XXVIII
"El la dejó plantada🌷, entonces ella floreció 🌸"
Narra Cristóbal
—Si doctor, muchas gracias—le dije tomando la receta de la medicina
—Bien ya puedes irte, tienes suerte que solo fue un pequeño rasguño—me indicó señalando una pequeña partida en el labio—De todos modos tienes que hacerte los estudios que te indique, no me gusto para nada que no hayas sangrado
Todo pasó tan rápido, estaba hablando con Aurora mientras conducía de noche por la carretera bajo la fuerte lluvia cuando de pronto un venado se nos atravesó y tuve que doblar de golpe, el auto resbaló por la calle mojada y dio vueltas hasta chocar con una pequeña tubería de agua, quede inconsciente y escuchaba la voz de Aurora gritando mi nombre aterrada pero no podía despertar, estaba en una parálisis de pánico hasta que desperté aquí en el hospital y ahora puedo irme.
Salí de la habitación y me dirigí a la sala de espera intentando leer la receta, veía las letras un poco borrosas, por el impacto seguramente. Aurora estaba recostada del hombro de su madre quien le acariciaba el cabello para tranquilizarla, el pánico se le notaba a leguas, me siento culpable de su miedo, yo sé perfectamente cuanto le teme a los accidentes pues en uno había perdido a su padre y ahora revivir algo parecido por mi culpa me hacía sentir aún peor, si no hubiese insistido en ir a la playa y la hubiera llevado a casa de su amiga todo estaría bien, ella estaría emocionalmente bien.
Me acerqué dudando si seguir caminando o salir corriendo a casa, pero ya era tarde, la madre de Aurora me echo una mirada de alivio y angustia y le susurró q su hija que estaba presente.
—Cristóbal estás bien—me dijo Aurora parándose y dándome un abrazo sin ni siquiera darme una oportunidad de decir algo, me siento como un estupido ahora
—Si, estoy bien—le susurré abrazándola fuertemente, tenerla cerca me hacía bien
—Cristóbal me alegra que estén bien, pero cuéntame como sucedió esto—me preguntó la mamá de Aurora—Vamos a casa y de camino me cuentas—asentí
Al llegar a la casa a penas podía captar las palabras que me decía la señora, me sentía perdido, entiendo que este así por ello que pasó pero ya nada fue grave pero no es para que yo esté así como estoy ahora, ellas no tuvieron la culpa... vamos Cristóbal.
La madre de Aurora se despidió de mí y me quede a solas con Aurora sentados en el sofá, ella esperaba una respuesta, al parecer se había dado cuenta de mi actitud tan incoherente.
—¿Estás así por lo que pasó? Vamos no fue para tanto—me dijo furiosa, ella tiene razón pero aún así por mi insensatez la puse en riesgo
—Pudimos habernos matado—le respondí tranquilamente
—Pero no pasó nada—justo en el blanco. Pensé
—Si pero...
—Por Dios Cristóbal ya basta, no entiendo porque estás así por eso—se levantó rápidamente del sofá y se dirigió al pasillo de las habitaciones
—Aurora espera—la seguí hasta su habitación y cerré la puerta después de que ella se sentará cruzando las piernas en su cama con las manos recostadas
—Me dirás que es lo que sucede—se limitó a responder, sus perfectas piernas se tonificaban, me sentía tan afortunado de tener la oportunidad de ver una chica tan bella—Si no vas a hablar sal de mi habitación—Dios si que está enojada
—Es que me siento culpable de que de una manera u otra hayas revivido lo del accidente con tu padre—dije pronunciando cuidadosamente las palabras, no quería cagar las cosas más de lo que ya la había echo
—Entiendo tu punto y no te voy a negar que si me sucedió, pero es algo inevitable así que no te pongas así—me dijo de una manera que jamás me había hablado. Maduramente
—Vale lo siento ¿Está bien?
—Está bien, ahora si me disculpas quiero dormir
—Déjame quedarme contigo si?—use mi voz más suplicante
—Mmmm no—me contestó cortante, pero notaba picardía en su expresión y lo tome como un si
—Me gusta el lado izquierdo—dije mientras que acostaba en la parte izquierda de la cama
—Lo siento es mi lugar—me dio una ligera patada
No tuve más remedio que darle el lado izquierdo, ella se recostó de mi hombro hasta que en silencio nos quedamos dormidos.
***
A la mañana siguiente le dejé a Aurora una grabadora en su cassette explicándole el por qué me había ido sin despedirme. Me encuentro en el aparcamiento del hospital, el reloj marca las 8 de la mañana y aún siento que estoy dormido, no sé para qué el doctor mando hacerme estos estudios si yo me encuentro perfectamente bien ¿Qué no sangré con el golpe? No, y no entiendo por qué a el no le gustó para nada.
Subí al nivel de neurología, me registré y llegué justo a tiempo para los estudios. Este consiste en hacer rayos x a mi cerebro, el doctor me explico que si no sangre con un golpe en la cabeza que me dejó inconsciente corría la posibilidad de que la sangre se haya coagulado.
—Muy bien Cristóbal ¿estás listo?
—Si—contesté con las manos sudadas
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