Movimiento #14: Isotopes - Flower
Captivated, I feel complacent
Cover me with flowers to show that I'm not vacant
Haunt me in my sleep and keep me from my wake again
Dying here with you would be so perfect
Transcurrió un mes y medio desde la reconciliación de Ashton y Sayumi, la cual se logró de maravilla, los dos nuevamente se veían felices, mientras que los niños estaban más tranquilos teniendo a sus padres juntos de nuevo.
Kiba tenía aún cierta confusión con lo que había pasado, si bien quería mucho a Ashton, él había hecho llorar a Sayumi, y para él era la mujer más sagrada en el mundo, nadie podía lastimar a su madre.
Intentó poner de lado las cosas ya que sabía que su familia se reconstruía de manera lenta. Ashton era más atento con todos ellos, y Maggie estaba feliz de ver a su hermano mayor, que era algo que a Kiba le gustaba, ser el ejemplo a seguir de alguien.
Sayumi y Ashton estaban en el paraíso de nuevo. Se sentían completos el uno con el otro, y lo mejor de todo es que habían hablado las cosas. Esta Ishtar entendió todo el trasfondo de lo sucedido, y por obviedad le caía peor su suegra, no podía entender cómo es que alguien podría ser así de mala y ruin, para interponerse en la felicidad de su único hijo.
Era ruin hacerlo de esa manera, jugando con las inseguridades de tu sangre, que tu misma ocasionaste con el abandono.
¡Esa mujer era un asco!
Y no se hable de Sasha, quien esta Sayumi estaba deseando que pronto se la pudiera encontrar para ajustar las cosas con ella. Quería hacerla entender a medida de golpes que con sus seres queridos no se debía meter.
La nipona estaba en su casa junto con Kiba, verían a Ashton hasta el siguiente día ya que tenía el que ir a unas pruebas de sonido con Sk8 & Dreams.
Estaban por iniciar grabaciones para su nuevo álbum, algo que tenía muy emocionados a los jóvenes skates, iba a ser su tercera grabación larga. Era un logro para muchas bandas y ellos lo estaban disfrutando.
A pesar de que Fernanda los explotó en ese aspecto, los tenía trabajando desde temprano hasta tarde, todos sabían cómo era la emperatriz.
Sin embargo, Sayumi no se había sentido muy bien en la última semana. Tenía mareos y un poco de ascos, de hecho, había vomitado tres veces esa semana, pero no quería irse a checar.
Pensó que se le pasaría con el tiempo. Esto no se lo había dicho a Ashton, intentó ser fuerte para que no se notará nada.
Al que si no pudo engañar para nada fue a Kiba, quien estaba muy preocupado por su mamá, debido a que no quería ir al médico por más que se lo pidiera el adolescente. Ella le dijo que estaría bien y que no se debía de preocupar más que por estudiar y estar feliz.
Eso no convenció a Kiba.
El celular de Sayumi sonó alrededor de las seis de la tarde, con un poco de desgano debido a cómo se seguía sintiendo, tomó el aparato contestando al ver que era este Ashton.
—¡Hola, cariño! —se escuchó en el otro lado de la línea.
A pesar de su estado la nipona no pudo evitar sonreír ante la efusividad de su novio.
—Hola cachorro, ¿ya terminaron? —preguntó la chica.
—Si amor, Fernanda nos dio indicaciones de cómo estaríamos en la siguiente semana y quedamos en ir a grabar el lunes a primera hora el single —le dijo su novio, mientras que se podía escuchar a Maggie jugando a través del teléfono.
—¿Cómo está mi princesa? —cuestionó Sayumi.
—De lujo, extrañándote igual que yo, qué es a lo que voy. ¿Mañana quieren venir tu y Kiba a comer con nosotros? Podemos hacer una parrillada —se escuchó la emoción y expectativa del bajista de Sk8.
Sayumi lo pensó, quedándose unos segundos callada, pero tenía muchas ganas de ver a su novio y a Maggie.
—¿Qué necesitas que llevemos?
—Sólo su presencia, con eso estaremos feliz Maggie y yo —la ternura en la voz de Ashton hizo que el corazón de Sayumi si derritiera.
—¡Eres el chico más lindo de todos! —exclamó Sayumi —, ahí estaremos ¿a las diez de la mañana está bien?
—¡Perfecto! Aquí los veremos —respondió el músico.
—Entendido cachorro, te veo mañana —afirmó la chica.
Se despidieron y colgaron.
En ese momento la nipona se levantó y se dispuso a ir a ver que preparaba de cenar, pero le dieron náuseas y quiso vomitar. Salió corriendo hacia el baño de su cuarto y descargó el contenido de su almuerzo en el retrete.
Tenía mucho tiempo sin sentirse así y dio gracias que Kiba estuviera jugando videojuegos con sus tíos y sus audífonos puestos así no escuchaba cómo su mamá dejaba salir sus entrañas en el baño.
