Capítulo 7-Una Llegada Inesperada
"A veces el destino es como una pequeña tormenta de arena que cambia de dirección sin cesar. Tú cambias de rumbo intentando evitarla. Y entonces la tormenta también cambia de rumbo, siguiéndote a tí". Haruki Murakami.
Kira Pavlichenko se despertó debido a su alarma, si no estuviera ahora mismo en la sede de Fahrenheit 451, le dispararía y seguiría durmiendo hasta tarde, pero tenía que aparentar. Entonces la apagó y se levantó; una terrible jaqueca la invadió por completo, un obvio producto de la resaca.
—Der'mo (mierda) —murmuró llevándose la mano a la frente.
Al levantarse, tomó su uniforme y productos de higiene personal, dándose una larga ducha fría en los vestidores de damas de la sede para así quitarse el resto del sueño que le quedaba. Una vez duchada, se cepilló los dientes al lado de Min-seon quien también había tomado un baño. Mientras hacía gárgaras con el enjuague bucal para enmascarar el olor del vodka, no pudo evitar extrañarse al mirar de reojo que Min-seon usaba pasta de dientes para niños.
Tras vestirse, se puso su ropa formal y se fue a reunir con sus compañeros de equipo en la Mesa Redonda con un café en la mano. Llegó justo a tiempo para ver "La Hora de las Leyendas", de Hístor, el Dios de las Historias.
—Buenos días agente Pavlichenko, logré mandar algunas preguntas importantes al sitio web de Hístor con la esperanza de conseguir más información de las Leyendas —informó Caliope.
—Gran trabajo, Cali —dijo Kira, dándole un sorbo a su café.
—¡Bienvenidos a La Hora de las Leyendas, soy Hístor, su divino anfitrión! Les traigo las noticias más frescas de La Más Grande Epopeya —anunció el Dios de ojos arcoíris, con su característica carisma—. Han ocurrido las primeras tres bajas de La Más Grande Epopeya, ¿será esto acaso el comienzo de un efecto dominó?. La Sociedad Humana Moderna sorprende a este guapísimo Dios, ya que la facción representante de la humanidad ha logrado derrotar al revolucionario Ernesto "Che" Guevara, quien secuestró al presidente de los Estados Unidos y tomó la Casa Blanca; mis más sinceras felicitaciones al equipo Fahrenheit 451.
«Yendo al Viejo Mundo, el gran general romano Julio César ha sido completamente derrotado en una batalla por el Rey Salomón de Israel, mientras que en China, el otro héroe Xiang Yu fue humillado de manera aplastante con todo su ejército devastado por el legendario estratega chino, Sun Tzu. Sin duda alguna, Fahrenheit 451 la tiene difícil si quiere alzarse con la victoria si tiene que enfrentarse a los monstruos de la antigüedad».
«Tal parece que Sun Tzu ha formado una alianza con el gobierno chino, protegiendo sus tierras de los continuos ataques de Oda Nobunaga, quien busca expandir sus conquistas. Actualmente Japón está siendo tomado por dos facciones, las facciones de Oda Nobunaga en Kioto y el Shinsengumi en Tokio. Ambas facciones ya se han enfrentado, pero si un ganador declarado, dejando a varias zonas de Japón afectadas y con varios heridos».
«Con todo eso, vayamos la sección de preguntas y respuestas. Agradezco mucho el apoyo que está teniendo mi sitio web, estoy pensando seriamente en empezar a vender mercancía coleccionable. Veamos... Caliope_Love_and_Robots pregunta: "¿Por qué hay algunas Leyendas que parecen descomunalmente más fuertes que otras?"».
«¡Es una excelente pregunta! Gracias por mandarla. Verán mis queridos televidentes, mientras más lejos del siglo XXI esté una Leyenda, más fuerte se volverá, esto debido a que estará rodeada por mucho más misticismo y misterio. Para equilibrar un poco las cosas decidí otorgarle a las Leyendas más modernas lo conocido como: Legendarium. Los Legendarium por lo general son las armas o poderes que los antiguos personajes históricos y/o mitológicos obtienen gracias a sus hazañas. Por lo que las Leyendas más actuales recibieron por mi mano Legendariums para que puedan tener aunque sea una chance de luchar en La Más Grande Epopeya. Me gustaría contestar más de tus preguntas, Calíope, pero solo es una por persona. Mándale mis más cordiales saludos a Fahrenheit 451, espero que esta información les sea útil. Ahora pasemos a la siguiente pregunta».
