Our souls begin to lucidly awaken
Within the depths of this dream
Wavering faintly
Living but not awake

Después de la noticia del embarazo, Ashton pidió a Ishtar irse a vivir con él, no quería dejarla sola durante esa etapa, su familia continuó creciendo y no sólo la de ellos sino todo el grupo, gracias al embarazo de Maila y al de Amanda.

El azabache se puso a buscar una casa más grande para el cuarto de ellos, el de Kiba, Maggie y el del futuro bebé. Con ayuda de sus amigos encontró una la cual pudo pagar con la venta de la que tenía y por fortuna Jenny lo apoyo para acelerar el proceso, habiendo podido vender y comprar la vivienda en dos meses y medio, donde ya se le veía la panza a Sayumi.

Iba a ser imposible ocultarlo de los medios, pero si buscaron la mayor discreción.

Entre los dos compraron los muebles para su nuevo hogar los cuales serían entregados él mismo día que se mudarían. Sin embargo, en vez de que contrataran una compañía de mudanza, sólo lo hacían para que llevaran las cosas de las otras dos casas a la nueva, pero su grupo de amigos iba a ayudar a bajar todo, contrataron tres camionetas de tres cuartos para hacerlo ellos junto con sus amistades.

—¡Es a la derecha Chris! —gritó Ashton mientras movieron el escritorio nuevo para Kiba —, ¡tu derecha, menso!

—A ya, entendí la tuya.

Llevaban el mueble a una de las recamaras, era grande y con mucha luz, en la misma ya estaban varias cajas de ropa, juguetes coleccionables y sus videojuegos, siendo que estaba haciendo una colección. Tenía ya varios gameboys, dos switch y dos xbox uno one y un 360 que se lo había conseguido su tío Robert siendo que el mismo coleccionaba cosas vintage.

—Esta más grande que el cuarto de Nick —dijo Chris.

—No es cierto, lo que pasa es que Nick lo tiene lleno de libros y libreros por eso se ve más chico —señaló Ashton.

—Ya ni me digas amigo, no sé dónde meter tantos libros que tiene, pero me gusta eso, que desde niño le gusta leer y aprender cosas nuevas, no me puedo quejar —comentó Chris viendo a su amigo.

Sayumi por su parte, estaba viendo las cajas en una de las camionetas y vio que había una de ropa de Maggie que aún no llevaban, no era grande y no estaba tan pesada, la recogió para llevarla al nuevo cuarto de su hija.

Iba entrando a la casa cuando la vio Robert, Michael y Astrid en la nueva cocina, haciendo que Robert se moviera muy rápido a donde estaba ella y le se la quitó con una mirada seria.

—Tú no puedes estar cargando eso Sayu —señaló el joven.

—Estoy embarazada no invalida —dijo un poco frustrada la chica.

Ashton iba bajando con Chris mientras que se vio subir a Jenny y a Emily con unas cajas que tenían el nombre de Kiba, estaban terminando con lo del niño.

—Tu novia quería ponerse a cargar —comentó Robert.

Ashton la vio de manera seria.

—No puedes esforzarte de esa manera amor, entiende eso.

—Pero quiero ayudar, no estoy invalida como le dije a Robert, estoy embarazada, eso no me hace menos capaz —hizo un pequeño puchero la chica.

Fabían y Alex habían llegado de dejar la cabecera de la cama de Ashton y su novia y escucharon lo que dijo Sayumi, viendo cómo enfrente de todos, el azabache le dio un beso tierno para calmarla, ganándose una risita de sus amigos.

—Déjenlos en paz, ustedes también besan a sus novias o novios —comentó la voz de Fer quien iba caminando apoyándose con su bastón y con una caja debajo de su brazo, no era grande, pero se notaba pesada.

De manera fugaz Michael y Astrid ya estaban donde ella y le quitó la caja el rubio mientras que la gótica la regañó.

—¡Amor! No puedes estar cargando —la voz de Astrid estaba preocupada y se arrodilló a checar la pierna de la bajista de Beyond.

—A diferencia de Sayumi, yo sí estoy medio invalida, pero si puedo cargar, sino cómo crees que me ejercito en el gimnasio —señaló la emperatriz.

—Lo sé, pero ahí está regulado y no estás sola, los chicos te acompañan, entiende que me preocupo mucho por ti princesita —dijo la dibujante terminando de asegurarse que la azabache no se hubiera lastimado.

