"Puedes estar lejos de mis ojos 👀 pero nunca de mis pensamientos 💭 "

Narra Aurora

No les voy a negar que en la casa de Aysun sentí el mismo terror y pánico que sentí el día del accidente, a pesar de que fue hace años creo que eso es uno de los pocos recuerdos que no olvidaré jamás, la sonrisa de mi padre traspasar mis ojos por última vez. Eso fue lo último que mis ojos vieron antes de la eterna oscuridad.

Sentía un fuerte dolor en el cuerpo y la cara arder por los golpes que me dio esa desalmada. Pero a pesar de eso no tengo ganas de ponerle una denuncia ni mucho menos, solo le diré a su madre que la lleve a un psiquiatra pues lo necesita urgente. Me volví a sentir viva cuando escuché la voz de Cristóbal salvarme de ese infierno y desde que desperté en su casa me siento segura. Ya las heridas no me duelen tanto. El me las curo mientras dormía y ahora después de una rica ducha, estamos acostados escuchando melodías.

Hasta que sentí sus labios contra los míos, un sinnúmero de emociones inexplicables se esparcieron por todo mi cuerpo, le correspondí cada movimiento de aquel beso. Esta vez lo disfrute más que la segunda vez cuando estaba drogada, porque la primera había sido en mis sueños.

Me separe de él tristemente cuando las palabras de Aysun llegaron a mi cabeza. Quizás ella tenga razón, ni él ni nadie se fijaría en mí porque soy un estorbo para todos. Ni siquiera se por qué me duele si estoy acostumbrada a esto. A los insultos de las personas y el desprecio de los ignorantes, si tan solo supieran lo miserablemente que nos hacen con sus comentarios lo pensarían dos veces antes de hablar.

—Qué sucede Aurora, te incomode?—me preguntó Cristóbal acariciando mi mejilla, cada tacto me hacía estremecer—Lo siento

—No eres tú, soy yo—intentó contener las lágrimas lo más que pueda—Solo he sido una molestia para ti

—No entiendo cómo se te ocurre pensar algo así Aurora, tú no eres y nunca serás un estorbo—siento el dolor en sus palabras—Al contrario, te han pasado cosas terribles desde que llegue a tu vida

—Cristóbal tú has sido la tempestad que me devolvió las ganas de vivir—no sabía de dónde saque tanto valor para decir estas palabras pero lo hice

—Date cuenta, te han pasado cosas horribles desde que te conocí, casi te ahogaste en Venecia, te drogaron en una fiesta, casi te muerde una serpiente, Aysun casi te muele a golpes por su obsesión—me dice alterado

—Tienes que aprender a verte siempre el lado positivo a las cosas. Fui al mejor de vida, conocí personas increíbles, disfrute la diversión de una fiesta, vivi la experiencia de pasar la noche en una montaña—contuve mis lágrimas—Gracias a ti he vuelto a vivir

—Y yo gracias a ti he amado de verdad—susurra muy bajo para que no pudiese escucharlo pero aún así lo hice

No me atreví a responderle nada, me quede en silencio procesando esas palabras y escuchando las melodías me dormí en su pecho, sintiendo el cálido calor de su abrazo. Mañana será un largo día donde tendré que contarle todo a mi madre y rendir cuentas con mi primita.

***

—Hola mamá—le dije emocionada de volver a escuchar su voz, Cristóbal me presto su celular para llamarla

—Hija al fin, te he llamado muchas veces a tu celular pero no contestaste ¿todo en orden—me dice del otro lado de la línea

—Su es que... me quede sin batería—fue lo primero que se me vino a la mente decir

—Si bueno estoy en casa ahora mismo salgo a casa de Perla a buscarte

—No te molestes, ya voy camino a casa

—¿Qué?

