Cuando era niña, la mujer que daba clases a los niños de la aldea nos contaba varias leyendas que pertenecen a los antiguos mitos que nos legaron nuestros ancestros para conocimiento de los extraños sucesos que siguen sucediendo hasta ahora. De las tantas leyendas que nos narraba, recuerdo yo, hubo una en particular que nos repitió por meses hasta que quedó grabado en nuestras memorias.

Cuenta la leyenda, que la luna, siendo una doncella elegida por las estrellas para convertirse en diosa, tuvo un amorío con el sol en el momento en que el destino lo escribió así para que la buena suerte abundará en esa época. No obstante, los padres del sol no estaban de acuerdo, y mucho menos una preciosa estrella que se volvió rival de la luna tras hacer todo lo posible para poner fin a su envidiable historia de amor. Dicen que esa estrella, de nombre Sahla, hizo pacto con una siniestra criatura que le otorgó poderes oscuros y espantosos, con ese poder, maldijo a la joven luna, sufriendo no solo la separación de su amado contra la voluntad de la pareja: sino que también sufriría una metamorfosis que sacará de ella su lado más oscuro con el objetivo de que todos odien a la Luna. Y así sucedió. Abandonada y despreciada, fue encerrada en una jaula de plata mientras cumplía el papel de guardiana para los mortales. Sin ser suficiente para Sahla, al envidiar la capacidad de la Luna al sembrar en el corazón humano relaciones preciosas y poéticas para evitar que se destruyeran entre ellos, la estrella odiosa aprovechó para corromper al ser humano al punto de tener ideas erróneas sobre la persona de Luna. Devastada, sin su amado, odiada por los demás inmortales, sufriendo todavía la maldición de la cual trataba de contenerla, no pudo más con tanto dolor y sufrimiento. Por ello, en un intento de suicidio, su aura se volvió roja y su sangre no solo empapó sus vestidos, también liberó sin querer una ola de poder oscuro hacia los mortales. Algunos quedaron más afectados que otros, por eso se teme a la Luna Roja. Porque cuando la luna se tiñe del color de la sangre, es mal augurio que nazca un niño durante el evento. Pues el niño no solo estaría maldito, también sufriría una transformación que lo convertiría en un ser peligroso, hambriento y sediento por la carne humana cuando responda al llamado de la Luna Roja.

En aquellos días, cuando apareció por fin la Luna Roja, un tigre blanco apareció en la aldea durante la noche helada, sembrando terror en las casas y en la aldea. Matando al ganado que los campesinos custodiaban. La gente andaba asustada antes de planear alguna forma de matar al tigre. Porque hay quienes murmuran, que al aparecer un tigre en la misma noche de la Luna Roja, trae mala suerte: pues la criatura es un híbrido mitad humano y mitad animal que sufre la maldición de la luna, dicho esto, traerá la ruina y el caos a la aldea si no lo matan cuanto antes.

De niña no creí en esas historias. ¿Que el tigre atacaba a la aldea? Si, eso lo sabia. Cada noche antes de dormir mis padres aseguraban las ventanas y colocaban objetos de plata afuera para ahuyentar el tigre. Mi padre andaba armado de un hacha y mi madre colocaba bajo su almohada un cuchillo. Yo dormía en un sótano con comida y agua en una mesa para que no tuviera qu salir a medianoche a la cocina en caso de que me diera hambre o sed y el tigre, en caso de haber forzado la entrada, me atacara. Al enterarse de eso los otros padres hicieron lo mismo con sus hijos. Pero no me convencía ese truco de poner objetos de plata o mágicos para ahuyentar al tigre, de verdad que no, pero no dije nada. El problema es que aunque quisiera corría riesgo. Y así vivimos hasta que cumplí los 16 años de edad. Nadie sabe como o porqué, pero el tigre dejó de atacar. Fue como si simplemente desapareció. Sin dejar rastro. Todo el mundo pensó que ya estábamos a salvo, que tal vez fue atacado por otro animal o que algún hombre logró matarlo. Pasaron los meses y parecía que todo ese asunto quedó en el pasado.

