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Capítulo 4 💫

«No me importa que pasen las horas, los días y los años; lo único que deseo es que todo ese tiempo que pase, sea a tu lado». 

🐺

Cuando mencioné sobre el pez blanco, el chico pareció salir de un trance y su mirada se posó en mí. Sus ojos, antes perdidos en la contemplación de los peces, ahora se encontraban fijos en los míos. Hubo un momento de silencio tenso entre nosotros, como si ambos estuviéramos procesando cualquier cosa que estuviera pasando por nuestras cabezas.

Entonces, con una leve tensión en su voz, respondió cortante:

—Sí, es solo un pez.

No le mostré importancia al diferente acento que tenía, porque el tono abrupto me tomó por sorpresa, y sentí un ligero pinchazo de desilusión. Nos quedamos mirándonos por un momento más, pero el ambiente amigable que quería que compartiéramos parecía haberse desvanecido.

El chico frente a mí tenía una buena complexión y era bastante alto, posiblemente rondando el metro noventa y siete, aunque no estaba segura ya que me doblaba en tamaño. Su cabello era de un hermoso tono negro azabache que caía en suaves mechones alrededor de su rostro, contrastando con unos ojos azules que parecían brillar con luz propia. Su piel era blanca pero bronceada, lo que le confería un aspecto tan hermoso como irreal para mí. Observarlo era como ver a un dios entre mortales, muy diferente a los chicos que había conocido hasta ahora.

Sus facciones eran duras, como las de un depredador, y sus labios, aunque peligrosamente tentadores, parecían tener un atractivo letal. Sin embargo, la hermosa sonrisa que había visto lo contrastaba todo, suavizando sus rasgos y mostrando una calidez inesperada.

A pesar de su reacción, no podía evitar sonreír levemente mientras le decía:

—Sí, puede que solo sea un pez, pero a veces las cosas más simples pueden ser las más hermosas, ¿no crees?

La mirada del chico se posó brevemente en mí y luego volvió a la pecera. Con un tono aún más cortante, respondió:

—Como quieras.

A pesar de su respuesta tajante, decidí mantener la calma. Mantuve mi sonrisa y asentí suavemente antes de volver mi atención a los peces, dejando pasar el momento incómodo.

Después de un breve momento, decidí romper el hielo.

—Por cierto, ¿cómo te llamas? —pregunté, tratando de infundir un poco de ligereza en la conversación.

El chico pareció considerar la pregunta por un momento antes de responder con una voz tensa, como si le doliera hacerlo:

—Dam.

—¿Solo Dam? —Pregunté curiosa.

—Damon...

En ese momento, apareció un chico y se acercó rápidamente, con gesto serio.

—Dam, ¿qué estas haciendo aquí? —dijo él con firmeza, luego posó su mirada en mí y agregó—: Y tú, deberías alejarte de él.

La tensión en el aire era palpable mientras el chico me miraba con seriedad, dejando claro que no estaba dispuesto a permitir ningún tipo de acercamiento entre nosotros.

La situación se volvió aún más tensa cuando Danna intervino, acercándose a nosotros con una copa entre sus manos visiblemente enojada.

—¡Donovan! ¿Qué estás haciendo? —preguntó ella con tono de reproche—. ¿Por qué le dijiste eso a mi nueva amiga?

Donovan la ignoró por completo y agarró a Damon del brazo con firmeza.

—Cállate, no te metas —respondió él con brusquedad, mientras intentaba apartar a Damon.

—Si me meto, no eres nadie para prohibirle a Damon que vea a las personas —contraatacó Danna, mostrando su determinación.

—Danna, sabes muy bien por qué no lo permito, así que no intervengas.

Las palabras de Donovan provocaron una reacción aún más intensa en Damon, cuyo rostro se tensó de ira.

—Donovan, di algo más y te parto la cara —masculló Damon entre dientes, mostrando claramente su enojo.

—Tal vez deberías recordar por qué lo hago Damon, así que entiende.

—Donovan... —Verbalizó Damon con una sentencia en sus palabras.

—¡Basta ya! estamos en una fiesta, no pueden hacer el ridículo, par de estúpidos. —Vociferó Danna apretando la copa tan fuertemente que podría romperla.

—No digas que no te lo advertí, Damon. —Expresó Donovan, dirigiéndome una mirada dura, como si quisiera lanzarme todo el odio del mundo que sentía.

—Nyssa, veo que ya conoces a mis hermanos y sé que no fue la mejor manera de hacerlo. Te pido disculpas por ello. —Explicó Danna, sonriendo como si segundos antes no iba a romper esa copa que tenía en las manos.

¿Ellos eran sus hermanos?

Observé detenidamente a cada uno de ellos, notando las similitudes y diferencias entre sus rasgos. Aunque Donovan tenía el cabello castaño claro y los otros dos lo tenían negro, la característica más parecida era el color de sus ojos: Los tres tenían el mismo color de ojos azules, de un azul tan brillante que parecía irreal. Después de eso, comencé a notar cuánto se parecían en otros aspectos. En conjunto, su belleza era sorprendente, como si fueran tres dioses del inframundo caminando sobre la tierra.

—Está bien, no te preocupes. —Negué nerviosa restándole importancia.

Su actitud dulce era evidente, aunque su tono seguía siendo serio y autoritario.

—Claro que lo hago. Tengo que velar para que ellos no te molesten, así que tú tranquila y yo me ocupo —afirmó con determinación.

Luego, señaló a los dos chicos con gesto amistoso.

—Este es mi hermano mayor, Damon —dijo, indicando al chico de palabras cortas—, y este de acá es mi otro hermano mayor, Donovan —continuó, señalando al chico de cabello castaño claro—. Aunque Damon y Donovan pueden parecer de la misma edad, no lo son. Damon es mayor por un año. Y yo soy la más pequeña, cumplí los dieciocho recientemente.

—Entiendo, aunque nuestra manera de conocernos no fue la mejor, espero que en el futuro podamos empezar con el pie derecho. —Expresé, mirando a los chicos con una sonrisa que no fue correspondida.

Donovan se marchó sin decir una palabra más ni volver a dirigirnos la mirada, lo que me hizo preguntarme qué habría hecho mal o qué le estaría pasando. El otro hermano también se fue sin una palabra, su actitud indiferente dejó un gran vacío en mí y no entendía por qué me importaba tanto. Me pregunté si de alguna manera había contribuido a esta frialdad tan inesperada.

—No te preocupes Nyssa, son así todo el tiempo —dijo Danna con un gesto de desdén, intentando calmar mis preocupaciones—. Y tampoco suelen relacionarse mucho con personas que no conocen.

—Entiendo... —murmuré, tratando de comprender. 

Aunque no podía negar que la actitud indiferente de los hermanos había herido mis ganas de seguir hablando. Mi mirada se deslizó involuntariamente por la gran espalda de Damon, descendiendo por su cuerpo hasta posarse más de lo debido en su trasero. Como si supiera que lo estaba observando, giró la cabeza en nuestra dirección y yo desvié rápidamente la mirada.

Sería interesante conocerte, Damon.

Con el tiempo, Danna y yo comenzamos a charlar. Me explicó que durante algunos años, ella y su familia venían a este lugar para explorar y fue así como sus padres descubrieron el paradero de mi padre, del cual no tenían noticias desde hacía años. Decidieron quedarse aquí, lo que implicaba que ella empezaría su primer año de universidad en el pueblo. Durante nuestra conversación, compartimos detalles sobre nuestras vidas. Puedo decir que nuestra charla fue bastante entretenida, ya que cada palabra que ella pronunciaba lograba sacarme una sonrisa.

—¡Danna! —gritó una voz femenina que reconocí al instante a mis espaldas.

—Karinna. ¿Cómo has estado? —saludó ella, y me giré para ver el rostro de la pelinegra.

—Bien. Recuerdo que la última vez que volviste de Francia estabas más pequeña, y ahora has crecido, te ves hermosa. —Karinna pareció ignorar mi presencia como si no existiera, acercándose para abrazar a Danna.

—Tú también te ves más hermosa, aunque siempre lo hiciste. —Danna correspondió el abrazo.

—Gracias. —Dijo Karinna, sus ojos dejaron de mirar a Danna para posarse en los míos.

El encuentro entre Danna y Karinna pareció lleno de complicidad y afecto, pero cuando Karinna se dio cuenta de mi presencia, su atención cambió. Aunque me dirigió una mirada breve, su expresión dejó en claro que yo era una presencia insignificante en comparación con su interés por Danna. Su actitud desinteresada me hizo sentir como si fuera invisible, pero traté de no dejar que eso me afectara.

¿De dónde se conocían estas dos?

—Karinna, ella es...

—Nyssa, sé quién es —respondió con actitud indiferente.

—¡Qué emoción! Mis dos amigas se conocen, ¿y de dónde lo hacen?

—Por ahí. —Dijo ella sin importancia, pero decidí seguir adelante y molestarla un poco.

—De la primaria. —Sus ojos cafés claros se clavaron en los míos como una sentencia, pero la ignoré y puse una sonrisa radiante en mi rostro.

—Eso es genial, significa que son viejas amigas ¿verdad? —preguntó Danna, sus ojos azules llenos de intriga y felicidad.

—La verdad, no somos amigas. En lo absoluto. —Dejé de sonreír y vi cómo ella se tensaba, su cara poniéndose roja.

—Danna, será mejor que me vaya, ¿Has visto a Damon? —preguntó y eso llamó mi atención.

—Sí, lo vi hace un rato, pero ya no sé dónde está. Sabes que siempre que puede, se desaparece —dijo ella, rodando los ojos entre risas.

—Gracias, fue un placer volver a verte Danna. —Expresó la pelinegra dándole un beso en las mejillas de despedida, pasó por mi lado y añadió. —Lástima, no puedo decir lo mismo de ti.

—Bueno, lamento escuchar eso. Espero que en el futuro nuestras interacciones sean más agradables. ¡Que te vaya bien en tu búsqueda! —respondí, una sonrisa tensa y falsa adornando mi rostro.

—La sobrina de un asesino, no tiene derecho a opinar. —Miré cómo su mandíbula se tensaba, aunque sus palabras me hirieron, no me dejé intimidar.

—Entiendo que puedas tener una opinión diferente —contesté con calma, aunque por dentro ardía—, pero creo que etiquetarme de esa manera no refleja quién soy realmente. No permito que mi familia defina quién soy. ¿Tienes algo más que agregar, o podemos dejar este tema aquí?

—No sabes nada de mí y me arrepiento de haber conocido a la sobrina de un asesino y haberla llamado amiga.

Su boca solo destilaba veneno. No supe desde cuándo aprendió a hablar así; ella no era de esa forma, había cambiado mucho. Tal vez se arrepentía de haberme llamado amiga, pero yo no lo hacía.

Observé cómo se alejaba, su vestido verde corto resaltando sus proporciones. Era hermosa, y se lo había dicho varias veces. Era una lástima que nuestra amistad hubiera llegado a su fin; era una gran amiga.

🐺

 ¡Hola a todos/as! 

Les traigo el capítulo 4. Espero que lo disfruten. Seguiré actualizando pronto si todo va bien.

✨ ¿Qué opinan del capítulo?

El capítulo siguiente es una sorpresa, puesto qué narrara un punto de vista diferente. Y se enteraran de mas cosas. 👀

¡Hasta la próxima! Cuídense.

—Erika M.

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