—Sólo queremos ayudar —comentó Sayumi.

—¿Por qué no van desempacando lo de Maggie? Mientras nosotros terminamos con lo pesado —Becca dijo mientras iba entrando con una caja de juguetes de Maggie.

—Si esa es una excelente idea —aplaudió Astrid.

Con ello la gótica y Ashton llevaron a sus parejas al cuarto que iba a ser de Maggie, dejándolas para desempacar.

Las chicas se sentaron en el suelo para ir sacando los juguetes de la pequeña.

—¿Cómo te sientes Sayumi? —preguntó Fernanda.

La nipona suspiró, no de pesadumbre sino de felicidad, se notó en el brillo de sus ojos.

—Estoy feliz ardillita, jamás pensé estar tan enamorada en mi vida —la sonrisa pareciese que podría iluminar la noche más oscura del mundo.

—Me alegro mucho por ti Sayu, tú te mereces todo lo bueno del mundo, junto con Kiba —comentó la bajista un poco apagada.

—¿Qué tienes Fer?

La asiática la vio un poco preocupada.

La chica de ojos avellanas vio hacia las cajas de la bebé y las tocó, con cierta nostalgia y tristeza.

—Me hubiera gustado haber podido vivir esta etapa de Annie con Astrid. Siento que me perdí muchas cosas que tal vez jamás pueda hacer —la voz en dicha oración era tan triste que hasta a Sayumi le habían dado ganas de llorar, lo cual les echó la culpa a las hormonas.

—Tal vez era algo que ambas, bueno Astrid tenía que hacer por separado amiga —dijo Sayumi.

—Es lo que me intento decir, pero a la vez me siento mal por todo ello, no sé cómo decirlo, pero cómo si nos hubieran quitado gran parte de nuestro tiempo juntas —la voz de Fer se notó frustrada en ese momento

—Lo necesitaban y lo sabes mejor que nadie ardillita, se estaban destruyendo la una a la otra —señaló la nipona.

—Fue mi culpa Sayu, todo eso fue mi culpa y lo sé —dejó salir un suspiro Fernanda.

Llevaban ya casi seis años casadas Fer y Astrid, todo había sido perfecto en su matrimonio y vida juntas, ella amaba a Annie y a su Gótica, pero le pesaba no haberlas podido proteger desde un inicio, era algo que la atormentaba.

—Deja eso atrás Fer, ahora están juntas, se aman y le mostraron al mundo completo que son felices, Lo vez tú mismo en su canal de YouTube, e Instagram, que aman su pareja sus seguidores, digo tiene actualmente ¿qué? ¿dos millones? Veinte veces más de lo que tenía en su Only y todos ellos las adoran.

Sayumi sabía mucho de los miedos y dudas de Fer, siempre hablaba la bajista con ella, entendía el miedo que le daba que Astrid se fuera de su lado, de revivir esos años lejos de su gótica y los comprendía, simplemente no existía una Fer sin Astrid.

Por ventaja también sabía los de Astrid y estaba más que segura que ella jamás dejaría a Fer. La chica de ojos grises amaba demasiado a la bajista, no se podía imaginarse sin ella, y recordaba la nipona cómo había sufrido cuando la músico se había ido.

Astrid había sido una agonía andante cuando Fer se desapareció, se lo confeso a Sayumi, qué llego a sentir asco hacia ella misma por lo que había pasado, que se tallaba y tallaba después de lo de Kyle y no se quitaba esa sensación. Le dijo de las pesadillas al recordar el dolor en los ojos de Fernanda, que, si le dieran una sola oportunidad más, nunca le volvería a fallar y le creía.

La gótica aprendió a golpes las consecuencias de sus actos, y es lo que la hizo una mujer digna de Fernanda, y por eso mismo sabía la nipona que Astrid jamás dejaría a Fer, ella era el amor de su vida.

—Ella te ama Fer y jamás se ira, necesitaron eso en su tiempo, sólo alza la cara y sonríe tienes una familia hermosa, nadie las podrá separar —sonrió la nipona.

Fernanda suspiró y esbozó una sonrisa, su amiga tenía razón.

Ashton estaba en el jardín, ya habían metido todo y vio cómo acomodaría los juegos de sus hijos, quería ponerles un área afuera para que se divirtieran.

Su celular sonó con un mensaje y reconoció el nombre sonriendo.

"Ya estoy en Nueva York, nos vemos en unos días"

"Claro, muero por ello"