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Capítulo 139-Vacaciones Bien Ganadas

"El ocio no es un tiempo vacío. Es un tiempo en el que la mente se renueva y se nutre". Virginia Woolf. 

Con Rumania salvada de la amenaza Vampírica, Fahrenheit 451 tomó su jet privado de regreso a Estados Unidos, con Jeanne D'Arc como nuevo miembro al equipo. Les esperaba un vuelo de quince horas de regreso.

—Uhhhhh... no más alcohol —se quejó Jane, estando recostada en el regazo de Siegfried, experimentado resaca tras beberse hasta el agua de los floreros anoche.

—Siento como si unos enanos estuvieran martillando mi cerebro —dijo el pelirrojo, poniendo su palma fría en su frente para calmar la jaqueca de su novia.

—Aquí tienes un ibuprofeno, Dwayne.

—Gracias Hades. Oye, ¿Cómo quedó la apuesta que hiciste con Ryoma? —preguntó curioso.

—Terminamos en empate y Ryoma me regaló una consola de videojuegos, no pensé que serían tan útiles para mis capacidades mentales, Siegfried tenía razón en ese punto.

—Hades me pagó un nuevo tatuaje de Dragón en mi brazo, lo hice para celebrar que domino mejor mi técnica —comentó Ryoma, con toda la felicidad del mundo.

Sucre estaba recostado en uno de los sillones del jet, con su sombrero cubriendo su rostro y su poncho como sábana, dormir largo rato era su forma de lidiar con la resaca. Kira y Alastor estaban juntos, jugando ajedrez. Souji estaba junto a Min-seon, leyendo mangas y manhwas mientras tomaban café y unos trozos de pastel.

—A-Ah, Min-seon, ¿no te atragantaste de dulces anoche? —preguntó Jeanne, asombrada.

—Tengo un metabolismo bastante alto o al menos eso decía mi mami, la azúcar y la comida grasosa no me hace el mismo daño que en otras personas —reveló con un dedo cerca de los labios con cierta inocencia infantil—. Supongo que todo se me va a los músculos.

—Y en otras partes —agregó Souji, con una pequeña mirada a sus senos y muslos.

—Picarón —Min-seon le sonrió y le dio un beso en la mejilla.

Jeanne se llevó las manos a la boca, "atrevidos", pensó al verlos. Para una chica de campo como ella, inocente e ignorante de muchas cosas del romance, ese tipo de cosas eran muy subidas de tono desde su punto de vista.

—Oye, Jeanne, ¿Quieres leer un manhwa para entretenerte durante el vuelo? —ofreció Min-seon—. No te preocupes por el idioma, lo tengo en inglés.

—¿Qué es un manhwa? 

—Los mangas, manhwas o manhuas, dependiendo de en qué parte de Asia estés, son como... libros, pero cuya historia es explicada mediante dibujos, muy buenos por cierto —trató de explicarle Souji de forma resumida y simple—. Cada uno trata géneros diferentes, depende del autor, algunos son de misterio, terror, acción, romance, comedia.

—A Souji a mí nos encantan los de romance, creo que pueden gustarte, además también tiene varios toques de comedia.

—Hmmm... bueno, voy a echarle una hojeada rápida para ver, aunque me costará acostumbrarme a esto, ya de por recibir toda la información básica sobre el mundo moderno nada más revivir, fue agobiante para mí.

—Y que lo digas y todavía me sigo acostumbrando a muchas cosas —comentó Siegfried, con una pequeña sonrisa.

—Oye cariño, ¿segura que es buena idea darle un yaoi? Tal vez sea mucho para una novata —le susurró Souji.

—Ay, por favor, la gran mayoría de chicas descubren el yaoi en su pubertad o adolescencia, no le hará daño —aseguró despreocupada.

Las horas pasaron y la mayoría del equipo se durmió temprano, más que todo por la resaca. El resto se durmió un poco más tarde. Durante el vuelo, Jeanne se fijó en Kira, en como se movía mientras dormía, como si estuviera teniendo una pesadilla. La Doncella de Orleans le puso su mano encima de los ojos, murmurando una pequeña oración y con ello, el sueño de Kira se volvió uno mucho más tranquilo.

Cuando los primeros rayos del sol llegaron dentro del jet, Min-seon fue la primera en despertarse, haciendo unos cuantos estiramientos de piernas antes de levantarse.

—Oye, Min-seon.

La mujer coreana se dio vuelta, viendo a Jeanne en una especie de "nido", hecho de los tomos de manhwas yaoi y yuri que ella tenía en una de sus maletas, por sus ojeras era evidente que no había dormido nada anoche.

—Veo que te gustaron esos manhwas —dijo con una mano en la cintura.

—¡¿Estás bromeando?! Un romance entre dos personas del mismo género, con toda clase de situaciones cómicas, dramáticas, tristes y sentimentales. Y sobre todas las cosas, es tan pecaminoso... ¡me encanta!

—Sí, pensé algo similar cuando conocí ese tipo de manhwas, pero recuerda leer con responsabilidad, no te desveles otras vez.

—Entiendo, "leer con responsabilidad", eso suena mejor que "beber con responsabilidad".

—Puedes leer los mangas que quieras en línea, en la sede de Fahrenheit 451 hay algunas tabletas, te daré una para que puedas leer más fácilmente.

—¡Gracias, gracias! —exclamó la joven, saltando de su asiento para abrazarla.

Al aterrizar en Quántico, todo el equipo fue directo a la sede.

—Aquí es donde vivirás a partir de ahora, Jeanne, nos quedan habitaciones disponibles —dijo Kira, con una pequeña sonrisa—. Tenemos duchas y una habitación de descanso para el pasar el rato. Solo no trata de hacer tanto ruido por la noche, mi sueño es algo sagrado.

Los ojos de Jeanne estaban brillando de la emoción.

—¡Es inmenso! ¡Increíble! ¡No puedo esperar por ver el interior! —exclamó corriendo hacia dentro.

—¡Sí, pero espera porque-...!

Jeanne pasó tan rápido, que terminó partiendo la puerta de crista en pedazos. Se quedó paralizada en su lugar, temblando y a punto de llorar por la vergüenza. 

—No te preocupes, el gobierno cubre eso —se apresuró a decir Kira, con una mano encima de los ojos, mientras meneaba la cabeza de un lado a otro—. Ya me estoy estresando.

—Ey, pero las risas no faltaron, ¿verdad? —dijo Dwayne, con humor.

—Podríamos poner una cortina —sugirió Siegfried.

—¡¿Qué clase de sede del gobierno tiene una cortina en lugar de puerta?! 

—Perdón —musitó cabizbajo sintiendo algo pena.

—Ehm, Kira, recuerda lo que hablamos en nuestras sesiones, tienes que recordar tu paz interior —dijo Jane, dándole un pequeño masaje de hombros, en un intento de calmarle.

—Claro, claro, claro —murmuró masajeándose las sienes—. Entremos de una vez, que tengo un anuncio que darles a todos ustedes.

—En serio lo lamento —se disculpó Jeanne con ojos llorosos cuando Kira pasó enfrente de ella.

La mujer rusa le miró unos segundos, para luego darle un pequeño golpe en la frente con el dedo índice, dejándole un moretón del tamaño de una moneda.

—Ya, con eso ya es mucho castigo —aseguró—. Deja de llorara, soldado, es una orden.

—Sí —asintió con una pequeña sonrisa.

El equipo se dirigió a la Mesa Redonda, donde ya los estaba esperando el Dr. Von Stromheim y Calíope desde la pantalla central, dado que las reparaciones de su cuerpo empezarían apenas ese día.

—Jeanne, él es el doctor Albert Von Stromheim, la mayor mente científica del siglo XXI y el creador de toda la tecnología que usamos —presentó Kira.

—¡Es un honor conocerlo, doctor! 

—Lo mismo digo, jovencita, gracias por ayudar a mis amigos en Rumania.

—Kira, La Hora de las Leyendas está a punto de iniciar —informó Calíope.

—Bien, muéstrala.

https://youtu.be/JvdZaZPGxNI

Los miembros de Fahrenheit 451 tomaron asiento y el programa dirigido por el Dios de las Historias comenzó.

—¡Bienvenidos una vez más a La Hora de las Leyendas! Ya han pasado siete meses desde que La Más Grande Epopeya ha iniciado y me complace anunciar... ¡Que estamos adentrándonos a la mitad del evento! —confeti salió volando junto con el sonido de fuegos artificiales y cornetas—. Sin embargo, eso no quiere decir que a partir de ahora las cosas serán mucho más fáciles, no, no. Para este punto solo quedarán las Leyendas más poderosas o las más astutas. 

»Las tres facciones de La Más Grande Epopeya siguen liderando el partido, por un lado, Fahrenheit 451 ha conseguido una extraordinaria victoria en Rumania, derrotando a los engendros del mal de Vlad Drácula, sumando a sus filas a la famosa Doncella de Orleans. Ah, y también tienen mi simpatía por no dejar a una menor de edad beber como nórdica.

»Pero yendo más a Asia, las cosas están sumamente tensas. Desde que la facción liderada por Atila el Grande logró conquistar Laos, han estado en una intensa guerra en las fronteras de Vietnam, quien cuenta con el apoyo del gobierno de China. Y hablando de nuestros queridos amigos comunistas, tal parece que se formó una alianza entre el presidente de China y la Leyenda Sun Tzu, para así contrarrestar la amenaza de los Generales Tiránicos. 

»Como era de esperarse, el gran estratega chino demostró su valía en una batalla en la que estuvieron involucrados la milicia china, liderados por Sun Tzu y un ejército de Homúnculos, liderados por el mítico mercenario español, Cid Campeador. En menos de tres días, el ejército de Homúnculos fue aniquilado por completo y Cid Campeador fue obligado a retirarse. Parece que la Alquimia es poderosa, pero el comunismo lo es más.

»Y en Medio Oriente, Irán oficialmente se une a los territorios conquistados por Alejandro Magno, después de varios meses de intensa negociación, pero al final, las promesas que el Rey de los Conquistadores lanzó al pueblo, inclinaron la balanza a su favor. Actualmente, los territorios de los Generales Celestiales abarcan desde Afganistán, Irak e Irán, siendo este último una superpotencia en cuanto a poder militar se refiere.

»Para mis queridos amigos de Fahrenheit que sé que me están viendo ahora, les deseo la mejor de las suertes a partir de ahora, ¡quiero ver si serán capaces de cambiar su destino! —exclamó con sus ojos de color arcoíris brillando con intensidad, mientras sonreía con emoción—. Han superado cada una de mis expectativas, de verdad, sin contar a mis tres favoritos, realmente deseo que ustedes ganen —para sorpresa del equipo, Hístor bajó la cabeza ante ellos en señal de respeto—. Los estaré viendo de cerca, los felicito por haber llegado tan lejos. ¡Ahora pasaremos a la sección de preguntas y respuestas antes de continuar con las noticias!»

Calíope quitó el programa mientras pasaba esa sección, todos se quedaron callados, esperando a que Kira tome la palabra.

—Han sido días estresantes, se merecen un descanso —declaró dedicándoles una sonrisa—. Tendrán estos cuatro días libres, pueden hacer lo que quieran. Pero después de eso, tendremos que seguir con nuestros entrenamientos. Ya oyeron a ese Dios de mierda, a partir de ahora solo quedaron las verdaderas Leyendas. Aunque no me preocupo, en mi equipo están los más fuertes del mundo.

—¡Gurararararara! ¡No digas eso! Harás que me sonroje —exclamó Siegfried, rascándose la nuca con algo de pena.

—¡No se preocupe, Taicho-dono! ¡Destazaré a cualquiera que quiera enfrentarnos! —exclamó Souji, poniendo un pie encima de la mesa.

—Lo mismo digo, hasta que de mi último aliento, seré su espada en esta guerra, capitana —aseguró Sucre, con una sonrisa de oreja a oreja.

—Puede que sea la más joven del equipo, pero eso no quiere decir que me quedaré atrás —declaró Jeanne, determinada—. Cuando veamos a esos Generales Tiránicos, los quemaré hasta las cenizas.

—Solo podré demostrar con orgullo mi título de El Más Fuerte de América si logro derrotarte a tí o a esas Leyendas, incluso si me parten los puños, los seguiré golpeando hasta que mueran.

—Kira-sunbae, la seguiré hasta el infierno si hace falta, no me veo capaz de servir a alguien más que no sea usted.

—Solo un Rey del Inframundo podrá cumplir esta misión, jefa. Y ya que estoy en deuda con usted, jamás la dejaré sola.

—Como Mago, prometí desvelar todos los misterios en este evento y acabar con todas esas Leyendas. Y como caballero, es mi deber cumplir esa promesa.

—Quiero alcanzarlos a todos ustedes, ancianos y lo lograré a partir de ahora. Solo esperen, ahora como portador del poder de Ryujin tendrán más competencia.

—Ahora que estamos tan cerca de ganar esta Epopeya, no pienso huir. Como artista marcial y como Maga, enterraré a nuestros enemigos trescientos metros bajo tierra.

—Conmigo y con Calíope, ninguna Leyenda será capaz de superar nuestra ciencia.

—¡Sí, la ciencia alemana es la mejor del mundo!

https://youtu.be/H8T45Kxnqvw

Al ver los ánimos de todos, tan altos y enérgicos, Kira no pudo evitar estallar en risas. El equipo quedó embebecido, era la primera vez que veían a Kira reír así, tan despreocupadamente, alegre, al punto de que las lágrimas salieron de sus ojos y se agarraba el estómago.

—¡Ahahahahahaha! ¡L-Lo siento, lo siento! ¡Ahahahahahaha! —exclamó riendo a pierna suelta, tuvieron que pasar un par de segundos más hasta que ella finalmente se calmó. Kira necesitó recuperar el aliento y secarse las lágrimas antes de poder volver a hablar—. Lo siento, no puedo evitarlo, me pusieron de muy buen humor. Gracias, en serio, muchas gracias por confiar tanto en mí, son el mejor equipo que he tenido el placer de dirigir.

—Y usted es la mejor capitana que hemos tenido —agregó Siegfried, con una dulce sonrisa.

—¡Ay, basta, ahora eres tú quien me hará sonrojar!

Tras esas palabras, la reunión de Fahrenheit 451 concluyó con un choque de puños entre todos.

—¡Fahrenheit 451, ganará esta Epopeya! —juraron al unísono, con miradas totalmente determinadas.

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