Por eso no estaba preparada para lo que acontecería en mi aldea cuando la Luna Roja volvió a aparecer.

Tampoco imaginé que unos sucesos estaba a punto de ocurrir, algo que cambiaría mi vida por completo.

***

Era una mañana hermosa de primavera cuando salí de mi casa a buscar agua; aunque no necesitábamos buscarla porque sí había en el pozo que estaba detrás de nuestra casa, fui de todos modos porque mis padres recibieron la visita de los Ancianos. (Los lideres que gobernaban nuestra aldea y quienes recibíamos sus consejos para muchas cosas) por esa causa me mandaron a buscar agua: porque van a hablar de algo que no quieren que oiga. Al llegar al lago cercano, no pude evitar en contemplar las bellas flores que estaban por abrir sus pétalos, el lago que irradiaba un brillo elegante gracias al resplandor del sol, los arboles frondosos que rodeaban el territorio donde me senté para memorizar el encanto que desprendía la naturaleza. De esa manera, dure un rato hasta que decidí caminar un poco. En mi paseo, vi una flor roja bastante bonita que si yo hubiera tenido papel y tinta lo hubiera dibujado, pero en el momento en la toqué...

Vi algo...

No...

Recordé algo, dejándome muy confusa por la escena que se reproducía en mi cabeza...

***

Era de noche, yo estaba en mi habitación cuando empece a oír una canción...

Las tinieblas me abrazan antes de que la luz de la luna me bañara en su brillo de color sal, miro al lago y para mi sorpresa hallo al tigre blanco que por años todos vivían atemorizados. Me quedé congelada ante el horror de no saber que hacer. Si corro me va a perseguir y dudo que yo aguante mucho tiempo corriendo. ¿Y a donde iré sin poner a nadie en peligro? Inmóvil, veo al tigre acercarse a mi con pasos suaves y delicados. No parece amenazante. Cierro los ojos sin saber que va a suceder. Oyendo nada mas mi entrecortada respiración y mi adolorido corazón.

-No te voy a hacer daño, tu y yo somos iguales.

Abro los ojos, sorprendida de que el tigre hablara.

- ¿Quien eres?

-Pronto lo sabrás, pero debes dejar de resistirte si quieres sobrevivir.

- ¿A que te refieres?

-Mírame a los ojos y lea mi alma. Le obedecí, pero al hacerlo, una terrible verdad vi en sus ojos, una verdad que me estremece al recordarlo. Lo niego. No puede ser verdad, es imposible...

***

En otro recuerdo, un hombre de piel morena y rasgos toscos me persigue en la oscuridad del bosque. Yo solo huyo.

***

Sangre, sangre por todos lados.

***

Confundida, me miro sin entender porque llegó tal recuerdo, dejándome tan perturbada y con el cuerpo tembloroso. Me alejo del lago asustada, con el corazón latiendo fuerte en mi pecho y con el miedo recorriendo mis venas. Tardo un momento en recuperarme del susto cuando me doy cuenta que estoy cerca de mi casa, por eso veo a lo lejos a mis padres con los Ancianos, todos con una expresión preocupada y atemorizada. ¿Qué está pasado? Me acerco a escondidas al lugar, oculta para tratar de oír sus palabras cargadas de temor y ansiedad.

-¿Es necesario recurrir a esa decisión? Es muy joven para esa clase de vida...

-No tenemos opción, solo así nos aseguramos de que su hija esté a salvo.

-Es por el bien de su hija, si algo sale mal en la captura del Hijo de la Luna Roja, su hija asegurará el linaje de su apellido. Y con la ayuda de su prometido, estará a salvo y lejos del peligro.

-No hay opción.

-Esta bien. ¿Cuando hay que anunciar su matrimonio?

-Esta noche, ella debe casarse antes de que aparezca la Luna Roja, para evitar que su matrimonio y ella misma sea víctima de la maldición de la luna.

No.

No puede ser.

Solo así descubrirán que yo soy el tigre que fue maldecida por la Luna Roja.

  EMagicBook