Me sonrojé furiosamente al ver su precioso rostro confundido, había hablado en francés, lo hice sin pensar, después de todo Shawn, el vecino, podría borrar cualquier pensamiento lógico de mi cabeza.

Aunque estaba avergonzada no tuve límites al detallarlo de pies a cabeza.

Sus pies—que debían ser del tamaño de pie grande, bastante normal considerando que era bastante alto—, estaban protegidos por unos lindos zapatos de vestir negro los cuales combinaban perfectamente con su pantalón planchado del mismo color, una correa de piel los sujetaba en sus caderas manteniendo el pantalón y camisa de vestir dentro de este. Dios, la camisa, cada botón estaba en su lugar, pero no pude evitar babear un poco al ver como tenía las mangas arremangadas a la altura de sus codos, algunas venas eran visibles. Dejé lo mejor para el final, su rostro era precioso, con una mandíbula firme, labios rellenos y los ojos más extraños que había visto en la vida, una combinación entre marrón y verde que por poco me hicieron jadear, su cabello arenoso y liso por un momento me impulsaron a extender mi mano y acariciarlo, pero de nuevo me detuve.

Una arruga en su ceño arruinaba su bonito rostro de bebé, pero lo entendía. Era una chica que jamás había visto y lo primero que hice fue alabarlo en francés, nada más faltaba ponerme de rodillas y hacerle un trabajo manual... o bucal en todo caso.

—Dime que no entendiste ni una sola palabra de lo que dije —supliqué, quería hacer un pequeño chiste, pero me contuve.

Shawn no dijo nada, solo parpadeó y negó con la cabeza.

—¡Eso es genial! Si hubieses entendido estaría muriéndome de la vergüenza.

—¿Es que dijiste algo fuera de lugar?—A penas Shawn habló quise desmayarme.

Era británico, solo conocía el acento por aquel actor de las películas de superhéroes, creía que el inglés británico era una propuesta abierta para tener sexo.

¿El francés es sexy? Mejor pregúntale a Shawn el británico y él te enseñará qué es sexy.

—Tal vez. Pero es mejor que olvidemos todo eso, por favor—Luego extendí mi mano, pero él no la tomó de inmediato—. Soy Lucy, Lucy McDugents y tú eres Shawn, aunque sin apellido.

De nuevo Shawn no dijo nada.

Entiendo, hombre de pocas palabras, dije en mi mente.

—Soy tu nueva vecina, llegué a noche, algo tarde y por eso no me presenté antes—Seguía sin decir nada, tampoco tomaba mi mano, por lo que algo cohibida la guardé de nuevo para mí—. Solo... quería presentarme.

Shawn seguía detallando mi rostro, pero a diferencia de mí él no hizo ningún escaneo demasiado evidente, solo estaba de pie mientras parpadeaba lentamente.

—También estoy aquí por Verá, vino hace un rato buscándote—seguí hablando tratando de sacar a flote la conversación unilateral con mi nuevo vecino—. Creo que le gustas, pero no lo escuchaste de mí.

Bien, no debí decir aquello, pero quería hacer reaccionar al guapo británico de granito y al parecer lo había logrado luego de notar como suspiraba.

—Eres la francesa—terminó por soltar.

Puede que me haya ofendido un poquito la manera en como lo dijo.

—Creo que lo que dije al principio dejaba claro que soy francesa.

—Y yo creí que íbamos a olvidar tu comentario fuera de lugar, Lucy—remarcó él mi nombre.

Vale, el tipo podría estar gritándome cinco mil insultos por minuto y yo creo que de igual manera me derretiría en un charco tal y como estaba haciendo en ese momento.

No pude evitar sonrojarme, pero no sabía porqué. Excitación, vergüenza, molestia, era un remolino de sentimientos extraños.

—Eres un poco grosero—Encontré finalmente mi voz.

De nuevo, inexpresivo.

—No soy un poco grosero, soy bastante grosero—aseguró sin quitarme los ojos de encima—. Por favor, para mantener mi paz mental, quédate en tu lado y yo me quedo en el mío. Buenas tardes, Lucy, bienvenida a San Francisco.

