Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 119-Los Hermanos Kane

"Me volví loco, con largos intervalos de horrible cordura". Edgar Allan Poe.

Noroeste de Transilvania...

Evie y Howard Kane caminaban con paso lento y tranquilo a través del inquietante bosque en el que se había convertido Transilvania, producto de la Taumaturgia siniestra de Vlad Drácula. Mientras que otros miembros de Fahrenheit 451 eliminaban activamente Vampiros, ellos dos estaban más a su ritmo, cualquier Vampiro que se les acercaba, terminaba muerto incluso antes de que pudiera reaccionar. Ellos tenían un objetivo en la mira, desde que llegaron a Rumania, supieron de la presencia de aquella persona en el país y la querían muerta más que nada en el mundo. 

En su camino, llegaron a un pueblo abandonado de Transilvania, anteriormente habitado por civiles que fueron convertidos en Vampiros por Drácula. Había manchas de sangre seca entre las casas y las calles, las ventanas de las casas estaban destruidas, al igual que las puertas y habían múltiples cadáveres en un estado avanzado de descomposición que todavía conservaban marcas de mordidas en todo su cuerpo. 

En el centro del pueblo, se encontraba una mujer de rasgos ingleses, de cabello negro largo que le llegaba hasta los omóplatos, ojos completamente negros con pupilas escarlatas y figura curvilínea. Llevaba un vestido de estilo victoriano escotado de color azul oscuro, que dejaba expuesto sus hombros y espalda, le llegaba hasta los tobillos, llevaba tacones negros con plataforma, junto a guantes largos que le llegaban hasta la mitad de los brazos. La mujer se encontraba danzando al son de una melodía que únicamente podía ser escuchada por ella misma, era como una especie de vals clásico. 

—Moon Dickens, ha pasado el tiempo —dijo Evie, con las manos en los bolsillos de su chaqueta—. ¿Dónde está Jure Grando?

La mujer parecía ignorar completamente lo que decía Evie, enfocándose únicamente en su danza. La chica Dhampiro frunció el ceño y miró hacia su hermano, quien sacó de su gabardina tres cuchillos arrojadizos de plata, los cuales lanzó hacia Moon, pero en un abrir y cerrar de ojos, ella los atrapó como si nada, mostrándolos a los dos hermanos con burla.

—Han sido una piedra en nuestro zapato, desde que fueron adoptados por ese sacerdote de mierda —mencionó Moon, deteniendo su danza parar mirar a los dos hermanos con aires de superioridad—. Siempre he pensado que Lord Grando es demasiado misericordioso con ustedes, pero él piensa que son divertidos y rivales dignos, sobre todo una mestiza como tú.

—Es un halago que el mayor Rey de los Vampiros nos considere "divertidos" —bromeó Howard con una ligera sonrisa.

—Dickens... no quiero repetirme tres veces, ¿Dónde está Jure Grando? —inquirió Evie, con una mirada siniestra y penetrante.

—Uhmmmm... no lo sé, creo que se me olvidó —replicó Moon con una sonrisa de inocencia, alzándose de hombros.

Savage Spirit. Kata de Viento: Azote del Viento. 

Tras un boom sónico que se escuchó por kilómetros y kilómetros de Transilvania, un golpe directo de Evie Kane fue detenido en seco por Moon.

—Oh querida, deberías saber más que nadie que un Dhampiro no puede compararse en términos físicos a un Vampiro de verdad —dijo Moon, con una mirada burlona.

—Y tú deberías saber que subestimarnos, es el peor error que puedes —replicó Evie, con una ligera sonrisa.

Unas telas verde oscuro envolvieron los brazos y las piernas de Moon, alzándola en el aire para golpearla con las casas cercanas, atravesando cerca de cinco antes de soltarla.

Howard Kane ahora portaba una armadura medieval europea, de un color negro metalizado y con una cruz en el pecho, así como varios versículos de la Biblia escritos en latín por varias partes de la misma, junto a una capa con capucha de color verde oscuro, la capa era capaz de extenderse y contraerse según la voluntad del joven cazador y estaba rodeada por un aura de Maná, por último, una máscara de plata cubría su nariz y boca.

Aquello era un Artefacto Sagrado, La Armadura de San Antonio el Grande, un Santo cristiano que tras enfrentarse a los Demonios múltiples veces y resistir sus tentaciones, mantuvo su fe intacta y Dios lo bendijo con una gran fuerza para seguir luchando contra las fuerzas del mal. Pudiendo cambiar entre una armadura y un sudario, este fue el legado que le dejó su maestro a Howard.

De entre los escombros de una de las casas, Moon Dickens salió como si nada, únicamente limpiándose el polvo de su vestido.

—¿Eso es todo? —inquirió siendo rodeada por su aura de Maná Oscuro—. Ven a mí... ¡Mr. Alfred!

