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Capítulo 16-Fahrenheit 451 Llega a Japón

"Si el hombre fracasa en conciliar la justicia y la libertad, fracasa en todo". Albert Camus.

En el jet privado del equipo, Kira acomodó sus papeles y mediante las proyecciones holográficas de Calíope, explicó a todo el equipo la situación que estaba enfrentando Japón en aquellos momentos.

—La situación ha sido difícil para Japón desde que comenzó La Más Grande Epopeya —relató con tono serio—. Primero tenemos a Tokio; la gran mayoría de los agentes de policía fueron asesinados por la principal amenaza que aterra la ciudad, el Shinsengumi.

—El Shinsengumi fue una fuerza policial especial que sirvió directamente al Shogunato Tokugawa durante el siglo XIX, estuvo bastante involucrado en las luchas sociales y políticas que ocurrieron debido a la Restauración Meiji, el más famoso evento fue el Incidente de Ikedaya —explicó Caliope.

—Gracias Cali. Los policías que no fueron asesinados huyeron y casi toda la ciudad fue tomada por el Shinsengumi y sus seguidores, todos los criminales fueron erradicados en menos de unas pocas semanas junto a los demás opositores de su nueva ley de hierro —prosiguió Kira, entrecruzando los dedos—. Iniciaron un gobierno totalitario, donde cualquier delito, por más leve que sea es severeamente castigado y también iniciaron una cacería de brujas en contra de todos aquellos que se oponían a su nueva ley. La única parte de Tokio que ha podido resistir al Shinsengumi por los momentos, es el barrio especial de Shinjuku. Allí es donde estableceremos nuestra base de operaciones junto con la Naicho durante nuestro tiempo en Japón.

«Por otra parte, Kioto la tiene más jodida —Cali mostró una imagen holográfica de la situación actual de dicha ciudad, mostrando que estaba totalmente amurallada—. En pocas semanas, la ciudad fue totalmente conquistada y cercada por Oda Nobunaga».

—Oda Nobunaga fue uno de los tres grandes unificadores de Japón, junto a Toyotomi Hideyoshi y Tokugawa Ieyasu —explicó Caliope—. Lo apodaron como el Rey Demonio del Sexto Cielo, debido a su crueldad en combate y por incendiar templos budistas, los cuales se consideraban sagrados.

—Oda Nobunaga gobierna con puño de acero Kioto y busca expandirse a otras partes de Japón y de Asia, ha realizado ataques a Nara, Osaka, China, Corea del Sur y Corea del Norte. Según nuestras fuentes, tiene entre sus filas a las Shunkashūtō (Las Cuatro Estaciones).

—Carajo, ¿esos locos están con una Leyenda? —mencionó Ryoma, con una mueca.

—¿Los conoces, Ryoma? —preguntó Dwayne, cruzado de brazos.

—No personalmente, pero escuché de ellos en el bajo mundo, son tipos de temer —reveló con seriedad—. Un equipo de mercenarios, conformado por dos hombres, Natsu (Verano), Aki (Otoño); y dos mujeres, Haru (Primavera) y Fuyu (Invierno). Los tipos están locos, en serio, se dice que incluso han llegado a matar a antiguos empleadores suyos. Incluso si se trata de una Leyenda, el hecho de que haya domesticado a esos perros rabiosos, ya es de tomar en cuenta.

—Por si fuera poco, esta cosa también apareció en Kioto —reveló Kira.

Caliope mostró mediante imágenes satelitales lo que parecía ser un humaniode gigantesco de diez metros, de piel rojiza, marcas negras, ojos dorados, cuernos negros, cabello blanco sumamente largo, junto a una musculatura excesiva. Andaba descalzo, llevaba un pantalón bombacho negro, atado con una cuerda blanca, detras de él estaba un aro de fuego casi tan grande como él y estaba sentado en la cima de un edificio.

—Eso no es bueno —mencionó Siegfried, ligeramente asombrado—. Es capaz de lastimarme.

—¿Y se puede saber qué diablos es eso? —inquirió Alastor, arqueando una ceja.

—Es un Demonio, y uno de alta clase —reveló mirando con detenimiento a la criatura—. Usualmente, mientras más poderoso sea un demonio, más difícil es para ellos acceder a nuestro mundo. Pero sea quien sea ese Oda Nobunaga, ha conseguido manifestar uno con todo su poder en la Tierra, debe ser uno de sus Legendarium. Es bastante interesante.

