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~C•A•P•I•T•U•L•O~ 《6》

-me alegra que salgas con alguien decente, ahora si me voy si no, no llegaré a tiempo- Riff depositó un beso en mi mejilla y le dio la mano a Ramón, una vez que lo vi salir del edificio empujé a mi "querido novio" y lo miré furiosa, lo peor del caso es que su sonrisa se ensanchó, como lo quiero ahorcar, ¿cómo se atreve?.

-eres un idiota, te detesto, ojala a tu querida Rosy se le ponche una llanta y... y
...- ahora del coraje me quedé trabada, Ramón se acerco a mí y me tomó el rostro con ambas manos haciendome callar.

-es Rose, y si no importa me gustaría que me prestaras tu baño- podría o mejor aún podría no hacerlo, así a Ramón se le revienta la vejiga.

-pasa, solo cinco minutos- ambos subimos al ascensor, el departamento estaba en el piso 5, no era tanto, me gustaban más las escaleras porque esta cosa hacía un ruido espantoso al subir y al bajar, pero hoy no tenía ganas de subir caminando, una vez en mi departamento le mostré a Ramón el baño y lo dejé ahí mientras me iba a servir un baso con agua.

-Todo está muy limpio, ¿Quién es la ordenada, tú o Suki?- me encantaría decir que yo pero soy la persona más desordenada del mundo, a veces creo que debí ser chico y no chica, soy asquerosa.

-Suki, el único lugar desordenado con olor a basurero es mi habitacion- tal vez exageré, pero me gusta exagerar así que no me moleste en decir que era broma, Ramón sonrió y se sento en el sofá, no es por ser grosera o que me incomodara su presencia, pero de alguna forma me extrañaba demasiado que quisiera pasar tiempo conmigo.

-yo soy muy ordenado, ¿te ayudo a ordenar si quieres?- tomar nota mental: primer chico en la faz de la tierra que pide entrar a la habitacion de su novia para limpiar el desorden. Otra nota mental: Ramón no es tu novio.

-¿lo dices enserio?- Ramón asintió.

-bien... ven entonces- caminó detras de mí por el pequeño pasillo, abrí la puerta de mi habitación y Ramón miró cada cosa con detenimiento.

-no está tan mal, pensé que una avalancha de ropa me aplastaría- se sentó en mi cama y se le quedó viendo a mi colección de peliculas, como amante del cine me fustaba tenerlas aunque no tuviera el tiempo de verlas, irónicamente.

-es que no has visto debajo de mi cama, creo que ahí debajo está la entrada a Narnia- escuchar la risa de Ramón tan espontánea y relajada me hacía querer tirarme por la ventana, desaría poder grabarlo mientras ríe y reproducir el video una y otra vez, serían los minutos mejores gastados de mi tiempo.

-¿Qué me dices de estos papeles?- ambos miramos a mi pobrecito escritorio, era como el cesto de basura, tenía mas papeles ahí de los que contienen los archiveros de la escuela, Ramón tomó unos cuantos libros y los puso en la cama, después fue viendo las hojas.

-no lo se, se han ido acumulando y me da flojera ordenarlos ahora- Ramón había podido hacer en unos minutos lo que yo no pude en tres meses, ahora mi escritorio volvía a la normalidad, se notaba que tenía una máquina de escribir, una laptop y mi ipod.

-esto ya quedó, en realidad no eran tantos papeles solo el desorden que aparentaban- volvió a sentarse esta vez en el suelo recargando su espalda en la cama, yo le imité en silencio, puesto que no tenía nada que decir, era muy dificíl hablar con un chico que apenas conoces y cuando no estamos discutiendo solo nos besamos.

-¿Ellos son tus hermanos?- señaló el cuadro en la pared que contenía una fotografía de hace mucho tiempo, estábamos Tyler mi hermano mayor, Roger el más pequeño y yo la de en medio, soy como el jamón del sándwich, o así lo define Tyler, él esta aquí en los ángeles, diseña autos y aviones para una compañia japonesa, mientras Roger aún estaba en el bachillerato en el lugar donde nacimos junto a nuestros padres.

