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III

"Viaja✈️ no para escapar de la vida, sino para que la vida no se te escape"


Narrador

El viaje hacia Venecia pareció eterno para Aurora que había pasado el camino completo apretando con miedo la mano de Cristóbal que no paraba de reírse, Venecia es un lugar muy hermoso en donde en la mayoría de lugares(diciendo mayoría es casi todo) era agua, todos hablaban italiano excepto los extranjeros y las personas que recibieron a los chicos en el aeropuerto.

Venecia es una ciudad hermosa y romántica, con angostas calles, sinuosos canales y arquitectura intacta que se remonta a hace más de 500 años. Es la ciudad perfecta para recorrer a pie, y es muy agradable conocerla paseando por su laberinto de calles, visitando monumentos, comprando en sus boutiques o simplemente mirando la vida pasar. Muchos de los lugares de interés de la ciudad se pueden visitar a pie o dando un bonito paseo en góndola. Además de sus monumentos históricos, Venecia también cuenta con un interesante programa de eventos, como regatas, exposiciones de arte contemporáneo, festivales y su famoso carnaval, así que se puede visitar en cualquier época del año.

Venecia es puro romanticismo, sus callejones estrechos y sinuosos, te llevan a la edad media, y te envuelve con su misterio ancestral. Allá donde mires solo podrás emocionarte, y te inundaran unas ganas de no quererte ir, Venecia es sueño y fantasía, inmortal y pétrea, con su canal principal flanqueado de palacios maravillosos, cuna de comerciantes, como Marco polo...
Hay que visitar Venecia, vivirla, desde que amanece hasta el siguiente día, recorrer sus calles sin rumbo y sin prisa, donde te lleve el corazón.

—Benvenuto, venite—dijo un hombre en italiano de aspecto misterioso y elegante, que nos esperaba en la entrada del hotel

El hotel no era muy grande pero si amplio y lujoso, con ventanas rústicas y muchas alfombras, los promontorios resaltaban y se escuchaba una música de fondo. A cada persona se le dio una habitación a excepción de Aurora que debía estar acompañada por alguien, así que la asistente de la directora se quedo con ella. Cuando ella la ayudó a instalarse en la que sería su habitación en estos próximos días.

—Si quieres cambiarte hazlo ahora porque iremos a dar un paseo en góndola por los alrededores—le dijo la chica muy simpática de voz aguda

—Gracias—le respondió Aurora

La chica salió de la habitación para darle privacidad, ella llamó a su madre para decirle que había llegado bien. Entró al baño y se dio una rápida ducha, imaginando cómo sería Venecia con sus hermosas corrientes y casas con agua alrededor y mercados en carpa.

Al terminar de vestirse salió de la habitación y Cristóbal la esperaba en el sillón que se encuentra en el pasillo, pues quería asegurarse que ella estuviera bien tal y como le había prometido a su madre antes del viaje, ya habían pasado media hora desde que habían llegado al hotel e iban a hacer el tour antes de iniciar las actividades. Todos siguieron al hombre que los había recibido y se subieron con cuidado en la góndola, dividiéndose de 8 personas en cada una. El olor a pescado se empezaba a sentir e iniciaron el recorrido.

Narra Aurora

La verdad es que estoy muy emocionada de estar en Venecia pero a la vez triste de no poder ver lo hermoso que era el lugar, solo podía imaginar a medida de que íbamos avanzando y los chicos me decían como era cada cosa, me bajé del asiento y me arrodillé con cuidado para sentir la corriente de agua por mis dedos, la última vez que había visto el agua fue cuando fuimos a la playa un día antes del accidente y recuerdo que ese día estaba radiante y el agua se veía tan azul como el cielo pero con un tono más oscuro, el conductor dijo unas palabras en italiano pero no entendí nada. Debí estudiar un poco este idioma.

—Ora attraversiamo un ponte con tanta cura tutti noi manteniamo in forma—dijo la misma voz que nos había recibido. No le hice caso ya que no entendí, supuse que había dicho que estábamos llegando

—Aurora cuidado—me dijo Cristóbal alterado. Yo eleve la cara pero ya era demasiado tarde

Sentí como la góndola se elevó tan  fuerte que todos emitieron un grito de terror pero yo que estaba en la esquina y caí al agua.

