Capítulo 10 💫
🐺
Diablillos, empezó la clase y voy a pasar la lista, así que digan presente:
***
Maratón 1/2
Leah se volvió hacia Brielle, quien la observaba con una mezcla de curiosidad y expectación en sus ojos.
—Es tu turno —anunció, con voz serena pero llena de solemnidad, extendiendo la mano hacia ella.
Sabía que el corazón de Brielle estaba lleno de anhelos y dudas sobre el amor, y estaba ansiosa por conocer lo que el destino le tenía reservado en ese aspecto.
La castaña barajó las cartas con cuidado, dejando que la energía del universo fluyera a través de ellas. Después de un momento de silencio, comenzó la lectura, con cada carta revelando un fragmento del futuro de Brielle en el amor.
Finalmente, levantó la mirada y se encontró con los ojos de Brielle, con una expresión que revelaba la complejidad de lo que estaba por decir.
—Tu destino en el amor es como un camino sinuoso, lleno de altibajos y giros inesperados. Te espera una relación llena de pasión y romance, pero también de desafíos que pondrán a prueba tu resistencia emocional. No temas abrir tu corazón, pero recuerda que el amor verdadero requiere valentía y sacrificio —declaró Leah, con una mezcla de seriedad y compasión en su voz.
Brielle absorbió sus palabras con atención, sintiendo una mezcla de emoción y aprensión ante lo que el futuro le deparaba en el amor. Pero a pesar de las palabras de la chica, sabía que ella tenía más para agregar.
—Date el tiempo y espera a tu persona destinada; de no ser así, sufrirás. —Afirmó, con una mezcla de seriedad y compasión en su voz. —No tomes lo que por ley, no te pertenece.
Leah dirigió su atención hacia mí, y sentí un cosquilleo nervioso recorrer mi cuerpo mientras sus ojos cafés se posaban sobre mí con una intensidad penetrante.
Faltaba yo...
—Pelirroja, es tu turno —mencionó, su voz resonando en la habitación con una calma casi hipnótica mientras extendía la mano hacia mí.
Respiré hondo, preparándome para enfrentar lo que las cartas revelarían sobre mi destino. Sentía una mezcla de emoción y temor en mi pecho, preguntándome qué me depararía el futuro, especialmente en lo que respecta al amor.
Barajó las cartas con cuidado, y mientras lo hacía, podía sentir la energía eléctrica que parecía bailar en el aire a nuestro alrededor. Cuando colocó las cartas sobre la mesa y comenzó la lectura, mi corazón latía con fuerza en mi pecho.
Después de un momento de silencio tenso, levantó la mirada y se encontró con la mía, su expresión enigmática.
—Tu destino en el amor es un reflejo de tu propia naturaleza: complejo, fascinante y lleno de misterio —declaró, sus palabras resonando en la habitación con un tono casi profético—. Recuerda siempre confiar en tu intuición y seguir el camino que te guíe hacia la verdadera felicidad.
—¿Pero ves esta carta? —preguntó señalando una donde había un hombre agarrando un tipo de palo sobre su hombro—. Se le llama El Loco, y al combinarla con lo que estoy averiguando sobre tu destino en el amor, significa que la relación sentimental se va a ver muy dificultada.
Asentí lentamente, asimilando sus palabras con seriedad. Sabía que el camino del amor no sería fácil, pero estaba decidida a enfrentarlo con valentía y determinación, confiando en que el destino me llevaría hacia donde realmente pertenecía.
—No celebres tan rápido... —explicó como si hubiera leído mis pensamientos—. Aquí hay otra. —La levanta con sus uñas pintadas de un esmalte blanco y puedo ver a un hombre de cabeza—. Entrega, renuncia y suspensión. Esta es la del colgado y significa que deberás hacer sacrificios en tu vida.
—¿Y qué quieren decir las demás? —pregunto señalando tres últimas cartas postradas en la mesa y ella me sonríe de una manera que me hace no querer saber.
—La muerte... La torre y la rueda de la fortuna. —Las lee y comienza a levantarlas una por una mientras explica—. La muerte es el dolor, habrá muertes alrededor de tu vida, mucho dolor y te sentirás perdida. —Hace una pausa y sigue. —La torre es cuando estás en la cima pero de un momento a otro, todo se derrumba.
—La rueda de la fortuna es la ilusión; puede que todo lo que te estoy contando pase como puede que no, pues cuando la rueda gira, solo ella decidirá si pasará o no. La rueda de la fortuna viene a decirnos que el destino es voluble y caprichoso y, por tanto, la buena o mala suerte es aleatoria. Viene a contarnos que tan pronto puedes estar arriba como caer a lo más profundo del Averno.
Agarré mis manos nerviosa, intentando controlarme. No sabía qué pensar sobre lo que había dicho. ¿Que mi futuro estaría lleno de muerte y dolor? ¿Que alcanzaría la cima solo para caer más profundo? Podría ser una vil mentira. Pero, ¿y si fuera verdad? ¿Y si realmente se cumplía? La incertidumbre me invadió mientras sus palabras seguían resonando en mi mente, sembrando la duda y el temor en lo más profundo de mi corazón.
—Y con eso concluye la lectura —enunció Leah, recogiendo las cartas y colocándolas cuidadosamente en su estuche. —Pueden retirarse ahora, pero recuerden, el destino es solo una guía, ustedes tienen el poder de moldearlo con sus acciones, y en el mundo del tarot no hay cartas buenas ni malas. —Con una sonrisa extraña, nos invita a abandonar la mesa. —Pueden pagar con tarjetas o en efectivo.
Con el corazón latiendo con fuerza en el pecho, me dirigí a pagar la consulta seguida de mis amigos. Abandonamos el lugar, decididos a que este sería el último lugar que visitaríamos. Era hora de regresar a casa. Subimos al auto de Brielle y, mientras nos acomodábamos, Isaac anunció que se iría por su cuenta a casa, dejándonos a nosotras solas para el viaje de regreso.
—Desde luego, tu destino fue el peor —expresó Danna con voz temblorosa, una vez que estábamos listas.
¡Gracias! sin duda eso me hizo sentir mejor, querida amiga.
—Sí, pensé que todo iba bien hasta que escuchamos lo último —dijo Brielle, tocando mi brazo desde el asiento de copiloto.
—Pero tranquila, ella dijo que todo podría suceder y a la vez no, así que para mí no sucederá —volvió a decir Danna, acomodándose las puntas azules de su cabello hacia delante.
—Sí, por eso no creo en esas cosas. Seguro es mentira y nos han estafado —comentó Brielle poniendo la Corvette blanca en marcha.
—¿Qué pasaría si todo lo que dijo es verdad? —pregunté con un atisbo de desilusión, sin darme cuenta de que había estado conteniendo la respiración.
Ya no quería más miseria en mi vida, he estado esperando esa luz al final del túnel.
—¿Sufriré un amor no correspondido? —preguntó Danna.
—¿Sufriré yo por no darme el tiempo y esperar a mi persona destinada? —interrogó Brielle desde su asiento.
—¿Confiaremos en lo que dijo ella? Tú misma escuchaste lo que dijo Karinna, Brielle —expliqué con temor.
—Esperen, ¿qué te dijo Karinna? —preguntó Danna intrigada.
—Le dijo que no terminaría nada bien en su futuro —se apresuró a explicar Brielle.
—Bueno, esperemos que la rueda de la fortuna haga misericordia en nuestras vidas —declaré, notando un silencio sepulcral en el auto.
No voy a confiar en nada de lo que dijo Leah. ¿Qué demonios había hecho en mis vidas pasadas para que me fuera tan mal en esta? Bueno, si era que existían las vidas pasadas.
¿Qué significaba la destrucción para mí? Nada, pues no era más que una sombra de lo que alguna vez fui. Mi familia y yo estábamos en la cúspide, pero en un abrir y cerrar de ojos, nos vimos precipitados hacia la tierra, destrozados por completo. La sombra que se cernía sobre nuestras vidas nos arrebató todo lo que teníamos.
Y es en este momento cuando me doy cuenta de que el destino tenía todo planeado para mí. Sin embargo, a pesar de cualquier cosa que él tuviera preparado, no me rendiría tan fácilmente. Yo escribiría mi propio destino.
El auto siguió en marcha y nos adentramos en la carretera, apenas alumbrada por unas cuantas farolas. De no ser por algo que había chocado con el vehículo en nuestro camino, seguiríamos derecho.
Brielle bajó del auto para averiguar qué había pasado y lo primero que escuché fue un grito alarmante. Luego, observé el rostro de Brielle, donde pude ver un destello en el cambio de sus ojos, pasando de avellanas a negros en un instante, para volver a su color natural un segundo después.
Las lágrimas caían de sus ojos, y sus cabellos platinados se pegaban a su rostro, ahora húmedo.
¿Qué mierda estaba sucediendo?
Me asusté tanto que, de repente, escuché las gotas de agua caer del cielo; estaba lloviendo. Por impulso, salí del auto para observar qué había pasado, seguida por Danna, y lo que vimos nos dejó sin aliento.
Un cuerpo.
Sin vida.
Y completamente seco, como si estuviera deshidratado hasta los huesos.
De las cuencas donde debían estar los ojos, salían unas extrañas lombrices negras. Sentí el vértigo querer salir de mi garganta, y un grito estruendoso salió de mi boca mientras intentaba desesperadamente agarrarme el cuello de la blusa para respirar mejor.
Danna se quedó observando sin decir nada, claramente asustada, mientras el agua de la lluvia empapaba cada centímetro de nuestro cuerpo.
¿Qué demonios era esa cosa? Claramente era una persona, pero... no lo parecía.
Al acercarme más, un olor horrible a podrido llegó a mis fosas nasales, alarmándome aún más.
Mientras luchaba por controlar mi respiración, intenté hacer sentido de lo que veía. ¿Cómo podía alguien estar así bajo la lluvia? Mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando noté algo aún más inquietante: no había señales de heridas en el cuerpo, ni rastros de sangre o lucha.
—¡Dios mío! ¿Qué pasó aquí? —exclamó Danna, su voz temblorosa reflejando el miedo que todos sentíamos.
Traté de recordar lo último que vimos en la carretera antes de que ocurriera esto, pero solo recordaba el impacto, seguido del grito de Brielle.
—No lo sé... —murmuré, incapaz de apartar la mirada del macabro espectáculo frente a nosotros.
Nos quedamos allí, atónitas, sin saber qué hacer o a quién llamar. El sonido de la lluvia era lo único que rompía el silencio, junto con los latidos acelerados de nuestros corazones.
—Tenemos que llamar a la policía... —logré articular, pero mi voz se perdió entre el murmullo de la lluvia.
—No, ¿qué tal si nos culpan por esto? —Danna cuestionó, y su preocupación resonó en cada palabra.
—Tenemos que hacerlo. Nosotras no matamos a esa mujer, ni siquiera la tocamos —insistí, tratando de mantener la calma a pesar del horror que se cernía sobre nosotros.
Danna sugirió llamar a su padre en busca de ayuda, pero su propuesta me llenó de inquietud.
—Es demasiado arriesgado, Danna —respondí, con un nudo en el estómago.
Me volví hacia Brielle, preocupada por su estado. Sin embargo, su respuesta fue un simple negar con la cabeza, sin añadir una palabra.
Traté de alejarla de la escena, el olor a podredumbre era insoportable, pero mis esfuerzos parecían en vano.
—Bueno, entonces llamemos a Damon —sugirió Danna, y su propuesta me dejó helada.
—Está bien —dije rápidamente.
¡Pequeña zorra calenturienta! no querías que llamara a Dalton pero al papucho de su hijo si, quien te viera.
🐺
¡Hola a todos/as!
Les traigo el capítulo 10. Espero que lo disfruten. Seguiré actualizando pronto si todo va bien.
✨ ¿Qué les pareció el capítulo?
—Asesinatos se avecinaran y la icónica de un posible asesino se instalará en nuestros corazones. Quizás sea uno, como también pueden ser dos o más... nada es lo que parece.
—Y el momento tan esperado a llegado, Damon narrará en el capítulo que viene y la queso💋
¡Hasta la próxima! Cuídense.
—Erika M.
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