Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 61-Que Comience el Juego

"No tengo miedo de la muerte. Es el precio que uno acepta por jugar al juego de la vida". Jean Giraudoux.

Castle of Death. The Bloody Rooms (Castillo de la Muerte. Las Habitaciones Sangrientas) —conjuró Holmes, con una sonrisa macabra.

El juego del macabro asesino H.H Holmes acababa de empezar, y los jugadores iban a ser todos los miembros de Fahrenheit 451, quienes salieron de sus habitaciones para investigar a fondo el Hotel Overlord y el resto de la ciudad, pero en un parpadeo, todos terminaron en un lugar totalmente distinto.

El primero de ellos fue Siegfried, quien estaba en una habitación con pisos, paredes y techos de metal, al darse media vuelta notó que la puerta de madera por la que había entrado ahora era una puerta de metal de veinte centímetros de grosor. Entre varios sonidos metálicos y de engranajes, toda la habitación se incendió por completo, ningún ser humano normal hubiera sobrevivido, pero él era Siegfried el Asesino de Dragones.

—Esto es un juego de niños —murmuró Siegfried, en medio de las llamas.

Las llamas fueron extinguidas por completo cuando Siegfried descendió la temperatura de la habitación más allá del cero absoluto. Sus ropas de civil quedaron totalmente chamuscadas, deshaciéndose en cenizas, por lo que rápidamente se cambió a su Vestuario de Batalla con su espada Balmung incluida. El caballero pelirrojo se quedó callado unos segundos cruzado de brazos, dándose cuenta de que estaba siendo observado.

—Cometiste un grave error al subestimarnos, ¿crees que mi equipo será derrotado fácilmente con estas trampas baratas? —inquirió con tono burlón y despectivo—. No estamos encerrados contigo, tú estás encerrado con nosotros.

Desde su escondite, H.H Holmes se tronaba los dedos ansioso, no era un gran conocedor de las mitologías como sí de la historia, además había esperado pasar sin pena ni gloria en La Más Grande Epopeya, sin llamar la atención de otras Leyendas para seguir matando a más personas como lo solía hacer en el pasado. Tendría que sacar a Siegfried de su edificio, pero el problema es que para eso debería de cumplir una de las condiciones de su Legendarium.

—¿Una dimensión alterna? —preguntó Balmung, manifestándose al lado de Siegfried.

—Sí, creo que así es como funciona su Legendarium, por eso no he detectado nada raro en el Hotel Overlord —explicó Siegfried, con tono tranquilo analizando todo el lugar con su Clarividencia—. Este tipo debe haber vinculado el Hotel Overlord con esta dimensión de bolsillo, donde tiene total control de todas las trampas que están aquí. La condición que tienen que cumplir los objetivos para entrar aquí, es atravesar una de las puertas.

—¿Crees que los demás estarán bien? —inquirió Balmung, cruzada de brazos.

—No son débiles, sobrevivirán fácilmente —respondió Siegfried, con una ligera sonrisa.

Piso 5, habitación cuatro...

Tras pasar por la puerta junto a Siegfried, Okita Souji se encontraba en una habitación totalmente distinta, junto a él estaba Hades, quien se veía igual de confundido.

—¿Hades-dono? ¿Cómo llegamos hasta acá? —preguntó Okita, invocando su Vestuario de Batalla, presintiendo el peligro.

—No tengo idea, pero creo que caímos en el Legendarium de nuestro enemigo —respondió armándose con dos cuchillos militares que sacó de su Inventario Oculto, tenía todos sus sentidos alerta—. Detecto mecanismos activándose, prepárese, Sr. Okita.

Varias trampillas se abrieron en los pisos y paredes de la habitación, saliendo de ellas metralletas automáticas que empezaron a vaciar sus cargadores contra ellos.

Tennen Rinshin: Kamigami no Seiiki.
(Comprensión Natural del Espíritu: Santuario de los Dioses)

Demostrando sus capacidades físicas superhumanas, tanto Okita Souji como Hades Shelley cortaron y desviaron cada una de las docenas y docenas de balas, hasta que las armas se quedaron sin munición. La habitación se quedó llena de huecos de todas las balas, inmediatamente, Souji se apresuró a cortar por la mitad todas las armas antes de que puedan recargarse. El Hitokiri se fijó en su haori y chasqueó la lengua molesto al darse cuenta de que estaba agujereado.

—Esto será más molesto de lo que pensé —mencionó frunciendo el ceño.

—Calíope, ¿puedes comunicarte con el resto del equipo? ¿O darme su ubicación actual? —preguntó Hades, mediante su Reloj Proxie.

—Negativo, Hades, la señal se ha perdido por completo una vez que todos han ingresado a este lugar, pero puedo hacer de intermediaria para cualquier cosa —informó ligeramente preocupada por su equipo—. En el apartado de la segunda pregunta, Siegfried me dijo la ubicación de los demás, te las pasé ahora. Según Siegfried, las condiciones de este Legendarium son pasar a través de una puerta. 

—Entiendo, muchas gracias —musitó Hades, pensativo.

—Ahora la cuestión es, ¿si cruzamos por la puerta, regresaremos al Hotel Overlord ó aparecemos en otra habitación repleta de trampas? —cuestionó Souji, con una mano en la barbilla.

—Lo más probable es que se trate de la segunda opción, no podemos arriesgarnos, por lo que hay que crear un nuevo camino —Hades se acercó hasta una pared al lado de la puerta, dándole una patada con giro como las del Taekwondo y generando un agujero lo suficientemente grande como para pasar—. Hay que reagruparnos con los demás lo más pronto posible.

—Yo lo sigo, Hades-dono —dijo Souji, con una ligera sonrisa.

Piso 2, habitación tres...

Cuando Alastor salió de su habitación junto a Ryoma, apareció en aquella habitación con pisos, paredes y techos blancos, con escotillas de ventilación desde los cuatro puntos cardinales. 

—Por el amor de los Dioses, ¿ahora estoy en Saw doce? —dijo con algo de sarcasmo.

—¡Sr. Thorn, tenga cuidado! ¡Estamos en el Legendarium de nuestro enemigo! —advirtió Calíope.

Un sonido llamó la atención de Alastor, se puso en guardia y entendió la situación perfectamente, estaban intentando envenenarlo. El Mago inglés puso su mano izquierda en su nariz y boca, la cual empezó a brillar ligeramente de blanco, estaba concentrando su Taumaturgia Curativa en esa zona para purificar el aire que respiraba.

—Srta. Calíope, dame un análisis del gas que están filtrando a esta habitación, por favor.

—Es monóxido de carbono, es un gas bastante venenoso que puede matar a un hombre adulto entre uno a tres minutos y también es muy inflamable —explicó—. Según Siegfried, la condición para quedar atrapado en este Legendarium es pasar por una puerta

Bien, eso es un problema, tengo que actuar rápido para que la explosión no me alcance, abrir un agujero y salir —pensó Alastor, manteniendo la calma pese la situación adversa en la que se encontraba.

Alastor apuntó con su bastón Helios hacia la puerta, conjurando mentalmente un hechizo de fuego y lava al mismo tiempo, disparando un ataque directo hacia ella, mientras que con un segundo de diferencia, una cúpula de obsidiana lo protegió cuando toda la habitación estalló por completo. Desde su escondite, Alastor extinguió las llamas con su Pyrokinesis, siendo ya seguro salir ahora que en el lugar donde estaba la puerta, ahora había un agujero colosal por el cual pasar seguro.

—Ah, Sir Thorn, me alegro de que esté bien —dijo Siegfried, asomándose por el lugar al escuchar la explosión.

—Bueno, al menos es mejor tu compañía que rondar solo en este edificio de John Kramer —comentó con algo de humor—. ¿Sabes dónde están los demás?

—Sí, me Clarividencia me permite verlos claramente, Sir Shelley y Souji también escaparon, hay que ir por los demás —respondió.

Piso 4, habitación uno...

Quienes no la tenía fácil eran Jane y Ryoma, quienes estaban encerrados en una habitación cuyo techo los iba a aplastar si no salían a tiempo. Jane usó su Taumaturgia Elemental de Tierra para poder crear varios pilares de roca que sostendrían el techo durante unos cuantos segundos.

—Cortaré la puerta para salir —dijo Ryoma, sacando su katana de su Inventario Oculto.

—No lo hagas, recuerda lo que dijo Calíope, si pasas por esa puerta entonces aparecerás en una habitación diferente y tal vez no podrás salir de esa —advirtió Jane, con sus manos juntas y concentrándose en mantener la fuerza de sus pilares para no ser aplastados.

—¡Es mejor que esperar a morir aquí! —exclamó el chico.

Dos manos emergieron desde el exterior de una de las paredes al lado de la puerta, abrieron un agujero del tamaño de una persona, el autor de tal acto fue Siegfried quien entró a la habitación para sostener el techo con una mano.

—Salgan —indicó el pelirrojo.

—De todas las personas tenías que ser tú —se quejó el joven japonés.

—¡Este no es el momento para eso, Ryoma! —le reprendió Jane, apurándose para salir de la habitación.

Cuando Ryoma también salió de allí, Siegfried dejó de sostener el techo, reuniéndose con el resto de su equipo.

—Ya estamos todos, solo hacen falta Kira, Dwayne y Min-seon —dijo Jane, algo agotada por el uso de su Maná.

Siegfried abrió los ojos como platos al buscar al resto de sus compañeros con su Clarividencia, mostrando una expresión de pánico.

—¡Hay que buscar a Lady Ryu Rápido, está en problemas! —advirtió a todo pulmón.

Todos los miembros de Fahrenheit se tensaron al escuchar tal cosa, sobre todo por el hecho de que Min-seon era de las más fuertes del equipo. El más preocupado era Okita Souji, saliendo como alma poseída por el diablo junto a Siegfried para ir a buscarla mientras el resto del equipo buscaban a Kira y a Dwayne.

Sótano del Castillo de la Muerte...

https://youtu.be/GM8dEGdTXpU

Min-seon había terminado en el sótano del edificio, un lugar que se encontraba a veinte metros debajo del edificio principal, cuya única entrada eran unas largas escaleras de caracol las cuales se accedían a través de una gruesa puerta de metal, la habitación únicamente estaba alumbrada por un foco en el centro. En condiciones normales, Min-seon Ryu hubiera podido salir de allí, pero aquellas no eran condiciones normales, el sótano estaba lleno de basura y de cadáveres de todas las víctimas de H.H Holmes, las cuales ya tenían días en estado descomposición, por lo que el lugar también estaba infestado de ratas, cucarachas y moscas.

La mujer vomitó nada más darse cuenta en dónde estaba, su respiración se aceleró y empezaba a entrar en pánico, su visión se puso borrosa y todo su cuerpo temblaba. Algunos recuerdos del pasado regresaron a ella.

sikineun daeloman haela, meongcheonghan nom-a.
(Solo haz lo que te dicen, estúpida mocosa).

Haneul-eul boseyo.
(Mira al cielo)

¡¿Dangsin-i naboda nasdago saeng-gaghaseyo, jenjang?! ¡¿Dangsin-i naboda nasdago saeng-gaghaseyo?! ¡Dangsingwa gat-eun sseulegie dulleossayeo issneun geos-i deo nasdago saeng-gaghaneunji bobsida
(¡¿Te crees mejor que yo, maldita?! ¡¿Te crees mejor que yo?! ¡Veamos si te crees mejor rodeada de la misma basura que tú!)

—¡Déjenme salir, déjenme salir, déjenme salir! ¡Haré lo que sea! —gritó desesperada, abrazándose a sí misma—. ¡¿Qué quieres?! ¡Tengo todo el dinero que quieras! ¡Te conseguiré cualquier cosa que quieras! ¡Incluso... incluso te daré mi cuerpo, pero déjame salir de aquí!

Entre lágrimas, Min-seon se escondió en uno de los rincones del sótano, temblando de miedo. En ese momento, había olvidado por completo que era la mujer más fuerte de la Sociedad Humana Moderna, se veía a sí misma como aquella niña indefensa de Seúl.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro