El resto del día fue increíble, mientras exploraba aún más el conservatorio sabía que estaba en el lugar correcto, mi sonrisa no se borró en ningún momento y Meera, a pesar de que se burlaba de mi emoción trataba de compartir mis primeras impresiones.

Eran las tres de la tarde cuando finalmente abandonamos el conservatorio. Meera me había invitado un café, según ella quería conocer mejor a su protegida. Sí, insistía en llamarme de esa manera. La morena era demasiado enérgica, en un punto del día me sentí agotada de lo mucho que hablaba, sin embargo, Meera era divertida y en ningún momento se comportó como una perra conmigo. Tenía experiencia con las perras.

—No puedo creer que seas francesa, no se nota, hablas como una californiana más—dijo antes de darle un sorbo a su latte de calabaza descafeinado.

Un latte de calabaza descafeinado no era un café, le había dicho, por lo que ofendida ella me obligó a darle un sorbo. Sip, sabía exactamente como se veía, a mierda. Y no, estaba lejos de ser café, no sabía ni se veía como mi aburrido café americano, así Meera había bautizado mi bebida.

—Eso se puede deber a que viví un tiempo Estados Unidos, otros más en Canadá. Mamá y papá siempre hablaban en inglés en casa, la mayor parte de mi familia está en Toronto también—Sonreí ante el recuerdo de mi numerosa familia—. El francés solo fue un adicional obligatorio por el lugar en donde vivía, los franceses se ofenden mucho cuando no les hablas en su idioma.

—Lo entiendo, el francés es sexy. Es el idioma para hablar durante el sexo.

—Lo que menos se hace durante el sexo es hablar—mascullé entretenida ante el comentario de Meera.

Se miró pensativa.

—Tienes razón, me corrijo, el francés es el idioma para que te ordenen durante el sexo, ¿suena mejor, mi pequeña amiga francesa? ¿Qué opinas?

Me encogí de hombros.

—Quisiera opinar, pero no he tenido la dicha de que me ordenen en francés durante el sexo. ¿Qué me ordenen hacer cosas en otras situaciones? Por supuesto. ¿En el sexo? Conozco la teoría y por supuesto como hacerme un trabajo manual.

Meera abrió los ojos sorprendida.

—Dime que estás jodiéndome.

—Oh, eso sería una historia sexual bastante interesante, Meera.

—¿Eres... virgen?—menciona la palabra como si estuviera nombrando a Voldemort.

—Despues de mis muchos intentos, ya no lo veo para tanto—tomé el último sorbo de mi café ante la mirada atenta de mi nueva amiga—. ¿Mi último novio? Bueno, terminó siendo gay, solo salía conmigo para cubrirse las espaldas con su padre.

—Dime que no es cierto.

—Mi gay radar ha estado defectuoso por un montón de tiempo—contesté en su lugar.

Meera se veía horrizada.

—¿Estás bien?

—¿Lo dices por Carson? Bueno, al menos obtuve una pequeña venganza, aunque no me cobré esos ocho meses perdidos.

Meera suspiró, luego me observó como si hubiese decidió hacer algo con mi situación.

—Necesitamos a alguien que explote tu cereza—se veía demasiado decidida.

Pero de igual manera negué con la cabeza.

—Nah, me di cuenta por las malas que es mejor esperar a que solo suceda. ¿Y tú? ¿Tienes a alguien que te ordene en algún idioma durante el sexo?

Meera todavía parecida afectada por el hecho de ser tan virgen como el aceite de oliva, pero también se veía afligida por mi pregunta.

—Es una larga historia, te la contaré en otro momento—Meera hizo una mueca, ahora fue ella la que bebió el último sorbo de su bebida.

Por primera vez en el día Meera guardó silencio y pareció estar bastante lejos de la cafetería.

Iba a insistir sobre el tema, pero ver a Shawn dirigiéndose al mostrador me hizo cerrar la boca de inmediato y observarlo atentamente en su lugar. A diferencia de esta mañana su camisa estaba fuera de su pantalón de vestir, parecía un poco arrugada, como si alguien la hubiese estado apretujando en sus manos. Por un minuto me pregunté si alguna mujer lo había hecho, ¿quizás una novia? ¿Una amante?

—Te dije que era sencillamente hermoso—Meera suspiró mirando a la misma dirección que yo—. Lástima su mal genio.

