Cap 3
Fueron al callejón Diagon, donde había un gran ambiente, para comprar las cosas que necesitaban, primero los libros, fueron Flourish y Blotts, la tienda estaba muy llena de gente y tardaron media hora en ser atendidos. Cuando, al fin, tuvieron los libros, se dirigieron a Mulpepper, la boticaria y a Olivander's, este recibió al señor Lupin como si fuera un viejo amigo o como si lo estuviera esperando.
- Lyall!
- Buenos días, señor Olivander.
- Supongo que vienes por las varitas de los niños.
- Claro.
- ¿ Quién de los dos quiere empezar? - El señor Olivander se dirigió a los niños.
- A mí me da igual. - Le dijo Riley a Remus en voz baja.
- Ve tu primero.
- Se ve que empiezo yo.
- Muy bien! Vamos a ver, ¿eres diestra o zurda?
- Diestra.
- Vale, dame tu brazo, para medirlo.
- Sin problema.
- Muy bien. - Sacó una varita del estante - Prueba esta, madera de pino, núcleo de pelo de unicornio, 26 centímetros, considerablemente flexible.
Una explosión salió de la punta de la varita.
- Sí... Creo que esta no es la varita que estamos buscando. Prueba esta otra, 28 centímetros, madera de cerezo, núcleo de pluma de fénix, poco flexible.
Una ráfaga de viento tiró un vaso al suelo.
- Vamos a probar otra, madera de nogal, núcleo de corazón de dragón, 27 centímetros, nada flexible.
En el momento que Riley cogió la varita, la niña se elevó en el aire unos segundos. Ella miró a la varita un momento, era marrón claro y tenía detalles más oscuros, era muy bonita.
- Perfecta! Esta es tu varita, ahora la de tu hermano.
Remus probó unas cuatro varitas antes de la definitiva, madera de ciprés, núcleo de pelo de unicornio, 30 centímetros, flexible, la describió Olivander's. La última parada obligatoria era Madame Malkin, la tienda de túnicas.
Dentro había una chica de pelo negro con su madre que parecía un poco mayor que los mellizos a la que estaba atendiendo Madame Malkin.
-Ahora os atiendo, dos minutos.
Dejo a la niña probándose una túnica para acercarse a la familia.
-¿Primer año de Hogwarts?
-Si- Contestó el señor Lupin.
-Pasad queridos, estaba atendiendo a esta chica, muy amable, que parece un poco mayor que vosotros.
-Hola! Encantada, soy Alice, empiezo segundo este año, en Griffindor.
La mirada de Riley reflejó terror porque los adultos le generaban confianza, todos la trataban bien, aunque ella suponía que era porque conocían su condición, pero no se acordaba de si había hablado con algún niño que no fuera Remus. También compartía con su hermano otro miedo, el de ser rechazados, tenían miedo de dar miedo.
-Em hola, yo soy Riley y el mi hermano, Remus.
-Hola
-¿Sois mellizos? - Preguntó Alice con mucha emoción.
-Sí, ¿Por qué lo preguntas?
-Nada, es que nunca había conocido a ningúnos mellizos.
-Siemore hay una primera vez.
-¿A qué casa vais a ir? Yo estoy en Griffindor.
-No lo sabemos, nuestra madre es muggle y nuestro padre iba en Ravenclaw.
-Pero no nos veo en Ravenclaw, la verdad.
Alice se rió ante esta confesión, pero a Riley no le hacía demasiada gracia.
Se le vienen dos escenas a la mente, la primera, la noche que ella y su hermano son mordidos y una escena que Riley no necesitaba recordar.
Ella piensa que debería ir a Griffindor, ya que en esa casa son seleccionados los alumnos que han hecho algo valiente, y vaya que sí.
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