Y sin más me cerró la puerta en la cara, me quedé boca abierta. Toda la belleza de ese hombre se había ido al instante en que él me había exigido tal cosa.

Definitivamente ya no me derretiría si ese hombre me gritara cinco mil insultos por minuto, si lo hiciera yo le devolvería cada uno.

—¡Que cabronazo!

Puede que lo haya dicho demasiado alto, pero lo hice totalmente a propósito. Casi llegaba a mi puerta cuando escuché su puerta abrirse nuevamente, tenía una licuadora en sus manos.

Le fruncí el ceño manifestándose todo mi odio profundo y puede que haya sacado la lengua una vez estaba de espaldas a mí. Pareciera que lo hubiese sentido porque se detuvo en el nacimiento de las escaleras y se dio la vuelta, de nuevo las mejillas de manzana regresaron cuando levantó su ceja por mi actitud infantil.

Lo terminé de rematar levantando mi barbilla lo más orgullosa posible entrando después al apartamento y cerrando la puerta aún más fuerte que él en un principio.

—Imbécil, animal, rata de dos patas. No, tampoco abuses, Lucy, está lejos de tener el aspecto de una rata, joder, esos hombros, ¿qué le habrán dado de comer de bebé?

Sacudí mi cabeza y me regañé por estar hablando sola, tenía que salir de casa y dejar de pensar en mi vecino él británico sexy/cascarrabias. Ahora entendía la fascinación y aprehensión de Vera, el hombre era un espectáculo visual, pero un idiota en cada una de sus letras. ¿Buena persona? Es una buena persona para hacerte rabiar.

Me cambié por unos vaqueros y una camisa manga corta, acompañado de unos zapatos deportivos, iría de compras, después de todo no tenía nada en el refrigerador para cenar.

Haciendo mis clásicos movimientos ninjas para evitar a alguien, no me crucé en ningún momento al británico sexy, me preguntaba qué haría con la licuadora.

Tal vez lanzarla para matar a alguien, propuso la Lucy mala.

Puede que Vera se la prestara y por eso ella lo estaba buscando, dijo la Lucy buena.

Pero era un ser con un alma tan negra que seguro la Lucy mala tenía razón.

Una hora más tarde estaba sufriendo con las bolsas de las compras. Vera me había asegurado que la semana entrante el mantenimiento del elevador habría terminado y lo tendríamos de vuelta, lo estaba necesitando a gritos, era la segunda vez que estaba sufriendo por la ausencia de este.

El taxista que había tenido que pagar para acercarme por mis bolsas solo me ayudó hasta la entrada del edificio, pero luego estuve sola con más de veinte bolsas de la compra.

Traté de agarrar diez en cada mano, pero mis brazos escuálidos ya estaban protestando por las maletas de veintitrés kilos que tuvieron que cargar anoche. Para mi mala suerte no había nadie cerca para ayudarme, nadie excepto el británico sexy quien venía bajando algo apresurado las escaleras.

De nuevo me echó una miradita, parecía estar peleando consigo mismo el hecho si debía ayudar a su nueva vecina o pasar de largo. Cuando empezó a bajar de velocidad casi agradecí a todos los santos porque sensibilizaron al británico, sin embargo, Shawn hizo todo lo contrario a lo que pensé que haría.

Siguió. De. Largo.

Tal vez solo bajó la velocidad para disfrutar un poco más mi sufrimiento.

—¡Los hombres no sirven!—grité hacia el cielo sin importarme si alguien me escuchaba.

Ese idiota no me vería aquí ni a mis bolsas cuando estuviera de vuelta. Apreté mis glúteos y enganché las veinte bolsas repartidas en cada uno de mis escuálidos brazos, por último, di un grito de guerra antes de sumergirme a las fatídicas escaleras durante cuatro malditos pisos.

¿Primeras impresiones de mi Shawnie?

Shawn obviamente ha sido bautizado con ese nombre gracias a Shawn Mendes <3

Capítulo dedicado a Andubebe_AP <3 espero que te haya gustado :)

Nos estamos leyendo.