—¿Crees poder derrotarlo como a Jacques de Molay? —inquirió Kira.

—No sabría responder a esa interrogante ya que no cuento con información del resto de habilidades de ese tal Oda Nobunaga —respondió con tono tranquilo—, pero creo que podré manejarlo.

—Entiendo. De ser así, esto es lo que haremos —indicó Kira—. Primero liberaremos Tokio del Shinsengumi y luego iremos a Kioto a detener a Oda Nobunaga. Descansen, equipo, nos espera un largo viaje y misiones complicadas.

Luego de un viaje de doce horas, el equipo Fahrenheit 451 llegó a las siete de la mañana al aeropuerto de Shinjuku.

Fueron recibidos por el agente de la Naicho, Masashi Miura, un hombre de cincuenta años, de cabello casi completamente blanco por la edad y con una cicatriz de corte a través de su ojo derecho. Vestía un elegante traje negro con cobarta junto a lentes de sol negros.

—Es bueno recibirlos, agentes, recibí noticias de su triunfo en la Casa Blanca y en París, por lo que sé que podrán manejar esto mejor que nosotros —dijo Miura, con pequeña sonrisa mientras estrechaba la mano de Kira.

—¿Cuál es la situación actual? —preguntó Kira.

—Suban al auto y les diré lo último que ha pasado desde la llegada de esos locos del Shinsengumi.

Los agentes y Siegfried subieron a la camioneta negra de Masashi Miura, quien era el conductor. Su destino era la sede de la Naicho en Shinjuku.

—Cuando La Más Grande Epopeya comenzó, los barrios bajos empezaron a ser dirigidos por el lider del Shinsengumi, Isami Kondo —relató mientras conducía—. Creó lo que se podría llamar como golpe de estado contra la actual autoridad de Tokio y próximamente la de todo Japón. Tenían un gran apoyo de los ciudadanos, cosa que no me extraña viendo toda la mierda en la que estaba envuelta Tokio. 

«En los últimos diez años, el crimen ha aumentado por toda la ciudad. Pandillas, robos, asesinatos, secuestros, extorsiones, violaciones, drogas. La policía no había podido hacer nada, porque la mitad de ellos estaban comprados por los Yakuzas. La gente estaba harta y aceptó la justicia sangrienta del Shinsengumi».

—¿Incluso cuando eso involucra matar a sus opositores? —inquirió Min-seon, frunciendo el ceño.

—Agente, muy en el fondo, los japoneses son casi o igual de sanguinarios que los estadounidenses y esta gente solo buscaba un pretexto para derramar sangre y causar caos, el Shinsengumi se los dió —reveló levantándose las gafas de sol para poder ver a Min-seon por el retrovisor—. Después de que los primeros barrios especiales cayeran bajo el control del Shinsengumi, el gobierno de Japón cerró todos los accesos a Shinjuku y los tienen monitoreados 24/7. Por ahora el Shinsengumi no ha atacado directamente, pero tememos varios ataques que podrían ocurrir estos días.

—¿Qué sabemos de los demás líderes del Shinsengumi? —preguntó Jane Lewis.

—Actualmente, solo tenemos información de otros dos líderes —Masashi Miura extendió su mano derecha hacia la guantera, sacando una carpeta llena de fotos de vigilancia tomadas mediante drones, las cuales entregó a Kira para que las repartiera entre todo el equipo—. El primero es Hijikata Toshizou, un malnacido de primera; ha capturado a varios de nuestros espías, los ha torturado para sacarles información y los ha ejecutado públicamente para mandar un mensaje. El segundo es Okita Souji, el enano que ustedes ven en las fotos, de él no se sabe mucho, parece no salir seguido en público.

—Caliope, ¿qué nos puedes decir de esos tres? —preguntó Dwayne a la proyección holográfica de la chica en su reloj.

—Kondo Isami fue el comandante del Shinsengumi durante la era Meiji, era un maestro espadachín del Tennen Rinshin-Ryu, un estilo de Kenjutsu que practicaban todos los miembros del Shinsengumi. Hijikata Toshizou, fue el vice-comandante, se le apodó como "El Demonio del Shinsengumi", debido a su crueldad en combate. Okita Souji era el capitán de la primera división, desde joven fue considerado como un prodigio de las artes marciales, se convirtió en maestro de dojo a los dieciocho años.

—Es la primera vez que tedremos que enfrentar a tantas Leyendas juntas —mencionó Jane, preocupada.

—Sí, pero tenemos a nuestro querido largato pelirrojo de nuestra parte —dijo Min-seon, señalando a Siegfried.

¿"Lagarto pelirrojo"? —pensó el caballero, con una mueca.

De la nada, las ruedas de la camioneta fueron destruídas por completo, haciendo de que casi choquen contra un poste de luz de no ser por Siegfried, quien redujo el impacto soplando una gran cantidad de aliento gélido que se convirtió en nieve.

—¡Atención! ¡Nos atacan! —exclamó Kira, frunciendo el ceño.

Al salir de la camioneta, todo el equipo Fahrenheit se vio rodeado por un grupo de cincuenta civiles, hombres y mujeres entre veinte y treinta años, todos vestidos con un kimono negro, hakama negra o blanca y un haori celeste con detalles blancos, la máxima insignia del Shinsengumi. 

A la cabeza de todos, estaba un hombre japones de treinta años, de piel totalmente blanca como la nieve, ojos rojo sangre, cabello negro largo atado en una cola de caballo y que medía 1,89 metros. Vestía un traje de estilo europeo negro, haori color azul oscuro, pantalones negros y zapatos mocasines negros. Estaba armado con un fusil del siglo XIX y en su espalda cargaba una katana. Todos en el equipo lo reconocieron al instante por las fotos, era el vice-comandante del Shinsengumi, Hijikata Toshizou.

https://youtu.be/oKW6gLLmxDQ

¡Shinsengumi Fukuchō. Waga Yobigoe o Kiitekudasai, Daraku Shita Eiyū yo! (Vice-comandante del Shinsengumi. Esuchen mi Llamado, Héroes Caídos) —exclamó, mordiéndose su mano izquierda hasta hacerla sangrar y arrojar la sangre al piso.

De la sangre que cayó al piso, se manifestaron otros dos espadachines con el antiguo uniforme del Shinsengumi. El primero tenía el cabello largo en puntas y el otro tenía un peinado corto hacia un lado, en el rostro de este último se podía notar cierta expresión melancólica.

—¿Qué...? —musitó Siegfried, incrédulo a lo que estaba viendo.

—¿Qué sucede, Siegfried? —preguntó Dwayne, viéndolo de reojo.

—Hijikata... acaba de invocar a otras dos Leyendas —reveló asombrado—. No pensé que eso pudiera ser posible.

—Por ahora esforcémonos en no morir —ordenó Kira, apuntando a sus atacantes con su arma junto al resto de sus compañeros.

Hijikata miró al grupo con una sonrisa siniestra, siendo ahí el momento en el que Siegfried detectó un peligro de muerte.

—¡Francotiradores! ¡Cuidado! —advirtió.

Siegfried protegió a Jane, Alastor y Ryoma de los francotiradores con su cuerpo, el cual abolló las balas nada más impactar contra su pecho.

Por su parte, tanto Hades como Dwayne y Min-seon fueron capaces de esquivarlas con sus reflejos superhumanos, mientras que Kira pudo atrapar la bala que iba dirigida a su cabeza.

—Siegfried, encárgate de los francotiradores, ustedes tres, tengan cuidado y cúbranos desde la retaguardia —ordenó Kira, emanando un aura llena de sed de sangre—. Dwayne, Hades y Min-seon, traten de no matar a todos, necesitaremos interrogar a algunos sobre el Shinsengumi.

—¡Entendido! —exclamaron todos al unísono.

Siegfried desplegó sus alas y fue rápidamente hasta donde se ocultaban los francotiradores para eliminarlos de la ecuación. Dwayne y Hades vaciaron los cargadores de sus armas contra los agresores con haori del Shinsengumi, pero su sorpresa fue enorme al ver como se cubrieron con dicho haori y pudieron resistir las balas, como si fueran de kevlar. Por lo que no les quedó más opción que luchar cuerpo a cuerpo. Min-seon protegió a sus demás compañeros mientras se ponían a cubierto de los francotiradores, incluso desviando una de las balas con una patada.

Hades desenfundó un cuchillo karambit y se puso en posición, tres miembros del nuevo Shinsengumi desenfundaron sus katanas y lo atacaron al mismo tiempo. El superhumano de la CIA no mostró preocupación alguna. Esquivó el primer corte del primero y del segundo, notando con sus ojos especiales que se trataban de civiles comunes y corrientes, sin ningún tipo de entrenamiento militar y sin embargo, eran bastante hábiles en el manejo de la espada. 

El superhumano hizo girar su karambit en su mano derecha y con un hábil movimiento, conectó una patada curva en un costado del primer espadachín y acto seguido, desvió un corte del segundo para luego cortarle el cuello con un solo corte. Al tercero lo desarmo con una patada ascendente y luego le estampó la cara contra el suelo con una patada de hacha. Cuando el primero quiso atacarlo por la espalda, recibió un codazo en el vientre que le hizo escupir sangre y Hades lo remató rompiéndole el cuello.

Dwayne atrapó entre sus manos la katana de una mujer que trató de cortarlo con una técnica de desenvainado, partiéndola como si de una ramita se tratara, dejándola inconsciente con un solo golpe en su plexo solar.

—¡¡¿Nunca te enseñaron a respetar a las mujeres?!! —exclamó una mujer de un grupo de cuatro espadachinas, yendo por él al mismo tiempo.

—Creo en la igualdad de género —respondió con una sonrisa divertida mientras estaba en posición.

A la primera la tomó del brazo justo cuando la atacó con un corte vertical totalmente recto, agarrándola de la manga y de la cadera para realizarle algo parecido a un Oh Goshi del Judo, haciendo que caiga de cabeza y rompiéndole el cráneo. La segunda y tercer espadachina fueron tras él, pero Dwayne las hizo caer con un barrido y acto seguido, les pisó el rostro, dejándolas inconsciente. En cuanto a la cuarta, recibió de lleno una Low Kick en su pierna derecha, que le fracturó el hueso por completo.

Kira fue directo hacia Hijikata Toshizou y sus Leyendas convocadas, varios espadachines trataron de atacarla, pero todos fueron asesinados por un tiro con su Zhnets Dush (Segadora de Almas), cuyas balas podían atravesar los haoris que llevaban.

Las dos Leyendas invocadas por Hijikata atacaron a Kira. La mujer rusa esquivó con una gran agilidad sus cortes con katana, los cuales se desdibujaban en el aire de lo rápido que iban. Cualquier descuido de Kira provocaría que ella terminara cortada en trozos.

Puede lidiar con Saburo y Keisuke, esta mujer es la más peligrosa, la mataré primero y después veré como lidiar con aquel pelirrojo —pensó Hijikata, frunciendo el ceño.

La mujer rusa se agachó para esquivar un corte horizontal de una de las Leyendas, disparándole rápidamente en el estómago, haciéndole vomitar sangre. Acto seguido, rodó en el suelo y logró dispararle al segundo en el hombro. Kira atacó a este último con un devastador golpe en el plexo solar, seguido de un rodillazo en el rostro que le destrozó la nariz y por último le rompió el cuello con un codazo derecho.

Hijikata le disparó con su fusil, Kira lo evitó de milagro, recibiendo únicamente un corte en su mejilla izquierda y también evitando un corte de la otra Leyenda convocada, contraatacando con una patada en su entrepierna que lo puso de rodillas, facilitándole a Kira el dispararle en la cabeza con su arma mágica.

—Me impresionas, de no ser enemigos, me hubiera gustado tener a una perra loca como tú en mi cama —mencionó Hijikata, con una sonrisa endemoniada.

—No me atraen los locos homicidas —replicó Kira, con una mirada gélida.

—¿Por qué tan fría, lindura? Vamos a divertirnos un rato —Hijikata se puso en posición, tomando el mango de su espada.

Kira le disparó a quemarropa con su Zhnets Dush, pero Hijikata Toshizou fue capaz de cortar o desviar cada una de sus balas a pesar de la distancia de dos metros y medio que los separaba. 

—Parece que serás más difícil de matar —declaró Kira, guardando su arma en su funda y armándose con un cuchillo de combate, colocándose en una pose de Penckat Silat.

—Lo mismo digo —musitó Hijikata, armándose tanto con su fusil como con su katana.


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