Parte /12
Último día de novenario.
-Buenas tardes, doña pachita, que bueno mija, que sigas acompañando a tu abuelita
-Sí, como ya mero me regreso, quiero convivir con ella lo más que se pueda, ahora vino más gente.
-A pos como no, hoy es el último rosario, se deja venir la gente, ya ve que dan de cenar.
-Oiga y que irán a dar
-Yo creo que van a dar, tamales y atole, yo vi pasar a las Gauna, muy temprano y las vi que se metieron aquí, ya ve que ella son las tamaleras del pueblo
-Muy cierto, si quieres comer buenos tamales, ellas son garantía, son muy buscadas y no nada más aquí, dicen que disque han venido por ellas desde Guadalajara, para que les hagan sus tamales, sigue llegando gente, si pues.
-Oigan no oyeron del mitotaso, que se originó en la casa de Guillermina Monteon.
-No, tuvimos que salir, fuimos al rancho del amparo, y casi acabamos de llegar.
-No pues que les cuento, fíjese que doña Guille, estaba haciendo su comida, muy quitada de la pena, cuando llegaron dos mujeres a pedirle agua, del pozo, ya ve que agua tan buena da.
-Si me consta, porque yo voy con ella para llenar mis cantaros para beber.
-Pos las mujeres le dijeron.
-¿Doña guille, nos puede regalar agua por favor?
-Sí, pásenle como no, llenen su cántaro
-Y pues las mujeres llenaron el cántaro, y estaban platicando.
-Oyes que bonitos zapatos traes, ¿Dónde los compraste?
-Hay me los trajo, chepe de Guadalajara, y también el vestido y el reboso no sin con decirte que hasta medias de nailon me trajo
-Cuando Guille oyó nombrar el nombre de su marido, puso atención a la plática.
-Hay pues que suerte tienes, yo quisiera un viejo como el tuyo
-No y si vieras que buen amante es en la cama, hasta me hace hacer bizcos cada que estamos juntos, ese chepe sí que se las sabe de todas, todas
-Guille ya no espero más, llego poco a poquito sin hacer ruido, y que le ve los zapatos y el vestido de la mujer, eran igualitos a los que chepe le había traído a ella de Guadalajara, ya ve que es camionero y hace viajes para allá
-Hay Dios ¿y que hizo guille?
-No, pues que se le acerca a la mujer y le dice
-Así, que chepe es tu amante, hija de la chin... pues fíjate que él es mi marido, y no te voy a consentir que vengas a burlarte de mí, en mi propia casa, y que agarra el cántaro que la mujer tenía en el brocal del pozo lleno de agua y ándele que se lo surraja (quebrar), en la cabeza.
-Hay y que le pasó a la mujer
-No, pues cayó súpita, de cuerpo entero, y no contenta con eso, que la agarra de los pies y se la llevo arrastrando hasta la puerta de la calle y la aventó para afuera, la otra mujer le gritaba.
-Guille, ya la mataste, la mataste,
Pero ella segada de rabia, le dijo
-Cállate el hocico, ahorita voy a seguir contigo, hija de la chin... todavía que andan con hombres que saben muy bien que están casados, todavía vienen a burlarse de uno.
-No, pues la mujer no se esperó, salió gritando, que guille había matado a la mujer.
-¿Oigan y quién eran las mujeres?
-Hay pos dos putas del aguilote (burdel), en un dos por tres que llego la gente y enseguida llego la policía y se llevaron a Guille presa.
-¿Y la mujer se murió?
-Gracias a dios no, nada más estaba desmayada del chingadazo en la cabeza, quedo bien descalabrada, dicen que hizo un caminito de sangre por donde la arrastro guille.
-¿Y sigue presa?
-No, la mujer no quiso levantar cargos contra ella, aparte los policías dijeron que la mujer había tenido la culpa por ir a provocarla.
-No, pos eso sí, mire que ir a su propia casa a burlarse de la mujer
-Al que habían de capar (cortarle los testículos), es al chepe, por andar de viejero,
-No, pos eso sí, las mujeres son las que llevan todo, y los viejos quedan muy campantes, ándele que ya llego el padre vamos a rezar.
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