Al terminar le jaló, se recargó en la pared, sintiéndose cansada y sin ánimo se levantó para lavarse los dientes.
Se vio al espejo y tenía ojeras, eso no era bueno, tenía que poder dormir hoy para que este Ashton no pensará que estuviese enferma.
Se echó agua en la cara y salió para ir a donde Kiba, viendo el reloj siendo las diez de la noche. Él tenía permiso de jugar hasta que sus tíos se fueran, eso era alrededor de las doce de la noche. Se acercó y acarició su cabeza captando la atención del pequeño.
—Préstame tus audífonos cariño —dijo su mamá.
El asintió y se los dio, para que Isthar se los pusiera y hablara.
—Chicos, hola.
—¡Qué onda Sayu! —le contestó Robert mientras que Erick, Michael, Andy, la hija de Erick, Fer y Nick, el hijo de Chris, la saludaron de igual manera.
Estaban jugando Call of Duty.
—Un favor, manden a dormir a Kiba a las doce por favor, mañana iremos con Ashton a comer.
El niño frunció el ceño, el seguía a pesar de todo un poco enojado con el bajista, sin embargo recordó la plática con su con su tía Astrid, no debía meterse.
—Si, nosotros a esa hora nos desconectamos no te preocupes —dijo Fernanda.
—¡Gracias!
Con ello le regresó los audífonos a su hijo y le dio un beso en la frente.
—¡Te quiero hijo!
—Y yo a ti Okasa —dijo en japones el niño.
Sayumi se iba a su cuarto y se puso su pijama, acostándose y durmiéndose casi enseguida.
Ashton se levantó a las siete de la mañana metiéndose a bañar, quería que todo estuviera perfecto para ese día.
Al estar listo, empezó a preparar el asador, ya tenía todo previsto desde hace media semana y había ido a comprar la carne que cocinarían hoy. Lo mejor era que había comprado una modesta casa para él y Maggie hace un año, era grande y tenía un gran patio, para tener los juegos que ayudaban con la terapía motriz de la pequeña.
Cuando tuvo todo puesto afuera, subió a despertar a Maggie para arreglarla, le dio su medicina y vaporizador, a pesar de que a veces le costaba que lo tomara, pero sabía cómo convencerla.
—Va a venir Sayumi y Kiba —le dijo con una sonrisa en su rostro.
Esto iluminó la sonrisa de la chiquilla quien se dejó bañar y arreglar sin problema después de tomar su medicina.
Alrededor de las diez se escuchó el timbre del departamento, e iba Ashton abrir, viendo que era Sayumi, quien venía con un pants negro y una playera de alguna banda del metal que le gustaba y tenis, esto lo puso en alerta.
Sabía que si ella estaba vestida así era por que se sentía mal.
—¿Cómo están? —preguntó Ashton.
—Bien cariño —sonrió Isthar mientras lo besó con un piquito.
Kiba solo lo ignoró y se metió a la sala, donde iba a conectar su videojuego, no quería dirigirle la palabra a Ashton.
—¡Kiba! Más te vale cambiar esa actitud y saludar a Ashton —dijo Sayumi.
El chico rodó los ojos haciendo enfurecer más a su mamá.
—Ni conectes ese aparato, estas castig...—su voz se interrumpió por unas arcadas y salió corriendo hacia el baño de Ashton, cerrando la puerta de golpe.
Ashton vio a Kiba.
—Ha estado así durante casi una semana, no quiere ir al doctor —dijo preocupado el nipón.
—Entiendo —sentó a Maggie en el sillón donde la acomodó y Kiba automáticamente se puso enfrente de ella para cuidarla —Ahorita la llevamos.
Ashton se paró afuera de la puerta del baño, sabía que Sayumi tenía un cepillo de dientes en su casa y estaba en dicho sanitario. Escuchaba cómo la nipona se lavaba la boca.
Al salir se topó con un Ashton muy serio,
—¿Por qué no me dijiste que te sentías mal? —le vio de manera severa.
Sayumi se sonrojó, a pesar de ella ser muy ruda, Ashton era por lo mínimo quince centímetros más alto que ella.
—No es nada malo, se me pasará en unos días —dijo sin darle mucha importancia.
—Nada de eso, vamos al médico y no estoy pidiendo opinión.
El tono de Ashton era final, no le dio oportunidad a su novia de replicar y ella sólo asintió.
El chico le trajo una chamarra a su hija para después guardar la carne en el refri y salir de la casa hacia el garaje para que subieran al Jeep del mismo.
—Tienes que cuidarte más Sayu, tú eres todo para nosotros tres —dijo Ashton viendo de reojo a su amada novia mientras que Kiba asintió.
—No se deben de preocupar, soy más fuerte que un árbol de sakura —contestó de manera optimista la chica.
—Aun así, mamá —dijo Kiba —. ¡Tú eres lo único que tengo en este mundo!
Esto le pegó de golpe a Sayumi, era cierto, si bien sabía que ninguno de sus amigos y mucho menos Ashton dejaría que Kiba estuviera mal o se quedara huérfano o irse a una casa hogar, nunca había considerado que en cuanto a familia de sangre sólo se tenían el uno al otro.
Llegron al doctor, donde fueron al servicio de urgencias y les dieron un turno, que por fortuna era el siguiente y cuando llegaron a la sala de espera ya los estaba aguardando el doctor.
—¿Sayumi Everdale? —preguntó el médico.
—Soy yo.
Entró al consultorio mientras su familia la esperó afuera.
—Dígame, ¿Qué tiene señorita?
Sayumi tragó saliva y dejó salir un suspiro.
—Me he sentido mareada y con muchos ascos, sobre todo en la mañana, no me he sentido tan mal, pero si llego a tener fatiga —comentó la chica.
—Entiendo, disculpe que le pregunte esto señorita, ¿ha tenido su periodo en su último mes?
Ella se puso a pensar mientras que el doctor se levantó y sacó de un gabinete lo que parecía una prueba de embarazo.
—¿Me podría ayudar con esto? —preguntó el doctor.
La nipona se puso nerviosa, no sabía que pasaría si resultaba un hecho el de ella estar embarazada, ¿Ashton lo querría?
Tomó la prueba y entró al baño privado del consultorio.
—Quiero que me disculpes por todo Kiba —dijo Ashton mientras esperaron a la guitarrista.
El jovencito estaba viendo hacia la nada, escuchó lo que le decía el novio de su madre.
—¿Por qué lo hiciste? Te pedí que no lastimaras a mamá —se escuchó triste el jovencito.
—No fue mi intención, tienes que saber que hay gente mala allá afuera Kiba y me hicieron una mala jugarreta —dijo Ashton.
—Si, me lo explico mi tía Astrid, ella está mucho de tu lado. —comentó el niño.
El bajista sonrió, sabía que la gótica era cómo la mamá de todos ellos y se preocupaba por que estuvieran bien.
—¿Y qué piensas?
El niño lo vio con aquellos grandes ojos negros expresivos, analizó las cosas y supo que esa persona enfrente de él jamás dejaría caer a su madre ni a él, lo quería cómo un hijo quiere a un padre.
—Que eres un gran hombre, y que te quiero como papá —se sonrojó el jovencito.
Ashton sintió que su corazón se aceleraba mucho al escuchar eso, amaba demasiado a ese niño, era él hijo del amor de su vida, era su hijo.
—Y lo seré eso te lo juro —lo abrazó con un brazo mientras que Maggie igual los abrazó.
En ese momento se escuchaba el celular de Ashton, era el grupo de las dos bandas, un mensaje de Alexander, lo vio.
"Chicos, tengo una gran noticia, Maila está embarazada"
Todos estaban felicitándolo en el chat grupal, el igual lo hizo.
—¿Todo bien papá? —cuestionaba Kiba.
Esto le llenaba de amor el pecho al bajista, se sintió muy feliz al escuchar al jovencito decirle así.
—Si hijo, parece que tu tío Alex y tía Maila serán papás —dijo emocionado Ashton.
En ese momento otro mensaje llego, era Amanda.
—Aprovechamos esto Michael y yo —escribió.
Y mandaron una foto de un ultrasonido.
—Tengo un mes y medio de embarazo —escribió la arquitecta.
Esto hizo que ahora todos los felicitaran a ellos.
—Habrá más primos —dijo Ashton.
El niño sonrió, pero antes de poder responder se abrió la puerta del consultorio.
—¿Señor O'Ryan? —era el doctor.
Los chicos se levantaron con Maggie en los brazos de Ashton y se dirigían al cuarto donde los dejó entrar.
Tomaron asiento dejando sólo a Kiba parado viendo a su mamá un poco preocupada.
—¿Está bien mi novia doctor? —cuestionó Ashton.
—Si, no hay nada de que alarmarse señor, será mejor que ella les diga la noticia.
Sayumi tragó saliva, vio a su novio y a sus hijos.
—Estoy en cinta.
Ashton la observó pensando que era una broma, pero después se le abrieron los ojos con una gran sonrisa.
—¿En serio?
Ella sólo asentía.
—Maldición, eres perfecta Sayumi, nuestra familia está creciendo —. Le dio a Maggie a la nipona y se arrodillaba acariciando el vientre de la chica —, te esperamos con muchas ansias pequeño.
Kiba estaba feliz, tendría más hermanitos, pero sobre todo Sayumi se le pintó una gran sonrisa en su rostro, sabía que había elegido bien al amor de su vida.
Su sueño se seguía cumpliendo.
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