—Calíope, graba el resto del programa, después lo seguiremos viendo —ordenó Kira, suspirando.
—A sus órdenes, agente Pavlichenko.
—Es listo, no quiere darnos demasiada información del resto de Leyendas simplemente por pura diversión —mencionó Jane, cruzada de brazos—. Mientras más trabajo pasemos, más divertido le parece.
—Por otra parte, nuestro siguiente objetivo debería ser Japón, están teniendo muchos problemas para lidiar con las Leyendas que aparecieron allí —sugirió Hades, entrecruzando los dedos.
—¡Carajo, eso sería estupendo! Si tenemos tiempo, tal vez los lleve a comer algo, la comida japonesa es la mejor del mundo —exclamó Ryoma, con una sonrisa casi infantil.
—Apoyo la sugerencia de Hades y Ryoma-hunbae —dijo Min-seon, mientras se comía una dona.
—Está bien, preparemos las cosas para partir a Japón, haré unas llamadas para el vuelo e iremos mañana —informó Kira, terminándose su café—. Dr. Von Stromheim, ¿tiene listo el equipo que prometió?
—Unos cuantos, sí, pero no para todo el equipo —respondió rascándose su barba—. Únicamente pude crear equipo para Hades y la Dra. Lewis con la ayuda de Calíope. Recuerden que la Fundación Von Stromheim no se especializa en armamento militar.
—¿Qué me dices tú, Alastor? ¿Tuviste suerte con tu...? ¿Taller?
—Los Talleres Taumatúrgicos son como santuarios sagrados que permiten recolectar Maná de una manera mucho más eficiente, también me permiten craftear objetos mágicos con algunas habilidades especiales —explicó negando con la cabeza—. Sin embargo, los materiales para crear dichos objetos no son fáciles ni baratos de conseguir, solo pude crear algo para usted, jefa.
—Bien, con eso bastará por los momentos —dijo Kira, asintiendo—. Preparen sus cosas, equipo.
Todos los miembros de Fahrenheit 451 salieron de la Mesa Redonda para alistarse para la siguiente misión que se acercaba, sabían que no iba a ser tan sencillo como con el Che Guevara.
Jane se encontraba en el vestíbulo de la sede, revisando algunos papeles suyos cuando alguien tocó a la puerta principal. La psicóloga conductual se extrañó de que algún miembro del gobierno haya decidido venir sin previo aviso, pero se había equivocado.
https://youtu.be/pwdYJasRNSo
Al abrir la puerta se encontró con algo que no había esperado ni en un millón de años. Era un hombre de veintitantos, de rasgos europeos, era casi tan alto como Dwayne Milestone, midiendo 1, 90 metros, su físico era musculoso, su cabello era largo y pelirrojo, sus ojos verdes como esmeraldas y tenía dos cuernos negros que le salían de la cabeza. Vestía una armadura medieval plateada de diseño nórdico, con picos en las hombreras, botas y antebrazos, en su cinturón llevaba un mandoble medieval en su funda con inscripciones rúnicas. Su expresión emitía cierta melancolía y ansiedad.
—Ho-
Antes de que el hombre pudiera hablar siquiera, Jane le cerró la puerta en la cara, como si le costara procesar lo que tenía enfrente. Tras dos segundos, volvió a abrir la puerta.
—...la.
Jane cerró la puerta en su cara de inmediato y activó su Reloj Proxie.
—¡Tenemos una situación en el vestíbulo! ¡Una Leyenda acaba de venir aquí! —informó impactada.
—¡¿QUÉ?! —gritaron todos a través del comunicador.
En menos de diez segundos casi todos los agentes de Fahrenheit 451 estaban llegaron al vestíbulo, armados y listos para encarar a la Leyenda que había aparecido en su sede.
