abdomen—. Deberíamos hacer algo para que nos baje de una vez, tengo masa atorada en mi esófago.

Se pone de pie y camina hasta la televisión, la enciende y sin decir más abre la aplicación de música y se dispone a escribir en el buscador.

—¿Te gusta el karaoke? —me mira por encima de su hombro—. Espero que sí, porque a mí me encanta.

Se para a mi lado sosteniendo el control remoto en su mano y sonríe mientras «Can I Be Him» de James Arthur comienza a sonar.

You walked into the room and now my heart has been stolen —me lanza el control y yo lo atrapo justo antes de que me dé en el rostro.

Sonrío viendo la letra iluminada en blanco. Cuando Harry dijo que no se le daba bien escribir canciones supuse que era porque no podía cantarlas, pero me equivoqué terriblemente, su voz es dulce y me gusta.

You took me back in time to when I was unbroken —le lanzo el control de regreso.

Now you're all I want and I knew it from the very first moment —Sale de la sala y continúa cantando hasta regresar con una cuchara de madera en su otra mano y lanzarme el control—. And I want you to sing it again. Juntos.

Ambos cantamos el estribillo al unísono viéndonos a los ojos. A mitad de este, Harry se agacha y le soba la cabeza a Box que pasa su vista de uno a otro sin entender absolutamente nada. 

—Déjame a mí, Dak —pide y yo bajo mi micrófono improvisado—. I hear there was someone but i know he dont't deserve you. If you were mine i'd never let anyone hurt you.

Se acerca a mí y toma mi mano para hacerme girar mientras sonríe.

I wanna dry those tears, kiss those lips. It's all that I've been thinking about —me da la cuchara y me arrebata el control antes de regresar a su lugar.

Canto el pre estribillo sola y volvemos a unirnos en el estribillo. Nos alternamos en cada «Can i be the one?» sonriendo y compartiendo miradas con cierto brillo que no sabría explicar. El pre estribillo lo toma él y me deja cantar el próximo estribillo sola, luego yo lo dejo a él con los últimos «Can i be him?».

Cuando la melodía acaba del todo sonríe y vuelve a acercarse a la televisión para poner otra canción que volvemos a cantar y otra más después de esta.

—Hay que bailar —propongo tomando el control de la televisión—. ¿Una canción que te guste?

—¿Podemos descansar primero? —se deja caer en el sofá al lado de Box que se hace una bolita junto a él.

—Eres un anciano —me quejo mirándolo con las cejas alzadas.

—Ahora me ofendí —se pone de pie y Box ladra en un quejido—. Voy a enseñarte lo que es bailar, Dakota Kein.

Pone «Locked out of Heaven» de Bruno Mars y me mira por encima de su hombro sonriendo. Se gira chasqueando los dedos una vez que la canción empieza y en el primer «Ooh» me pincha con sus dedos a ambos lados de la cintura. Sube al sofá y canta la primera estrofa de la canción mientras mueve las caderas de un lado a otro sacudiendo la cabeza.

—Eres una anciana —dice saltando del sofá—. Anda, sube al escenario.

Me tiende la mano para ayudarme a subir y yo lo hago con una sonrisa ancha cruzando mi rostro. Me pongo a cantar el pre estribillo copiando sus movimientos mientras él aplaude al ritmo de la canción y tras eso toma a Box en sus brazos para darle una vuelta. Salto encima del sofá haciendo que mi cabello vaya de un lado al otro y luego me tiro al suelo para bailar con él; Harry deja a Box sobre el sofá, que enseguida comienza a ladrar haciéndonos saber que él también forma parte del karaoke, y toma mis manos para bailar moviéndonos sin sentido alguno.

Me suelta cuando solo queda la melodía y se aleja chasqueando los dedos mientras me mira por encima de su hombro. Regresa a mí y toma mi mano para después arrodillarse y llevarla a su pecho.

You bring me to my knees, you make me testify —canta—. You can make a sinner change his ways.

Vuelve a alejarse de una forma dramática mientras yo solo puedo reír encantada con su performance.

Open up your gates 'cuse I can't wait to see the lights —dice haciendo una seña con sus manos como si de verdad estuviera abriendo algo—. And right there is where I wanna stay.

Se pone detrás de mí y me hace girar para luego tomar mis manos y comenzar a bailar a los saltos otra vez.

Oh, whoa, whoa, whoa, yeah, yeah, yeah —canta sacudiendo su cuerpo de un lado al otro al ritmo de la melodía—. Can I just stay here? Spend the rest of my days here?

Hace como si me lanzara un micrófono invisible que yo atrapo en el aire y uso para cantar la siguiente parte imitando sus movimientos. Al terminar le hago una seña con la cabeza para que cantemos juntos el último estribillo y él sonríe.

—'Cuse you make me feel like. I've been locked out of heaven —Vuelve a ponerse detrás de mí y canta muy cerca de mi oído haciendo que una electricidad refrescante recorra mi cuerpo—. For too long, for too long. 

Gira hasta ponerse frente a mí otra vez, su mano en mi cintura, la mía subiendo hasta su pecho.

Yeah, you make me feel like —canto con mi voz casi inaudible—. I've been locked out of heaven. For too long, for too long.

Nos mantenemos la mirada hasta pegar nuestras frentes y cerrar los ojos. Mi corazón late tan fuerte, demasiado, como nunca antes y temo que en cualquier momento pueda romperme las costillas con su insistencia. Mi mano sobre el suyo siente que está igual de afectado, late alocado y sin frenos que lo sostengan y sé que esto no se debe solo a los movimientos que ha hecho, es algo más.

—¿Qué estamos haciendo, Dak? —pregunta en voz baja.

—Estamos en la misma sintonía —digo yo antes de siquiera pensar. 

Su otra mano va a mi cuello y su pulgar a mi mejilla.

—¿Qué significa eso? —veo como su ceño se frunce, pero no es confusión lo que transmite.

—No sé —niego suavemente—. Pero lo que sí sé es que quiero besarte.

Sonríe antes de unir nuestros labios y en el momento en que estos se tocan lo siento. Siento esta melodía que lleva un tiempo dentro de mí estallar, sonar a todo volumen dentro de mi cabeza y llegar a cada parte de mi cuerpo para conquistarlo todo; cada célula, fibra y músculo, todo es suyo. 

Lo empujo suavemente con mis manos en su pecho hasta llegar al sofá y hacerlo caer sentado. Mis piernas actúan por sí solas cuando me subo encima de él y continuo besándolo. Sus manos viajan a mi cintura y se mantienen ahí, pero necesito más, necesito que me toque de verdad así que las bajo hasta mi trasero y aprieto mis nalgas con ella para notar su sonrisa bajo mis besos.

—Solo quiero besarte —aclaro apartándome un poco—. ¿Estás bien con eso?

—Estoy bien con lo que sea que quieras —sus manos regresan a mi cintura y afirman su agarre sobre ella.

—Pero esto no significa que quiera ser una de tus amigas con derechos —lo miro frunciendo el ceño y él se acerca para darme un beso corto mientras sonríe.

—Yo tampoco quiero que lo seas —niega con la cabeza viéndome a los ojos—. ¿Puedes volver a besarme?

Sonrío mientras mis labios regresan a los suyos y mis manos exploran por debajo de su hoddie. Noto cómo sus músculos se contraen ante el frío de mis manos y sonrío mordiéndole el labio inferior. Entonces, Box sube encima del sofá y se echa justo a nuestro lado, lo que me obliga a detenerme y generar un espacio considerable entre nosotros.

Mi pecho se sacude de adelante hacia atrás, él sonríe, yo sonrío y cuando estoy a punto de volver a besarlo el rostro de Robin aparece en mi mente diciendo que esto que siento no es real porque yo no lo soy.

—¿Estás bien? —pregunta frunciendo el ceño y yo niego con la cabeza.

Me quito de encima de él y sin poder verlo a los ojos salgo de la sala mientras él me llama con preocupación. Estoy al final de las escaleras cuando me alcanza tomándome por la muñeca para verme a los ojos, pero ni siquiera así puedo hacerlo.

—Esto está mal, Harry —niego—. Somos amigos.

—No tenemos que dejar de serlo —se encoge de hombros.

—Pero yo no quiero ser una de tus amigas con derechos.

—Y yo tampoco quiero que lo seas, Dak —intenta tomarme por la mejilla pero aparto el rostro.

—Mejor olvídalo, ¿si? —me zafo suavemente de su agarre en mi muñeca y continuo mi camino hacia mi habitación—. Ven, Box.

Silbo y el cachorro sube las escaleras corriendo haciendo caso omiso a Harry que todavía sigue ahí.

—Hasta mañana, Harry —digo y antes de que llegue a responder cierro la puerta de mi habitación.

Esto está mal, lo que estoy comenzando a sentir está mal. No puedo enamorarme, no siendo quien soy. El Robin de mi cabeza tiene razón, no soy real, no existo y nadie puede querer a un fantasma.

Harry no se merece que lo lastimen y sé que acercándome a él es lo único que voy a conseguir así que debo encontrar una forma de callar esta melodía de una vez por todas antes de que sea tarde.

Si esta es la melodía que nos une, voy a ignorarla hasta que desaparezca de mi mente.

Holiii, acá ando actualizando tempranoooo.

Ando en mi pueblo después de lo que se sintió una eternidad sin venir y eso significa felicidatttt.

Espero que les haya gustado el capítulo tanto como a mí me gustó escribirlo, no se imaginan la imagen mental tan hermosa que tengo de estas escenas, dios, es todo tan perfecto...creo que soy mi propia fan 🥲

Sin mas, espero que tengan un buen día, les mando un beso en la kola enorme, tkm manga de perros.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro