XXXIV
"Eres mi primer amor a mil por hora"
Narra Cristóbal
—Cristóbal—me dijo la madre de aunar al salir lentamente por la puerta de la habitación—Ya está todo listo para la operación—dijo con voz tensa
—Entraré a verla antes de que se la lleven al quirófano—le dije, me dio una leve sonrisa fingida y entré a ver a Aurora
Parecía muerta, pero a la vez llena de vida, sus mejillas se veían ruborizadas como de costumbre, su cabello despeinado recogido en una coleta de lado le daba un porte angelical, la gime de la mano y le di un beso.
—Te amo Aurora—le dije con la esperanza de que ella en su más profundo sueño sintiera mis palabras—Lamento tanto que las cosas hayan terminado así entre nosotros... espero que algún día puedas perdonarme por esto—una lágrima cayó en sus manos
Le deje una carta al lado de la lámpara de la mesa de noche al lado de su cama, quería que mis palabras sea la primera cosa que ella vuelva a leer cuando recupere la vista. Intentaba disimular mi miedo en frente de la madre de Aurora pero la verdad es que me aterraba mucho la idea de perderla para siempre, ella se convirtió en la persona más importante en mi vida y no podría estar en un mundo en el que su hermosa sonrisa no brillara en el.
Salí de la habitación y me dirigí a la cafetería en donde está su madre sentada en la mesa pegada de la ventana, me quedé observándola a lo lejos y se daba un trago de su frío café cada dos minutos sin despegar la vista de la ventana en donde afuera llovía sin cesar, llovía como en el primer día que Aurora y yo hablamos.
Me senté a su lado sin saber qué decirle, un silencio se apoderaba de la distancia entre nosotros, pedí un té para los nervios .
—Cuando supo que había aparecido un donante—hizo una pausa para tomar de su café—Ojalá hubieses visto su cara, no había visto tanta esperanza el ella en mucho tiempo... si algo sale mal yo...
—Todo saldrá bien señora, tenemos que tener fe de que todo saldrá bien
—Estás seguro ? Cristóbal
—Si, lo estoy
Si madre me contó lo feliz que era Aurora cuando era niña. Deseo tanto que ella vuelva a ser feliz como lo era antes.
***
Sentía que me ahogaba, podía escuchar todo al mi alrededor pero no podía moverme, gritaba y nadie me escuchaba ¿dónde estoy?.
—Cristóbal... aquí estoy—dijo mirándome con sus hermosos ojos grises
—Aurora perdóname
—No deberías de estar aquí, este lugar es...
—Perdóname
—No hay nada que perdonar Cristóbal
—Te amo
—Juntos por siempre
—Incluso después de la muerte ?
—Incluso después
***
Hasta que desperté, y sabía que ya no la volvería a ver más.
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