—Agente Pavlichenko, tengo al objetivo en la mira —informó Hades con su rifle francotirador desde una ventana del segundo piso.
—Prepárense equipo, no tenemos ni idea de lo que busca ese hijo de perra al venir aquí como si nada, pero debemos llenarlo de plomo antes de que mueva un dedo —ordenó Kira, frunciendo el ceño.
Jane abrió la puerta nuevamente y todos los agentes de Fahrenheit atacaron al inesperado visitante con sus armas, vaciando todos sus cargadores, pero ni siquiera eso, la katana de Ryoma o la magia de Alastor pudieron herir a la Leyenda. El arma de Ryoma se partió a la mitad nada más impactar con su cuerpo, la Taumaturgia de Fuego de Alastor no le hizo ningún rasguño y las balas de todos los demás miembros únicamente se abollaron y cayeron al suelo. Mientras que la Leyenda estaba perfectamente intacta.
—Auch —fue lo primero que pronunció después de todo ese caos—. ¿Ya puedo hablar?
—¿Quién mierda eres? ¿Y qué buscas en este sitio? —interrogó Dwayne, en pose de combate.
—Mi nombre es... Siegfried, Asesino de Dragones —declaró con una mirada sombría—. Quisiera que me mataran, Fahrenheit 451.
Todos se miraron inmediatamente confundidos ante tal petición, ni siquiera Kira Pavlichenko sabía qué decir en esta situación.
—¿Qué hacemos ahora, Kira-sunbae? —preguntó Min-seon, arqueando una ceja.
—Primero que nada, no me llames así. Segundo, llevenlo bajo custodia a la sala de interrogación y si trata algo... no sé, traten de neutralizarlo de alguna u otra forma —ordenó, pensando que estaba demasiado sobria para lidiar con ese estrés tan temprano—. Dra. Lewis, interróguelo y sáquele información.
Todos asintieron y llevaron a Siegfried en custodia, dejándolo esposado en una sala de interrogación de la sede, junto a la doctora Jane Lewis, con todo el equipo mirando detras del cristal unilateral.
https://youtu.be/aeobEkO-kj0
—Es un placer conocerte, Siegfried, soy la Dra. Jane Lewis, soy psicóloga y quisiera hacer un par de preguntas, ¿te parece? —dijo con una ligera sonrisa, aunque en el fondo estaba nerviosa al estar cara a cara con alguien que aguantó una balacera como si nada.
—Saludos, Lady Lewis, espero poder serle de utilidad —respondió cabizbajo, sin verla a los ojos.
—Bueno, para empezar, ¿cómo diste con este lugar? —preguntó intrigada.
—Los ví en lo que ustedes llaman "televisión" el otro día, estaba cerca y solo tuve que seguir el rastro de Maná de su Mago para poder llegar a ustedes —reveló con voz suave.
—Entiendo, ¿y cómo fue que estás intacto después de nuestro... "pequeño ataque"? En serio lamento eso, es que nos tomaste desprevenidos —interrogó con una pequeña mueca de culpa en su rostro.
—Es uno de mis Legendarium, Drachenhaut. Das Verfluchte Blut, das Meinen Körper Dadete (Piel de Dragón. La Sangre Maldita que Bañó mi Cuerpo) —confesó jugando con sus dedos—. Ningún objeto mortal puede dañarme, ni siquiera la Taumaturgia Elemental de vuestro Mago. Ah, y no debe preocuparse, cualquiera en vuestra situación hubiera reaccionado igual
—Es una habilidad fascinante la verdad, por tu look debiste ser un caballero muy fuerte —mencionó interesada a medida que sus nervios desaparecen.
—No lo fuí, nunca fuí un caballero —musitó con sus labios temblorosos.
—¿Por qué dices eso? —preguntó Jane, anotando todo lo que decía en su libreta.
—No respeté el código de honor de un caballero y caí en la deshonra —confesó con un dolor notable en sus palabras—. Fuí un mal hombre, Lady Lewis, y por eso lo único que merezco es la muerte.
—¿En qué sentido? ¿Qué fue lo hiciste? —preguntó Jane, empezando a ver a través del caballero que tenía enfrente.
Siegfried trató de alzar la vista para ver a Jane a los ojos, pero al hacerlo, tuvo una visión del pasado. Una mujer quitándose la vida al empalarse con una lanza. Siegfried se sobresaltó e inmediatamente bajó la mirada con los ojos llorosos.
—Hice cosas horribles, Lady Lewis, por eso quisiera que me mataran, no deseo estar vivo más tiempo —replicó cubriéndose el rostro con ambas manos.
Jane soltó un suspiró y dejó al hombre pelirrojo para ir con su equipo, dándoles los resultados de su entrevista.
—Sinceramente me gustaría poder hablar más con él para aprender su psique, pero por los momentos puedo decir que padece de algo similar a la culpa patológica, junto con depresión y estres post-traumático —reveló mirándolo con lástima desde el cristal unilateral—. Lo último lo digo por como reaccionó ante la acción de mirarme a los ojos, eso desencadenó un recuerdo traumático en él. En primera instancia, no parece ser una amenaza para nosotros y tampoco se ve tan agresivo como el Che Guevara.
—¿Qué está sugiriendo, doctora? —preguntó Kira, cruzada de brazos.
—Digo que podríamos usarlo para nuestras misiones, agente Pavlichenko —aseguró con una mirada determinada—. Solo piénselo, tuvimos suerte de que nuestro primer objetivo haya sido una Leyenda del siglo XX, pero no siempre podremos enfrentar a alguien así y de seguro habrá Leyendas que hagan ver al Che como un niño de primaria. Si tenemos a una de ellas de nuestro lado, de seguro podremos obtener una ventaja significativa.
—Claro, usemos al tipo traumado, suena muy lógico —dijo Ryoma, con evidente sarcasmo.
—Por más que odie darle la razón a un Muggle, en esta ocasión, tengo que hacerlo —dijo Alastor, frunciendo el ceño—. Las malditas "anomalías" son mejores muertas, debemos aprovechar ahora su lamentable estado para encontrar una forma de matarlo y quitarnos esta molestia de encima.
—Opino lo mismo, agente Pavlichenko, existen riesgos que podrían ocurrir —agregó Hades, con voz monótona.
—Pues yo opino que puede ayudarnos, digo, a nuestros gobiernos tampoco les importa los estados mentales de sus soldados —declaró Min-seon, con tono firme y con una mano en la cadera—. No podemos perder esta oportunidad de oro de ganar un aliado sumamente poderoso. ¿Qué pasará cuando nos enfrentemos a Heracles o a Lubu Fengxian? ¡Exacto! Nos despedazarán como a piezas de lego.
—Yo también apoyo la decisión de la Dra. Lewis, ese joven... no se ve como una mala persona a mis ojos —aseguró Albert Von Stromheim.
—Sería una buena adición al equipo, además, mi alma me impide matar a alguien tan roto como él —remarcó Dwayne, mirando a los ojos a Kira—. ¿Qué decide, jefa?
Kira miró a todos sus agentes detenidamente, pensando en la mejor decisión a futuro para el equipo y su misión para proteger al mundo.
—Calíope, ¿qué puedes decirme de Siegfried, el Asesino de Dragones? —preguntó finalmente.
—Es uno de los personajes de la obra El Cantar de los Nibelungos, de la mitología nórdica —relató mostrando ilustraciones de dicho libro a Kira mediante su reloj—. Su mayor hazaña conocida es haber matado al dragón maldito Fafnir con la espada mágica Balmung. Tras matarlo, se bañó en su sangre, obteniendo así un cuerpo invulnerable a excepción de un punto en el costado izquierdo de su espalda, debido a que justamente fue cubierto por una hoja.
—De acuerdo, gracias Calíope. Bien, son cuatro contra tres. He tomado una decisión —sentenció mirando hacia Siegfried—. Trataremos de que se una nuestras filas. Dwayne, habla con él y ofrécele esa opción.
—A sus órdenes, jefa —respondió retirándose mientras hacía un saludo militar.
—Se va arrepentir, Srta. Pavlichenko —dijo Alastor, con una ligera mueca.
Tras unos cinco minutos, Dwayne entró a la sala de interrogatorios con Siegfried, ofreciéndole una lata de refresco.
—Hola, soy el agente Dwayne Milestone. Te traje una bebida, debes estar sediento, ¿verdad? —dijo con tono amistoso.
Siegfried tomó la lata, mirándola con una ceja levantada ya que no sabía cómo abrirla. Dwayne decidió enseñarle cómo hacerlo para futuras ocasiones.
—Veo que no sabes mucho del mundo moderno, ¿qué tanto sabes? —preguntó por curiosidad.
—Cuando fuí convocado por Hístor, el Dios de las Historias, me dotó de ciertos conocimientos básicos del mundo moderno y de La Más Grande Epopeya. Ah, y también puedo hablar inglés y español, además de los idiomas que ya sabía —explicó dándole un sorbo al refresco, poniendo una expresión de asombro— ¡Por las barbas de Odín! Esto es bastante delicioso y es más dulce que la hidromiel.
—Hmpf, me alegra que te guste, es mi marca favorita —comentó Dwayne, esbozando una ligera sonrisa—. Escucha, Siegfried, quisiera hacerte una oferta. ¿Qué opinas de trabajar para nosotros, ayudándonos a solventar esto de La Más Grande Epopeya? Necesitaremos tu ayuda para enfrentar a Leyendas bastante fuertes.
—Yo... no soy digno de pelear en vuestro bando por la justicia, si peleo con ustedes, solo quedarían manchados con mi mediocridad —aseguró cabizbajo.
—¿Entonces solo quieres morir así sin más? —interrogó con tono serio y crítico, haciendo que Siegfried alce la mirada—. Por lo que me dijo uno de ustedes, puedo concluir de que todas las Leyendas que han sido traídas de regreso a la vida es porque todavía buscan algo, algo que no pudieron obtener en su primera vida. Por eso sus historias aún no terminaban. Busca dentro de tí, aquello que deseas y únete a nosotros para poder lograrlo, ¿me vas a decir que no tienes ni un solo deseo?
Siegfried se quedó callado, decidiendo pensar detenidamente lo que aquel le dijo. Ciertamente, sus deseos de morirse eran bastante grandes, se consideraba a sí mismo como una escoria y que solo merecía una muerte horrible llena de sufrimiento. Sin embargo, también tenía un deseo igual de grande, en el fondo, quería cumplir ese deseo primero antes de buscar la muerte.
—Ciertamente, hay un deseo que tengo que cumplir primero, antes de morir —declaró mirando a Dwayne a los ojos con una mirada melancólica—. Juró por mi alma, ayudarlos en vuestra cruzada, si me prometen terminar con mi vida una vez que todo termine.
Dwayne miró hacia sus compañeros antes de responder.
—Está bien, tienes mi promesa, Siegfried —dijo estrechando las manos con él—. Bienvenido al equipo Fahrenheit 451.
—¿Alguna mentira? —inquirió Kira a Jane.
—Nada de nada, está siendo totalmente honesto, incluso... en la parte de matarse —respondió con un nudo en la garganta.
—Alastor, ¿una Cadena de Mando Vinculante nos aseguraría su cooperación?
—Bueno, si llegara a traicionarnos sí que lo dejaría bastante lastimado, aunque no lo mataría del todo si lo que dice es cierto y las cosas mortales no pueden herirlo —declaró chasqueando la lengua con molestia—. Mi Taumaturgia Elemental reducía autos blindados a metal fundido como si nada y a ese monstruo ni siquiera le dejó una marca. Sigo pensando que esto es un grave error.
—Dra. Lewis, Dr. Von Stromheim, Min-seon, ustedes junto a Dwayne van a vigilarlo en cada momento, si llega a hacer algo en nuestra contra y la Cadena de Mando no lo mata, entonces ustedes terminarán el trabajo —ordenó frunciendo el ceño—. Por ahora, hay que darle la bienvenida al equipo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro