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Capítulo 12 💫

«Primero nosotros y luego el mundo».

🐺

Diablillos, la maestra volvió, y voy a pasar la lista, así que digan presente:

***

— NYSSA WALTON —

Estábamos resguardadas del aguacero en el automóvil cuando una luz repentina de otro vehículo nos sacó del ensimismamiento.

De pronto, mi corazón se aceleró al ver descender a Damon del auto negro. Su mirada penetrante recorrió el lugar, apretando la mandíbula con firmeza. Mis compañeras también notaron la luz y alzaron la cabeza de golpe. Danna salió rápidamente del auto, seguida de Brielle y yo, con un palpable miedo.

Frente a él, vi a un chico rubio, aparentemente amigable pero con una extraña aura a su alrededor. Observé cómo le susurraba algo a Damon, quien frunció el ceño con exasperación.

—Damon, ¿Qué demonios es esto? Seguro tú lo sabes, ¿verdad? —preguntó Danna con urgencia, su cabello azul empapado por la lluvia.

El chico rubio parecía mirarla con cariño, aunque Danna no le prestaba atención.

Damon analizó la escena, ladeando la cabeza con un gesto inconsciente.

—Es brujería oscura —dijo frunciendo el ceño. —Han practicado brujería con este cuerpo.

¿Brujería oscura? ¿Cómo podría ser eso? ¿Quién ha hecho esto?

Brielle, quien era la menos creyente entre nosotras, comenzó a temblar a mi lado. Comprendí su reacción, esta era una situación difícil.

—Será mejor que vuelvan al auto. Nosotros nos encargaremos de esto —ofreció el chico rubio, mientras Danna apretaba los puños.

—No, quiero quedarme aquí. Quiero saber cómo apareció este cuerpo en medio de la carretera, cómo sucedió todo esto —exclamó Danna, moviendo las manos con desesperación.

—Lo siento, Danna. Pero es mejor que se vayan —declaró Damon, claramente perdiendo la paciencia.

Por supuesto, había una parte de mí que realmente quería saber qué estaba sucediendo. ¿Brujería? ¿En pleno siglo XXI? Era un poco difícil de creer, pero, ¿quién sabe? La vida a veces puede ser bastante impredecible.

—Perdón, pero tú no me mandas. —Refuto con un poco de necedad y sonrió mentalmente cuando él me observa como si no se lo creyese. —Yo si quiero saber qué ha pasado.

En realidad, ¿qué podíamos hacer? Estábamos atrapadas en una situación que parecía sacada de una pesadilla, y ninguna de nosotras estaba segura de qué hacer a continuación. Pero, por supuesto, la idea de salir corriendo hacia el auto en lugar de enfrentar el problema de frente era simplemente brillante.

—Oh, claro, porque quedarse en medio de una situación potencialmente peligrosa es exactamente lo que todas deberían hacer, ¿verdad? No importa que puedan estar en riesgo, al menos no molestarán más. —Sus palabras llevaban un sarcasmo cortante, mientras su mirada fría se posaba en nosotras. Era obvio que no tenía paciencia para nuestras tonterías, pero tampoco parecía dispuesto a explicar qué estaba sucediendo realmente.

—Lo siento, pero se van. No quiero ponerlas en riesgo —dijo, tomando a Danna del brazo y haciendo que volviera al auto. Nosotras la seguimos detrás, observando la escena de los dos hermanos.

—Oye, amigo, más despacio con la chica —se incluyó el rubio, y Danna ya estaba roja de la ira.

—¡Cállate, estúpido! ¡Puedo soportarlo! —chilló Danna desde la parte trasera del Corvette.

Danna sonrió con ironía, y observé cómo sus ojos brillaban con una intensidad inusual, como si estuvieran tratando de contener algo.

—Danna, te lo prohíbo. Deja de ser tan necia. ¡Es por tu bien! —presionó Damon, pasándose bruscamente las manos por su cabello negro.

—No me trates como si fuera una muñeca de trapo —replicó con firmeza.

—¡Es por su bien, joder! —exclamó Damon, y aunque en parte tenía razón, mi orgullo me impedía ceder.

—Nyssa, será mejor que nos vayamos, no me siento bien...—susurró Brielle a mi lado. La observé; estaba pálida, probablemente había cogido un resfriado por la lluvia, pero algo me decía que no era solo eso.

—Está bien —acepté, preocupada por su estado.

—Váyanse de aquí y sin protestar —ordenó Damon. Me enojó que me mandara así, pero sabía que era por nuestro bien. Asentí, tomando las llaves de las manos de Brielle.

En mi afán por quitárselas, las llaves cayeron al suelo, provocando un sonido chirriante que resonó en mis oídos. Cerré los ojos tratando de enfocar mi vista.

—Toma —dijo Damon, ofreciéndome las llaves. Las tomé, rozando sus dedos en el proceso y sintiendo una extraña corriente desde las puntas de sus dedos hasta mi cabeza. Fue extraño.

—Gracias —murmuré nerviosa, y coloqué a Brielle en el asiento trasero con Danna. Decidí que lo mejor sería que yo condujera.

Danna no dejaba de protestar por las palabras del "Erizo de su hermano", según sus propias palabras, mientras yo insertaba nerviosa las llaves en el auto bajo la mirada de Damon.

—Listo... —murmuré encendiendo el auto.

—Vayan con cuidado —dijo él mientras se dirigía hacia el rubio. Conduje el auto pasándolo junto al cadáver y luego por su lado, observando detenidamente al rubio, quien me regaló una sonrisa ladina seguida de un guiño. Vaya día para estar sonriendo.

Conduje con cuidado por la carretera, reparando en cada detalle, sintiendo las gotas de lluvia golpear el parabrisas. Traté de calmarme, respirando hondo y luego exhalando.

Dejé a Danna en su casa, quien se despidió visiblemente aún enojada con su hermano, y luego llevé a Brielle a mi casa. Ella dijo que quería quedarse conmigo esta noche, y estoy encantada con la idea. Lo más probable es que mi padre no esté y llegue más tarde.

***

—¿Qué se siente estar enamorada? —escuché la voz de Brielle, adormilada, a mis espaldas.

Por alguna razón, me encontraba sentada en mi silla giratoria, cerca de mi mesita de luz, mientras Elle estaba en mi cama boca arriba. Ella había mencionado sentir vértigo, pero que luego todo había mejorado, así que me dispuse a intentar dibujar cualquier cosa que viniera a mi mente en total silencio. Y justo en ese momento, después de tanto silencio, fui interrumpida por Brielle.

—¿En serio me estás preguntando eso a mí? —respondí con incredulidad, mi vista fija en el pequeño cuaderno de hojas en blanco donde estaba formándose algún tipo de dibujo extraño.

—Bueno, no es como si lo supieras, pero me gustaría intentarlo —dijo Brielle, y sonreí mientras mi mirada seguía fija en el cuaderno.

—Yo también quisiera sentir esa pequeña cosa llamada amor. ¿Es tan fuerte como dicen que es? —pregunté, pensando en cómo se sentiría enamorarse.

—Supongo, pero podrías intentarlo, ya sabes... Con Damon —explicó Brielle, logrando que abriera mis ojos sorprendida.

—¿Qué? ¡No! —exclamé nerviosa, sintiendo cómo mis mejillas se calentaban. —Es imposible, yo a él no le gusto.

—Nada es imposible en este mundo, difícil sí, pero nunca imposible —comentó Brielle, y giré mi silla para estar frente a ella.

—No puedo arriesgarme, ¿y si todo termina mal? —pregunté, con un deje de decepción.

—Bueno, eso depende de si te gusta él, ¿lo hace? —interrogó lentamente, y entorné los ojos un poco intranquila.

A pesar de estar nerviosa por querer contárselo, tenía esta necesidad de que alguien más lo supiera, y creía que Brielle era la indicada. Necesitaba un consejo. ¿Qué cosa extraña era esto que sentía por Damon?

—No lo sé, solo sé que cada vez que lo veo, mi corazón late fuertemente, es... no sé, inexplicable —expliqué, posando mi vista en el piso.

—A ver... ¿Quieres estar con él? —preguntó Brielle, y aunque ya sabía la respuesta, cerré y abrí la boca tratando de hablar, pero nada salió. —Respira e intenta decirme.

—Uhm... S-sí —murmuré sin pensar, y eso la hizo levantarse rápidamente de la cama.

—Ahí está... —dijo, haciendo un chasquido con su dedo índice y pulgar. —¿Qué tal si lo ves mañana?

—¿Qué? ¡No! —negué rápidamente. —Sabes que ahora mismo hay una situación difícil con el cadáver y no deberíamos estar pensando en tonterías.

—Aprovecha, porque ese tipo de amores solo pasan una vez en la vida, y tal vez tu quieras intentar algo con él —dijo, volviendo a acostarse.

—No le intereso, no hay posibilidad de que estemos juntos. No te voy a negar que siento cosas extrañas por él que nunca me han pasado en mis diecinueve años de vida, pero eso no significa que deba ir a conquistarlo, no lo haré.

—¿Qué pasaría si le interesas? —preguntó Brielle, y negué nuevamente.

—Es imposible.

—No lo es, lo he notado, y es extraño.

—¿Extraño cómo?

—La vez que caíste a la piscina por culpa de Karinna, él apareció rápidamente y te ayudó. Juraría que no lo vi venir. ¿Cómo demonios corrió tan rápido? —preguntó, frunciendo el ceño confusa.

—A lo mejor ya estaba ahí. —Comenté haciendo caso omiso a sus palabras.

—No estaba ahí. —dijo mientras cruzaba sus brazos.

—Bueno, ¿y eso qué tiene que ver con lo que siento?

—Que te salvó rápidamente, le gustas.

—Por Dios, Brielle, solo lo hizo por cortesía.

—Cortesía, mi culo. —dijo y me reí abiertamente. —Solo diré que Damon está buenísimo y el hermano heredó esos genes, porque está como quiere.

—No negaré nada de lo que dices, esa familia tiene el don de la belleza, y si alguien me dijera que son dioses entre mortales, les creería sin pensar.

—Ves, yo tengo razón. —Murmuró y rodé los ojos. —Como la tengo, yo digo que te gusta.

—No me gusta.

—No lo niegues, tu cara me dice que sí; estás sonrojada —canturreó y sentí mi cara toda caliente.

—No es verdad. —Mentí formando un abanico con mis manos y agitándolas.

—Ay, por favor Nyssa, te conozco lo suficiente para saber que te mueres por él. ¿Crees que no me doy cuenta cómo lo miras?

—¡Que no es verdad! —exclamé sintiendo toda mi cara palpitar y mi corazón latir frenéticamente.

—¿Qué tal si lo ves, lo enamoras, se hacen novios y luego... —Comenzó pero luego hizo un silencio pensando en su siguiente palabra. —Le chupas la fuerza vital? ya sabes... para tener más energía.

—Oh por Dios, Brielle. —Reí avergonzada. 

—¿Por qué eres tan religiosa? Damon te llevaría al cielo y te regalaría las estrellas. —Dijo como quien no quiere la cosa. —Solo debes aceptar, incluso te enseñaría al Dios que tanto adoras.

—Creo que deberías dormirte, no sabes de lo que hablas —le sugerí a Brielle.

—Puede que tengas razón, pero lo que sí sé es que te gusta, y no puedes negarlo —canturreó de nuevo. Intenté ignorarla, aunque era imposible, y volví mi vista al pequeño cuaderno de dibujo.

Tomé el color azul y comencé a pintar lo que quedaba del dibujo, solo para darme cuenta de que había dibujado a medias los ojos de una persona a la que hace apenas unos minutos estuve negando que me gustara.

¿Realmente me gusta? Tal vez Brielle tenga razón. Si no, ¿por qué no me desagrada la idea de estar con Damon?

🐺

¡Hola a todos/as!

Les traigo el capítulo 12. Espero que lo disfruten. Seguiré actualizando pronto si todo va bien.

—¿Opiniones del capítulo?

—La verdad es que siempre se hablaba de los sentimientos de Nyssa, pero nunca se mencionaba si ella gustaba de él, y puede que sea como una niña pequeña descubriendo lo que siente, pero es que es inevitable. No sabe nada sobre el amor, que no sea el fraternal.

—Y no, no abandoné la historia en esta semana, era que tenía que presentar los parciales de fin de año escolar.  😭

¡Hasta la próxima! Cuídense.

Erika M.

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