Los dos hermanos abrieron los ojos de par en par, al ver como Moon Dickens había invocado como Espíritu Familiar a una limusina demoníaca de color negro, con dos cuernos de rojo en el capó, su ruedas eran de fuego y el sonido del escape parecían gritos desesperados de mujeres. El vehículo era conducido por un esqueleto con ojos de fuego escarlata, vistiendo un elegante traje negro y una gorra de cuero. Música power metal sonaba a todo volumen mientras Moon estaba sentada en el asiento del copiloto, bebiendo una copa de sangre y bailando con jovialidad.

—¿Cinturones puestos? —preguntó Mr. Alfred, con un notable acento inglés.

—¡Todo listo! Arróllalos, Mr. Alfred —ordenó la Vampiresa, con maquiavelismo.

—Cierto, olvidé que a ella le gustaba lo extravagante —mencionó Howard, con una ligera mueca debajo de su máscara.

https://youtu.be/GDBGhop2J7A

El chófer esquelético pisó el acelerador a fondo y la limusina salió disparada como meteoro, envuelta en llamas.

—¡Carajo! ¡Ven, Fenrir! —conjuró Evie, haciendo la silueta de la cabeza de un lobo con sus dos manos.

La misma Evie Kane al verse en aquella situación, invocó también a su propio Espíritu Familiar, el cual tenía la apariencia de Fenrir, el lobo gigante del Panteón Nórdico, aquel que terminó devorando a Odín, Rey de Asgard. El lobo era de pelaje negro, de ojos verdes resplandecientes, con grilletes en sus cuatro patas y en su cuello. 

Los dos hermanos se subieron en su lomo, empezando una persecución a toda velocidad contra el infernal vehículo de la Vampiresa alrededor de todo el pueblo, destruyendo casas, la escuela, todo lo que se atravesara en su camino. Moon Dickens abrió la cajuela de su limusina, revelando un panel de control, presionó uno de sus botones y de los laterales salieron dos metralletas gattling que dispararon balas hechas de Maná Oscuro.

Luminokinesis: Shield Against Darkness (Escudo Contra las Tinieblas) —conjuró Howard, tras una serie de tres gestos manuales.

Howard se recubrió a él, a Evie y a su Espíritu Familiar con una luz blanca, que hizo que las balas rebotaran sobre ellos, pero para poder mantener dicho conjuro, tenía que quedarse quieto con el último gesto manual que realizó.

—¡Cuando quieras, hermana! —exclamó Howard, luchando por mantenerse quieto.

—¡Vamos, Fenrir! —ordenó Evie, con una mirada determinada.

Se había acabado el juego del gato y el ratón, Fenrir se dio la vuelta y dio un fuerte pisotón en la tierra con sus dos patadas delanteras, invocando múltiples estacadas de hielo desde la tierra.

—¡Vaya! Ese Espíritu Familiar se ha vuelto más fuerte desde la última vez que lo vi —mencionó Moon, con el dedo índice cerca de los labios, para luego presionar otro botón del panel—. Nos vemos luego, Mr. Alfred.

—Siempre es un placer, Srta. Dickens —se despidió el Familiar, haciendo un gesto con su gorra.

Moon salió expulsada de la limusina con todo y asiento, mientras esta era destruida por las estacas invocadas por Fenrir, aterrizando con gracia en el suelo, para luego empezar hacer varios gestos de manos mientras varios Círculos de Maná, con inscripciones celtas aparecían en el aire.

—Este truco lo aprendí hace mucho tiempo, cuando todavía tenía esclavos irlandeses bajo mi posesión... ahhhh, que tiempos aquellos —comentó con una sonrisa maliciosa—. ¡Geokinesis: Shining Pearls!

Varias perlas aparecieron alrededor de los hermanos, ambos sintiendo el peligro de aquellas cosas empezaron a destruirlas sin esperar ni un solo segundo.

Electrokinesis: Divine Spear of the Storm (Lanza Divina de la Tormenta) —volvió a conjurar, creando una lanza hechas de rayos en su mano.

La lanza eléctrica rebotó entre las perlas que flotaban alrededor del campo de batalla, aumentando su velocidad y haciendo imposible determinar su patrón. La única que pudo reaccionar de milagro cuando estaba a punto de impactar contra ellos, fue Evie, quien con su velocidad sobrehumana, hizo los gestos manuales a tiempo.

¡Umbrakinesis: Shadow Shield! (Escudo Sombrío)

Evie creó un escudo es forma de cruz invertida hecho de un Maná Oscuro de color morado, el cual logró detener el ataque, pero la onda expansiva los arrastró varios metros lejos. 

Moon Dickens no desperdició la oportunidad y agarrando su falda para evitar tropezar, corrió hacia ellos como un flash, siendo interceptada por Evie, quien bloqueó un zarpazo de la Vampiresa con el antebrazo.

Savage Spirit. Kata de Fuego: Dragón Santo del Fuego.

Evie bloqueó y desvió más de los ataques de Moon usando sus antebrazos y codos, los movimientos de ambas mujeres eran tan rápidos que era imposible seguirlos con la vista humana convencional, sus brazos se desdibujaban en el aire. En medio de ese intercambio de golpes, Howard se reintegró al combate, logrando conectarle un gancho a la Vampiresa en el rostro al estar tan centrada en su hermana, mandándola a volar unos diez metros, con la parte del rostro donde la golpeó quemada, debido a la armadura bendita que usaba y a causa de eso, esa herida sanó más lento de lo que debería.

—Gracias hermano —dijo Evie, limpiándose el sudor de la frente.

—¿Cómo está Fenrir? —inquirió estando en guardia.

—Aún puede luchar perfectamente —respondió la chica con una sonrisa mientras acariciaba al lobo gigante.

—Joven Kane, le felicito, ese fue un buen golpe —declaró Moon, lamiéndose la sangre que brotó de su labio—. Es hora de pelear en serio, serán un excelente regalo para Lord Grando —la Vampiresa volvió hacer una serie de gestos de manos, los tres cazadores corrieron hacia ella para detenerla, pero era tarde—. Arts of Hell: Forced Summoning of Demons (Artes del Infierno: Invocación Forzada del Infierno)

Las uñas de Moon Dickens se volvieron garras afiladas de las cuales salieron una cadenas moradas. Enfrente suyo, apareció un Círculo de Maná de color escarlata con un símbolo ocultista y una sola frase que se podía leer en él: M A R B A S. Las cadenas de sus garras se movieron por su cuenta, atravesando el Círculo y trayendo de él a un ser del averno.

Moon Dickens en el pasado, era una desgraciada total, una mujer de la aristocracia inglesa, que antes de volverse una Vampira era una adoradora de Samael y los demás Soberanos del Infierno, ofreciéndoles sacrificios humanos con las personas que traía desde Irlanda con la excusa de ofrecerles trabajos dignos. Cuando se volvió una Vampiresa, sus capacidades taumatúrgicas pasaron de mediocres a superar a los mejores Magos de su país, fue así que pudo dominar una de las técnicas más complejas de las artes demoníacas.

Del portal, apareció un ser humanoide con la apariencia de un león de pelaje blanco, ojos dorados, físico musculoso, brazaletes dorados en sus muñecas y un taparrabos que lo cubría. Era uno de los Presidentes del Infierno, Marbas, El León de los Secretos. 

La Invocación Forzada del Infierno es un conjuro bastante poderoso, el cual le permite al usuario hacer un Contrato de Esclavitud con un Demonio de alto rango del Infierno, pero dicho contrato solo dura cinco minutos, pasado ese tiempo, el Demonio regresará al Infierno. Otra cosa a tener en cuenta, es que dependiendo el Demonio a invocar, el precio por haberlo hecho puede ser más o menos riesgoso, para eso, Moon Dickens siempre estaba preparada.

—Oye Marbas, tengo algo para ti —dijo Moon, lanzándole un frasco que emitía un destello celeste, era un alma humana.

—¡Je! Pocos humanos son tan despiadados como para tener un alma lista para mí —comentó el Demonio, devorando el alma de un solo bocado.

—Hermana, Fenrir y yo nos encargaremos del Demonio, ¿puedes con Dickens? —declaró Howard, sacando de su armadura una cruz cristiana hecha de plata, la cual tenía un trozo de madera dentro de un cristal en el centro.

—Por supuesto, déjamelo a mí, hermanito —aseguro Evie, con una dulce sonrisa.

https://youtu.be/KRrVWsqWWi8

Desde la cruz, Howard invocó la hoja de una espada de doble filo, hecha de una luz sagrada que al verla, Marbas puso una expresión de asco, sabía perfectamente lo que hacía esa arma.

El Mago junto al Espíritu Familiar fueron de frente contra el Demonio, mientras que Evie se impulsó con ambas piernas, casi conectándole una patada en todo el rostro a la Vampiresa, de no ser porque Moon la bloqueó a tiempo, contraatacando con sus uñas convertidas en afiladas cuchillas. 

Evie esquivó ese último ataque, aunque su camisa resultó algo rasgada. La Dhampiresa adoptó una pose a la de muchas artes marciales chinas, con las piernas ligeramente flexionadas y las piernas

Umbrakinesis: Claws of the Nightstalker (Garras del Acechador Nocturno) —conjuró convirtiendo sus brazos en guanteletes con garras—. Savage Spirit. Kata de Viento: Libertad.

Evie se movió alrededor de la Vampira en un patrón poco ortodoxo, como si estuviera en medio de una hermosa danza, era tan rápida que podía crear imágenes residuales con cada movimiento, incluso a Moon Dickens se le dificultaba seguirle el paso con su vista.

—Las artes marciales fueron creadas para que los débiles se defendieran, incluso una Dhampiresa como yo, puede matar a alguien como Jure Grando —declaró Evie, con una mirada determinada—. Savage Spirit. Kata de Agua: Lluvia Torrencial.

Atacando a Moon a traición, Evie la bombardeó sin parar con poderosos zarpazos que fluían como las olas del mar, el contraataque era imposible para Moon quien estaba atrapada en aquel oleaje humano. Finalizando con un golpe similar a un Nukite del karate que atravesó su pecho por completo, estrellándola contra otra de las casas del pueblo.

—¡Toma eso, maldita zorra chupasangre! —exclamó Evie, con una sonrisa de oreja a oreja—. Eso te pasa por subestimarnos.

—Sí... tienes razón, son peores que tener una espinilla en culo —replicó Moon, levantándose entre los escombros con un sonrisa neurótica—. Una Marquesa como yo, no puede permitirse perder ante una insignificante mestiza como tú —cuando sus heridas sanaron por completo, junto con su vestido, de su esófago sacó un cilindro metálico, el cual abrió, sacando de allí una jeringa—. Esto es un pequeño regalo de Lord Goethe, será un gran honor probar este invento tan vistoso.

Moon se inyectó por completo el líquido de la jeringa, haciendo que su piel se vuelva completamente roja, sus ojos se volvieron dorados, le crecieron dos cuernos negros en la frente y una cola que terminaba en forma de cuchilla. La Vampiresa se arrancó su vestido, cubriendo sus partes íntimas con unas llamas moradas que ella misma invocó, sus niveles de Maná Oscuro aumentaron enormemente, preocupando tanto a Evie como a su hermano, que encontraba luchando contra el Demonio.

En un instante, Evie recibió un golpe directo en el estómago por parte de Moon, que le hizo escupir sangre y atravesar dos casas enteras.

—¡Hermana! —grito Howard, recibiendo también de lleno un golpe de Marbas que lo arrastró diez pasos, lo había resistido gracias a la armadura.

Fenrir se apresuró y atacó a Marbas con una espada colosal que sostenía con su hocico, alejándolo de Howard.

Moon por su parte, no le dio descanso alguno a Evie, agarrándola de la pierna con su cola, para arrastrarla por todo el terreno de combate con una velocidad de mach 3, desgarrando su carne, la cual le quemaba como si estuviera en un hoguera de la inquisición. Acto seguido, la estrelló contra varios árboles, hasta soltarla.

—¡Hahahahahaha! ¡¿Qué vas hacer ahora, Evie Kane?! ¡Me he convertido en una verdadera Demonio! ¡Hahahahahahaha! —exclamó entre risas descontroladas—. Mi Lord Grando se puede quedar sin sus regalos... ¡porque me los comeré a los dos, sin dejar ni siquiera los huesos! ¡Me los comeré vivos y veré sus caras llenas de agonía!

—¿"Comer"?... sí, comer, necesito comer algo... tripas, hígado, estómago y riñones, tantas opciones y tan poco tiempo —dijo Evie, mientras sus heridas terminaban de curarse y su Maná Oscuro también aumentaba.

—¡Hermana, mantén el control! ¡No dejes que esos impulsos te dominen! —advirtió Howard, abriendo los ojos de par en par.

—Moon Dickens, ¿te convertirías en otro de mis pecados? —inquirió mostrando sus colmillos y su cabello flotaba cual tentáculos en el aire—. ¡Es hora de la cacería!

El Maná Oscuro de Evie salió por montones de su cuerpo, otros Magos como Alastor o Jane, así como Leyendas como Jeanne y Siegfried lo sintieron desde lejos. Dicho Maná se separó de ella y adoptó una forma física, había invocado a un segundo Espíritu Familiar.

A diferencia de Fenrir, este tenía la forma de una mujer de rasgos hindúes, con cabello blanco largo, ojos rojos, piel pálida y con un físico voluptuoso, de grandes senos y caderas anchas. Llevaba un vestido de estilo hindú, de color morado y detalles florales de color rosado, flores de loto doradas en el escote y que dejaba ver sus sensuales piernas y la tanga negra que la cubría. Su vestido era acompañado por guantes y medias altas del mismo color con líneas doradas, y llevaba tacones dorados.

—Te presento a mi segundo Espíritu Familiar, Kama Ashura —declaró Evie, sonriendo de forma perversa, al igual que aquel espíritu femenino.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro