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~C•A•P•I•T•U•L•O~ 《10》


Narra Ramón.

Había apagado su celular, de nuevo me ignora de la manera más obvia que pueda existir, me recosté en mi cama y miré mi marco de fotografía electrónico, se reproducía el video de la playa una y otra vez, yo solo me torturo viéndola.

-Ramón, Cooper hizo ensalada de pollo, ¿vas a querer?- levanté mi cabeza de la almohada con pereza y asentí, entonces Trollex salió de mi habitación y yo me encaminé a la cocina.

-Trollex te toca lavar los platos- comentó Cooper sirviendo la comida apenas, seguramente estos dos chicos comenzarán una pelea.

-¿Por qué?, le tocan a Ramón- Cooper negó rotundamente.

- él los lavó por la mañana, no seas flojo Schmidt- ambos parecían un matrimonio recién casado, yo solo rodé los ojos y me dispuse a comer, no tenía ánimos de ser el mediador, no cuando la chica a la que amo me ignora como si yo fuera la peor cosa que pudo haber atravesado su vida, y en realidad ni eso soy, porque la gente no ignora lo malo, al contrario, ahí está día a día recordándoselo, yo más bien creo que soy nada en su vida.

-¡tú porque estas tan callado?, es raro en ti- miré a Cooper, este tenía sus ojos fijo en mí, era hora de la verdad, pero si comentaba lo que me pasa seguramente Trollex me daría un sermón de nuevo.

-estoy enamorado... la gente enamorada habla con el pensamiento- soy el peor poeta del mundo, mis amigos soltaron una pequeña risa y siguieron comiendo, al final Trollex terminó lavando la loza y Cooper y yo rejuntamos la mesa.

-suena un celular, y no es el mío- gritó Cooper desde su habitación, entonces Trollex gritó que tampoco era de él, solo quedaba yo, al final lo hice antes de que pudiera contestar la llamada se cortó, era Suki, la amiga de Poppy, se me hizo raro demás que ella estuviera llamándome. Decidí devolver la llamada.

-hola, Ramón, que bueno que te comunicaste, ¿ya estas dormido?- me senté al borde de mi cama y miré mis pies descalzos.

-no en realidad, veía televisión, ¿pasó algo?- "¡Suki apaga esa maldita música cursi de mierda!" esa definitivamente era la voz de Poppy al fondo, no pude evitar reírme e imaginarla toda enojada.

-¡no quiero!... perdón Ramón, tu querida... novia, está de mal humor, tal vez tú puedas animarla, ya sabes, no está por un buen momento, Andrés vino a visitarla- fruncí el ceño, ¿Quién es ese Andrés?, ¿Por qué visita a mi novia?

-¿Quién es ese?- Suki soltó una carcajada tan fuerte que casi me deja sordo, yo no le hallaba el chiste a que un tipo visitara a mi novia y la pusiera de mal humor.

-Andrés no es una persona, es como las chicas le llamamos a nuestro periodo- oh ahora comprendo, que tonto soy, con razón ella se rió de mí, ahora pensará que soy inocente de más.

-¿ella se siente bien?-

-no, le duele la panza, esta bipolar, y le salió un grano en la frente que la deprime aún más, pero ¿sabes que le alegraría?-

-no, ¿Qué?- haría lo que fuera para alegrarla y que dejara de sentirse mal.

-que su novio viniera a acurrucarse con ella mientras ven una película romántica y comen helado de chocolate... bueno en el caso de Poppy le gustan los sándwiches, con crema de maní y nutella- no creo que a Poppy le alegre verme, pero si Suki me llamaba era seguro porque mi "amargura" no se aguantaba ni ella sola, increíble que yo si la aguante, en verdad, me gusta de cualquier modo en el que ella se encuentre.

-estoy ahí en veinte minutos, tal vez menos si no hay tráfico- la llamada terminó, me puse mis tenis, un suéter y una gorra, iría en pijama de todas maneras puede que no regrese, por lo que también en una mochilla puse mi ropa para mañana y mis libros de la facultad, tomé las llaves de Rose, mi billetera y fui en busca de las cosas que necesitaba para Poppy, no sin antes avisarle a mis amigos que me iría.

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Narra Poppy.

-¿Qué hacen?- dije observando a Diamantino y Suki frente a una computadora, ambos reían viendo a una ardilla surfear.

-ven tienes que ver esto- dijo Diamantino entre risas, no tenía ánimos de estar con gente feliz, además mi amigo el grano que se alojaba en mi frente daba asco y no quería que nadie me viera así, tomé mi mantita rosa del sofá y me fui a mi habitación de nuevo, necesitaba terminar mi maldito guión y no puedo porque tengo un terrible dolor de estómago que no me deja vivir en estos momentos, ni si quiera el té que hizo Suki para mí me había servido, ni las pastillas, nada, estoy destinada a no dormir esta noche. Me recosté en mi cama de lado y me puse a ver mi programa de animal planet sobre la reproducción de los monos.

No quería quedarme dormida y ya eran las diez de la noche, si seguí así no lograría hacer nada de tarea tampoco, unas voces e escucharon en el pasillo y se acercaban cada vez más, la puerta se abrió y vi a Ramón en pijama cargando con una bolsa.

-Ramón, ¿Qué estas haciendo aquí?- me senté poco a poco y lo miré esperando una respuesta, Suki se fue cerrando la puerta.

-un pajarito me dijo que te sentías mal, así que vine a animarte un poco- iba a sonreír cuando a mi mente vino la razón por la que yo debería estar enojada y no feliz, en primera Suki había ido de chismosa con Ramón a contarle, en segunda no quiero verlo, no cuando estoy en pijama y me duele la panza, y en tercera tengo un asqueroso grano en mi frente que da pena ajena.

-¿tú animarme?, si como no, vete- me volví a recostar en mi cama y me tapé con la manta hasta las orejas, el colchón se movió y sentí sus manos tocar mi cintura y luego abrazarme completo.

-traje comida- me giré un poco y vi su rostro a centímetros del mío.

-¿Qué clase de comida?- la propuesta estaba interesante porque no había querido cenar nada del dolor.

-sándwich de nutella y mantequilla de maní- justo mi favorito.

-está bien, te puedes quedar- dijé saboreándome, él se levantó y puso la bolsa en medio de la cama.

-¿votos de amor?- dije viendo la caja de DVD, Ramón asintió.

-¿tienes reproductor de DVD?- asentí y le señalé la televisión, ahí debajo en el mismo mueble estaba el aparato para reproducir películas, amablemente él fue el que se levantó y puso el disco, apagó la luz y regresó a abrazarse de mí, sentí otro vuelco en el corazón, Ramón se tomaba muy enserio su papel, crreo que algún día ganará un Óscar también.

-que rico sabe esto, ¿tú lo hiciste?- pregunté mientras él me veía comer, Ramón asintió y depositó su cabeza en la almohada nuevamente, la película ya había comenzado y yo terminé de comer, quité la bolsa con las cosas y las puse en el suelo, todo me parecía de los más raro cuando estábamos juntos, era tan atento, ¿Quién se toma la molestia de ir a casa de su "novia" falsa, prepararle su postre favorito, y soportarla en su mal modo?, me di cuenta que no tendría que ser tan mala con él, después de todo era un tipo agradable y me aguantaba con todo mi pésimo humor. Le miré a mitad de película, estaba atento a la televisión y su cabello se veía adorable todo desordenado, verlo era algo que me gustaba mucho , había algo en él, como un imán que te jalaba, con cuidado tomé la cámara de mi mesita de noche y la prendí, lo enfoqué y le hice una toma de cerca.

-creí que no querías grabar más sobre nosotros- dijo mirando la cámara.

-yo no dije eso, yo dije que no volverias a tocar mi cámara- su sonrisa se ensanchó.

-es lo mismo- me quitó la cámara y yo traté de recuperarla pero él se levantó y era considerablemente mucho más alto que yo por lo que ni en un millón de años la alcanzaría, me paré encima de la cama y traté desde ahí arriba.

-Ramón dámela, hablo enserio- comenté poniéndome muy enojada, él sonrió aún más y se puso la cámara detrás de la espalda escondiéndola con sus manos.

-¿quieres tu cámara?- asentí con el ceño fruncido.

-bien... dame un beso y te la devuelvo- rodé los ojos, me acerqué a él y le di un beso en la mejilla, Ramón negó divertido y no me lo dio aún así.

-ya te di un beso... dámela tramposo-

-eso no fue un beso, quiero uno en los labios- respiré hondo y conté hasta diez para no lanzarme sobre él y golpearlo, entonces me bajé de la cama de un salto y prendí la luz, salí de la habitación y desee no haberlo hecho porque Suki y Diamantino dándose una sesión de besos y caricias en la sala.

-¡Consigan una habitación!- grité de camino a la cocina, ambos se separaron y mi amiga me miró bastante avergonzada, sabía que no estaba apenada por mí si no porque Ramón también los había visto cuando me siguió.

-lo siento, pensé que ya se habían dormido- tomé un vaso lleno de agua y volví a mi habitación sin prestar atención a nadie más.

-¿estas enojada?- me senté en mi escritorio y prendí la laptop para comenzar a hacer mi tarea antes de que me diera sueño y todo se fuera al infierno.

-¿te ayudo?- seguí ignorándolo mientras sacaba uno de mis libros y me ponía a hacer la reseña que nos habían pedido en clase.

-¿no vas a hablarme nunca más?- exasperada me giré de la silla y ahí estaba él sentado en el suelo con las piernas cruzadas, tenía una mirada de arrepentimiento que no podía con ella y se veía más inocente que nunca.

-te dije que no yocarás mi cámara, ¿Qué harías tú si yo tomara a Rose sin permiso?- Ramón miró al suelo y me regaló una media sonrisa.

-le dijiste Rose, y yo no me enojaría, porque lo mío es tuyo, puedes tomar lo que quieras de mí cuando quieras- incluso mi dolor e inflamación habían desaparecido, desde que él llego, pero ahora por alguna razón había regresado otro malestar en mi interior.


continuara....

#disculpen la demora estuve algo ocupada pero aqui les traigo este capitulo. besos. espero les guste#

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