-sí... se llaman Tyler y Roger, ¿Tú tienes hermanos?- Ramón se tensó jugó un minuto con sus manos y luego me miró con los ojos cristalinos, esta vez estaba dispuesta a darle un abrazo pero él me ganó la acción y terminó llorando con la cara escondida en mi pecho, acaricie su cabello y no dije nada hasta que él se dignara a hablar.

-lo siento... lo siento no fue mi intención- se disculpó para luego levantarse y salir corriendo, lo seguí tan rápido como pude y me puse frente a él impidiéndole el paso, sus ojos estaban hinchados y el color azul se notaba más ahora.

-oye, no puedes venir, abrazarme y llorar si no me vas a contar que te pasa... ven aquí- volví a abrazarlo y después lo hice sentarse en el sofá, yo tomé asiento en la mesita para el café para quedar frente a él.

-¿recuerdas que te dije que la playa me traía malos recuerdos?- asentí limpiando una lágrima escurridiza de su mejilla.

-es que mi hermano, Alex, murió arrastrado por una ola, yo estaba ahí, fue mi culpa que eso le pasara, yo le dije que era buena idea entrar y bañarnos un rato mientras mis tíos y mis padres organizaban los demás, no pude salvarlo, él tenía 14 y yo 10- debía ser horrible vivir culpándote por algo así, no me imagino la vida sin mis hermanos aunque sean molestos a veces, pero lo más sorprendente de todo es que Ramón estuviera contándome esto a mí, me sentí halagada de que confiara así en una persona tan gruñona como yo.

-no fue tu culpa Ramón, fue un accidente, tú no lo sabías...- la mano de Ramón se posó en mi nuca y me atrajo hacia él de un tirón, este beso era más desesperado que los anteriores y notaba como seguía derramando lágrimas porque el beso me sabía a salado.

-perdón por eso también- no dije nada, solo me levanté y le ofrecí mi mano para que él tambien lo hiciera.


-¿quieres cenar algo?, no soy muy buena cocinera, te lo advierto- Ramón sonrió y yo respiré agradecida de que lo hiciera, antes había tenido malas emociones con su cara totalmente triste, aunque yo no tengo muy buen temperamento y parezca mala por fuera por dentro no lo soy tanto y no me gusta ver a la gente sufrir, siendo horrible.

-¿Qué vas a preparar?- hice que se sentara en unas sillas del comedor mientras yo buscaba en la alacena algo que pudiera utilizar para preparar un sándwich, si lo sé, no soy muy útil si tienes hambre.


-mi especialidad... sándwich- Ramón volvió a sonreír negando con la cabeza, por fin encontré el pan, le pondría un poco de jamón, queso, tomate, lechuga, mayonesa, mostaza, kétchup, guacamole y todo acompañado de un vaso de jugo, justo lo que Ramón necesitaba, por lo menos cuando yo como sándwich me siento mejor.

-vaya que bonito se ve- dijo mirando mi obra de arte en comida.

-lo sé, y espera a que lo pruebes, soy la mejor preparadora de sandwiches del mundo, que digo del mundo, del universo- Ramón y yo comenzamos a cenar, a veces nos deteníamos a conversar de cosas no tan profundas, supe su color favorito, su fecha de nacimiento, canción favorita, nombre completo, y otras cosas que yo también le conté sobre mí.

La puerta se abrió y escuché la voz de Suki y Diamantino en el pasillo, entraron a la cocina y ambos nos vieron con caras de sorpresa.

-hola, oh, mira Diamantino, él es Ramón, el novio de Poppy, Ramón él es mi novio Diamantino- ambos se estrecharon la mano, como anteriormente dije no es por ser grosera pero no quisiera que Ramón conociera a toda la gente que yo, porque estaríamos muy involucrados y al momento estaríamos muy involucrados y al momento de acabar el contrato todo esto sería más dificil.

-pensé que te demorariás más, Bill me dijo que ambos salieron muy calientes del edificio- Suki se sonrojó y Diamantino comenzó a toser con una falsedad inmensa, no reí gracias a la mirada desaprobatoria de Ramón pero disfruté mentalmente.