—¿Qué edad tiene?—Ahora yo parecía Poly Trickman interesada en el británico cascarrabias. Meera levantó su depilada ceja, me estaba juzgando con la mirada—. ¿Qué? Solo creo que se ve demasiado joven para ser profesor.

—Lo es, solo tiene veintiséis, pero es considerado un prodigio de la música, empezó a tocar el cello a los cuatro años, desde entonces no se ha detenido—Ambas observamos como Shawn mantenía su mirada atenta en la sección de dulces mientras esperaba su bebida—. A los dieciséis ingresó al conservatorio, el segundo más joven en la historia en ser admitido. ¿Sabes quién fue el primero?

Negué desviando mi mirada de Shawn hacia ella.

—Archival Kavanagh, su padre y el mayor inversor del conservatorio, él tenía quince cuando ingresó.

—Un año más joven que Shawn—dije conmocionada ante lo que escuchaba.

Meera jadeó y se volteó a verme sorprendida.

—¿Shawn? ¿Ya lo estás llamando sin formalidades?

Me removí nerviosa, aún no le había contado el hecho de que Shawn alias británico cascarrabias Kavanagh era mi vecino, tampoco creía conveniente estar contando cosas como esas.

—Ni que me estuviera escuchando, estoy hablando contigo—traté de zafarme, pero Meera ya estaba escudriñándome con sus ojos marrones.

—Igual es extraño, casi nadie lo llama por su nombre.

—Tú lo acabas de llamar por su nombre.

—Duh, ¿sabes cuántas cenas tuve que compartir con él? ¿No recuerdas que te dije que era mi fantasía sexual adolescente? ¡Me masturbe un millón de veces por ese hombre! Obviamente grité mucho su nombre.

A Meera le dio igual que las personas a nuestro alrededor la observarán fijamente por lo que acaba de gritar. Afortunadamente Shawn seguía bastante interesado en la sección de dulces.

—No quería saber eso último—formé una mueca, pero Meera me seguía insistiendo—. Es mi vecino, ¿de acuerdo? Su apartamento está justo al frente del mío, por eso pienso en él como Shawn.

Meera podía parecer tener un infarto.

—Acabas de confesarme una información súper jugosa, Lucy McDugents —Confundida pregunté de que estaba hablando—. Nadie sabe dónde vive Shawn, nadie, Lucy.

—¿Ni siquiera su familia?—cuestioné al pensar que estaba exagerado.

—Especialmente su familia.

Después de eso solo traté de cambiar la conversación, aunque Meera me lo puso difícil, quería saber dónde vivía, pero me negué a decir una palabra. Si Shawn no le decía si quiera a su familia el lugar en donde vivía yo no era quien para revelar tal dato. Meera solo me pidió que pronto la llevara a mi apartamento solo para ver la puerta de mi vecino, por un momento pensé que su obsesión hacia nuestro profesor aún no había sido superada.

Eran las seis de la tarde cuando volví a casa, el edifico se encontraba igual o más tranquilo que en los últimos días. Subí al elevador para ahorrarme las escaleras, las puertas se estaban cerrándose cuando una mano bastante grande impidió que estas se cerrarán. Shawn por un momento se pensó si debía subir o tomar el camino largo de las escaleras. Cuando las puertas se iban a cerrar nuevamente él entró.

Acomodé la correa del estuche de mi guitarra sobre mi hombro mientras lo sujetaba con fuerza, observando atentamente el cuadrado iluminado con los números de los pisos.

Primer piso.

Segundo piso.

Tercer piso.

Cuarto piso, ¡llegamos!

Nuestros hombros chocaron al querer ser los primeros en salir. Shawn murmuró unas disculpas al igual que yo, cada uno fue a su puerta, sin embargo, algo dentro mí tenía algo que decir. Me volteé hacia él quien estaba abriendo la puerta de su apartamento.

—¿Shawn?—Se detuvo con la mano en la llave dentro de la manija de su puerta, volteó a verme, como siempre sin expresión alguna—. Así que... eres mi profesor, también mi tutor.

Reí incómodamente, él no dijo nada.

—Pensé que eras un estudiante.

—¿Cómo siquiera sabías que iba al conservatorio? —preguntó demasiado rápido, pero no sonó grosero, solo curioso.