Estaba helada y yo pataleaba con las manos y pies aterrada por no ahogarme, hasta que perdí el uso de razón y quede inconsciente, quizás me había ahogado pero otra vez vi la luz blanca y a mí padre que me hablaba y me decía que tenía que volver. Cada vez que mi vida corría peligro el me hablaba, quizás por eso tenía tantas ganas de morir porque de alguna manera quería verle y abrazarlo otra vez, que me volviera a tocar el piano como lo hacía antes.

Entonces no supe más de mi...

***
Desperté y pestañee varias veces pero como siempre solo vi oscuridad ¿dónde estoy? ¿Acaso morí?. Escuché un suspiro de alivio a mi lado y supe que aún vivía, siento un pequeño jalón en mi mano y cuando la toco es un... ¿suero?.

—Cielo me alegra que hayas despertado—me dijo la directora acariciando levemente mi cabello

—¿Dónde estoy? ¿Qué me pasó?—pregunté aterrada. Me senté en la cama y empecé desesperada a tocar el suero

—Tranquila Aurora, estás en el hospital, te caíste al lago y te ahogaste pero afortunadamente estas bien—dijo intentando tranquilizarme mientras me tocaba el hombro para intentar recostarme nuevamente

—Y... ¿Mi mamá?—pregunté más tranquila

—Aún no le he llamado ¿quieres llamarla tu?

—Es mejor no decirle ya ha pasado—le dije, lo ultimo que quería es que mi madre se preocupará por algo insignificante—Estoy bien

—Está bien, ahora descansa en un rato ya nos podremos ir

La puerta se cerró y ya no sentía ninguna presencia cerca de mi, respire y pensé ¿por qué no morí? Entonces me di cuenta de algo importante en la vida:

Los ojos de no mirarse con otros ojos se van cerrando, el cuerpo de no sentir otro cuerpo cerca se va olvidando, el alma de no entregarse con otra alma se va muriendo, la piel de no rozarse con otra piel se va agrietando y los labios de no rozarse con otros labios se van secando. Y eso era justamente por lo que yo estaba pasando.

—Señorita Aurora, ya podemos darte de alta—dijo una voz grave de hombre que no había escuchado jamás—Permítame quitarle el suero, tuvo suerte que ese chico la salvara antes de que se hubiese ahogado—dijo ahora con un tono más alegre

Sentí un pinchazo en el brazo cuando tiro del suero pero no entendía lo que dijo ¿qué chico me salvó? ¿Por que no me dejo morir? Bueno no puedo pensar eso sino que debo estar agradecida con aquel chico por haberme salvado. Por algo sigo viva porque como todo ser humano tenemos un propósito en la vida y yo aún no he encontrado el mío porque ¿que propósito tendría una ciega como yo? Que no sirve nada más que para estorbar.

Mi madre todos estos años no ha vuelto hacer su vida ni darse otra oportunidad en el amor y todo eso es por estar cuidándome, y me duele que ella esté desperdiciando su vida atada a mi.

—Listo, ya la esperan afuera—dijo el doctor haciéndome reaccionar de mis dolorosos pensamientos

—Gracias, ¿Y mi bastón?—pregunte al levantarme de la cama

—No lo sé, yo está aquí—me dijo detenidamente—Llamaré a alguien de afuera para que la ayude

El doctor abrió a la puerta y la golpeó levemente, no tardó ni un minuto para que la puerta de abriera otra vez y no tardó ni un segundo para escuchar la voz de Cristóbal.

—Aurora—susurró mi nombre muy cerca de mi porque podía sentir su respiración en mi—Que alivio que estés bien—dicho esto me abrazó, tarde unos segundos en asimilarlo pero le correspondí el mismo

—Gracias a este chico que la salvó—interrumpió el doctor—Que tengan buenas noches

—Vamos, todos te esperan—dijo Cristóbal con esa voz que por alguna razón me hacía sentir en paz porque me recordaba a mi padre—Aquí tienes tu bastón—me dijo pasándomelo

Empecé a mover el bastón de un lado a otro mientras tocaba las paredes mirando hacia... no sé dónde pero lo estaba haciendo, al parecer todos estaban allá porque sus voces se empezaron a escuchar  por toda la sala mientras me saludaban y decían que estaban muy felices de que estuviera bien. Incluyendo a Alex, un chico sordo con el que extrañamente había iniciado una hermosa amistad. Seguí sus voces y con su ayuda llegamos hasta el auto para ir al hotel a descansar.