-fuimos al cine, ¿tú donde estuviste toda la tarde?, ni si quiera me llamas para hacerme saber que estás bien, Riff vino a verte pero no estabas- tomé los platos que Ramón y yo ensuciamos y los llevé a lavar.

-por ahí, a Riff ya lo vi hace rato en el lobby- terminé de lavar los platos y me gire a ver a los tres, todas las miradas estaban posadas en mí como si yo fuera un fénomeno en exhibición, en especial Ramón quién se notaba incómodo.


-Diamantino se quedará a dormir, espero no te moleste- sonreí coqueta a la pareja.

-seguro que van a dormir, solo un favor, no hagan ruidos es muy incómodo- Suki volvió a sonrojarse.

-se quedará a dormir porque voy a ayudarle a terminar un proyecto, como eres de mal pensada- volví a sonreír mientras, me acercaba a Ramón y le tomaba de la mano.

-yo no dije que tipo de ruidos, si te quedó el chaleco póntelo- salí junto a mi novio falsó de la cocina y cuando estuve en la sala estalle en carcajadas a lo que él solo me miraba divertido.

-serás molesta, casi matas a tu amiga de la vergüenza- la mano de Ramón subióde mi cintura a la espalda alta y se quedó acariciandome un rato en lo que yo lo miraba a los ojos, después de haber llorado aún se veia muy atractivo, ¿Cómo esque nunca lo había visto?, juro que recordaría unos ojos tan bonitos, claro... Ramón era el mimo que le dio la flor a Suki aquel día, espero no sea el Ramón que también es primo de la fastidiosa de Hannah.

-¿en qué piensas?- dijo pegando su frente a la mía, antes de que pudiera responderle sus labios capturaron los míos mordisqueándolos lentamente, acaricie su brazo y pude sentir los músculos relajados, apenas llevaba un día de toda esta farsa y ya sentía que podía acostumbrarme, será mejor que aleje esos estúpidos pemsamientos de mi cabeza y me concentre en lo que de verdad importa, mi guión y mi ficticia historia de amor.

-ya es tardez- comenté aturdida, él se despegó de mí y sentí un extraño cosquilleo en el pecho.

-sí, tienes razón, te llamó después- lo acompañe a la puerta y le vi alejarse lentamente, ahora sí puedo escribir a pierna suelta, y además mi escritorio estaba ordenado, lo cual me ponía de buen humor.

-¿Ramón ya se fue?- preguntó Suki asomando la cabeza por la puerta de mi habitación, yo asentí recostada en mi cama con mi laptop en frente.

-sí, hace un momento- Suki entendió mi mirada seria y se marchó con su novio a la sala, ahora solo necesito concentración, tal vez las tomas del mar en la puesta del sol me ayuden a tomar de nuevo inspiración, tomé mi cámara y la conecté a mi computadora, el video comenzó a reproducirse, el mar se veía precioso debo decir.

Mi celular comenzo a vibrar, lo tomé de mi mesita de noche y vi un número desconocido, aún así conteste.

-¿hola?- dije insegura.

-Poppy, soy Ramón, solo te llamaba para avisarte que ya estoy en casa- ¿y eso a mí que me importa?, ¿de verdad Ramon me estaba llamando para eso?, justo cuando la inspiración volvía a mí el viene a esfumarla.

-que bien, bueno adiós- colgué exasperada, tiré mi celular a la cama sin importarme si caía al suelo o no y volví a recostarme, volví a reproducir lo que quedaba del video y apareció Ramón en la pantalla mirando al mar con la misma mirada que me había dedicado mientras lloraba, después apareci yo, por dios creo que necesito perder peso, se me hace un rollo espantoso en el abdomen al sentarme.

-que mierda- mi celular comenzó a vibrar de nuevo, lo tomé, esta vez era un mensaje de nuevo el mismo número, los mejor sería registrarlo, así ya no sería mas un número desconocido, "Ramón", a secas, así lo escribí.

-"que tengas dulces sueños, amargura"- Ramón.

Continuara....

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