—El cello, te escucho tocar todas las noches—Guardó silencio mientras me observaba juguetear con la correa de mi estuche—. Nunca había escuchado esa melodía, ¿a quién estás interpretando?

Shawn no dijo nada, solo hizo esa cosa que tanto me irritaba, parpadear. Siempre estaba parpadeando sin emoción alguna. Quise gritarle que dejara de ser tan inexpresivo, que sonriera alguna vez, era tan jodidamente serio que asustaba.

—De acuerdo, no tienes que decirme. Solo quería mencionar que tú clase estuvo muy buena, fue interesante escuchar la comparativa sobre música contemporánea y clásica.

Shawn esta vez al menos asintió, pero cuando vi que no obtendría ninguna otra reacción/respuesta de su parte suspiré y preparé mi llave para darme la vuelta.

—Eso es todo, que pases buenas noches.

—¿Lucy?—me llamó justo cuando me di la vuelta, de nuevo me giré hacia él expectante de lo que diría—. Agradecería que no comentes con tus compañeros sobre nuestra situación.

—¿Nuestra situación? —lo miré confundida.

—Tú y yo siendo vecinos, soy demasiado celoso con mi vida privada.

No me ofendí, entendía su preocupación, bueno, más o menos.

Lo miré un poco avergonzada.

—Se lo conté a Meera, bueno, no realmente, solo le dije que éramos vecinos, no donde vivías.

Shanw hizo una mueca y posteriormente suspiró mientras frotaba sus ojos.

—No creo que diga algo, ella... Bueno, Meera sabe que eres bastante... privado.

—Sí, ella lo sabe—Shawn me dio una última mirada—. Gracias por mantener el silencio.

—No hay problema, profesor Kavanagh. ¿Viste? Al final conseguí tu apellido.

A pesar de que le sonreía Shawn no hizo ni el más mínimo intento de imitarme.

—Eres bastante serio, ¿lo sabías?—Echó su cabeza un poco para atrás sorprendido por mis palabras, no esperaba que hablara tan abiertamente sobre su problema de socializar, pero de nuevo parpadeó, esta vez sentí que fue un parpadeo más fuerte, lo que me irritó—. ¿Ves? Eso es todo lo que haces.

—¿Disculpa? ¿Según tu qué hago?

—Parpadear, solo parpadeas y eso me está poniendo de los nervios. Necesitas, no sé, ¿ser más expresivo? Estoy segura de que tus alumnos te lo agradeceremos.

Las aletas de su nariz se inflaron un poco. Bien hecho, Lucy, acabas de traer al británico cascarrabias a la luz.

—Que tengas buenas noches, Lucy.

Se estaba escapando, pero no quería que lo hiciera, así que presioné aún más sus botones. Ya daba igual, después de todo ya lo había hecho enojar.

—Pero todavía no me has contado a quien estás interpretando—Abrió la puerta del apartamento y procedió a entrar, iba a cerrar, pero me apresuré y evité que lo hiciera. Vale, me estaba pasando, pero ver esas reacciones en el rostro de Shawn eran mejor que verlo parpadear—. ¡Shawn, anda! Te escucho todas las noches, al menos dime a quien estás interpretando.

—Mueve tu pie—escupió él haciendo una presión incómoda con la puerta en mi pobre pie.

—No hasta que me contestes.

Para mi sorpresa Shawn gruñó hacia el cielo, pero luego inhalo profundo y volvió a tener la misma calma de siempre, cosa que me descolocó bastante e hizo que él tomara la ventaja.

—Me interpreto a mí mismo—seguido de esto me dio un pequeño empujón y cerró la puerta en mis narices.

Esa noche escuché la melodía de Shawn, triste y melancólica como siempre, pero algo había cambiado, las notas se volvieron un poco más alegres por un momento, sin embargo, pronto volvieron a la tristeza.

¿Qué estaba pasando por la de cabeza Shawn Kavanagh?

Y como lo comenté en la historia de Halloween, no tengo Internet :v Así que estoy usando mis datos para actualizar, merezco un chocolate de parte de todos ustedes jajajajaja

Apenas vuelva mi Internet dare las debidas dedicaciones y colocaré mis vectores <3

Conocemos un poco más de Shawn :) Espero que les haya gustado el capítulo, nos estamos leyendo x