Le pedí a Cristóbal que me guiara para sentarme a su lado porque quería darle las gracias por haberme salvado la vida cuando caí, el auto arrancó y los chicos hablaban todos a la vez y no podía entender nada. No le hice caso a lo que estaban diciendo y me enfoqué en lo que quería hacer realmente.

—Cristóbal—susurré lo más bajo posible para que nadie me escuchara, no sé por qué me costaba tanto—Gracias por salvarme la vida

Espere unos minutos a que el respondiera pero no lo hizo.

—Cristóbal—volví a susurrar pero no respondió—CRISTÓBAL—grité

De pronto todas las voces que se escuchaban comentando de diversos temas quedaron en silencio por mi expresión eufórica. Qué vergüenza.

—Qué sucede Aurora—me preguntó con voz agitada—Estaba dormido

Sentí un pinchazo en el corazón.

—Lo siento, no me di cuenta—me auto insulté. El no dijo una palabra más y yo recosté la cabeza de la ventana y permanecí en silencio el resto del camino

Diez minutos después el auto se detuvo y se abrieron las puertas, la abrí sin esperar una ayuda y comencé a caminar con mi bastón hasta que la asistente de la directora tiro de mi con delicadeza.

—Vamos, necesitas descansar. Mañana iniciaremos con las actividades—me dijo con un suspiro

—buonanotte—dijo una voz que no identificaba

Seguimos caminando hasta que mi respiración se cortó un poco y sentí que nos elevábamos. Un ascensor.

Cuando la asistente cuyo nombre aún no sé abrió la puerta de la habitación un olor que juré no volver a oler en mi vida invadió por completo mi olfato, no pude controlar llorar instantáneamente.

—Aurora—dijo aquella voz que odiaba incluso más que mi ceguera

—¿Qué diablos quieres?—dije completamente enojada

—Tranquila amor, ya sabes que vivo en Venecia—dijo Koray sarcásticamente

Koray era mi novio, habíamos terminado hace un año porque el me dijo que se había cansado de estar con una ciega como yo.Es un chico alto, Moreno y de ojos marrones según me lo había descrito mi madre. Tiene una personalidad bastante arrogante pero aún así me había echo muy feliz en el tiempo que duramos juntos. El era una de las razones por la cual no quería venir a Venecia, pues su ruptura acabo con las pocas esperanzas que tenía de seguir adelante.

—Vete, no te quiero aquí—le dije entrando más a la habitación

—Seas quien seas es mejor que te vayas—intervino la asistente de la directora

—Te estaré vigilando linda—dijo Koray, se acercó a mí porque lo sentí a tan solos unos centímetros. Su cercanía m hacía sentir asfixiada

—Ya vete muchacho—volvió a decir la chica

Sentí que la puerta se abrió y respire aliviada.

—Qué son estos gritos—preguntó la voz de Cristóbal. La piel se me puso de gallina

—Y tu quién eres, no te metas en mis asuntos con mi novia—volvió a decir Koray

Estaba volviéndome loca, literalmente loca de no ver lo que estaba pasando, un silencio invadió la habitación y yo dejé caer el bastón de los nervios.

—¿Es tu novio? ¿Te está molestando?—preguntó Cristóbal en un tono de voz que no lo había escuchado

—No es mi novio—dije con la esperanza de que me ayudara—Es un patan que me está molestando

—Sal de aquí—dijo Cristóbal con un tono cabreado

—Y tú quién te crees—gritó Koray

Mi corazón latía a mil por segundo, lo ultimo que faltaba era que este día acabara en una pelea.

—Por favor basta—dije eufórica

—Lárgate—volvió a decir Cristóbal

Escuche un vidrio romperse y caí en el suelo, con un dolor insoportable en mi cabeza... acaso siento ¿sangre?.

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