—Allá te explico todo

—Pero Aurora...—le colgué... Omg que rebelde soy

—Le colgaste a tu mamá—dijo Cristóbal riendo a carcajadas mientras conduce

—Atiende al volante—le dije riendo también

Son aproximadamente las 10 de la mañana, me sorprende que Perla no haya llamado a mi madre para avisarle, pero era de esperarse seguro es una víbora al igual que su hija. Mis manos tiemblan a medida que el auto rueda rumbo a mi casa, no sé cómo le contaré a mi madre sin que se altere. Aunque bueno eso no puedo evitarlo solo no quiero que vaya a ponerle una denuncia a Aysun, me siento mal de que la única familia cercana de mi mamá haya resultado ser así.

Cuando detuvimos el auto y nos desmontamos, acepte esta vez la ayuda de Cristóbal y me agarre fuerte de su brazo. No se con qué cara le saldré a mi mamá, escuché a Cristóbal tocar la puerta fuerte, como los latidos de mi corazón.

—¿Aurora?—dijo mi madre al abrir la puerta, el olor peculiar de mi casa inundó rápidamente mi nariz, cuanto lo extrañaba—Pasen

Entramos y Cristóbal me soltó, me senté en el sofá.

—Me puedes explicar que haces con Cristóbal, por qué tienes la cara así y por qué no estás en casa de Perla, y encima no contestaste mis llamada—no había escuchado su voz tan alterada en mucho tiempo, pero era de esperarse

—Cálmate mamá, yo te explicaré todo—tragué saliva y respiré profundo—Aysun me golpeó y torturo—siento las lágrimas que comienzan a salir de mis ojos, estoy siento bastante directa—Cristóbal me rescato y me quede en su casa

—¿Qué? ¿por qué ella te golpeo?—se sentó a mi lado con voz alterada—No puede ser, por que ella haría algo así ustedes son familia

—Fue mi culpa señora, Aysun esta obsesionada después que terminamos y le hizo eso a su hija para fastidiarme, en verdad lo siento mucho—dijo Cristóbal interrumpiéndome, Dios como le haré entender que el no tiene la culpa de lo que pasó. Mi mamá me abrazo

—Dios mío lo siento mucho cielo nunca debí llevarte a esa casa—dijo con voz llorosa—Descuida Cristóbal no es tu culpa—respire aliviada de que ella también piense así—Gracias por ayudar a mi hija

—Lo haría mil veces más señora, tiene que agradecer

—Pero esto no puede quedarse así de ninguna manera, ahora mismo vamos a esa casa para que esa muchachita tome su merecido—dijo mi madre apartándose de mi, es obvio que está enojada pero yo no quiero armar un escándalo

—No—me limité a decir—Ella necesita ayuda médica mamá, no quiero hacerle un escándalo

—Pero Auro...

—Por favor—la interrumpí

El timbre sonó interrumpiendo nuestra conversación. Sentí un gran silencio cuando la puerta se abrió y luego se cerró con fuerza ¿Quién será?.

—Como tienes el descaro de venir después que lo que le hiciste a mi hija—nunca había escuchado la voz de mi madre tan enojada. Creo que mi corazón se detuvo cuando escuché su voz

—Vine a disculparme—dijo Aysun

—Aysun que haces aquí—intervino Cristóbal

—Mi hija vino a disculparse por lo que hizo—dijo Perla, me siento frustrada de no poder ver lo que está pasando—No fue su culpa, ella sufre de esquizofrenia

—No puedo creer hasta donde haz llegado, ahora te inventas eso. No tienes límites—dijo Cristóbal alterado

—Váyanse de aquí—dije al fin, cuando no podía controlar mis lágrimas, sentir su presencia cerca de mi otra vez me ponía los pelos de punta

Me dirigí a mi habitación y cerré la puerta antes que a alguien se le ocurriera seguirme, me tire en mi cama a llorar tratando de olvidar todo el mal rato que esa chica me hizo pasar. Quiero morir, ya o aguanto más.

Me levanté y tome debajo de la alfombra una de las navajas que me dio Adri cuando estábamos en Venecia. Cometí un gran error al dejar que las personas por sus comentarios hayan echo de mi vida una mierda, no le deseo a nadie estar ciego pero a veces me gustaría que se pusieran en mi lugar y vieran lo que se siente ser rechazado por los demás por el simple hecho de ser diferente.