#2: Adiós querido Hogar
- Dara, ¿puedes levantarte temprano una vez en tu vida? -. Recriminó Juliet al ver a Dara aún acostada en su cama.
- ¡Hey! No pude dormir nada anoche -. Replicó la chica acostada, dando una vuelta en su cama para continuar durmiendo. Juliet, se cruzó de brazos y empezó a contar silenciosamente con los dedos. Cuando llegó al tres, Dara, abrió los ojos.
- ¡Es hoy! -. Se paró de la cama totalmente exaltada y empezó a chillar como si hubiese conocido por primera vez a su cantante favorito. - Juliet, ¿Cómo no me despertaste antes?
- Lo intente como tres veces- le espetó Juliet algo irritada.
- Esta bien, no importa -. Respondió Dara, y empezó a tarearear improvisadamente acompañada de unos pasos raros inventados por ella misma.
- ¿Que haces? Rarita-. Se burló Juliet rodando los ojos-. Ni que por fin te adopten te cambia querida
- ¿Que pasa? ¿Hoy estás jugando a ser vieja avinagrada?-. Inquirió Dara mientras se sentaba en la cama, y miraba la habitación con algo de nostalgia.
- Se llama actuar. Y no. Lo que sucede, es que sin tu presencia aqui yo seria la mayor, por lo tanto, debo cuidar a los otros. Es mi responsabilidad como hermana mayor disci...
Juliet, fue bajando su volumen de voz hasta que ésta se extinguió, mientras se daba cuenta que Dara ya no la estaba escuchando. Estaba, otra vez, pérdida en sus pensamientos, admirando cada detalle de la habitación.
En la habitación se encontraban ocho camas, aunque en ese momento, una de ellas iba a ser desocupada, habia también dos escritorios comunes para todas las chicas, sin embargo, al ser Dara la que más estadía había tenido, uno de ellos estaba silenciosamente reservado para ella. En ese instante, Juliet y Dara se encontraban solas en la habitacion, ya que todas las demás niñas se habían ido a desayunar, ellas, estaban mirando en silencio las camas, todas iguales las unas a las otras, lo unico que las diferenciaban eran los espacios que las rodeaban, cada niña habia decorado con su esencia, las paredes con imagenes y papeles pegados y su mesita de luz con su unico y propio desorden.
Dara estaba recordando todas las cosas que había vivido en ese lugar, en su hogar. Por un breve momento se arrepintió, no quería abandonar así como así el sitio que la habia visto crecer. Por otra parte, justamente ya habia crecido, quería iniciar una nueva vida. Y justamente había llegado a su vida la carta del Sr. Bourgeois para abrirle esa puerta.
Aún le parecía todo un sueño, ella había perdido la esperanza de que la adoptaran hace mucho. Nadie querría adoptar a una niña ya de dieciséis años. A veces, pasaba largas horas reflexionando y preguntándose porque nadie la quería adoptar, nunca la habían llamado para entrevistas con padres adoptivos, nunca siquiera fueron a visitarla a ella, si algún adulto hablaba con ella, a pesar de caerle bien, nunca la adoptaron. No sabía que estaba haciendo mal, pero con el tiempo se acostumbro a ver a decenas de niños irse, conseguir una familia, y simplemente sonreir, a pesar de que cada año habia menos posibilidades de la adoptaran.
- ¿Vas a enviarnos cartas cierto? Y nos vas a visitar, como nueva hermana mayor, te prohibo olvidarte de nosotros -. Bromeó Juliet algo triste, sin duda iba a extrañar a Dara.
- Nunca me voy a olvidar de ustedes. Luego de tantos años, ¿acaso crees que soy una vieja congelada para olvidarme de ustedes? -. Objetó, y le dió un leve golpecito a juliet en modo de broma en el brazo, pero luego paso el suyo alrededor de ella, la abrazo y comenzó a hablar con nostalgia.- A pesar de ser una cubeta de hielo aveces, algo te voy a extrañar ¿sabes? Yo me acuerdo cuando te trajeron, eras una niña de cuatro años, no querías ver la cara de nadie, tenias miedo, incluso terror de las personas.
- Si -. Confirmó débilmente desviando la mirada.
- ¿Recuerdas cuando creímos que Papá Noel no iba a poder llegar al orfanato porque no habia chimenea? - Cambió de tema Dara
Juliet comenzó a reir.
- Y que estuvimos toda una tarde intentando hacer un agujero en el techo-. Agregó
- Y lo logramos -. Dijo solemnemente Dara
- Si claro, casi destruímos media casa, pero lo logramos. Si es que consideramos como agujero que hayamos tirado una pared entera.
Dara hizo un ademán con la mano, como restandole importancia.
- Detalles.
- ¡Niñas! -. La llegada de la Nana las sorprendió
- ¡Que hacen todavía aquí! Vamos, vamos, a desayunar -. La Nana, algo enojada empezó a alentarlas para que se paren. Pero, en silencio se dirigió hacia Dara y le susurro dulcemente-. Hoy es el dia, Pequeña Daris ¿Estás preparada?
- Hace dieciséis años estoy esperando esto, creo que podré controlar la situación. Aunque sin tus tostadas todas las mañanas no sé si podré siquiera levantarme-. Murmuró con una sonrisa
- Ya, ya, sí seguimos hablando me voy a poner sentimental. Te vamos a extrañar Daris-. La Nana, era una señora de cuarenta años, los cuales parecían más, ya que en su oscuro pelo color marrón resaltaban las canas de la vejez. Ella no solía ser muy amable, hablaba solo lo que tenia que hablar para disciplinar a las niñas, sin embargo Dara había pasado tanto tiempo ahí que había logrado aflojar el corazón de la Nana.
- Nana ¿Puedes no decirle a las demás niñas que ya me voy? Es que no quiero despedirme, si las veo por última vez probablemente me ponga a llorar -. Confesó en voz baja, rapidamente antes de que la Nana se valla.
- No te preocupes, tú prepárate. Yo me encargo-. Sonrió y se despidió de Dara.
Dara, fue directamente al comedor para desayunar, todas ya habían terminado y ahora mismo se encontraban en la pequeña escuelita del orfanato. Era la ultima vez que desayunaba ahí, por eso, por primera vez, observó todo lo que la rodeaba tratando de memorizar cada detalle. Observó todos los escritos en la mesa. Uno decía <<Juliet y Dara son mejores amigas>> escrito por ella de nueve años, y un poco mas abajo un <<Y son las jefas de este lugar>> escrito por Juliet.
Terminó de desayunar y decidió hacer un recorrido por ultima vez por el orfanato. Trató de memorizar con detalle todo lo que la habia rodeado desde que tiene memoria. Hasta que llegó la hora, de decirle <<Adios querido Hogar>>.
- Dara... llegaron-. Anunció Juliet
Fueron juntas rápidamente hacia el recibidor. Allí se encontraron a ... ¿dos chicos? Si, una chica y un chico de aproximadamente la edad de Dara, incluso parecían algo menores que ella pero ¿que hacían ahí? ¿Habia sido adoptada por dos niños?...
- ¿Pueden hacer el trámite rápido? -. Dijo la chica, notablemente irritada. Tenia el pelo corto y oscuro, vestía totalmente de negro. Tenia rasgos afilados y piel clara que resaltaba entre todo el negro en lo que se ocultaba, a Dara le pareció que era perfecta, quedo anonadada ante la chica. Tambien notó que usaba botas muy altas, sin embargo, apenas le llegaba a Dara con ellas puestas. Esto le causó gracia, pero a la chica no, quien notó esto y respondió.
- ¿Te parece algo gracioso? Tu eres la nueva ¿no? Yo soy Lyssan. Yo y Arc-. Señaló al chico que la acompañaba quien parecía menor que ella.- Estamos a cargo de ti, te llevaremos a la Mansión.
Lyssan se acerco a ella y hasta quedar enfrente, con una cara seria y desafiante y dijo una frase que Dara siempre recordará;
- Desde hoy, tu vida cambiará para siempre. Tendrás que olvidarte... de todo lo que conoces.
...
Gracias por leer
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